Peligrosa 21+ (COMPLETA) romance Capítulo 67

Narrador Omnisciente:

Día de la boda:

El día había llegado finalmente.

Los nervios de todos, tanto de los novios como de los invitados y los padres estaban por los cielos.

La mirífica playa estaba cubierta de hermosas guirnaldas de varios colores que iluminaban todo el lugar.

El mar estaba calmado, el aire movía los cabellos de las personas que allí se encontraban esperando con ansias el momento del reencuentro.

Un hermoso atardecer se estaba cerniendo ante ellos en todo su estupendo esplendor.

Un castaño de ojos marrones se hallaba con su cuerpo enfundado en un maravilloso traje ajustado de color negro. Su cabello como la mayoría del tiempo estaba totalmente desordenado dándole ese aspecto sexy que siempre posee. Sus pies estaban descalzos con la fría arena cubriéndolos.

A su lado estaba uno de sus mayores compañeros de vida con sosteniendo los anillos en espera de que todo saliera a la mar de bien.

—Todavia sigo esperando a que salgas huyendo —habla Ethan ocasionando que Dante le de un leve repaso.

—Te mentiría si te digo que yo también —lo segunda Dante con sus ojos fijos en el inicio de la playa.

Sus latidos están apresurados; el intenta regular su respiración pero se le dificulta por el hecho de que nunca en su vida había estado tan nervioso como ahora.

Pasa la mano por su cabello mirando de un lado a otro. Sin embargo, al otro lado de aquella playa en la mansión en la que habían pasado unos días, te encontrabas a la hermosa novia siendo maquillada por quién se había convertido en su mejor amiga, su madre y su suegra.

—Chicas estoy tan nerviosa —susurra la joven observándose en el espejo.

—Es normal mi cielito, pero sabes que es tu día y todo saldrá según lo que Dios quiera —su madre arrulla a la pequeña niña de tres meses que descansa en sus brazos durmiendo plácidamente.

—¿Y que pasa si Dios no quiere que me case? —cuestiona Pía nerviosa.

—Estoy muy segura, que en tu destino está pertenecer a la familia Vivaldi; sino porque me darías unos nietos tan excepcionales —manifiesta su suegra con el pequeño niño entre sus brazos.

La otra rubia culmina el maquillaje de la chica con una sonrisa en sus labios.

—¡Estas lista! —exclama Darla luego de colocar la evilla en la cabeza de la joven.

—Gracias por estar todos aquí —agradece feliz Pía con una lagrima bajando por sus mejillas.

—¡Oh vamos; no es un día para llorar, puedes arruinar tu maquillaje! —la regaña su amiga haciendo que una sonrisa de alce en los labios de la rubia.

—Es verdad; a mí padre no le gustaría verme llorando el dia más feliz de mi vida —al mencionar aquello la melancolía se vuelve a instalar en su interior recordando como justo el día de la muerte de su padre nacieron sus bebitos.

Se levanta de la silla, aproxima su cuerpo al enorme espejo de cuerpo completo y observa su vestido de novia.

No es ni muy llamativo, ni muy grande. La sencillez como siempre la ha caracterizado y es algo que no dejará de estar en ella.

Su cabello esta tejido con algunas trenzas, el velo blanco es sostenido por la evilla de su difunta abuela.

El vestido es blanco, con cortes franceses que le llega hasta sus tobillos. Su escote es en forma de uve, las mangas son largas y el tejido es lo que más predomina en aquel conjunto. Su maquillaje es natural mostrando solo la belleza que siempre ha poseído pero resaltandola un poco más.

Su pálida y aterciopelada contrasta con su vestido de novia, además del ramo de flores que descansa encima de la mesa de sus maquillajes. Alza sus labios en una sonrisa de felicidad al verse con otros ojos. La imagen de su padre se cruza en su mente llenándola de esos sentimientos que permanecen intactos.

Junta sus manos para agradecerle a Dios por haberle dado la oportunidad de pasar un buen tiempo con sus padres, y por permitirle semenajante felicidad. Se gira en dirección a quienes la miran de manera cariñosa con su corazón bombeando sangre con prisa.

Se acerca a su madre tomando a la niña de cabellos rubios con tonos castaños, y unos hermosos ojos azules profundos.

—Hola Daiana —toma las diminutas manos que alza la niña, palpando la cara de su madre.

—Es tan hermosa como su madre —elogia la progenitora de Pia y la rubia asiente.

—Gracias a tus genes madre —le planta un beso en su mejilla y vuelve a centrar sus ojos medio verdosos en los de la bebe que sostiene en sus brazos.

La admira con fervor emocionada al saber que esa diminuta persona salió de su vientre.

—Ven con abuela mi lucecita —Pia se la extiende a su madre mientras se acerca a el mini Dante que descansa plácidamente en los brazos de su suegra.

—Es tan igualito a él —alega la rubia pasando sus manos por la cabecita del varón.

—Esperemos que no saque su misma personalidad porque sino será un desastre —se queja Darla y todas ríen por lo bajo.

—Aqui estaré yo para enseñarlo a respetar a las mujeres como bien se debe —todas asienten.

—Bueno, ya es el momento —Darla se acerca a Pía extendiéndo su brazo para que su amiga lo tome.

—Alla vamos —las primeras en salir son la madre de Pía y su suegra.

La novia y su mejor amiga permanecen en la gran escalera que da a la playa respirando para que los nerviosa desaparezcan finalmente.

—¿Y los gemelos? —cuestiona nuestra protagonista en dirección a su amiga.

—Con mi madre que no los suelta —sonríen y empiezan a caminar cuando la canción Haunted de Beyoncé suena por los altavoces—, ya está llegando tu momento.

Capítulo 68: 1

Capítulo 68: 2

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Peligrosa 21+ (COMPLETA)