Solo Una Noche [#1 Trilogía Infierno] romance Capítulo 44

LILLIE

— ¿Por qué estás tan a la defensiva, conmigo?, solo dije lo que pensaba.

— Es que me desespera que seas tan ingenua, al creer que el Diablo va a cumplir todos tus caprichos. Si quieres estar con él debes de saber muy bien la clase de hombre que es y acostumbrarte a su vida. Él no dejará cosas para estar contigo.

— Ya no me interesa nada de él — corte su sermón — Entre él y yo ya se terminó lo que sea que haya habido entre nosotros.

— Es lo que te digo Lillie, tienes que madurar y dejar de hacer berrinches. No porque no te conteste tus estúpidos mensajes o llamadas de novia tóxica, vas a dar por finaliza su relación.

¿Qué le pasa porqué me dice esas cosas?

— ¡No soy ninguna tóxica! — levanto la voz — Esa es mi decisión y punto.. dentro de poco me iré del país y si él regresa aquí, no me encontrará, si es que aún le interesa buscarme.

— ¿Qué? ¿A dónde irás? — su tono cambia y las facciones de su rostro muestran preocupación.

— Me iré a Alemania junto con mi familia, y no volveré. Tomaré mis estudios en ese país, quizás me quede a vivir allí y después encuentre algún empleo bueno cuando me gradué.

— No puedes irte así como así, tienes que esperar a que él vuelva y puedan hablar bien las cosas. No seas tan impulsiva.

Suelto una carcajada por su comentario, ahora era yo la que se sentía irritada y molesta.

— Me lo dices tú, que abandonaste tu hogar para irte a trabajar de bailarina a un bar, y que ahora te metes con un mafioso por su dinero — sus ojos se abren asombrados, se que abrí mi boca de más, pero ella me provocó.

— Lo de mi familia sabes porque lo hice, y respecto a Iván, todo a cambiado, tu no sabes.. — me apunta con el dedo índice, molesta — Venía feliz para contarte todo, porque él me tomaría como su mujer y no como una puta más. Y tu sales con tus comentarios negativos, solo por el echo de que no puedes confiar en tu novio, en la relación que te puede ofrecer un mafioso. Y me culpas a mi por mis palabras, cuando eres tú la que se está cerrando a una oportunidad y a esperarle para que te explique porque se ausentó.

No me interesa escuchar más, creí que pondría confiar en mi amiga, tener su apoyo. Y aunque la distancia nos hubiera separado seguiría intacta nuestra amistad, pero otra vez me volví a equivocar. Esto definitivamente hace que no me arrepienta de mi decisión que tome.

— Lo que no debí haber hecho, fue darle la entrada a mi vida, o mejor dicho no haberle conocido, pero él se empeñó a perseguirme todo el tiempo, hasta obtener lo que quería. — no sé si me arrepentiría de estas palabras pero sin pensarlas salen de mi boca — Maldigo el día en que tropecé con él y le conocí.

— Espero que algún día no te arrepientas de lo que dices… porque eso sería muy devastador para ti.

— Síno tienes más que decir, me tengo que ir, quedé de ir haber a mi madre — contesto cortante.

— Bien.. — asiente — Qué tengas suerte en tu nueva vida, en ese otro país.

— Lo mismo digo para ti…

No decimos nada más, ni tampoco nos despedimos como había querido que fuera. No quería esto, he perdido a mi amiga, quizás no vuelva a saber más de ella, o tal vez el tiempo borre todo lo que nos dijimos en ese momento y podamos algún día arreglar todo y hablemos como lo que éramos antes, mejores amigas.

Me alejo de ahí y me dirijo hacia el metro.

Minutos después llegó al hospital, seguía pensando en la conversación que tuve con Mika, me atormenta mi mente, es algo que nunca superare. Ella significaba mucho para mí y todo acabado entre nosotras. Las lágrimas que había retenido salen una por una, lloró en silencio.

Camino hasta llegar a la puerta de la habitación de mamá, los hombres de negro se encuentran aquí, pero están algo retirados de la entrada del cuarto.

Qué extraño nunca se alejan tanto.

En silencio abro la puerta, no quiero hacer ningún ruido, ya que puede ser que mi madre esté durmiendo y la pueda despertar por entrar sin cuidado.

Pero cuando abro la puerta lentamente hasta dejarla medio abierta, escucho unas voces. Es mamá hablando con alguien, me acerco un poco más pero sin entrar por completo en la habitación. Distingo la otra voz, es la del señor Lionel.

Pero lo que me inquieta es que no es una platica amigable, sino que están discutiendo. Me detengo y pongo mi atención en esa charla muy animosa.

— Ya te dije que no le diré nada — dice mamá.

¿De quién hablan?

— Elena, no me hagas decidir. Llevo años esperando para verla, conocerla y poderle decir quien soy. — responde Lionel.

Definitivamente estaban hablando de alguien, pero no entendía de quién.

— He dicho que no, no puedes llegar después de casi veinte años y decirle todo. Terminarías destrozándola por completo.

— ¿Y crees que yo decidí esto?, sabes bien que yo no elegí que me desterraras de mis obligaciones.

¿Obligaciones? ¿Qué tiene que ver mamá con este hombre?

Esto me confirma que su relación no era solo de una simple amistad. Hay algo más entre ellos, y tendré que escuchar hasta el final para lograr descubrirlo. Se que no es bueno escuchar conversaciones ajenas, pero tengo que averiguar que se traen ellos dos, no pueden seguir ocultando cosas.

— Entiende Lionel, para ella su papá es Alexis, — nombra a mi difunto padre — Un padre que ya está muerto y así debe seguir creyendo, sino queremos que salga lastimada.

Oh por Dios, no quiero creer lo que mis oídos escuchan y mi mente se esta imaginando. Pero necesito saber la verdad de esto.

— Pero yo tengo derecho, soy su padre..

Mi sospecha se confirma, ¿Se refiere a Alex o quizás a…? No a mi no creo. Pero todo eso me hace pensar en cómo nací, mi padre ya había muerto, por esa razón mi madre no me puso su apellido, supuestamente. Pero mi hermana si lo tenía.

No puede ser cierto, no puede ser que yo sea hija de otro hombre y no del que creí que lo era todo estos años. Ahora entiendo mis dudas respecto también a la familia del que creía que era mi papá, tampoco llegue haber fotos de él, y el porque Alex y yo no nos parecemos mucho. No por favor, que no sea verdad, que solo sean ideas absurdas mías que me estoy haciendo en mi cabeza.

— Ese lo perdiste cuando te marcharte, dejándome embarazada y con una pequeña de casi siete años. Quizás Alex no era tu responsabilidad, pero Lillie sí lo era, y ese derecho lo pediste hace años.

Mamá termina por confesar verdad, las lágrimas vuelven a llegar mí, es como un balde de agua fría sobre mi cuerpo que me congela sin poder reaccionar o pestañear. Es abrumador, desconcertante. Con su confección me doy cuenta de todo lo que ella había inventado. Mi propia madre, en la única persona que más he confiado, en la que creí que nunca me lastimaría, escondía un secreto que cambiaría por completo mi vida. Pero no porque me interesará conocer a ese señor. No sé ni quién es este hombre, si es bueno o malo, el porque se marchó y dejo a una mujer embarazada mientras esperaba un hijo suyo. Eran dudas, que ocupaban explicaciones, pero que no deberían importarme, y la verdad no quería saber nada.

Después de unos instantes, reaccioné y retrocedí un poco, la puerta se quedó algo abierta. Me sentía mareada, la cabeza me da vueltas, necesitaba salir de aquí, pero no logro caminar mucho.

Cuando doy unos pasos más mientras retrocedo, siento que el mareo incrementa, mi vista se nubla y me tambaleó un poco, estoy apunto de caer. Cuando creo que estoy por aterrizar en el suelo, unos brazos logran tomarme en el aire, evitando mi caída. No sé quién es pero aún así levante mi cabeza para verle. Mis ojos no descifran bien el rostro, veo borroso. Una voz me llama pero tampoco la distingo.

Cuando mi mirada se fija completamente en ese rostro, me quedo nuevamente paralizada, llevando mi mano a su cara para intentar comprobar si en realidad era él, y no era un sueño, al creer que es él, su rostro atractivo el que veo. Pronuncio su nombre — Dante.. — digo en un susurró mientras le seguía tocando, pero mis ojos se van cerrando lentamente, los siento pesados, y el mareo no se va, hasta que caigo en una profunda oscuridad inconsciente.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Solo Una Noche [#1 Trilogía Infierno]