Amante peligroso romance Capítulo 21

Cuando una persona se sentía sumamente humilde, su conclusión en la vida no era nada más que sobrevivir.

Denis contempló a Mónica; su rostro era joven, tierno y delicado, esa vida llena de colores vivos y brillantes, eran cosas inalcanzables para Denis en su vida.

-¿Cómo? ¡¿Cómo eres capaz de reírte aún?! -Mónica dio un pisotón y agregó-: Denis, te lo dejo claro, da igual cuánto dinero consigues ganar, ¡porque todo el mundo te desprecia! ¡Incluso las modelos del departamento de relaciones públicas que se venden a sí mismo son más respetables que tú! Haces esas cosas que ni si quiera te permite conservar la dignidad, ¿quién puede valorarte?-

Finalizado sus palabras dejó un resoplido, no miró más a Denis. Esta última se quedó de pie allí por un momento y luego reinició sus pasos e fue hacia el dormitorio, se notaba cansancio en toda su cara, y en sus oídos resonaban las palabras de Mónica: “solo vengo a ganar un poco de dinero para pagarme la universidad y los gastos diarios. No soy como tú, que por dinero puedes hacer de todo”.

Denis se mofó… Lo que hacía también era solo para ganarse un poco de dinero para los gastos diarios, tener un lugar para vivir, poder alimentarse y no formar parte de los vagabundos de la calle, en realidad, ¿a quién le importa ese dinero?

Si le hicieran saber que en ese momento que estaba en la sala 606, que solo por el hecho de entrometerse en el asunto de Mónica le conllevaría tantos problemas ahora, si le dieran la oportunidad de volver a elegir, era probable que ella…

Pensándolo, se quedó dormida.

Cuando Denis volvió a abrir los ojos ya estaba en el hospital.

-Estas despierto.-

-Ivana, ¿en dónde me encuentro? -dijo en voz baja tras abrir los ojos. Al hablar notó el dolor en la garganta por sequedad.

-En el hospital.- Ivana peló una manzana, lo cortó en pedacitos y con los palillos se lo llevó a la boca de Denis: -Come algo antes de hablar.-

Denis no se acostumbraba al cuidado que recibía de repente, pero aun así comió la manzana que Ivana le llevaba a la boca y preguntó: -Ivana, ¿por qué que estoy en el hospital?

Hablando del tema le vino la frustración a Ivana.

-¿Que por qué estás en el hospital? Eso quería preguntarte, ¿cuántos días llevas con fiebre?- Ivana tenía mala cara, pensando que de no haber sido que anoche se preocupó por Denis porque ausentó al trabajo y fue a buscarla a donde vivía, Denis podía haber muerto por fiebre alta en la residencia de empleados sin que nadie lo supiera.

-Anoche no te vi en el Club Emperador y fui a buscarte a tu casa, tenías el cuerpo tan ardiente que podías hervir agua. Llamé de inmediato al 120, cuando llegamos al hospital tenías 42 grados, y encima estabas deshidratada, incluso el médico dijo que si llegaras algo más tarde ya te habías ido al otro mundo.

Dicho esto, Ivana aún tenía miedos persistentes, -¿No podrías haber avisado a tu compañera de piso? ¡Callártelo y aguantártelo casi ha hecho que pierdas la vida!

Denis estaba escuchando la reprensión de Ivana, aunque Ivana era agresiva, Denis pudo leer entrelíneas su preocupación por ella, con eso parecía que habían vertido un poco de calidez y pena en su corazón, hacía muchos años que no había llorado, pero en ese momento Denis sintió como que las lágrimas se estaban formándose en sus ojos. Esa poca cantidad de cuidado que le había proporcionado Ivana era como la única ventana de su vida donde la luz podía entrar.

No obstante, eso le hacía estar más intranquila todavía… Si nunca se ha obtenido, entonces tampoco existiría el dolor a la hora de perderlo.

Denis tenía eso muy claro.

-¿…Por qué? -cuestionó Denis después de un buen rato con la voz temblando, finalmente se armó de valor para preguntar.

Ella quería saber por qué la trababa Ivana tan bueno.

Un trozo de manzana fue metido otra vez en la boca de Denis, Ivana la miró de manera compleja: -Ya no hay nadie en este mundo que te trate bien, si yo no lo hago, ¿quién quedará por sentir tus penas? -Denis se parecía mucho a la Ivana de antes. Era posible que lo que le había dicho Ivana a Denis era algo dirigido también a la Ivana del pasado.

El mundo ya le había tratado mal, si Ivana no le tratara bien, quién más habrá que se preocupe por ella… Una pobre chica.

Sentía pena por Denis, igual que sentía pena por ella del pasado.

Ellas pertenecían al mismo tipo de persona.

Ivana estaba poniendo los ojos en la mujer tumbada en la cama del hospital, intentado ocultar lo que sentía en sus adentros. No obstante, sus pestañas se temblaron, revelando sus verdaderos sentimientos. En su interior suspiró de nuevo por esa mujer tonta.

-Denis, ¿te puedo hacer una pregunta?

-Adelante, Ivana.-

-¿Qué ha pasado realmente entre el señor Joaquín y tú? -Joaquín era un hombre que hacía las cosas de forma malvada, pero no era de esperar que tratara de tal modo a una mujer.

-¿No puedes contarlo? -Ivana vio que la expresión en Denis se puso tiesa en un momento y añadió-: Si no puedes contarme, déjalo.-

-Hace tres años maté a la mujer que él amaba.-

La mano con la que Ivana sujetaba el palillo se quedó inmóvil por un segundo, luego le dio de nuevo a Denis el trozo de manzana que había en el palillo: -¿Pero en realidad? No fuiste tú quien la mató, ¿verdad?-

-No eres capaz de hacer delincuencias tan psicópatas como matar a alguien -dijo Ivana con firmeza, -¿Y la verdad del asunto?-

En este momento, Denis, que no había sido derrotada por todos esos ataques y humillaciones, que después de haber pasado por tantas dificultades no se había quejado ni llorado nunca, ¡ahora estaba llorando como una Magdalena!

Denis pensó,“Joaquín tienes que ver eso. Hasta Ivana que no llegaba ni a conocerme más de medio año, me conoce bien.”

“Joaquín, nos conocemos más de medio vida.”

“Joaquín tienes que escuchar eso. Por fin hay una persona que me confía que yo no había matado a nadie, y que no había hecho una cosa tan repugnante.”

Se escuchaba el llanto de Denis.

Ivana dejó el palillo que tenía en mano, no le dijo a Denis que parara de llorar, pero con la palma de mano tocó la cabeza peluda de Denis: -Buena chica, ya pasó. Lo sé, una mujer tan tonta como tú no tiene la audacia de matar a una persona. No, mejor dicho, una mujer tan tonta como tú, es demasiado orgullosa que desprecia el hecho de matar a alguien.

-Supongo que tú, una chica tonta, deberías haber amado mucho al Joaquín. Pero seguro que no eres capaz de matar a la persona que él ama para ganarte a él. Denis, eres demasiado orgullosa, desprecias ese tipo de acciones.-

¡Denis lloraba a lágrima viva! Los sentimientos que había acumulado durante años habían conseguido un lugar de desahogo de pronto.

Esa tarde, Denis lloró sin parar.

-Yo no lo hice, él no me cree. Ellos tampoco me creen.- Denis no podía formular de manera correcta lo que le quería decir a Ivana.

-Él me odia, todo el mundo lo sabe. Creía que después de salir de la cárcel yo podría ya vivir en paz.

-Ivana, ellos me critican, todo el mundo me critica, me dicen que soy cruel y malvada, dicen que soy baja. Ivana, me da igual… También me da igual el dinero.

-Me humillan, me hacen tumbarme en el suelo e imitar el andar de un perro moviendo la cola, me insultan con palabras ofensivos, pero no estoy triste, eso no es nada.-

-En la cárcel me habían desnudado para meterme en una jaula, y con la pistola de agua a alta presión me apuntaban el agua directamente al cuerpo en invierno, el dolor del agua helado llegaban a los huesos. Si dije algo, cuando volvía a la celda, naturalmente venía alguien a darme una paliza. Ya he pasado lo más duro, esto no es nada.-

-Ivana, ella murió, por ayudarme a mí, ella murió. -Lloraba sin parar-. Soy la causante de su desgracia, le debo tanto, no puedo morir aún, tengo que vivir por ella, y convertir en realidad su sueño del Mar Fresco.

Por otro lado, Ivana la estaba acompañando todo el rato, escuchaba la historia que contaba sin pies ni cabezas. Para Denis, tantos años de injusticia ha podido ser desahogada totalmente en ese día. Y el secreto que escondía en su interior también había sido narrado caóticamente.

¿Qué era ese sueño del Mar Fresco? ¿Quién era esa chica? Ivana no lo sabía. Sin embargo, podía llegar a adivinar algo, esa chica para Denis era una existencia más importante que la vida en sí.

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