Amante peligroso romance Capítulo 337

Denis se mordió los labios ante su actitud. No dejaba de repetirse que en comparación con que pudiera irse, esta humillación no suponía nada. ¿No era eso lo que había deseado durante mucho tiempo?

Ahora, por fin podía escapar de ese hombre, de todo esto.

Cogió sus maletas y se abrió paso por la puerta sin mirar atrás, por lo que no supo que una mirada había estado fija en su espalda todo el rato. Además, ella sí se había llevado algo que no le pertenecía...

Joaquín apretó secretamente el puño.

En este momento vino Andrés, diciendo, -Jefe, volvamos al hospital.-

-Vale.-

Cuando Denis abandonó el portal de la Mansión García, al lado suya pasó un Bentley negro sin hacerla caso.

Ella se paró para fijarse en el vehículo que se alejaba cada vez más lejos, hasta que desapareció en la distancia.

Una brisa hizo que se estremeciera y se abrazase a sí misma levemente.

-Felicidades Denis, has conseguido lo que querías.- se dijo con voz suave, -Que bien que ya no tenga ninguna relación con él.-

“A partir de hoy mi corazón no sufrirá por él.”

Mario entró corriendo a la Casa Antigua de la familia de García.

-¿Fuiste tú?- le preguntó a Alejandro, quien estaba tomándose su café tranquilamente.

-¿Qué estás diciendo de la nada? ¿Así es cómo le hablas a tu abuelo? -dijo malhumorado y dejando su taza de café.

-¿Mandaste a Patricio a que lo hiciera, no? Si no él tampoco se atrevería.-

-¿Qué mandé a Patricio a hacer?-

-El accidente de Denis, fuiste tú quien lo causaste. ¡Te estoy preguntando esto!- respondió Mario irritado.

Al oír el nombre de Denis, el rostro de Alejandro se ensombreció inmediatamente.

-¿Qué? ¿Vas a contradecir a tu abuelo por ella?-

-Eso es que… lo has admitido.-

Mario apretó los puños temblando por la ira.

-¿En qué te ha ofendido?-

-En todo.-

-Solo es una chica, cómo te ha podido ofender. Hasta te podría llamar abuelo, ya que la has visto crecer desde pequeña. ¿Por qué la tienes que perjudicar así?-

-¿Que yo la he perjudicado?-

-No me creo que no intervengas en lo de Jimena manipulándola. Conspiraste contra ella en el pasado y ahora lo vuelves a hacer con Patricio. ¿No vas a parar? ¡No sé en qué te ha ofendido para que la odies tanto!-

Alejandro se enojó por completo y tiró al suelo la taza de té, gritando, -¿En qué me ha ofendido? ¡En todo, en absolutamente todo! ¿Os ha echado un hechizo a todos? Debí de haberle destrozado la cara, ¡para que no pudiese seducir a ningún hombre!-

Mario no podía creer lo que acababa de escuchar.

-¿Cómo ha podido decir eso con la edad que tiene usted? ¿Cómo que seducir? ¿Hacía falta usar palabras tan feas?-

-¿Me equivoco? Mis dos nietos me maldicen y me odian por su culpa. La prefieren a ella antes que al negocio familiar y la fortuna. Es una desgracia. Tendría que haberla llevado a algún lugar remoto cuando era un bebé, para que mis nietos no supieran ni quién era cuando fueran mayores.-

-¿Cuando era un bebé? ¿A qué te refieres?- preguntó Mario encontrando la clave de su oración.

Alejandro hizo una mueca, -No importa a lo que me refiera. ¡Lo importante es que mis dos nietos han sido embelesados por esa mujer! ¿Cómo les ha podido pasar eso? ¡Los descendientes de la familia García deberían centrarse en su carrera, siendo duros y tenaces, y no ser engañados por una mujer!-

-¿Por eso la odias tanto?-

-Sí, por eso mismo. Los dos estáis alrededor de ella todo el día, sin dedicaros al trabajo. ¡Cómo pueden hacer mis nietos eso!- dijo Alejandro con el rostro ensombrecido, -Te advierto, ¡sólo ha tenido suerte de momento!-

Eso significaba que iba a intentar lastimarla más veces en el futuro.

Mario exhaló un largo suspiro por la sorpresa.

-¡Qué más quieres hacer!-

-¿Qué más quiero hacer? ¡Educar bien a mis nietos primero! ¡Los de la familia García no pueden estar pensando en amores!-

Mario estaba enfurecido, pero no podía hacerle nada al anciano en frente a él. No había ninguna forma de protegerla siempre en contra de su abuelo, quien intentaría perjudicarla. Tembló del enojo durante mucho tiempo hasta que se rindió soltando los puños.

-Si no la vuelvo a ver... ¿la dejarás en paz finalmente?-

Alejandro quiso responder “claro que no”. No obstante, notando el ruego en los ojos de Mario, hizo una mueca y luego dijo, -Bueno. De los dos nietos, a uno ya no le abandono. Pero si tú no sigues estando enamorado de ella, te puedo prometer que no la dañaré.-

Mario miró fijamente al anciano y tomó una decisión, -Espero que cumpla sus promesas.-

-Siempre las cumplo.-

Mario asintió con la cabeza, -Esta es la última vez. Si sigo tus indicaciones y hago lo que me ordenes, pero sigues metiéndote con ella, te... te quedarás solitario para siempre.-

Estaba amenazándole con marcharse para siempre. Ante eso, el anciano dudó por un instante pero al final cedió, -Vale.-

***

En una habitación VIP del hospital, apareció a una persona inesperada.

-Deja que entre.- dijo un hombre desde dentro.

La puerta se abrió y otro hombre igualmente apuesto entró.

-Veo que te enteras de todo.- dijo el hombre sobre la cama, sin rastro de color en sus labios.

-Tengo mis fuentes. Por más que intentes esconderte, tu gente te desvelará.-

El hombre mostró una breve sonrisa y dijo, -Aunque codicies el Grupo García, podrías esperar un poco y no tener tanta prisa. Cuando yo muera, el Grupo García será tuyo sin tener que levantar un dedo.-

-¿Piensas que te voy a creer?- dijo el hombre mientras buscaba un lugar para sentarse, -Cuando mueras, seguramente le dejarás todo a ella.-

No mencionó quién era ella, pero era obvio, de manera que por los ojos del hombre tumbado pasaron unos rápidos sentimientos.

-Parece que me conoces bastante bien.-

-No.- le hizo un gesto negándolo, -Sólo que justo ese día vi al Abogado Julio salir del hospital. Él sólo trabaja para ti y el Grupo García. Llevaba una carpeta con documentos y le seguía Andrés, por lo que supongo que no habría venido por un pequeño resfriado.-

-¿Así seguiste estas pistas hasta aquí y me encontraste?-

A pesar de que era una frase interrogativa, había afirmado sus dudas.

-Aunque sí me ha costado un poco averiguar que ya estabais divorciados. No se me ocurre ninguna razón por la que quieras terminar tu matrimonio con ella. Usaste todos los métodos posibles para estar con ella, hasta te hiciste el loco. No me creo que te divorciaras de ella voluntariamente. Después de una pequeña investigación, lo comprendí.-

-Tienes buenos métodos.-

-Peores que los tuyos. Estás medio muerto y no hay ningún reportaje fuera. No se ha enterado nadie ni desde el interior del Grupo. No lo sabe ni el viejo de la casa antigua de la familia García. Dime, si le revelo el secreto de que estás a punto de morirte a ese anciano, ¿crees que llorará?-

-Derramará unas lágrimas y posteriormente se hará con el poder del Grupo García. Tal vez hasta venga a mi tumba a verme.-

-Jajaja...- esas palabras claramente habían divertido al hombre, -Veo que le conoces muy bien.-

-Claro.- respondió con frialdad el hombre tumbado.

-No obstante, pienso que no has llamado al Abogado Julio simplemente para acordar un divorcio, sería demasiado sencillo. Si no me equivoco le has dejado toda tu herencia a ella. Pobre viejo, no se va a poder llevar nada. Es mejor que no se lo diga, o se morirá por la ira.-

-Tú le tratas bastante bien.-

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Amante peligroso