LIBIDO (COMPLETA) romance Capítulo 71

Llegamos a nuestro lugar de origen, las tierras alemanas. Jaxon me lleva a casa y él se va a la suya para ir por sus cosas, pasará unos días conmigo. Al día siguiente por la tarde salimos a comprar mi vestido para la pasarela y después nos dirigimos a un restaurante.

Termino de arreglar mi cabello, «me costó mucho trabajo hacerme los rulos», y me doy unos últimos retoques de maquillaje. Desde el redondo espejo del tocador puedo ver a mi novio acomodándose la camisa de seda con olanes; dejo el labial sobre el mueble y me acerco a él. Alejo sus manos de la camisa y le ayudo a abrochar los botones dorados. Cada vez que abrocho un botón contemplo con anterioridad su piel bronceada.

—Esta hermosa —me alaga al tenerme enfrente.

—Y tú muy guapo.

Termino de botonar su camisa, paso mis manos por la prenda para quitar rastro de arrugas en ella, levanto la vista encontrándome con el hermoso gris plomizo de sus ojos y le sonrió.

—Iré por el vestido —aviso.

Me alejo de él, pero sus manos me sujetan del brazo impidiendo que me aleje.

—Hay algo nuevo que debes usar —en su rostro se le dibuja una sonrisa malévola.

— ¿Qué es?

—Quítate las bragas —ordena.

—Clark —reprocho.

—No reproches, nena —advierte.

No quiero tener sexo ahora, eso desmeritaría mi trabajo y el tiempo en arreglarme. Dejo de quejarme y con delicadeza tomo mi braga de encaje, la bajo lentamente, levanto un pie y después el otro, al tenerla en mis dedos se la extiendo.

—Buena chica.

La aprieta en su mano haciendo un puño, se aleja de mi y lo único que puedo hacer es girar mi cabeza para ver que es lo que hará.

Jaxon va a la cajonera. En una de sus manos trae mi ropa interior y en la otra trae, a simple vista logro reconocer, un vibrador de plástico que se pone en la ropa interior. De inmediato comprendo lo que quiere hacer.

—Por favor... —imploro. En verdad no quiero hacer esto.

—Lo vas a usar —sentencia, para después poner el aparato en mi ropa interior.

Cierro la boca y espero a su siguiente movimiento. Acomoda bien el plástico y al estar bien sujetado a la tela y extiende la prenda. En duda lo miro, no lo tomo solo me le quedo viendo con cara de ¿enserio?

— ¿En enserio hacer esto? —pregunto.

En mi cabeza pasan muchas imágenes de él jugando con el control y yo retorciéndome del placer.

—Si.

— ¿Y para qué? —me desconcierto.

—La usaras esta noche.

Cansado de mi negación me ordena subir un pie y después el otro, con delicadeza desliza la prenda hacia arriba por mis piernas hasta llegar a mi parte intima, lo acomoda y al sentir su mano apretar esa zona sensible me es imposible no gemir.

—Aun no es el momento, nena —se burla.

Trato de controlar la respiración. Me siento un poco incomoda con ese aparato entre mis piernas, pero es portable el no tenerlo encendido.

—Ponte el vestido —me besa los labios y se aleja a ponerse el saco.

Doy el primer paso para buscar el vestido, pero el objeto hace fricción con mi clítoris ocasionando me que me detenga ante la placentera sensación.

—Apúrate, se hace tarde —sonríe en burla al ver que me detenido por el placer.

—Gracioso —le doy una mueca de enfado.

Se pone su loción, agarra su celular, se acerca a mí y me besa de nuevo. Su mano derecha se mete entre mis piernas y en un descuido, aprieta esa zona de nuevo y gimo en sus labios.

Con una gran sonrisa sale de la habitación.

Con cuidado camino hasta mi armario, mientras me pongo el vestido encuentro una manera de caminar bien y no hacer mucha fricción. Con trabajo me visto y salgo de la habitación a paso lento.

Camino bien, aunque el vibrador se mueve un poco, pero soporto la sensación. Al sentarme en el asiento de auto gimo audiblemente… Se siente más cuando me doblo.

—No gemas tan alto. Te escucharan —se burla con una sonrisa característica de él.

«Cómo que hoy anda muy sonriente», pienso con enfado.

—Te haré pagar por esto.

No dice nada y emprendemos camino hacia nuestro destino.

Llegamos a salón, el auto se detiene y antes de bajar doy una gran calada para llenar mis pulmones de aire para aguantar la sensación. Debo caminar bien y no hacer ruidos obscenos.

Entramos al salón y caminamos hasta llegar a los primeros lugares reservados para nosotros y disfrutar del desfile de cerca. Antes de sentarme respiro hondo y me doblo lentamente. Jaxon se aleja y se sube al escenario a decir su discurso de apertura, el cual es aceptado con una fuerte ola de aplausos, después disfrutamos del arte que Jaxon y Jaime tiene al diseñar.

Durante el desfile Jaxon mantiene su mano en una de mis piernas y la otra la tiene oculta en el bolsillo de su pantalón de gala, donde tiene el control. Durante mi concentración en los modelos siento una pequeña vibración en mi parte intima, el cuerpo se me estremece ante aquella vibración; lo volteo a ver, y él tan tranquilo, pero con ojos de maldad mirando hacia los modelos.

No reprocho porque sé que es él, dos vibraciones más recibo durante el desfile, las manos me sudan, trato de mantener mi postura para no dar sospechas.

Después de un despampanante desfile, Jaxon me pasea por todo el salón para platicar con los socios haciéndome torturar con cinco pequeñas vibraciones que a cada tres el tiempo se alarga. Lo único que hago es apretar con fuerza los dientes y mi mano el bolso.

Termina el evento y como siempre los empleados se van a disfrutar de la fiesta. En esta ocasión Jaxon tiene otros planes para nosotros. Subimos de nuevo a su auto y pone en marcha el motor.

—¿Puedes dejar de hacer eso?, siento que el cualquier momento me correré —da una gran sensación, pero es molesto tener que aguantarse.

Capítulo 70 1

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