Sí Señor (Porque Yo lo digo 2) romance Capítulo 3

-Ni un solo ruido Nicholas, lo digo en serio

-¿Qué somos adolescentes? –gruñó con su ceño fruncido

Más golpes en la puerta

-¡¡Un minuto Tommy!!

-¡Ya abre la maldita puerta Danielle!

-¡¡Ya voooy!!

Con el corazón en la mano tragó saliva con dificultad intentando controlarse, pero no podía, la iba a pillar

-Si descubre que estás aquí ve olvidándote de volver a verme, no pienso dirigirte la palabra jamás

-¿Se puede saber quién es ese tipo? –gruñó cruzándose de brazos

-¡Mi novio! Así que por favor, por favor, por favor no hagas ruido ni salgas -pidió con angustia reflejada en su mirada-. Necesito averiguar cómo hacer esto sin lastimarlo

-No voy a quedarme encerrado por mucho tiempo así que deshazte de él, ahora mismo

-Sí señor

Dejando escapar una pequeña risa de adolescente al escucharlo con ese tono tan familiar y que le provocó un hormigueo delicioso en la nuca, puso el seguro de la puerta por dentro y enseguida salió asegurándose que el baño estaba bien bloqueado. Corrió a la entrada y finalmente enfrentó a su novio

-¡Tommy! –soltó el aire que contuvo inconscientemente

-¿Estás con alguien? ¿Por qué tardaste tanto?

-Solo estoy yo

Sintiéndose la peor persona del mundo le señaló el sofá para que entrara y se pusiera cómodo. Tommy, aceptó pero desconfiaba, estaba rara. Escaneó toda la sala antes de avanzar

-¿De quién es el vaso? –apuntó con desconfianza

-Mío, todo aquí es mío Tommy, vamos a tomar asiento

-¿Por qué te cambiaste de ropa? –arqueó una ceja alerta a todo

-Tengo que hacer aseo, me toca lavar, ya sabes sábanas, ropa

-Explícame quién era el hombre con quien te fuiste dejándome en vergüenza con mis padres

-Es un asunto no resuelto del pasado

-¿Está aquí? ¿Lo estás ocultando?

De un salto Tommy, se levantó y fue directo a la habitación, la cama revuelta le dio una mala sensación, la fulminó con la mirada y entonces se dirigió al baño a toda prisa.

-¡Oye ya basta! Estás paranoico, detente ahora Tommy –demandó molesta por su invasión

-Tú estás rara, nunca habías hecho algo así, me dejaste plantado

-No lo veía hace dos años y medio, ya para por favor

Pero Tommy, igualmente giró la manilla descubriendo que la puerta estaba bloqueada. La miró furioso esperando su confesión, estaba seguro que ocultaba al misterioso hombre

-¡La cerradura está mala! Se cerró sola –mintió exasperada con su actitud

-Bien, entonces no te importará que la abra

Dando un par de pasos atrás para impulsarse empujó la puerta con el hombro abriéndola con un fuerte golpe

-¡Tommy! –chilló aterrada. Mierda, era su fin, pensó con dramatismo

Pero en el baño no había nadie y su cara de asombro no pasó desapercibida por su novio

-¿Qué? ¿Lo metiste debajo de la cama?

Soltó medio en broma, pero al notar su expresión seria regresó a la habitación y esta vez se agachó para chequear debajo de la cama como un maniático

-Te estás pasando, levántate ahora mismo y sal de mi apartamento

-Veo que lo hicieron rapidito

Entre sus dedos estaba el envoltorio del condón que usaron y eso por alguna razón la puso furiosa, si no salía de allí iba a matarlo.

-Sabes que desde que regresé al apartamento que no hago aseo seguido, tú compraste ese preservativo, así que ya basta, quiero que salgas de aquí en este mismo instante, no voy a tolerar que vengas a tratar de exponerme de algún modo

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