LIBIDO (COMPLETA) romance Capítulo 14

Al entrar a mi habitación Clark me deja en el suelo, se quita el estupendo saco de piel con increíbles diseños de hilo dorado brillantes dejando a la vista su increíble camisa lisa de seda con pequeñas flores bordadas. Se sienta en mi cama abriendo las piernas.

—Ven, acercarte —no entiendo como este hombre me hace cambiar de emociones, tal vez la bipolar soy yo.

Me acerco a él y me detengo entre sus piernas, sus oscuros ojos grises me observan con veneración, con admiración sus manos acarician mis muslos aun con el pijama puesta. Con su mano derecha agarra de mi short y lo baja hasta mis pies mientras reparte caricias en mi piel expuesta que me erizan la piel al instante; en seguidamente baja mi braga dejando mi depilado sexo a la vista. Inmediatamente se crea una burbuja de morbo que nos paraliza los sentidos.

Después de deshacerse de mi ropa interior, levanta un poco mi blusa de dormir para repartir besos en mi abdomen, sujeta mis caderas y de un jalón pega más mi cuerpo a su rostro. Mientras besa mi abdomen, sus manos se van a mi trasero y lo estruja con ambas manos puestas en cada una. Deja de besarme, se levanta de la cama quedando de pie frente a mí marcando una diferencia de estatura. Me hace una señal de que levante mis brazos, lo hago. Me despoja la blusa de dormir y luego quita el sostén para aventarlo al suelo de la habitación. Sus manos se dirigen a mis pechos y los estruja con fuerza sin llegar a lastimarme, suspiro ante su tacto y al instante sus labios se impregnan en mi cuello jalando de mi piel dejando zonas marcadas.

Yo no me quedo atrás, comienzo a desabrochar su camisa dejando a la vista su delgado y trabajado pecho, él mismo se termina de quitar la camisa y los pantalones quedando en bóxer. Sin pensarlo más, paso mi mano por su bulto que sobre sale del bóxer, al sentir mi tacto sobre su miembro brinca por la sensación y suelta un sonoro gemido.

La tensión sexual que ambos desprendemos es inmensa, queremos terminar con esto, tengo la necesidad de sentirlo entre mis piernas, de besarlo mientras me penetra, de rasguñar su espalda por sus profundas embestidas. De solo pensarlo me hormiguea mi zona intima; está delicada y chorreando por lo excitación.

Me separa de su cuerpo y me avienta a la cama; gustosa abro mis piernas dejándole ver una gran vista de mi chorreado coño. Sonríe complacido por mí atrevimiento y la gran bienvenida. Termina por quitarse el bóxer, busca de nuevo sus pantalones para hurgar entre los bolsillos, saca un condón, lo abre con la yema de sus dedos y se lo coloca con precaución.

Listo, se posiciona encima de mí y al mismo tiempo me penetra. Arqueo la espalda, siento como se desliza lentamente que me tortura, mis uñas se clavan en su espalda. Completamente penetrada se acerca a mis labios, los besa con veneración e igual lo beso de la misma manera. Esta vez yo puedo tocar su piel mientras él me embiste; es realmente exquisito, nunca he perdido la cordura, él ha sido el único que me hace perderla. Mientras se dedica a besar mi cuello y a morderlo agarra mis piernas y las lleva a su cintura, tomo la iniciativa de enrollarlas para así darle más accesibilidad.

El placer nos envuelve, perdemos la noción del tiempo, no nos importa si lo hacemos tres veces esa noche, solo nos damos tiempo de respirar y regresar a la normalidad para después de nuevo saciarnos. Ni siquiera nos dimos cuenta en qué momento salió el sol, ni cuantas posturas utilizamos para satisfacernos. Sudados, nos dejamos vencer en la cama. Controlo mi respiración, cierro un poco los ojos y me quedo dormida.

Despierto por los duros rayos del sol asomarse por las transparentes cortinas de la ventana, giro mi cuerpo cansado, abro los ojos y no lo encuentro, no está en la cama; me da igual, con pereza me levanto porque mi estómago gruñe del hambre. Me meto a bañar, me pongo algo cómodo, salgo a la cocina para prepararme algo de comer, algo sencillo; por sorpresa me encuentro a Clark en la cocina preparando algo de comer que no se ve sencillo.

—Pensé que te habías ido —digo.

Al escuchar mi voz se percata de mi presencia y se voltea a verme.

— ¿Por qué pensaste eso?

—Porque eres arro... —no termino mis palabras para no hacerlo enojar —Mejor termino de preparar la comida y tú vete a bañar.

—Te hago caso porque me siento todo sudado.

Deja de hacer la comida y se mete de nuevo a mi habitación. Al escuchar la regadera soltar el agua me pongo a terminar la comida. La verdad no falta mucho por cocinar solo exprimo las naranjas para el jugo y termino de cocinar las rebanadas de pan. Todo está preparado, pongo los platos y los vasos sobre la mesa y sirvo el jugo. Clark aparece con solo con una toalla en su cintura y me percato que no tiene ropa aquí.

—Lo siento no te ofrecí ropa, espérame.

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