LIBIDO (COMPLETA) romance Capítulo 3

Me encuentro parada frente al gran edificio de moda más reconocido en toda Europa, Milton’s Corporation.

Las manos me sudan por los nervios. En verdad me quiero quedar en esta empresa o ya no tendré más opciones de trabajo. Con un poco más de seguridad me adentro al edificio, camino sobre el limpio piso de azulejo hasta llegar a recepción, de frente con recepcionista, me da la bienvenida gustosamente.

—Buen día ¿En qué le puedo ayudar?

Me saluda la reluciente castaña con una sonrisa contagiándome de su actitud, le devuelvo la sonrisa.

—Hola, tengo una entrevista de trabajo.

Malditos nervios me traicionan.

—Entendido. Pase, la están esperando, suba el cuarto piso.

La amable recepcionista me da indicaciones y un gafete de visitante, sigo sus instrucciones y en seguida un señor alto de una edad avanzada me guía hasta llegar a mi objetivo. Nos detenemos frente una puerta; el hombre abre y me permite la entrada al que parece ser la sala de juntas. Puedo distinguir el lugar por lo amplio que es; cuenta con una mesa redonda alargada y con varios asientos a su alrededor y en frente un proyector.

Por estar distraída viendo mi entorno, no me percato que adentro de la sala se encuentra una chica, un poco más grande de edad que yo, al parecer. El señor me guía a la mesa, me brinda un asiento cerca de la chica para luego retirarse y dejarme sola con la joven esbelta de gustos caros, lo digo por la ropa que tiene puesta, «es lógico que se vista de esa forma, trabaja para una empresa de modas.»

—Me permites tus documentos —habla con seriedad.

Nerviosa, le entrego mis documentos. La chica detalladamente revisa mis papeles, de mi parte solo me quedo observando cada movimiento que hace poniéndome más nerviosa de lo que ya estoy.

Luego de un par de minutos alza la cara y sus atrayentes ojos grises se fijan en los míos, esa señal que ven mis ojos la mandan directamente a mi cerebro poniéndome un gran letrero diciendo ALERTA.

—Por lo que veo eres licenciada en mercadotecnia y publicidad.

—Si —confirmo.

—En estos momentos tenemos trabajo, pero no para el puesto que quieres.

—Entonces ¿Por qué me citaron si no hay vacantes?

—Estamos muy necesitados de —se detiene, no sabe cómo explicarlo —Una secretaria personal para el dueño de esta empresa, él señor Clark. Él estará ausente durante unos meses por cuestiones de trabajo y queremos un asistente para él, claro, si aceptas estarás en contacto con él, tu tendrás el control de la empresa. ¿Qué tal te parece la oferta?

—No lo sé, no sé mucho de administración o moda, no creo que les funcione —me sincero.

—No te preocupes por eso, el señor Clark te dirá que hacer solo tienes que seguir sus órdenes y decirme a mí que hacer. Yo igual te ayudaría pero me tengo que quedar en la empresa y me urge encontrar a alguien como ayudante.

La verdad, si me convence pero no estoy segura, no sé mucho de esto. Me doy cuenta que necesitan de mi ayuda, no es tan malo, a lo mejor después de esto me dan un lugar en diseño; además necesito ayudar a papá con los gastos.

—Acepto, pero tengo una duda.

— ¿Cuál?

— ¿Por cuánto tiempo será? —para trabajar aquí debo saber el tiempo el que me quedaré.

—Solo seis meses, serás un eventual y si vemos que tu desempeño va bien te daremos una oportunidad para crecer en tu área, nosotros mismos te podemos conseguir un nuevo empleo en una empresa de nuestros socios.

Eso me convence más, solo serán seis meses no más.

—Está bien, cuenten conmigo.

—Gracias, no sabes el alivio que siento. ¿Te parece empezar hoy? —propone.

— ¿Hoy? —«¿Tan rápido?»

—Sí, debes ir con el señor Clark para que te conozca y firmes contrato con él.

—Ok, ¿Y dónde está? —«Tan rápido conoceré a mi jefe.»

—Deja presentarme. Mi nombre es Jaime Wellington, estaremos trabajando juntas —se presenta amablemente.

—Mucho gusto Jaime —le sonrió.

Jaime escribe en una hoja de notas y me entrega el papel.

—Aquí está la dirección de la casa de señor Clark, en un momento le llamo para que te reciba, debes de ir y apurarte, estamos muy ocupados.

—Entendido —acepto el papel.

Tomo mis cosas y salgo del edificio. Con la app en mi teléfono reservo un taxi, espero unos minutos, el taxi llega y le entrego el papel con la dirección.

«Espero no arrepentirme de esto», me animo mentalmente.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: LIBIDO (COMPLETA)