Solo Una Noche [#1 Trilogía Infierno] romance Capítulo 20

LILLIE

— Insisto en que debemos irnos — digo cuando entramos al sitio al que mi amiga me arrastró — No me agrada este lugar.

— Deja de quejarte — responde, mientras jala de mi brazo para que avance — No nos vamos a quedar, solo comprobare si me esta engañando, y después nos iremos.

Resoplo molesta.

Mi amiga se estaba obsesionado con ese tipo, era la primera vez que hacía esto. Nunca había llegado hasta el punto de vigilar a uno de sus conquistas, o novios, o lo se que sea que signifiquen para ella.

El lugar es muy distinto en el que solemos trabajar, este si es un table dance, pero de esos de baja. En donde nosotras trabajamos solo bailamos sin quitarnos la ropa, y otras chicas ofrecen servicio de compañía, acostarse con los clientes no esta permitido. Y aquí al parecer es lo contrarío.

En la pista de baile ahí chicas semidesnudas y otras sentadas a lado o arriba de sus clientes, mientras ellos les meten mano y hay algunos que hasta sexo tienen en los pasillos, lo digo porque ahorita pasamos una pareja gimiendo mientras se movían pegados contra la pared.

Solo con escucharlos se me revolvió el estómago del asco. Como esas chicas permiten que las tomen así aquí mismo. Bueno también debo de pensar que es su trabajo, unas lo hacen por necesidad mientras otras lo hacen por gusto. Por eso no las juzgo.

— Las chicas de aquí si son salvajes — dice Mika mientras mueve sus cejas rápidamente.

En respuesta niego con mi cabeza.

Llegamos a una mesa, algo muy retirada de la pista de baile. Mika hace una seña con su mano para llamar a una mesera, yo frunzo el ceño.

— ¿Qué haces? — me inclino para hablarle cerca, ya que con el ruido no me iba a escuchar.

— Pedir unas bebidas.

— Pero no venimos a eso — la reprendo.

Ella solo voltea los ojos hacía arriba.

— Es para no levantar sospechas, además necesito sacarle información a alguien. Así nunca daremos con la presa.

Niego rápidamente.

— Dices no querer levantar sospechas, pero una vez preguntes como quiera lo harás — frunzo los labios.

— ¿Me crees tonta?, — finge estar dolida por su pregunta — Buscare las palabras correctas para interrogar a la chica. Sin que se de cuenta. — me guiña un ojo.

La joven se acerca a nuestra mesa, preguntado que deseamos tomar. Yo iba a pedir un vaso de agua, pero la mirada de mi amiga me hizo retroceder en mi pedido y tuve que elegir una piña colada, es tipo bebida para chicas, no creo que con eso levante sospechas. Mika pidió ron con gaseosa.

Ahí fue cuando aprovecho hacer unas preguntas mientras disimulaba, le había dado a entender que éramos lesbianas. ¡Ay no!, ella no tiene límites. Y al decirle eso, la mesera me sonrió y me guiño el ojo. ¡Oh no! Ya tengo nueva pretendiente que me acose. Le lanzo una mirada asesina a Mika y ella solo se contiene para no soltar una risa.

Unos minutos más la misma chica de hace regresa con nuestras bebidas, Mika coquetea con ella para sacarle más información. Ahora soy yo la que se contiene para no reír. Lo hace también.

Después de marcharse, mi amiga recorre con su mirada el lugar, en busca de su objetivo.

— Tendré que ir a la barra a seguir intentando coquetear con la mesera, desde aquí no alcanzó a ver. Y ella dijo que los mafiosos se reúnen en un espacio privado que se encuentra después de ese lugar. Quizás desde ahí pueda ver algo.

— ¿Piensas dejarme aquí sola? — digo aterrada, esta lleno de tipos tomados y peligrosos.

Arqueo una ceja, intentando no mostrarme molesta.

— Solo será un momento, no debo dejar que me vea, solo comprobare que este solo entre hombres.

Se pone de pie para irse, pero la tomo del brazo cuando pasa por mí lado.

— No tardes por favor, este lugar no me agrada mucho que digamos.

Ella asiente, y la solté. Se alejo para ir rumbo a la barra de bebidas.

La música no es muy ruidosa, se puede charla sin tener que levantar mucho la voz. Pero ahora me encuentro sola sentada en una mesa. Me comienzo preocupar cuando unos tipos me ven con cara de pervertidos. Eso que intenté vestirme decente.

Mis manos comienzan a temblar y a sudar, tengo miedo de que intenten sobrepasarse conmigo. Pero no creo que pase, eso debo de pensar, no pueden forzar a nadie, es un lugar donde muchas chicas trabajan vendiendo su cuerpo. Creo que si una no desea hacerlo, no deben obligarlas, quizás no lo lleguen hacer.

Pero con esas miradas que me echan a casi desnudarme. Me hace dudar.

Lo mejor será ir al sanitario y meterme, no salir hasta que mi amiga me llame, voy a esperar a que me mande un mensaje cuando me busqué.

Sin pensarlo dos veces, me pongo de pie como si tuviera un resorte en el asiento, y salgo casi corriendo de ese sitió. De reojo llegue a ver que los hombres pervertidos también se levantaban para caminar rumbo a donde yo iba, espero no sea así.

Sea o no sea, me apresuro para llegar pronto a los servicios. Entro deprisa al de damas, y agradezco mentalmente por haber logrado llegar a salvo y lo mejor aún es que el lugar no está solo, adentro se encontraban algunas chicas viéndose en el espejo. Sin poner mucha atención, voy hacia un cubículo de baño y me encierro. Bajo la tapa y me siento. Aquí me quedaré hasta que mi amiga se comunique contigo.

Tomo mi celular entre manos y le envío un mensaje para decirle en donde esto, y que venga en cuanto termine. Mientras tanto me entretengo jugando un poco un juego en mi celular, pero antes de eso le envié un mensaje a mi hermana para saber cómo está mamá.

Los minutos pasan, y puedo creer que hasta paso más de una hora. Se me ha hecho eterno, y mi trasero ya se me había entumido de tanto estar sentada en un inodoro.

Me levanto y salgo de ahí. Aún mi amiga no respondía, quiere decir que tal vez no ha visto mi mensaje o aún no termina con su asunto. Tendré que ir a buscarla porque no tiene para cuando acabar con ello, y lo que quiero es irme ya.

Salgo del servicio de damas, pero primero me cercioro de que esos sujetos no ande por ahí cerca de donde estoy. Rezo por ello, y avanzo hacia fuera.

Cuando voy por los pasillos y llego hasta el mostrador de bebidas, no veo a Mika por ningún lado. ¿En dónde se ha metido? le pregunto a la chica que nos atendió al principio, pero no logra decirme casi nada, solo que la vio irse hace un con un tipo, hace un momento por el rumbo contrario de donde venía yo. No me dice exactamente qué lugar es ese y porque motivo se fue hacia allá. Le doy las gracias y me giró para ir hacia ese lugar.

Es un pasillo largo y más adelante veo unas puertas al fondo, no hay salida, ni otras cosas. ¿Qué será aquí? retrocedo porque no pienso averiguarlo, así que iré a esperarla donde se encontraba antes, este lugar no me da buena espina.

Cuando me volteó para retirarme de ahí, uno de los tipos pervertidos que me miraba como desquiciado, se encuentra de pie al principio del pasillo. Nuevamente comienzo a temblar, y el miedo se apodera de mí. No me quedará más que abrir una de esas puerta y entrar, es mejor opción que ir hacia donde está ese tipo enorme.

Sin pensarlo más vuelvo a girarme rumbo hacia las puertas y comienzo a caminar deprisa, pero antes de abrir una, ya con el pomo en la mano, siento que alguien me toma bruscamente de mis brazos para alejarme y hacerme girar completamente.

Es ese tipo, me estampó contra la pared continúa, mientras me acorralada con sus grandes brazos. Mi pánico aumenta y mis piernas tiemblan.

Estoy en peligro.

Comienzo a soltar golpes y patadas, el toma mis muñecas y las aprieta con fuerza, haciéndome daño. Y se pega a mi cuerpo para que impida mis pataletas. Su olor a licor, me llega a mis fosas nasales, el estómago se me revuelve del asco que me dio.

Acerca su rostro al mío y le escupo en la cara, volteó la cara para que no logre cumplir lo que quería. El maldice.

— Me encontré una fiera — dice apretando los dientes.

— ¡Suéltame! — le ordeno — ¡Ayuda!, ¡alguien que me ayude! — grito desesperada, lo más fuerte que pueda

Pero antes de que pudiera gritar nuevamente, con unas de su manos me tapa la boca y me calla susurrando cosas obscenas en mi oído. Yo me preocupo aún más. No se como librarme de este tipo. Puede violarme, me lo acaba de decir. Pero aún sigo luchando como puedo, no dejaré que logre hacerme lo que quiere.

Cuando esta punto de llevar su cara a mi cuello, que creo que es para besarlo. En cuestión de segundos, alguien aleja al desgraciado de mí, que me tenía sujeta contra la pared. Lo lanza con furia al suelo.

Me encuentro en shock, arrinconada en la pared, pero logró reaccionar al ver el rostro del hombre y darme cuenta que es él, el Diablo. Esta encima del tipo, golpeándole el rostro con insistencia mientras sangra sin parar.

¡Oh por Dios, lo va a matar.

— ¡Para, Diablo! ¡Lo vas a matar! — grito aterrada al ver al hombre en muy mal estado.

Pero el me ignora por completo, intento acercarme para tomar de su brazo y alejarlo. Pero él no hace nada más que seguir golpeando.

En eso llega el otro tipo que estaba acompañado hace unos momentos al otro pervertido. Y no viene solo, trae a otros tres tipos. Sacando sus armas, apuntalándole al Diablo y a mí.

Oh no, ahora nos matarán.

Pero el Diablo no para de golpearlo, mis ojos solo viajan rápidamente de los tipos armados a él.

— ¡Suéltalo, sino quieres que mate a tu puta! — grita el tipo armado. Mientras amenaza apuntando hacia mí.

Automáticamente el Diablo para de torturar al pervertido. Y pone su mirada en los otros, rápidamente se pone de pie y me cubre con su cuerpo.

Ladea la cabeza hacia mi y me ve de reojo. Sus ojos destellan ira y su gesto de angustia.

— ¿Estás bien? ¿Te lastimó? — pregunta en voz baja. Sin dejar de estar pendiente de los tipos.

Mientras ellos se acercan al otro que está en el suelo golpeado y lo ayudan a que reaccione, parece muerto.

— E–estoy bien — balbuceo.

Asiente y gira su cabeza para poner su mirada fijamente en los matones armados. Siguen apuntándonos con sus armas. Yo tiemblo como gelatina.

Pero en ese momento siento una mano que estruja la mía, la veo y levanto la vista para ver el perfil del Diablo, ha enlazado nuestras manos para tranquilizarme.

— Cuando te diga ahora, te tiras al suelo. Y cuando te diga corre lo haces. ¿Entendido? — habla en voz baja para que no nos escuchen los hombres que están enfrente de nosotros a unos cuantos metros.

— Entendido — susurro.

Su espalda se encuentra pegada a mi pecho, así que muy bien podemos escuchar lo que nos decíamos.

El comienza a retroceder, conmigo atrás. Y cuando los tipos se dan cuenta, los cuatro ponen toda su atención en nosotros y sin dejar de apuntar nos ven. El Diablo se detiene y en eso pronuncia en voz baja pero que alcance a escuchar "Ahora"

Rápido me lanzo al suelo, con la cabeza para abajo y cubriéndola. En solo unos segundos los disparos se comienzan a escuchar, yo sigo detrás de él, mientras se cubre con una columna que está a lado de la pared. En eso se escuchan las puertas abrirse, no se si sean todas o solo unas. No quiero levantar la cabeza para comprobar.

— ¡Diablo! — alguien grita su apodo, es una voz masculina.

Siento que alguien me toma del brazo para que me levante. Estoy con los ojos fuertemente cerrados. Pero los abro cuando el habla.

— ¡Te he dicho que corras! — levanta la voz para que lo escuche, los disparos no dejaban oír bien.

Abro los ojos y compruebo que él me está viendo fijamente a mis ojos, está furioso y en ellos también refleja preocupación. Los disparos siguen.

— ¿Y tú qué harás? — pregunto preocupada.

A pesar de todo no quiero que le pase nada malo, y menos por mi culpa. Él niega con la cabeza.

— Eso no debe de importarte — en vez de molestarse, se nota abatido — Cuando te vuelva a decir que corras lo haces, y te metes en esa habitación — señala hacia un punto detrás de nosotros, pero aun no volteó — Ahí se encuentra mi amigo, allí estarás bien, hasta que pase todo esto.

Asiento con la cabeza, giro para ver donde el había dicho, y ahí se encontraba un hombre rubio de pie, la puerta estaba medio abierta, el chico estaba con una camisa abierta del torso. No le puse más atención y regrese mi mirada a la espalda ancha y fornida del Diablo que se encontraba aún pegado a mí.

En eso veo cuando sale de donde se estaba cubriendo y con diestra y siniestra con sus dos armas una en cada mano apuntando y disparando hacia los desgraciados. Esta usándose de escudo, y grita "Corre"

Yo no respondo rápido, estoy con los ojos casi saliéndose de lo impresionada y preocupada por lo que estoy viendo.

Lo van a matar, dice mi cabeza.

Pero el sigue gritando "Corre" sacudo mi cabeza y reaccionó.

Y corro sin parar, pero volteó para verlo. Sigue de pie en medio, cubriendo con su cuerpo cualquier bala que lleguen a tirar.

Llego hasta donde se encuentra el chico rubio, y el jala de mi brazo, ya que me quede petrificada en el pasillo, mis pies se detuvieron al momento que vi como le dieron dos disparos en el pecho. Sentí como si la presión se me bajara y mi respiración acelerada de detuvo de golpe.

El chico me metió a la habitación y cerró la puerta al momento que el se salió, me imagino que ayudar a su amigo. Yo tiemblo y me quedo plantada donde me dejo, no logro responder a nada, he quedado otras vez en shock. Solo siento como alguien toma de mis hombros y me habla por mi nombre, no se quien es, es una voz femenina, parece que la conozco. Pero no logro reaccionar. 《No puede ser lo han matado, y todo por mi culpa. 》

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