Solo Una Noche [#1 Trilogía Infierno] romance Capítulo 15

LILLIE

A ese hombre que casi me hace suya en un cubículo de baño del hospital. De solo recordarlo me estremezco por completo.

Sus ojos me absorben. Soy incapaz de moverme. Mis sentidos son presa de la presencia de ese hombre que se encuentra frente a mí, al verlo así serio y sin quitar su mirada de mí, me viene a la cabeza el recuerdo de hace unos momentos donde se encontraba sujetándome muy apretada a su cuerpo firme, su olor y su tacto. El poder que está provocando en todo mi ser.

Recobro momentáneamente los sentidos cuando veo que su rostro cambia de serio a una sonrisa ladeada con arrogancia.  Esa mueca de cinismo que odio pero a la vez me esta comenzando a gustar, ¿por qué?, no lo sé. Lo hace ve más atractivo y sexy, me hace perder en ella mientras lo veo, y me quedo fijamente viendo sus labios carnosos deseando que me vuelva a besar. 《Ya estoy pensando tonterías》

Regresan a mi conciencia la voz de mi hermana recordando me que seguía afuera esperándome. Escucho mi parte sensata de mi cerebro y comienzo a moverme, empujo la puerta para salir lo más de prisa de ahí.

Camino a pasos apresurados hasta llegar al lavamanos donde se encontraba mi hermana viéndose en el espejo mientras acomodaba su cabello. Abro el grifo para tomar un poco de agua con mis manos y echarla en mi cara. Necesitaba refrescarme ya que sentía mis mejillas que ardían y esperaba que eso ayudara un poco.

Mis manos tiemblan y sigo nerviosa, el Diablo sigue en el cubículo, solo espero que no se atreva a salir hasta que nos vayamos. Porque si sale en este instante y mi hermana se da cuenta de que estaba con un hombre encerrada no sé cómo podría enfrentar una situación así, no sé que le diría y no quiero que se haga de pensamientos extraños. Ella y mi madre no tienen porque enterarse de él.

— ¿Pasa algo? — pregunta mi hermana mientras me ve atreves del espejo — Parece que haz visto un fantasma. — hace una mueca y prosigue con lo que estaba haciendo.

Sacudo mi cabeza en forma de negación, intento controlar mi respiración que aún se encontraba un poco agitada.

— Estoy bien — intento responder con tranquilidad pero creo que no lo parece.

— Creo que estar muchas horas en este lugar nos afectado en algo — vuelve hablar — Venga salgamos de aquí, te invito una bebida en la cafetería, sirve que me acompañes de camino al trabajo.

Me guiña un ojo, mientras intento darle una buena sonrisa para demostrarle que estoy bien.

Caminamos hacía la salida del baño, Alex sale primero y yo antes de hacerlo giró mi cabeza para ver si aún seguía dentro del cubículo ese tipo, pero cuando volteó para ver, ya estaba afuera, con una sonrisa juguetona me lanza un beso después de un guiño.

《¡Cínico!》

Refunfuño mientras le lanzo una mirada de muerte, él sonríe más ampliamente y yo ruedo los ojos por su cinismo. Me giró para salir completamente de ese sitió y alcanzar a mi hermana que ya va algo retirada.

***********

Minutos más tarde me encuentro en el trabajo de mi hermana, estoy sentada en la barra tomando una gaseosa que Alex me invitó. Sumergida en mis pensamientos me lleva a pensar en ese sujeto, me pregunto ¿cómo supo que me encontraba allí?, ¿cómo sabe dónde me encuentro siempre?

Y mientras me enredó con muchas dudas en mí cabeza llegó a la conclusión de que él tal vez me esté vigilando, a estas alturas ya todo era creíble. También me había dejado dudando acerca de sus palabras que dijo cuando estábamos en el baño encerrados "Ahora me perteneces completamente " y "Serás mía para siempre." Sabía que tenía problemas de posesividad pero no creí que estuviera enfermo de ello hasta el punto de hacerse creérselo el mismo.

Era un hombre que se creía con mucha superioridad y se sentía muy seguro de lo que decía o hacía, pero yo le iba hacer ver que no era hacía como creía. Ya me había desesperado con su actitud controladora y su acoso, me acechaba en todo momento y quería hacer conmigo lo que le plazca. Era hora de que le mostrara que se había equivocado de chica. Si a lo que creo que quiso decir con sus tontas palabras posesivas, si es sobre el dinero que me mandó, le demostraré que no siempre se saldrá con la suya.

Así que sin más regresaré al club de Julie a trabajar, haré de oídos sordos y seguiré con mi empleo de bailarina. Si el dinero era solo un pretexto para adueñarse de mí, se va a dar con la pared porque yo no pienso darle gusto, en cuanto pueda pagare esa deuda y una vez pagada ya nada me atara a él.

Ahorita lo único que me importa es que mi madre se recupere y vuelva a casa con nosotras. Más adelante me encargaré de ese hombre, y si se le ocurre aparecer como siempre lo hace, le dejaré claro que nada quiero nada que me relacione y tenga que ver con él, absolutamente nada.

Le haré ver que a mí nadie me controla y mucho menos un tipo arrogante y odioso como él. Tengo que actuar lo más rápido posible antes de que mi madre y Alex se enteren de ello y comiencen a interrogarme con preguntas innecesarias.

************

Ha pasado una larga semana y  a mi madre hoy la darán de alta en el hospital, quedé de esperar en la vivienda con Sandy, mientras Alex iba a recoger a mamá y traerla de nuevo a casa. Yo aproveché para arreglar y ordenar todo para su llegada.

Ya había regresado a mi trabajo al club, Julie está vez no quería aceptarme porque me comento que eso le podía trae problemas con la mafia del Diablo, pero después de tanto insistirle y suplicarle que ocupaba el empleo, me lo devolvió. Se que tal vez la meta en problemas y todo por querer sacar de sus casillas a ese tipo.

Estaba decidida y nada me iba hacer cambiar de parecer. Se que Julie tiene la ventaja de que esta protegida por ese tal Edgardo por esa razón ya no me seguí preocupada por ello, y ella misma lo confirmó.

Después de alistar todo para recibir a mi madre como se lo merece, fui a cerciorarse de que mi querida sobrina de diera una ducha para que estuviera lista también. Yo ya había tomado una, así que solo estaba sentada en el sillón de la sala esperando a que llegarán.

En eso escucho el timbre sonar en la sala, que extraño mi hermana tenía llaves y no era necesario que llamara a la puerta, o probablemente era Mika que venía temprano acompañarme a recibir a mi madre. Le había avisado el fin de semana cuando la vi en el trabajo y estaba informada de que ya le iban a dar de alta para volver a casa.

Quizás era ella, por esa razón me acerque a la puerta para abrirla, sin fijarme primero de si era mi amiga o no. En cuanto abrí para darle la bienvenida con una sonrisa de alegría, mi rostro fue cambiando de alegría a desconcertada y desagradable.

El imbécil se encontraba de pie frente a la entrada de mi casa, y lo peor de todo es que estaba con una de esas sonrisas que odiaba. Furiosa intente estampar la puerta en su atractiva cara. Pero mi intento por hacerlo falló cuando la detuvo con su pie y luego la empujó con una de sus manos, haciendo que me tambaleara por el impacto.

Retrocedí tropezando y casi caigo al suelo, pero el imbécil alcanza a tomarme de la cintura con uno de sus brazos y me rodea con el, y yo solo respingue. Ya se encontraba dentro de mí hogar y lo peor de todo era que no podía echarlo, me tenía bien sujeta y pegada a su cuerpo. Alcance a notar que su otra mano la traía ocupada con un ramo de orquídeas moradas.

Anonadada por ese detalle, no entendía que hacía aquí y con unas flores en la mano. Se inclinó un poco hacía mí iba a besarme, intento reaccionar para empujarlo con mis manos, pero fracasó, no logro moverlo. Él corta más la distancia de nuestros rostros y cuando sus labios están apunto de rozar los míos, escucho unos pasos y después una exclamación de asombró.

— ¡Oh Lillie! — grita, es la voz de mi madre.

Mis ojos se abren de la impresión.

Oh no, había olvidado ese pequeño detalle, mientras me dejaba llevar y todavía me encontraba pegada al pecho de este majestuoso hombre, había desatendido que mi madre y mi hermana venían en camino y que la puerta había quedado completamente abierta.

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