El Socio de mi padre romance Capítulo 23

Amaia Domínguez García

León, Guanajuato, México

Ale seguía esperando una respuesta, ya fuera de mi parte o de parte de Axel. Lo cierto era que, a mí se me bajó de golpe la borrachera que traía al ver cómo nos estaba mirando mi hermana, Axel entonces fue que habló.

–No está pasando nada, Ale por favor tienes que calmarte – Axel la quiso calmar – Acosté a Amaia en tu cama y se despertó.

Me quedé callada porque no sabía qué decir, no podía ni siquiera formar una idea en mi cabeza, así que opté por esperar a lo que dijera mi hermana en lo que me concentraba en inventar cualquier cosa.

–Una cosa es eso y otra muy diferente que yo entro a mi recámara y te encuentro a ti y a ella casi desnuda – Ale se puso peor – Por favor, tapate Amaia ya.

Hice lo que me dijo mi hermana y tomé la sabana de la cama y me cubrí, aunque yo no tenía pudor de nada, además Axel ya estaba más que encantado y conocía mi cuerpo tal y como me trajeron al mundo.

–Ale, es cierto lo que dice Axel y no pasa nada aquí. Yo no aguantaba ya el vestido y me lo quité para ponerme la ropa de dormir – Expliqué minimizando el problema – Tranquila, por favor, de la borrachera que traigo me valió quedarme en ropa interior delante de Axel. – En parte era verdad.

–Axel fuera – Lo corrió Ale – Nos vemos mañana temprano en la junta de lo del caso. Vete ya.

Mi hermana también estaba un poco tomada, hasta creo que más que yo, pues era ya pasada la media noche y se verían en unas horas no mañana, pues yo que también estaba borracha lo sabía.

–Sí, Ale, nos vemos en un rato ¿Qué hora crees que es? – Rebatió Axel – Nos vemos mañana Amaia, que descansen.

Muy amable se despidió de las dos, pero yo quería despedirme bien de él, con beso y todo, pero delante de Ale, era imposible.

–Gracias, Axel. – Le contesté.

Ale salió de su recámara para encaminar a Axel a la puerta y cerrar, yo estaba nerviosa, porque estuve casi a punto de decirle “mi amor” cuando se despidió de mí. Definitivamente, no podía volver a tomar así, estando con Axel y con Ale porque cualquier error de mi parte nos iba a llevar a perderlo todo y era lo que menos quería.

Seguramente Ale, me iba a regañar, ya que entrara a la recámara, porque no se había tragado el cuento de que estaba muy borracha y no me había dado cuenta de que Axel estaba ahí, pero para mi sorpresa, no fue así.

–Amaia, ha estado muy buena la fiesta ¿No Crees? Lástima que no pude besarme con Axel, maldita sea – Se lamentaba – No debió llevar a Cecilia. Se me ha ido la oportunidad.

A ella, porque yo si había aprovechado, pero ya ahora que estaba soltando la lengua le preguntaría para ver cómo estaban las cosas.

–Ale, ¿Apoco pensabas besarlo? No sabía de tus intenciones, pero ya que las sé debes de tener cuidado. Esa mujer no me da buena espina y no quiero que tengas problemas.

Con esto trataba de que mi hermana se le saliera de la cabeza, eso de querer besar a Axel, eso me daba escalofríos, no me lo quería ni imaginar, pero la haría desistir de su idea.

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