El Socio de mi padre romance Capítulo 26

Axel Vega Lazcano

León, Guanajuato, México

–Cuenten con eso Axel, pero tengo curiosidad por algo. Yo no había hecho nada para llegar al trato, apenas lo iba a sugerir hoy, claro antes que la resaca me estuviera nublando todo pensamiento coherente– Reconoció Ale – Tú no eres de los abogados de llegar al trato, eres de los que prefieren llegar al juicio ¿Cómo le hicieron?

–No lo hice yo, ha sido Amaia quién se ha llevado todo el crédito así que la cena de hoy, será para celebrarla a ella – Dije volteando a ver a mi Amaia y tomando su mano entre la mía – Nos vemos más tarde Ale ¿Irás al despacho, supongo?

–Sí, ya me siento mejor. Nos vemos allá en unas dos horas. – Me aseguró, Ale.

–Muy bien, allá nos vemos.

Al colgar con Ale, Amaia y yo volvimos a besarnos y demostrarnos nuestro amor como cada vez que teníamos la oportunidad, al saber que teníamos dos horas antes de ver a Ale, supe que podíamos ir a algún lugar, en el que podríamos estar solos, le necesitaba, me urgía volverla a tener en mis brazos..

–Amaia ¿Me acompañarías un rato a casa de Elisa? – Pregunté antes de ir – Por favor, cariño.

Esperaba que me dijera que sí, ya todo en el Tec estaba en orden, no creí que iba a asistir después de todo, si su trabajo y tareas que iba a entregar ya estaban en manos de sus profesores.

–Claro Axel, aunque no sé lo que iremos a hacer a su casa. Supongo que ella está ahí.

Bueno, si hubiera estado mi hermana en su casa no la invitaba, me la llevaría al lugar que ella escogiera, lo importante era que fuéramos a celebrar solo los dos.

–No cariño, no está. Quiero que vayamos a festejar que hemos ganado el caso y de paso riego sus plantas, como me encargó.

–Yo encantada Axel y más porque no podré cenar contigo y con Ale esta noche. Tendrán que celebrar sin mí, tengo que ir a cenar a casa de Luis Miguel recuerda el acuerdo que tengo con él.

Se me había olvidado por completo lo del acuerdo con su amigo, para nada me acordé que era hoy. Le diría que lo cancelara, pero el chico ya le había hecho el favor de asistir a la fiesta del despacho y ahora ella tenía que hacer su parte.

–Es verdad, entonces no perdamos más el tiempo que juntos podemos compartir y celebrar que esto lo hemos ganado gracias ti, cariño.

Debía aprovechar las dos horas que teníamos libres, esto no se vería todos los días, así que nos iríamos a casa de mi hermana a celebrar por lo alto.

–Gracias Axel, pero deberíamos de comprar antes unas bebidas – Sugirió Amaia – Si es una celebración, no se puede celebrar con agua.

Lo que dijo Amaia, me hizo morir de risa porque no podía creer que estuviera pidiendo vino, después de cómo habían acabado ella y Ale de lo de anoche, otra cosa que tenía que ir conociendo de ella. Nunca era suficiente vino, siempre quería estar tomando más.

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