Solo Una Noche [#1 Trilogía Infierno] romance Capítulo 36

DANTE

— Dante — dice Iván. Ya nos encontrábamos solos, en la misma sala — Quería tenerte al tanto de algo, por lo relajado y tranquilo que te veo, dudo que ya estés enterado de ello.

¿A qué se refería?, solo espero que no sea algo relacionado con el maldito de Bachman.

— ¿Qué sucede? — me apoyo en mis piernas con los brazos hacia el frente para fijar mi mirada en él, él ya está sentado en el otro sofá — Suéltalo ya, sabes que no me gusta el suspenso y mucho menos las sorpresas de mal gusto.

El suspira profundamente y me ve.

— Hace unos días fui al bar, y Filippo, — se refería al dueño del lugar — me dijo que Tamara, esta embarazada.

No sé porque razón me contaba esto, lo que hiciera o lo que le pasara a esa puta, venia importándome muy poco.

— ¿Y eso a mí en que me puede importarme? — pregunte, pero quería que fuera una afirmación — Lo que haga con su vida me viene valiendo mierda.

— No sé, creí que tal vez querías saberlo.

— ¿Y por qué debía?, solo me la folle unas cuantas veces. — mascullo — Tú sabes que ella nunca significó nada para mí, más que un revolcón.

— Sí pero… — se detiene y agacha la mirada, después de unos segundos me vuelve a ver y prosigue — Yo creo que tal vez podía estar embarazada de ti… que pueda ser hijo tuyo el crío que lleva en su vientre.

Pero que estupidez, nomas falta que la puta de Tamara se presente aquí y me quiera encasquetar su bastardo. Esa mujer que se revolcaba con casi toda Italia.

— ¡Estas pendejo! — grito furioso mientras bruscamente me pongo de pie — Qué ni se te ocurra decirlo enfrente de otros — lo señalo con mi dedo — Ese bastardo no es mío. ¿¡Entendido!? — levanto más la voz.

— Entendido, pero.. — suspira — Solo quise comunicártelo, antes de que toda Italia lo supiera y estuvieran hablando de ti — dice con un tono de preocupación — Se me hace difícil creerlo, se que nunca te arriesgarías así, y menos con una puta. Pero en el bar ya hablan de ello.

— ¡Me vale mierda que hablen! — mascullo — Pueden pensar y hablar todas las estupideces que quieran. Sabes que nunca me ha importado lo que se diga de mí. Nadie me va a colgar un puto paquete así. — digo con rabia.

— Entiendo y te conozco bien y se que no te importa lo que digan. Pero eres el rey de la mafia italiana, no puedes dejas ningún cabo suelto y me refiero a todo — dice.

No sé si se refería a lo que pensé.

— ¿Quieres decir que la mate?, no soy un monstruo,  no tanto, y menos ahora que lleva un crío en la barriga — giró para ir a tomar otra botella de whisky, lo necesitaba con urgencia. — No pienso hacerles daño, no es de mi incumbencia, se que ese bastardo no es mío.

— Espero que así sea por tu bienestar y tu futuro con tu fiera, si se llegará a enterarse de ello, dudo que quiera casarse contigo. — suelta lo que mas me importaba, sabía que lo iba a decir, y como siempre me dice todo, sin temor a nada — No quiero ser aguafiestas hermano, pero tú sabes que te lo digo por tu bien, porque me preocupas y para que lo resuelvas antes de que se te adelanten. Sí tu no la quieres matar, lo puedo hacer yo, sabes que yo no me tiento el corazón para hacerlo.

Y era verdad era un maldito sicario, parecía tener la sangre fría y no tener un corazón, pero si lo tenía, lo había demostrado en su letal y amistad de muchos años conmigo. Pero cuando se trataba de asesinar, él era, el indicado.

— Ni tú, ni yo los tocaremos. — digo ya más calmado — Hablaré con ella, después de mi regreso. Mientras no hagas nada respecto a eso.

— Esta bien… — dice — No más no te tardes mucho en hacerlo. Tengo entendido que ya tiene varios meses panzona, por esa razón creí que era tuyo, no es muy reciente — agrega.

Tomo del contenido de mi vaso de un trago y me sirvo otro, estoy de pie apoyado en la barra, sin dejar de tomar.

— La última vez que la vi fue casi tres meses, y no hubo nada más que una mamada de su parte — digo — Tengo meses que no me la follo.

Se pone de pie y se coloca conmigo cerca de la barra mientras se sirve en su vaso algo de whisky.

— Meses.. ¿cómo cuánto? — cuestiona mientras me ve atreves del vaso cuando le da un trago a su bebida.

— No sé, no es algo que cuente siempre que me tiro a una puta — farfulle.

— Pero es que eso sirve para salir de dudas. No es que te crea, si no que es para tener pruebas si se le ocurriera venir a meterte en ese lío.

— Como quiera es mi palabra contra la suya, se que no es mío estoy muy seguro de eso. — afirmó — Dices que tiene varios meses, puedo decir que tengo casi medio año que no me la tiro, y las veces que estuve con ella siempre use un puto condón. Tú sabes que solía cuidarme con todas las que me folle.

No dice nada y solo fija su mirada en mí, como si quisiera saber más, o ver algo.

—¿Eso quiere decir que ya no te cuidas y que tu opinión de tener hijos ha cambiado? — no parecía una pregunta, sino como afirmando en ello.

— No voy hablar mi vida sexual contigo — él sonríe con burla — Con ella es distinto, pronto será mi esposa, y no te voy a estar diciendo sí me la follo o no con un puto preservativo o no, o como se lo hago.

— Definitivamente el Diablo, se convirtió en un maldito caballero. ¿Dónde quedó ese que me contaba de todas sus aventuras y conquistas? — sigue burlándose.

Gruño molesto.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Solo Una Noche [#1 Trilogía Infierno]