Peligrosa 21+ (COMPLETA) romance Capítulo 24

Dante Vivaldi.

Observo el reloj en mi mano derecha, apreciando los minutos que faltan para encontrar a la rubia. Lamo mis labios tamborileando; a la misma vez mis dedos en el volante mientras desvío mi atención a la acera del edificio de Pía.

Tomo un porro de mi cajetilla de Marlboro preparándome para en cuestión de segundos encender uno de los veinte que guardo de reserva para ocasiones cómo está en la que mi ansiedad me sobrepasa.

Le doy una deliciosa calada que llena mi sistema con la fuerte nicotina que me llena; me llena de tal forma que podría sentir que vuelo de la tranquilidad quemé transmite por un tiempo que llamo felicidad.

Estoy consciente de lo dañino que es el cigarro para los pulmones, los cigarrillos sobre el organismo desencadenan el desarrollo de patologías severas como tumoraciones, problemas cardiovasculares, respiratorios, etc. Tal es el caso, por ejemplo, del cáncer de labio en los fumadores de pipa, el cáncer de vejiga y el cáncer de esófago. En este último, se aprecia un mayor riesgo de padecerlo en pacientes adictos al tabaco negro. Los alquitranes y otras sustancias químicas que acompañan a la nicotina en la composición del cigarrillo son considerados altamente nocivos, siendo los principales responsables del desarrollo de tales complicaciones. Sin embargo, está demostrado también que el tabaco mascado «sin humo» también produce cáncer de la cavidad oral. El tabaco puede provocar enfermedades del aparato respiratorio. Las patologías más frecuentes asociadas al tabaquismo son la bronquitis y el enfisema. Se trata de dos fenómenos esencialmente de tipo inflamatorio y destructivo, pero que pueden complicarse con lesiones obstructivas, de fibrosis alveolar e incluso de neumotórax. La nicotina tiene también un efecto directo sobre el sistema vascular, pudiendo producir gangrena como complicación de la enfermedad de Buerger.

Para no aburrirlos con más datos innecesarios que posiblemente les quiten las ganas de sumar o tal vez no, simplemente les dire que en algún momento de nuestra vida llegaremos a morir; no somos seres infinitos que pasaremos años conviviendo en esta tierra que nosotros mismos hemos contaminado, que por supuesto que estoy de acuerdo en que no deberíamos tener adicciones pero... ¿acaso comer no es una dependencia que cuando se realiza en cantidades excesivas te puede hasta causar la muerte?, ¿incluso dormir puede llegar a ser una adiccion?, ¿follar?; esa es una de las dependencias más normales del mundo y aún así seguiremos igual, si al final nuestro momento llegará no importa si es ahora o en veinte años pero llegará.

Poniéndome filosófico y sin darme cuenta me termino el primer porro de muchos; sé que podría subir y pasar un rato con Ethan pero justo hoy prefiero mantenerme alejado de eso, se lo que acontecerá cuando descubra que le estoy tirando los tejos a su mejor amiga y para empeorar la mujer que lo trae loco.

Mi vida he estado abarcando triángulos amorosos en los que me he llegado hasta ahogar por culpa de sentimientos que nunca llegan a ser los míos; y es que... al final de todo termina locas por semejante papacito que soy, y más cuando mi acento italiano los enloquece mucho más de lo que se imaginan.

Relamo mis labios encendiendo un segundo porro, guardando la cajetilla y mi fosforera zippo 218DC deportivo cuenca de color azul Prusia.

Me entretengo jugueteando con ella mientras acomodo mi antebrazo en la ventanilla del auto Mazda CX-9 siendo unos de los mejores SUVs del 2018 con cristales polarizados, llantas Bridgestone, con asientos de cuero negro y siendo la capa que posee en el exterior con semejanza al gris.

Centro mi atención en la acera del edificio de la rubia, perpetuando el auto que llega con una música que en segundos me hace rodear los ojos.

«Típico de la chica con lengua viperina » pienso llegando a mis oídos la dulce voz de Cristina Aguilera con sus suaves canciones de la época, una de las cantantes favoritas de mi madre.

Sonrió al perpetuar en mi cabeza como desliza su lengua por sus labios rojizos con una pequeña capa de labial rosa francés, a la misma vez que acomoda algunos mechones de su cabello detrás de su oreja y sostiene algunas bolsas.

Apago el pitillo en la calle luego de salir del auto, abotonando la chaqueta de mi traje y peinar mis hebras castañas.

Me encamino a donde se encuentran, cruzando miradas con Darla que me asesina en segundos, disimulando delante de Pía; este jueguito me está cayendo como la mierda, y aunque quiero entenderlos sé que es para nada.

Sin embargo no me da tiempo a acercarme cuando dos chicas se entrometen en mi camino.

Varias señoritas pasan cruzando miradas conmigo; para después reírse, provocando que por instinto relama mis labios contando en mi cabeza los segundos que tardarán en acercarse.

«Uno...dos....

No me da ni tiempo a llegar a tres cuando la pelirroja se acerca con una robusta sonrisa y una nota en mano; contorneando sus caderas con tanta exageración que me llega a provocar más risa de la necesaria y me es difícil no reírme.

—Hola guapo —saluda cordial mientras la otra solo baja las mejillas sonrojadas.

—Hola hermosa —susurro dejando que mi acento italiano las envuelva haciéndolas casi desmayar.

—¿Nos darías tu número? —cuestiona con una frondosa sonrisa que me lleva a sonreír igual pero con mucha más picardía, al percatarme de la mirada de la rubia.

Bajo la mirada negando, con una estrepitosa sonrisa en mis labios.

—No puedo hermosa —respondo destruyendo la expresión de la chica para volverse de completa confusión.

—¿Ah no? —asiento a su cuestionante—; ¿se puede saber por qué?

Un plan malévolo se crea en mi cabeza y antes de lo pensando les doy la espalda encaminándome a donde se encuentran las dos rubias casi listas para subir con sus bolsas de comida y algunos adornos.

—Buenas señoritas —anunció mi entrada triunfal imaginando un cantar de alabanzas por mi darles la oportunidad de estar con tal eminencia con una sonrisa maliciosa—... Hola señorita Melina; tanto tiempo sin verla.

El cuerpo de la rubia se tensa, a la vez que evita hacer contacto conmigo; aunque antes de lo que ella se imagina la agarro de su cabello y sin ningún problema me preparo para juntar sus labios sobre los míos.

Su perfume me aturde al igual que su cercanía; sus bellas pupilas deleitándose con la mirada que posa en mis labios; mientras su rostro se sonroja por puro instinto.

—¿Qué haces? —su voz sale casi en un chillido que me ocasiona unas carcajadas.

—Espantar a esas mosconas —señaló con mi cabeza a las chicas que rápido se alejan molestas para después fijar mi atención en ella.

No sé por cuantos minutos permanecemos ahí, pero Darla desaparece con las bolsas, y todo nuestros entorno hace lo mismo convirtiéndose en olvidado.

Relamo mis labios por inercia, deseoso de morder su labio inferior cuando de un momento a otro aleja su cuerpo de mi de un empujón.

—Suéltame pervertido —demanda casi cayendo de culo en la acera por ese movimiento tan brusco.

Sonrió con maldad; tomando un porro que no dudo en encender, haciendo que toda la atención de la rubia se pose en el.

—¿Sabes que eso es dañino? —cuestiona manteniendo su expresión de disgusto en el cigarrillo.

—Ujum —le doy una calada disfrutando del rollito, llenando mi sistema con el humo que expulso después.

Se mantiene así por dos minutos mirando como mis labios sostienen el pitillo, para después poner las manos en su cintura.

—¿Que haces aquí? Te dije que solo tendríamos una relación estrictamente profesional —espeta con expresión neutral; ocasionando que se vea mucho más tierna de lo que ella piensa en realidad.

Sonrió; lo hago porque la respuesta que daré posiblemente la sacara de sus casillas, a la misma vez que elevo una de mis cejas castañas en inquisición.

—¿Y en que momento mencione que venía por ti? —inquiero con una sonrisa burlona, obligándola a que su expresión cambie a una de molestia, encendiendo sus mejillas y apretando sus manos en puños con fuerza.

—¡Eres un cabron! —eleva su tono de voz; aumentando mi sonrisa; a la misma vez que la alzo en mi hombro bajo la mirada de algunos ancianos que pasan y aprecian la escena.

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