El Socio de mi padre romance Capítulo 2

Axel Vega Lazcano

León, Guanajuato México

Por supuesto que a eso me refería, disfrutaríamos de un momento de relajación, sin que nadie nos molestara, necesitaba estar tranquilo con todos los problemas que me perseguían.

–Sí, lo que tú quieras, vamos a comprarlo ahí – Le señalé una tienda de autoservicio, de las que funcionan las veinticuatro horas– Me voy a meter al estacionamiento.

–Sí, me parece perfecto. – Aceptó, Amaia.

Me estacioné y bajé para abrirle la puerta, como era mi costumbre hacer con todas las mujeres, fueran familia, clientas, colegas o amigas, siempre he sido un caballero. Pero Amaia, no me dejaba que la tratara como a la reina que era.

–Axel, no es necesario que me abras la puerta para bajarme del auto, se pierde mucho tiempo ¿Sabes? Es el siglo XXI, ya no es el pasado – Me regaló una sonrisa preciosa – Pero bueno, ya vamos que tengo sed.

–También yo, cariño. Necesito un trago con urgencia, me estoy muriendo de tanto estrés.

No sé, qué me llevó a tomarla de la mano para entrar así a la tienda y dirigirnos justo a dónde estaba la sección de las bebidas alcohólicas, tomamos varias bebidas dulces de sabor y nos soltamos para que ella llevara unas y yo, otras. Tomamos unas botanas y llegamos a la caja a pagar, dónde nos dieron unas bolsas ecológicas, que yo, cargué para subirnos al auto. Salimos de la tienda y caminamos hacía el auto.

Me adelanté y como pude le abrí la puerta del copiloto y subió, ya estando arriba del auto, no encontraba el destapador entre mis cosas que traía siempre en la guantera y eso me desesperó, Amaia comenzó a reírse de mí, al verme tan alterado.

–Axel, ¿Buscas algo así? – Me dio un destapador que traía en su bolsa – Yo siempre traigo algunos, son para emergencias.

Era muy precavida por lo que me daba cuenta, pues para traer un destapador estaba bastante familiarizada con las bebidas. Cosa que ya me había dado cuenta.

–Sí, eso estaba buscando, pero, de todos modos, el mío debe estar por algún lado en el auto, no puede perderse así nada más de la nada – Dije exasperado – Lo siento Amaia, me siento muy mal y muy tenso. Siento que, todo se me ha venido encima.

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