Peligrosa 21+ (COMPLETA) romance Capítulo 29

Maratón 4/4

Narra Pía:

Mis pies continuaban actuando con inercia, el césped verde y suave se undia con cada pisada que daba en el.

Mis ojos estaban empañados en lágrimas, mis mejillas se hallaban mojadas del agua salada que era liberada por mis ojos azules celeste.

Mis labios se podían encontrar entreabiertos. Solo faltaban pasos para que el cuerpo de mí madre y el mío chocarán en un fuerte abrazo de amor.

Sentir los suaves y delicados brazos de mí madre, era como tocar el cielo con las manos, sentir las nubes blancas y esponjosas; es una de las cosas más maravillosas del mundo. Vivir apartada de aquella señora, se podía decir que era lo que más me dolía de aquella enfermedad.

La distancia, la lejanía; como lo quieras llamar, cuando toda tu vida estás acostumbrada a vivir con la persona que te mantuvo nueve meses en su vientre, que te alimentó, que supo inculcarte los mejores valores; esa que demostró ser lo mejor que te ha pasado en tu vida; ese ser que muy pocas personas tienen la oportunidad de tener a su lado o de siquiera que tenga el valor de ofrecerte un amor incondicional y un trato único e indispensable; esa era mí madre. No se ustedes, pero a pesar de que la mía tuvo muchos defectos, que todavía poseía en su interior; aún así, continuaba amandola como el primer día que su mano tocó la mía; el día en que me dió a luz; aquel 14 de febrero cuando junto a mí padre que la tomaba de la mano yo llegué a este mundo.

No soy un ser humano cruel, ni despiadado como muchos; tampoco soy egoísta, al contrario; siempre he sido consiente de como la vida es injusta y cruel con la mayoría de las personas; pero todo tiene una razón. Siempre me habían enseñado que el perdón es una forma de redención y superación, que dejar libre a alguien no te hace menos, sin embargo debes saber luchar por esa persona sin dañar a nadie en el intento.

Muchos me han dicho que es imposible que todavía con veintitrés años continúe siendo inocente; sin embargo deben saber algo; ser inocente no solo se basa en no conocer los peligros que nos acechan, es pensar de manera positiva; es verdad que también se asocia con la carencia de experiencias o incluso experiencia. Soy inocente, aunque digan lo contrario, no soy un ser que se caracteriza por ser cruel, al contrario, siempre intentaré con todas las fuerzas de mí corazón hacer el bien.

Regresando a la realidad; me hallaba en los brazos del ser más maravilloso de este mundo. Mí madre era el ser más amable, dulce, perfecto del universo. Mis ojos estaban llenos de lágrimas que bajaban con rapidez, sin miedo a caer en el verde césped de aquel gran patio repleto de personas.

El calor proveniente del cuerpo de aquella mujer de ojos idénticos a los míos, era reconfortante y capaz de brindarme todo su amor de nuevo.

Mí creadora me besaba la cabeza y me pasaba su mano por mí cabello, a la vez que yo la rodeaba con mis brazos.

—Te extrañaba mí pequeña de ojos azules —pronunció con voz dulce aquellas palabras, mientras me colocaba sus manos a cada lado de mí cara, tomando mis mejillas

—Y yo mí ángel de luz —se que la mayoría de las personas me juzgaban por llamar a mí madre por aquel sobrenombre, sin embargo desde la primera vez que di mis primeros pasos, aquel momento en que por unos segundos casi termino ahogada en una piscina por curiosa, mí creadora se convirtió en mí ángel de luz.

—Y que hace Ethan ahí parado —levantó su brazo y ocasionó que me girara, fijando mí atención en aquel chico de ojos hermosos—, soso ven aquí a ver a tu segunda madre.

En el instante en que las palabras de mí madre salieron de sus labios, Ean mostró una sonrisa y emprendió su camino en nuestra dirección.

El sobrenombre soso es bastante gracioso la forma en la que se creó, basado en que el hermoso y guapetón de mí mejor amigo era muy pequeño cuando se le denominó así.

Hace doce años antes :

—Mamá no quiero ponerme este vestido, quiero el rosa —mis berrinches solo ocasionaban que mí madre riera como loca, sus hermosos cabellos castaños se movían con el viento y en el final de sus ojos se formaban unas preciosas arruguitas.

Ella se hallaba con un vestido blanco por completo que le llegaba hasta por encima de sus rodillas; su cabello estaba suelto y libre como un animal, moviéndose al compás del viento; su cara estaba con un maquillaje sencillo y un labial rosado con gran parecido al color de mí vestido; sus pies estaban enfundados en unas plataformas no muy altas de color blanco.

—Mí bella Pía, debes comprender que todos iremos de blanco, sabes que te amo con mí vida y que siempre haré lo posible por qué estés muy bien y agusto con lo que usas; pero debes ponerte en mí lugar y como toda niña buena obedecer —las dulces palabras de mí madre tenían gran significado y solo de algo estaba segura; era la niña más afortunada del mundo; mí madre era única.

—Ok mamá, solo lo hago porque te amo —levanté mí dedo señalando su nariz, a la vez que ella intentaba morderlo.

—Ahora ponte este vestido —me extendió el vestido blanco no tan largo y ajustado a mí cuerpo, mientras yo lo tomaba con una sonrisa sincera.

—Todo por hacer feliz a la mujer más maravillosa del mundo —pronuncié plantando un beso delicado en su mejilla.

—Te amo, pero ahora vístete que debemos ir a ver cómo está Ethan con su traje —las palabras de mí madre ocasionaron que una sonrisa se formara en mis labios rosados y finos.

«Ethan odiaba los trajes»pensé, recuerdo que antes de este día él solo me decía.

—Nunca en mí vida, ni siquiera en nuestra boda usaré traje, prefiero usar unos pantalones desgastados, con una camisa y mis nikes deportivas negras, a someterme a semejante martirio —ese recuerdo solo ocasionó que más carcajadas fueran liberadas por mis labios y mí mano terminara en mis cabellos sueltos, estos estaban cayendo en cascada por toda mí espalda.

Me acerqué al vestidor y enfundé mí cuerpo en el vestido blanco tejido, mis pies en unos pequeños tacones no muy altos, sin embargo; eran cómodos, con una tiras doradas que se ajustaban a mis diminutas canillas.

Mis manos estaban cubiertas por unos guantes que combinaban con el conjunto.

Mis ojos azules celeste quedaban a la perfección con mí extenso cabello y el cerquillo que se hallaba en mí frente.  Mis mejillas tan rojas como siempre, haciéndome lucir adorable .

Las grandes puertas de caoba se abrieron dejando ver a mí creadora con su vestido y su cabello sedoso con ondas caer por cada lado de su cuerpo.

Se detuvo justo delante de mí y su mano de posó en sus labios, mientras sus ojos eran abiertos por inercia, con una lágrima bajando por sus mejillas.

—¡Estas preciosa mí pequeña de ojos azules! —exclama acercando su cuerpo al mío y plantando uno de sus besos en mí mejilla derecha, a la vez que me abraza.

Yo solo envuelvo mis brazos a sus costados y le devuelvo aquel abrazo tan lleno de amor que ella siempre me proporciona.

—Vamos Ethan deja de ser tan soso, tenemos que vestirte —escuchamos la dulce voz de la madre de Ethan, la señora Miller, en la habitación de al lado y el llanto de este.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Peligrosa 21+ (COMPLETA)