Sí Señor (Porque Yo lo digo 2) romance Capítulo 33

-Buenas noches Señor Nicholas

-Bloquea la puerta amigo

Cuando iba de salida intentó nuevamente llamarla pero no respondió. Así que fue directo al club FIRE. Sabía lo mucho que le gustaba ese lugar.

Y allí estaba.

Sentada en la barra hablando con el encargado. Sonreía y reía tan alegre y libre de preocupaciones que no pudo evitar que sus celos afloraran. Pero se contuvo, por increíble que parezca decidió tomar varias respiraciones antes de decidirse y llegar hasta ella. Se apoyó en la barra de costado y la observó fijamente, lucía hermosa con su maquillaje.

-Me cortaste

Fue lo primero que se le ocurrió decir, estaba nervioso. No quería decir algo que arruinara todo lo que han avanzado, aunque ella conoce perfectamente su malhumor y sabe ponerlo en su lugar.

-¿Qué haces aquí? –preguntó sin apartar la vista de unos papeles sobre la barra

-Buscarte ¿por qué no contestas? ¿Hice algo que te molestara?

-Justo ahora estoy ocupada –lo ignoró mientras garabateaba algo en los papeles frente a ella

-¿Puedes mirarme cuando me hablas? –gruñó sin poder evitarlo

-¡Perdón, Señor Allen! Disculpe mis malos modales

-No, eso no, vamos dame unos minutos Dani, tuve un día de mierda y para seguir empeorando no he podido hablar contigo, al menos deja disfrutar de lo hermosa que estás justo ahora

-No quiero una etiqueta

Dice recordando su conversación. Deja el bolígrafo sobre los papeles y cierra la carpeta antes de girarse para encontrar su mirada.

-No puedo con eso justo ahora, el Doctor Kaen, tiene razón y solo quiero dedicarme a mí

-Al menos contéstame, cuando se trata de ti mi inseguridad se eleva a un nivel absurdo y yo…

-Tú no eras así, sé el de antes. Controla tu mundo

-Jamás volveré a ser ese imbécil –sentenció serio

-¿Por qué no?

-Te dejó ir

-Oh… -lo contempló alucinada con su respuesta-. Yo…, solo necesito una relación conmigo misma. Se fuerte y decidido o un demonio muy sexy, pero nada de andar comprometiéndote para sacar un crédito

-¿Qué? –intentó no echarse a reír con su broma

-Lo que quiero decir es que el antiguo tú no era tan malo, solo tomó pésimas decisiones, no cometas los mismos errores, pero ya deja tus inseguridades -pidió sinceramente-. Estoy aquí tratando de armar mi vida y tú me has ayudado, me has impulsado a hacerlo ¿qué eso no es importante? Debería ser suficiente para espantar tus dudas cuando no te respondo una llamada

-Confío en ti –suspiró derrotado

-Entonces ahora ve a descansar, es apenas miércoles y estoy segura que no dejarás en manos de nadie la presentación de tu hotel

-Voy a llevarte a casa primero

-Nada de eso, me voy con Billie, le queda de camino

-¿Quién carajo es Billie?

Su gruñido le llegó hasta al DJ, eso seguro, pero Danielle, ni se inmutó, al contrario tomó sus pertenencias y se marchó en compañía de Billie, uno de los encargados del bar, un chico delgado y de cabello azul. Amigo de Aaron. Pero eso Nic, no lo sabía.

-Gracias Billie –se despidió al llegar a su puerta

-Chica mala, deja de hacer sufrir a ese hombre con síndrome de macho alfa y comienza a hacerlo disfrutar

-Tal vez algún día –fingió considerar su consejo, no iba a entrar en detalle con un desconocido

-Cruel, y con ese culo tuyo debe estar necesitado

-Sé cómo mantenerlo interesado, metiche

-Eso está mucho mejor, ahora entra a tomar tu sueño de princesa y descansa

-Buenas noches Billie.

Los siguientes dos días, jueves y viernes. Danielle, literalmente desapareció. Se fue con Theo, a la casona cerca del hotel para planificarlo todo y por supuesto ayudarlo con su gran lanzamiento, tampoco se iba a quedar de brazos cruzados mientras su amigo hacía el trabajo sucio, porque además tuvo que mantener entusiasmada a Frida, y seguirle la corriente.

Juntos identificaron a los “clientes” de la arpía y la asistente de Theo, les hizo llegar una invitación para que asistieran al evento. También invitaron a Simon O’Hara, el padre del segundo hijo de Frida. Una especie de archienemigo de Nicholas. Todo iba perfecto, según lo planeado, reunirlos a todos para exponerla a sus múltiples amantes hasta que el viernes por la noche Danielle, reconoció al abogado de Nic, Paul Ulrich, y estaba cenando nada más y nada menos que con la bruja en cuestión y muy de cerca, eso bastó para sacar conclusiones, eso y cómo la miraba y tocaba pese a estar en un lugar público. Amantes. El idiota debe haber sido quien le dio toda la información para que amenazara a Nic, y así sacarle desde la pensión mensual, el auto hasta el apartamento. Ahora todo tenía mucho más sentido.

GLAMOUR

Absolutamente todo desprendía elegancia, extravagancia y dinero. La casona había sido transformada en un mundo submarino. Sirenas, hermosos seres mitológicos se exhibían con maquillajes sacados directamente de una película. Celebridades se paseaban por los salones disfrutando del espectáculo mientras Theo, supervisaba los últimos detalles de su desfile.

-¡Estamos listos!

Anunció Theo, a sus modelos ya todos maquillados con piedras y accesorios. Dio un par de órdenes mientras salía de la zona de maquillaje para encontrarse con su hermosa amiga en su camarín lista para matar. El vestido le quedaba orgullosamente perfecto. El color aguamarina mezclado con ropa interior de encaje, un corsé que sostenía sus atributos en su lugar, escote e inmaculada piel llena de detalles, pedrería y perfección, como lo denominaba el diseñador del momento.

-¿Ya llegó Wes? –preguntó Theo

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