NADIE COMO TÚ romance Capítulo 123

Noelia pensó que Valeria se había atragantado por miedo, así que dijo burlonamente:

—¿Tienes miedo? Te lo advierto, si vuelves a acercarte a Aitor, haré en público vuestro lío, en ese momento la señora Cabrera te dará una buena lección, te desnudará en la calle y te pegaré sin piedad. Luego no me eches la culpa a mí, ¡porque te lo mereces!

Valeria no pudo evitar reírse.

Resultó que Noelia le tenía tanta envidia. Pero no sabía que la esposa del presidente Aitor estaba sentada frente a ella.

«¿Qué más dijo? ¿Que voy a pegarme a mí misma?». Le pareció muy gracioso.

A Valeria no le interesaba seguir escuchando el sarcasmo y las amenazas de Noelia, sentía que este encuentro no era más que una pérdida de tiempo.

Se puso de pie y dijo:

—Ya que has terminado de hablar, me voy. Todavía tengo mucho trabajo por hacer. Por cierto, ya pagué mi café.

Noelia tampoco logró lo que quería, seguía con la idea de que Valeria era un obstáculo en su camino.

—Una última cosa —Valeria miró los ojos llenos de odio de Noelia—. El amor no es algo que se pueda conseguir a fuerzas.

Noelia estaba sentado en el sofá.

«Maldita sea, ¿por qué esta Valeria no es convencible de ninguna manera?»

Valeria corrió de regreso a la revista, luego se sentó en su asiento en silencio para continuar la redacción de su noticia.

No tenía piedad a la protagonista de su artículo, ya que los hechos eran hechos. También debería enseñarle a Noelia algunas lecciones. Si seguía obsesionada con Aitor, inevitablemente recibiría consecuencias en su carrera.

Finalmente llegó la hora de salir del trabajo. La gente de la oficina había estado ocupada cada uno con su trabajo, pero cuando se trataba de salir del trabajo, todos salieron al mismo tiempo.

Valeria fue la última en salir de la oficina, por eso descubrió que la luz de la oficina de Vicente seguía encendida. Pero se limitó a irse en silencio.

Aitor le envió un mensaje diciendo que cenaría en casa.

Valeria le preguntó lo que le apetecía comer, pero él respondió descaradamente:

«Tú»

La cara de Valeria se puso roja de nuevo, no pudo evitar pensar en la imagen de los dos bañándose juntos anoche. Entonces se apresuró en volver a casa.

Por su lado, Aitor pasó por una floristería y le compró un ramo de flores a Valeria para hacerla feliz.

Sabía que a ella le gustaban los lirios de los valles, lo cual se mencionó en la información que había investigado de Valeria.

La sirvienta tenía la cena preparada, y todos eran platos exquisitos y nutritivos.

Valeria se preguntó cuándo podría tener las habilidades culinarias de la sirvienta, en ese caso, por muy tiquismiquis que era el gusto de Aitor, podría complacerlo.

A Valeria le gustaban mucho las flores que le regaló Aitor, con solo olerlo sentía que se le quitó el cansancio de todo el día. Le sorprendió que Aitor sabía que le gustaban los lirios de los valles. En conclusión, Aitor era un detallista.

Aitor terminó de tragarse la comida y le dijo a Valeria:

—¿Qué tal el día? ¿Alguien de la revista se ha metido contigo?

Mencionándolo, Valeria sintió un disgusto.

Ella le replicó:

—Nadie en la revista se ha metido conmigo. He hecho una gran contribución con tu noticia. ¿Quién más puede meterse conmigo?

Valeria continuó agregando:

—Pero tu admiradora, Noelia, vino a buscarme.

Aitor se puso descontento al escucharlo.

«Ya le he advertido seriamente de que no le hiciera nada a Valeria, ¡se ve que ha pasado de mi advertencia!».

Aitor preguntó:

—¿Qué te dijo?

Valeria respondió con sinceridad:

—Nada importante, me ha contado algunas cosas irrelevantes para enfurecerme, supongo que de esa manera puede desahogarse un poco.

Aitor le sonrió.

—¿No crees que te lo has buscado todo?

Al ver que Aitor parecía un espectador, Valeria resopló en su interior.

«Cuando la noticia se publique, verás lo que te espera, seguro que perderás los estribos. Espera a ver si en ese momento puedes seguir hablando con tanta calma»

Efectivamente, unos días después, la noticia de la revista salió a la venta y se convirtió en un gran éxito.

¡También se convirtió en un tema popular en las redes sociales!

Hasta alguien felicitó a Noelia en Facebook, lo cual era realmente inaceptable.

—Querida, ahora que lo has conseguido, ¡es tu momento de conquistarlo en la cama!

—Me temo que son inseparables ya en la cama, ja, ja

—¡Aitor es el más guapo del mundo! ¡Es mío!

—¡Descarada! ¡Sinvergüenza! ¡Desvergonzada!

Lola estaba mirando los comentarios en Internet, admirándolo una y otra vez:

—Valeria, esta vez la revista está ganando más fama que nunca, definitivamente ha subido de nivel en la industria.

Valeria estaba pensando:

«¿Aitor vio la noticia?»

Por el otro lado.

¡Aitor lo vio y se molestó mucho!

Toda la empresa se había enterado de este escándalo, hasta recibió varias llamadas de clientes importantes que tras los saludos intentaron sacarle alguna información que no estaba escrita en la publicación.

«Qué cruel ha sido Valeria».

Aitor miró aparte donde aparecía el nombre del editor, viendo «Valeria Santos», ylevantó las comisuras de los labios dibujando una sonrisa leve.

«Le daré una buena lección por la noche, ¡esta vez no la dejaré en paz ni con sus súplicas! Si no le enseño una lección, me temo que no sabe las consecuencias que le caerían por portarse mal».

Cuando Aitor estaba sumergida en sus pensamientos, la secretaria entró e informó que Jacobo estaba de regreso con el presidente Nicolás. Al mencionar al presidente Nicolás, la expresión de Aitor cambió un poco.

Aitor les dio permiso para pasar.

Jacobo entró con Nicolás atado y asustado.

Miró a Aitor y parpadeó antes de volver a su consciencia.

Gritó:

—Aitor, ¡¿qué películas me estás montando ahora?! ¿Y te consideras mi amigo? ¡Dile a Jacobo que me suelte de inmediato!

Por la mañana en el departamento, Nicolás estaba durmiendo con una hermosa mujer en sus brazos, pero de pronto un hombre lo tiró al suelo, cuando miró hacia arriba, ¡se encontró con Jacobo! ¡Se puso enojado enseguida!

No obstante, antes de que Nicolás pudiera maldecir, Jacobo estaba listo para atacarlo. Como el otro sabía lo bueno que era Jacobo peleando, le dijo que al menos le tenía que dar el tiempo de ponerse la ropa, pero al final se la puso desordenadamente a toda prisa.

Jacobo lo trajo a arrastras. En el camino, Nicolás no paró de preguntarle lo que había pasado, pero Jacobo no le respondió, así que solo le quedó temblar de rabia.

Ahora estaba sentado frente a Aitor, como un prisionero, no le habían servido nada para beber, ni siquiera le mostraba una sonrisa como de costumbre.

Nicolás estaba tan cabreado que dijo:

—Aitor, ¿para qué me has traído aquí? ¿Esta es tu forma de traer a los invitados?

La mirada de Aitor era feroz, no parecía haber nada de amistad, solo le preguntó con frialdad:

—Nicolás, hace dos años, ¿te acostaste con una mujer que fue drogada en el Hotel Gran Siglo?

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