Sí Señor (Porque Yo lo digo 2) romance Capítulo 5

Danielle

Puede que suene a payaso la mayoría del tiempo pero siempre está preocupado por mí, y eso se lo agradezco infinitamente, me produce ese sentimiento familiar y bien recibido de saber que no estoy sola. Hasta me dio una habitación en su nueva casa, me compró ropa y me obligó a aceptarla, pasé una temporada viviendo con él, y su ex novio, pero no pretendía quedarme y cuando regresé a mi apartamento definitivamente se enojó tanto que no me habló en días. Pero luego llegó con comida y la cola entre las piernas y nos "reconciliamos", que puedo decir, es lo mejor que me ha pasado.

Lista con mis pantalones negros y blusa roja bajo hasta la sala, Wes, sigue donde mismo con la botella de cerveza empinada y el celular frente a los ojos intentando leer algo

-Nos vemos Wesitos

En cuanto me escuchó se levantó del sofá y me estrujó en sus brazos despidiéndose como de costumbre, es un sol.

-Estás demasiado hermosa para ese idiota

-Oye una chica siempre quiere verse bien, sobre todo si verá a su "ex", no me culpes por querer torturarlo un poquito

-Con esas al aire se le caerá la baba

-¡No están al aire!

-De aquí las veo y llevas encaje

-Toda mi ropa interior es así, tú me la regalaste

-La puedo ver señorita

-Ay Wes, me apretujaste mucho ¡solo se soltó un botón!

A veces es como un hermano odioso y demasiado fijón, espero que no me revise la tanga, porque no le va a gustar. Lo empujo lejos para arreglarme la blusa, la aliso y me cruzo mi pequeño bolso. Lo beso en ambas mejillas y camino hacia la salida

-¡No muevas tanto las caderas!

-Ya déjame tranquila ¡mirón!

-Esos tacones no son los adecuados para una cita amistosa –y sigue el odiosito

-No te metas con mis zapatos

Me apresuro hasta la salida y salgo de una vez de la casa, Wes, puede ser muy insoportable cuando se lo propone, sobre todo cuando algo no le gusta, se convierte en toda una reina del drama.

De pie junto a la entrada veo su auto acercarse, tomo una profunda bocanada de aire, no puedo volver a caer en la tentación, ese hombre es el pecado, tengo que ser fuerte, no se trata solo de sexo, si fuese así esta mierda sería muuucho más fácil, pero no esto es el presente, quiero aclarar las cosas porque me importa, ese hombre me importa y quiero darle una oportunidad. Pueden llamarme tonta, tal vez lo sea, pero no voy a dejar de lado lo que quiero por lo que otros piensen de mí, es mi decisión y he decidido que quiero saber lo que pasó, quiero saber por mí misma si él cambió, si él quiere lo mismo que yo, si el me quiere

Acelera y se estaciona justo frente a mí, abre la puerta y su bajada es todo un espectáculo. Lleva su clásico traje negro con camisa negra, sin corbata y 3 botones abiertos...mmm, lentes de sol y una sonrisa seductora. Uff..

-Danielle, wow estás preciosa

-Nicholas, hola

Se acercó sin titubear besando mi mejilla por más tiempo que el habitual y su aroma seguía siendo la fragancia del pecado mortal, no podía dejarme envolver por su esencia de chico malo, me obligué a dar un paso atrás y lo miré directo a los ojos, subió sus lente y me regaló una brillante y familiar mirada oscura y expectante

-¿Todo bien?

-Si, por supuesto

-Bueno salgamos de aquí

Me rodeó la cintura con total naturalidad y me llevó hasta su auto, me abrió la puerta ayudándome a subir, no es que fuese tan difícil pero no quería dejar de tocarme y estuve tentada a aclararle que no me iría a ninguna parte, que quería ir con él. Pero me mordí la lengua y lo observé correr al otro lado del auto y subir, ansioso por un rato a solas.

~•~

-Tengo que admitir que no sé cómo comenzar, me siento algo nervioso, te ves preciosa, calmada y tranquila con tu vida y yo...

-¿Estás casado?

-¿Qué? –pregunta desconcertado

-Comencemos por eso ¿no te parece que es importante?

-Prometí contártelo todo y eso haré

-De acuerdo, soy toda oídos

Con una media sonrisa Nicholas, negó suavemente con la cabeza, se recostó sobre su silla y le hizo una seña a su camarera para que le sirviera un par de copas, bebió un trago de la suya y le hizo una seña a Danielle, para que probara la suya

-No soy de vinos, pero una copa puedo soportarla

-Es dulce..., te encantan las cosas dulces

-Detalles

-Quiero observarte

-Y yo que hables

Provocándolo bebió todo el contenido de su copa y aguardó de brazos cruzados, sabía lo bien que se veían sus pechos en esa posición

-No. Ya no estoy casado

-¿Hace cuánto?

-Dani, comencé a deshacerme de ella en cuanto te vi subir a ese taxi y alejarte, corregí todo lo que estaba haciendo mal...

-Quiero saber qué hiciste

-Por supuesto

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