El Socio de mi padre romance Capítulo 75

Amaia Domínguez García

Puerto Vallarta, Jalisco, México

Al medio día de ese día, yo me desperté. Axel ya no estaba a mi lado, me vestí con algo y salí de la recámara, la güera y Luis Miguel, me habían dejado un recado para que fuera a buscarlos a la playa y eso hice, pues no quería estar ahí en la suite yo sola. Llegué a la playa y era demasiada gente, no los veía por ningún lado, hasta que sentí que alguien me tomó de la mano.

–Amaia, tú parece que estás sorda mujer – Se quejó la güera – Te estoy hable y hable y no contestas.

No me había dado cuenta de que me estuviera llamando, por eso era que no me gustaba estar entre tanta gente, pues me aturdían demasiado.

–Bueno güera, ya aquí estamos. Los estaba buscando, vi su nota en la suite que habían venido a la playa ¿Viste a mi Axel irse?

Por haberme dormido me perdí la despedida de mi amor, pero la verdad era que no aguantaba el sueño, después de que nos amamos hoy temprano.

–Sí, vi a tú Axel cuando se fue y está noche tenemos fiesta – A la güera le brillaban los ojos – Mi mejor amigo, se lucirá con nosotras, nos enviará vestido, zapatos, peinador y todo. Tenemos cita con las personas a las 4 en la suite, así que te sugiero que ya que estás aquí pidamos algo para comer en la playa.

Era de las pocas comidas que no me gustaban, desde niña, no podía ingerir ese tipo de alimentos.

–Güera, yo paso de comer en la playa – Me disculpé – No me gusta comer nada del mar y te pido por favor, que no me tomes eso a mal.

–No, está bien, Amaia, vamos a comer entonces en el restaurante del hotel, en el que venden de todo. Yo sí como lo que sea, para comer los tres juntos.

–Gracias güera, entonces los espero ahí en el restaurante voy a ir apartando una mesa.

Pensé que me iba a insistir en que comiera con ellos ahí en la playa, pero la güera, me daba cuenta que no presionaba a la gente, me gustaba su forma de ser, pues cada quien era libre de comer lo que le diera la gana.

–Claro que sí, ahí te alcanzamos ahorita.

Me fui caminando de vuelta al hotel, gracias a Dios que me había librado de meterme más a la playa. Eso de la arena no me gustaba para nada, me metí al restaurante y tomé asiento ahí dentro de él. Me senté y empecé a ver que, había comida buffet de antojitos mexicanos, vi a la güera entrar con Luis Miguel, poco después de llegar yo.

–Tenía que ser mi amiga, Amaia – Micky se burlaba – No come nada del mar, la princesita.

–No te burles Micky – Respondí – Se ve muy bien, el buffet de antojitos mexicanos.

Todo el mundo sabía que esa clase de comida no me gustaba, no era la primera vez que le pasaba a Micky, pues nos conocíamos desde siempre.

–Sí se ve excelente y tenemos poco tiempo para comer, así que mejor pasemos al buffet – Dijo la güera – Muero de hambre.

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