Peligrosa 21+ (COMPLETA) romance Capítulo 36

Pía Melina.

El viaje no fue para nada ameno, y menos cuando continuó con esta opresión molesta en mi pecho que me hace cuestionarme en que momento mi corazón comenzó a volverse tan loco al solo apreciar el perfil del castaño.

Acomodo mi cabeza encima del puño de mi mano, mientras me deleito de los rasgos perfilados del hombre que más sabe sacarme de quicio, aunque lo peor son las irremediables ganas que me abarcan de darle un beso.

El silencio me aturde, lo hace; más cuando el solo mantiene su atención en el teléfono y lo se detiene de hablar con quien sea que esté manteniendo una de esas aburridas conversaciones de negocios.

Desvío mi atención al paisaje plagado de nieve y personas con largos abrigos que se ven que son de caras pieles y lujosas telas.

Suspiro frustrada; admirando el hermoso y frío paisaje de uno de los países más fríos que en mi vida he querido visitar. Cierro mis ojos agotada por el intenso dolor de cabeza que se apodera de mi, y todo por una jodida botella de alcohol que ni siquiera estoy orgullosa de haber probado.

Relamo mis labios, jugueteando a la misma vez con el dobladillo de mi jersey rosa francés de lana con cuello de tortuga y mangas largas; junto a unos jeans sumamente ajustados que aseguran mi para nada notable trasero, a la vez que unos stiletto cubren mis pies, y un moño alto más que desaliñado recubre mi cabello. Cierro mis ojos acoplando mejor mi cabeza en el cabezal de asiento trasero, mientras trato de mantener mi mente ocupada en otros pensamientos que no sean el recuerdo del castaño masturbandose a mi costa, mientras me observaba liberarme de aquella opresión en mi monte de Venus.

Vuelvo a abrir los ojos, siendo más que complicado para mi persona el no preguntarme en qué momento terminé viendo a semejante cabron con otros ojos, de esa manera tan especial e incluso el solo hecho de que quisiera llegar a tener algo más con alguien que ni siquiera conoce el significado de la palabra fidelidad.

A mi memoria vienen aquella cena, sumándose el recuerdo de como yo misma me ofrecí en bandeja de plata queriendo venir a un lugar con el, viéndome como toda una estupida al imaginar que tal vez podrías llegar a tener algo más, algo en donde él sería esa persona que no me haría daño; sin embargo, necesito bajarme de esa nube donde todos son cuentos de hadas.

Con mis ojos delineó sus labios, esos carnosos labios que no dejan de moverse con cada frase que pronuncia, con la ejecución constante de frases o palabras que lo hacen verse mucho más atractivo de lo que es, el como relame sus labios con su larga lengua, como flexiona sus brazos al despeinar sus cabellos, el como sus músculos se tensan enloqueciendo a mis hormonas...

—Toma —me saca de mis pensamientos extendiendo un pañuelo en mi dirección, ocasionando que mi rostro muestre una más que evidente confusión.

—¿Para que es? —cuestiono desconcertada, observando el pequeño pañuelo azul que cada vez más me hace darme cuenta de que es su color favorito.

Sonrió con prepotencia, colocando el silencio a la llamada para fijar toda su atención en mi, complicándolo todo cuando escaneo con mejor atención el ajustado traje que se adhiere por completo a su anatomía.

—Solo para que te limpies los restos de saliva que salen de tus labios —suelta unas estruendosas carcajadas después de mencionar aquello, a la misma vez que me percato de cómo mis mejillas se sonrojan por la vergüenza, mientras golpeo su hombro tratando de evitar la situación en la que me acaba de meter.

Bajo la mirada, nerviosa no teniendo la fuerza suficiente para mirarlo a los ojos cuando con suavidad agarra mi mentón, obligándome a mirarlo a sus intensos ojos marrones.

—No debes sentir vergüenza —pronuncia aproximando su rostro al mío más de lo debido, sonando tan dulce que me estremece hasta lo más profundo con el pensamiento de que tal vez será el momento en que nuestros labios se tocaran—; comprendería que es imposible no babear por un italiano sexy como yo.

Me aparto de su agarro, odiando que su sonrisa pícara solo aumente mis ganas de besarlo, entretanto el solo sonrió cada vez más, provocando mi furia.

—¡Eres un creído! —murmuró, volviendo a fijar toda mi atención en el paisaje donde predominan edificios con ventanales de cristales polarizados, unas que otras cafeterías y multitudes de personas que no dejan de caminar de un lado para otro como si estuvieran en un maratón.

Suelto un suspiro, estirando mis labios en una trompeta, aburrida al percátame de cómo se vuelve a meter en su llamada, ignorándome para todo.

Sin embargo, cuando creo que Dante Vivaldi no puede sorprenderme sucede algo que me deja completamente con la boca abierta.

—¿Lista para una de tus sorpresas? —volteó el rostro en el momento que nos detenemos en un amplio anfiteatro repletas de personas que se mantienen en una extensa fila esperando a que los guardias le permitan la entrada.

Desvío mi mirada a su rostro más que desconcertada, no teniendo ni idea de hacia donde nos estamos dirigiendo o de que está hablando.

—¿De que hablas? —cuestiono cuando el auto se tiene en la misma entrada, y él besando el dorso de mi mano me muestra un pañuelo rojo.

—Es una sorpresa —alza las comisuras de sus labios en una frondosa y malicioso sonría para sin darme una pizca de tiempo a reputar cubrir mis ojos, a la vez que me alza en sus brazos sacándome del auto.

Los nervios me abordan, junto a los latidos de mi corazón que se aceleran volviéndose desbocados, mi respiración se vuelve errática Justo cuando los pies tocan el suelo, y en completa oscuridad con su dura mano en mi cintura me comienza a dirigir a algún lugar que es desconocido para mi.

El olor a campo verde, algunos perfumes que se comienzan a mezclar, el miedo de caerme solo me impulsa a agarrarme con mucha más fuerza de sus hombros, mientras me estremezco con el delicioso olor que desprende su cuerpo, incluyendo la dureza y el tensor de sus músculos.

—Ya falta poco rubia con lengua viperina —susurra en mi oído, dejando un cálido y suave beso en mi cuello que por instinto me hace jadear de tal manera que termino cubriendo mis labios por inercia.

—¡Lo siento! —exclamo con mis pómulos rojos como un tomate, aún no teniendo la oportunidad de ver hacia donde nos dirigimos, solo dejándome llevar con mis otros sentidos.

—Nunca te disculpes por nada —demanda con voz fría, pegando muchísimo más de lo debido nuestros cuerpos.

Los murmullos de algunas personas se volvieron un poco más intensos con cada paso que dábamos, hasta que llegó un momento donde con su ayudo tuve que subir algunos  escalones en sus brazos, desconcertándome más todavía.

El silencio entre los dos solo me ponía más alterada de lo debido, ocasionándome una sensación arrebatadora en el pecho, esa sensación solo aumentó cuando un beso en la comisura de mis labios me hizo tragar en seco.

Continuamos caminando por un terreno bastante extraño que cada vez hacia más frío, provocando que mis huesos se cogelaran al punto de hacerme un poco más y morir de frío; sin embargo, como siempre quedando anonada el castaño cubrió mis hombros con su chaqueta de traje, para un minuto después tenernos de tanto caminar.

—¿Ya llegamos? —pregunto, siéndome imposible mantenerme en silencio por más tiempo cuando lo único que quiero es saber que está planeando este hombre y por qué no deja de comportarse como el príncipe azul que siempre quise conocer.

—Casi —murmura, ayudándome a tomar asiento en algún lugar más cómodo de lo normal, a la vez que toma asiento a mi lado.

Sostengo su manos un poco—para no decir muy alterada, no soy amante a las sorpresas y menos cuando vienen de la mano con un hombre como este italiano—aferrándome al hecho de que tal vez estoy confiando más de lo debido en quien no debo, aumentando la tensión en mi cuerpo con la espera.

Sonrió para mis adentros cuando escucho todo se queda en completo silencio, provocándome un acelerón en el corazón.

—Dante; ¿Que es lo que estas...?

Me quedo callada; debo hacerlo porque cuando la venda descubre mis ojos lo que veo me deja sin palabras, cubro mi boca anonada; en un estado de shock instantáneo del que se me vuelve más que imposible de salir justo en este momento al tener a solo unos pasos de mi a alguien que no me imaginaba encontrarme ahora mismo, a una de las personas que más quería conocer y que nunca encontré un tiempo para ver.

—Good night Bucharest!!! —exclama el castaño provocando una estrepitosa explosión de gritos de mujeres que lloran, lo aclaman casi destruyéndose sus cuerdas vocales.

—¡¡AHH!! —grito hasta que mis cuerdas vocales no pueden más con solo ver a Shawn Mendes  a solo unos pasos de mi; manteniendo sus ojos fijos en mi rostro.

—Hello dear Pia, Dante told me that you have always wanted to meet me and because she is the woman who drives him crazy he wants to dedicate this concert to you... —anuncia mostrando una extensa sonrisa, a la vez que me guiña el ojo.

—Ayer me confesaste que siempre has querido conocer a Shawn Mendes —sostiene mi barbilla aproximando su rostro al mío manteniendo sus hermosos ojos marrones llenos de un brillo que no sé descifrar.

No sé porque, pero por simple instinto me lanzo a sus brazos, llevando acabo algo que no solo me sorprende a mi, a él también parece tomarlo por sorpresa cuando me aferro a su cuello, casi llorando de la emoción.

—¡Muchas gracias! —agradezco dejando un beso en su mejilla para después ponerme de pie y sin dudar comenzar a moverme al ritmo del background de Fallin' All in You...

No dudo en comenzar a cantar a todo volumen, olvidándome de donde nos encontramos y quienes no pueden estar mirando; solo sintiéndome más que libre y disfrutando de esta oportunidad que no sabré cuando se me podrá dar de nuevo.

—Dedicated to the blonde with viperine tongue who drives you crazy Dante Vivaldi... —mira al castaño que se detrás de mi, sonriendo con malicia, mientras besa mi coronilla sorprendiéndome.

Amanecer contigo en mi pecho

Sunrise with you on my chest

No hay persianas en el lugar donde vivo

No blinds in the place where I live

Amanecer abre tus ojos

Daybreak open your eyes

Porque esto solo estaba destinado a ser por una noche

'Cause this was only ever meant to be for one night

Aún así, estamos cambiando de opinión aquí

Still, we're changing our minds here

Sé tuyo, sé mi querido

Be yours, be my dear

Tan cerca contigo en mis labios

So close with you on my lips

Tocar narices, sentir tu aliento

Touch noses, feeling your breath

Empuja tu corazón y aléjate, sí

Push your heart and pull away, yeah

Sé mi verano en un día de invierno amor

Be my summer in a winter day love

No puedo ver una cosa mal

I can't see one thing wrong

Entre los dos

Between the both of us

Sé mío, sé mío, sí

Be mine, be mine, yeah

En cualquier momento, en cualquier momento

Anytime, anytime

Ooh, sabes que he estado solo durante bastante tiempo

Ooh, you know I've been alone for quite a while

¿No?

haven't I?

Pensé que lo sabía todo

I thought I knew it all

Encontré el amor pero estaba equivocado

Found love but I was wrong

Más veces que suficientes

More times than enough

Pero desde que llegaste

But since you came along

Estoy pensando bebe

I'm thinking baby

Estás sacando a relucir un tipo diferente de mí.

You are bringing out a different kind of me

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Peligrosa 21+ (COMPLETA)