Solo Una Noche [#1 Trilogía Infierno] romance Capítulo 35

DANTE

Pero eso también me da tiempo a pensar mejor en cómo decirles. Ellos y más que nada Iván, eran la única familia que tenía, compartía con ellos todo, hasta llegué hacerlo con las mujeres, pero en esta ocasión no iba hacer eso posible. Había decidido hacerla mi esposa y nadie podía tocarla, para ningún objetivo. Ella era prohibida para cualquiera que no fuera yo.

Ella es solo mía.

— Y ahora que quiere nuestro jefecito — dice entre broma Leo, y gruño molesto por lo de "jefecito", llega hasta mí y palmea mi hombro en saludo, no los había visto en semanas — ¿Qué es eso tan importante? — pregunta mientras toma asiento a lado de Enzo.

— ¿Sí de que se trata?, ¿algún enfrentamiento?, ¿Hay que matar a alguien? — Cuestiona Enzo emocionado.

— Yo creo que no es nada de eso — responde Iván, va hacia la barra de bebidas y se sirve en un vaso otro tipo de whisky — Me estaba diciendo que se trata de su Fierecilla — dice mientras se gira para vernos.

Él sabía cómo le llamaba, ese apodo le había puesto entre ellos. Ella no estaba al tanto de ello. Pero no me gustaba que ellos se refirieran a ella de esa manera o de alguna otra forma de broma o con faltas de respeto. Ahora tenían que saber que era para mí, y en quien se convertiría en mu vida. Son mis amigos como unos hermanos para mí, pero no por eso dejaría que sobrepasar con ella, aparte de que soy un hombre celoso, lo admito, no quiero que ella se sienta incómoda en este ambiente cuando tenga que venir aquí.

— No me provoquen, que se me puede olvidar que son casi mis hermanos — mascullo.

— Ya hermano, no te alteres. Solo estamos bromeando. ¿Verdad chicos? — dice Leo.

El otro par de invisibles asienten.

— ¿Y bien? — agrega Iván.

En sus rostros podía ver algo de impaciencia.

— Pensé bien las cosas y decidí pedirle...

— ¡Por fin! Ese es el verdadero Diablo — me interrumpe Leo.

— Idiota, deja que termine de hablar — lo reprende Enzo con un golpe en el brazo.

Resoplo exasperado.

Llevo la mano a la cara y me froto la sien, para intentar calmarme. No sé como es que los soportaba.

— Traeré aquí a Lillie — les digo, y ellos se quedan boquiabierta al momento que pronunció su nombre.

— Así que ya no es la Fiera, Esmeralda, la bailarina ardiente, ¿qué más era? — dice entre broma Leo, pero aún así me irrita su puto comentario.

— ¿Has decidido secuestrarla? — cuestiona Enzo.

— O tal vez a lo mejor decidió tomarla a la fuerza y follarsela — contraatacó Leo.

Comenzaron atacar con una ráfaga de preguntas o ideas tontas que tenían en la cabeza, sin darme tiempo de contarles lo que en verdad tenía planeado.

— ¡Basta! — vocifere en un gruñido — Me cansaré con ella, maldita sea. 

Su disputa paró en seco cuando grité y dije la última frase, un silencio de fúnebre es lo único que hubo después, ni sus respiraciones se escuchaban.

Iván seguía en donde mismo, de pie y cruzado de brazos, viéndome desde ahí, Leo y Enzo seguían sentados en el mismo lugar, se encontraban con los ojos a casi salirse de la impresión por mis palabras.

Se que no fue el grito lo que los detuvo, sino mi confección. La verdad no me interesa si salen con sus respuestas negativas, solo los ignorare, por más que los aprecié nunca dejo que nadie interfiera en mi vida, y menos en estos momentos que he tomado una decisión definitiva.

— ¡Oh! — dice Leo.

— Qué puedo decir, solo que es extraño, pero no te cuestionare con ello, eres mi jefe y mi hermano — dice Enzo — Pero ¡felicitaciones! Ya era hora de que sentaras cabeza.

Se pone de pie y es el primero en felicitarme. Respondo a su afectuoso abrazo.

— Yo solo puedo decir que ya valiste — habla Leo — Tendrás ya quién te dome, y las salidas para ti serán prohibidas — intenta asustarme con sus palabras, yo solo sonrío por su estúpido comentario.

Al igual respondo a sus felicitaciones a su manera y su abrazo.

Iván seguía sin decir ni una sola palabra, no se si estaba procesando todo o que pasaba por su mente, pero no apartaba sus ojos de mí.

— Y bien, ¿tú qué dices? — me dirijo hacia Iván, para animarlo hablar.

Quería escuchar que tenía pensado, saber que le parecía la decisión que había tomado.

Pero sigue sin decir nada, y solo camina en dirección hacía mí, mientras niega con la cabeza, se pone frente a mí y su rostro serio cambia por una gran sonrisa.

— ¡Felicitaciones hermano! — extiende sus brazos para darme un abrazo.

Pensé que iba a reaccionar diferente, él y los compromisos no van con él, siempre decíamos que nos íbamos morir solteros, que no había mujer que nos amarrara y mucho menos a mí. Él sabía de mis planes que tenía para mí vida, y definitivamente había descartado un matrimonio y una familia. Pero la primera opción había cambiado.

— ¿Cuando la traerás a vivir aquí? — habla de nuevo.

— Aún no se lo he dicho.

— ¡Qué! — grita Leo — Tú ya estas armando todo y la chica aún ni sabe nada. Que tal si se niega y te rechaza. Quiero estar presente para ver eso. — bromea.

— No seas idiota y cállate — le dice Enzo mientras le da un puño en el pecho — Yo pienso que no deberías dejar pasar más tiempo. Con eso de que la próxima semana regresarás a África. No quiero ser aguafiestas pero si te tardas más dudo que te vaya bien con una buena respuesta.

Efectivamente la próxima semana viajaría a Marruecos y me llevaría varios días en ese lugar, ya que tengo que socializar con el rey de la mafia árabe. Ya lo tengo de mi lado, pero tengo que relacionarme más con él y con los suyos, que note que si me importó asociarme con él, también será el que me ayude a destruir Bachman.

Espero terminar pronto con todo eso, y estar de vuelta para volver a ver a mi hermosa fiera.

Iván, Leo y Enzo, me dan ideas de cómo poder pedirle matrimonio a Lilli, según ellos saben de eso, pero no es cierto, no saben ni madres. Están igual o peor que yo. Pero aunque sus opiniones sean estúpidas de algo debo encontrar bueno en sus palabras, aunque sea un poco.

Nosotros somos la clase de hombre que no sabe tener una relación, una mujer. Ni sabemos que es una relación. El que más se acerca a ello es Enzo, y podría decir que una parte también Iván, aunque el solo tenía parejas menos de una semana, nunca duraban, pero sus relaciones eran solo de sexo, no se si eso podría ayudarme en algo.

Ninguno ha tenido una novia, esposa o nada que se le parezca, nunca nos comportamos sumisos o caballeros como Edgardo, el padre de Iván. Al recordar que él es el único que a estado casado y se a enamorado, mi mente me ayuda a pensar en que él pueda ser el indicado para ayudarme en mi propósito. Sí él me puede ayudar, pero eso tendrá que ser después de que vuelva de mi viaje.

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