El Socio de mi padre romance Capítulo 79

Amaia Domínguez García

Puerto Vallarta, Jalisco, México

Desperté y no sé ni que hora era, sólo sé que quería ir al baño, pero por más que quise soltarme de los brazos de Axel, no pude y traté de despertarlo, pero era inútil. Me sentía muy mal, tenía el estómago revuelto y el dolor de cabeza era espantoso, veía luces y me dolía medio lado de la cabeza como si se me fuera a reventar.

Axel estaba profundamente dormido y yo, no me sentí capaz ni de intentar despertarlo, pues, a decir verdad, no sabía ni que había pasado anoche o en la madrugada o ya ni sabía en realidad nada de nada. Dejé de pensar y me volví a quedar dormida.

–Amaia, despierta cariño – Axel me hablaba y yo, no sabía qué hora era – Tenemos que desayunar algo y volver a nuestro hotel para irnos.

Estaba totalmente desorientada, porque esta habitación donde estábamos no la recordaba como la de la suite de la güera, porque lo último que me acuerdo fue que caí en la cama y me quedé profundamente dormida y ahora despertaba en una habitación, totalmente diferente.

–Axel, ¿En dónde estamos?, ¿Qué hora es? – Pregunté adormilada – No me acuerdo de nada.

Necesitaba una respuesta a mis preguntas, porque fue como si me hubiera transportado a otro lugar y no me gustaba la sensación, me sentía como perdida, como si estuviera totalmente perdida.

–Déjame refrescarte la memoria – El me soltó de golpe y se levantó de la cama – Cómo puedes apreciar, tenía toda esta hermosa sorpresa para ti, pero como siempre haces, echas a perder todo con tus borracheras.

Me quedé callada, maravillada como estúpida cuando veía a Axel dirigirse a la regadera para meterse a bañar, se veía guapísimo sólo llevando su bóxer puesto y aunque estaba enojado, eso de ninguna manera le quitaba lo guapo sino todo lo contrario. Axel, me miraba muy enojado y eso, me refrescó la memoria pues me incorporé poco a poco en la cama y noté que sólo llevaba mi ropa interior puesta, entonces lo recordé todo, él anoche me había dejado con ganas y no me había hecho el amor, sólo habíamos dormido.

–Axel, siento mucho lo de anoche – Caminé detrás de él – Pero, aún podemos hacer algo, ahora. Sí tú quieres.

Me imaginaba que todavía teníamos tiempo, antes de regresar nos al hotel, quería que me besara, me abrazara y que me hiciera suya como solamente él sabía hacerlo.

–Pasa que no quiero, ahora si quieres bañarte, te cedo el baño para que lo hagas tú primero – Me miró con coraje – Y sí no, vístete que tenemos que volver a nuestro hotel. Hoy regresamos a León, por si el alcohol, no te impide recordar eso.

Desconocía por completo esta manera de Axel de tratarme, pues sí ya habíamos pasado la noche y ya el asunto se había quedado en el día anterior, por qué tenía que traer a colación, toda esta cuestión del alcohol, si me afectaba o no en mis pensamientos o en mi memoria.

–No me bañaré, no tengo ganas – Dije enojada – Báñate tú, me duele muchísimo la cabeza ¿No traes una pastilla o algo? Por favor Axel.