Mi primera vez (COMPLETA) romance Capítulo 32

—Creo que es el auto de Nicky, ¿no? —murmuró Mate— Pero lo que no entiendo es por qué nos sigue.

No quise decir nada porque quizás tenía una idea, lo que me había dicho en el ascensor me había dejado pensando. Nicky se ponía celoso de Mate, eso era obvio.

—No lo sé, eso creo —admití, mirando por el espejo retrovisor. El auto venía a una distancia considerada.

—Mierda —maldijo Mate, tomando su celular.

—¿Qué haces?

—Lo llamaré y le preguntaré qué quiere.

—No hagas eso —bajé su mano con el teléfono celular— Quizás solo viene detrás de nosotros por ir en la misma carretera, en cualquier momento se desvía para la empresa.

—¿Tú crees?

—Estoy segura —asentí.

Mate decidió confiar en mi y guardó el celular, acelerando un poco. En la carretera varios autos adelantaron a Nicky haciendo que lo perdiéramos de vista. Ahora ya no lo mirábamos del todo por tantos autos que venían detrás.

—Tenias razón, ya no está —me sonríe Mate. Yo me sentía un poco aliviada por esa parte pero por otra no porque iría a la cabaña con Mate.

Al llegar a la cabaña nos bajamos del coche.

—Esta vez quiero que me acompañes a caminar al bosque, ¿te molesta? —Mate me miró.

—¿Caminar? ¿Hacia donde? —sonreí.

—Tengo unos cuantos lugares favoritos —me tendió la mano. Dudé en tomarla pero se me hizo mala onda no hacerlo, así que también estreché mi mano. Nos dirigimos detrás de la cabaña hacia el bosque. Se sentía olor a tierra mojada, olor a pinos.

—¿No es peligroso caminar solos por aquí? —quise saber con algo de temor.

—No, últimamente no hay tantos animales —respondió así sin más.

—¿Últimamente? Qué gran garantía me da eso —rodé los ojos.

—Tranquila, estando conmigo nada puede pasarte —apretó mi mano. Se sentía extraño su toque, un poco cálido, sí, pero no era como el toque de Nicky. Él me transmitía seguridad. Me odiaba en este momento por estar pensando en Nicky si él seguro se la estaba pasando de maravilla en ese bar con Veronica. Me lo imagino besándola, acariciandola y teniendo sexo con ella. Me invadió un sentimiento de enojo en este momento que me zafé del agarre de Mate.

Odiaba sentirme así, no me gustaba que otras personas tuvieran poder sobre mi. Cómo desequilibrar mi estado de ánimos.

—¿Qué te pasa?

—Nada —caminé a la par suya. El terreno estaba un poco rocoso, íbamos casi a mitad de camino. Todo estaba rodeado de árboles, al menos todavía no se hacía de noche. Me daría más miedo estar de noche aquí.

—Es que te pusiste seria —comentó— Ya casi llegamos.

—¿Seria? Para nada.

—El lugar al que vamos es a una cascada que está por aquí cerca. El agua es demasiado rica, ideal para meterte —comentó.

—¿Con este frío?

—No hace tanto frío —se miraba sonriente, como si estas cosas le emocionaran. Y no quise desquitar mi enojo con Mate, el no tenía la culpa de nada.

—Está bien, si tu lo dices...

Caminamos unos cuantos metros más hasta llegar a la cascada que Mate había dicho. Tenía razón. El lugar era lindo, parecía mágico. A parte de la cascada estaba la pequeña laguna. Habían rocas enormes y árboles a los alrededores. En la orilla, el agua se miraba cristalina. Habían unas piedras de colores dentro.

—Es increíble —susurré mirando todo a detalle. No quería perderme nada.

—Sabía que te gustaría —Mate empezó a quitase los zapatos.

—¿Qué haces?

—Me meteré a bañar, siempre que vengo aquí lo hago. Si quieres puedes entrar también. Es tu decisión —me guiñó un ojo. Se deshizo de toda la ropa quedando nada más en bóxers, se metió al agua y nadó hacía más al fondo. Se miraba que lo disfrutaba. —Vamos, Alis, el agua está rica —me animó.

La verdad sí tenía ganas de meterme, pero no tenía bañador. Además Mate me había visto desnuda ya...

Me encogí de hombros asintiendo. Me quité los zapatos, el pantalón y la camisa. Solo quedé en ropa interior. Avancé dentro, procurando pisar bien para no lastimarme el pie con alguna roca y me acerqué un poco a Mate. El agua estaba más o menos helada pero se sentía rica.

Mate me miraba con mucho deseo, ni siquiera lo ocultaba.

—¿Sabías que eres hermosa? —me halagó.

—No lo sé —me encogí de hombros, tapé mi nariz y me hundí por unos segundos, nadando un poco más hondo. Al salir estaba un poco lejos de Mate.

—¿Te arrepientes de venir? —me pregunta mientras se acerca de nuevo a mi.

—La verdad no —me relajé, se escuchaba nada más el ruido del agua, de la cascada... era tan relajante— Me ha gustado el lugar. No pensé que tu...

—¿Me gustarían cosas así? —terminó la oración por mi— Puede que me veas de traje y de semblante serio, pero es nada más una fachada para que las personas me respeten.

—¿Y por qué decides ser diferente conmigo? —quise saber.

—Porque eres especial, Alis, hay algo en ti que me provoca estar cerca —diciendo eso se empieza a acercar a mi—Me haces sentir otra persona, me gusta la persona que soy cuando estoy contigo.

—¿Alguna vez te has enamorado? —pregunté, ni siquiera sabía por qué había preguntado eso. Solo fue como un impulso.

—La verdad es que no, nunca. Tampoco he tenido relaciones largas ni formales. Pensé que no había ninguna mujer que me llegara a interesar de verdad —me miró.

—¿Nicky se ha enamorado?

Dudó en decirme.

—No sé si deba contarte esto porque no me corresponde, pero una vez se enamoró. Como un loco. Y le rompieron el corazón. Es por eso que es un poco frío y mujeriego. Creo que aún le duele.

Y a mi me dolió más escuchar eso. Me sentía una tonta.

—Entiendo —bajé la mirada. ¿Quién habrá sido ese gran amor de Nicky? ¿Qué habrá pasado para que se separaran? En el fondo no quería saber porque sabía que dolería, pero era como una necesidad de saber todo a detalles. Aunque no me corresponda. —¿Hace cuánto paso?

Mate se hundió pero volvió a salir ahí nomas.

—Quizás unos once años, ha pasado mucho —se sacudió el pelo.

—Me imagino que duraron mucho.

—Quizás seis años. No recuerdo bien. Pero no me siento cómodo hablando esto contigo, al que le corresponde contarlo es a Nicky. Aunque siempre se pone tenso y incómodo cuando se habla del tema.

—¿No crees que si se pone incómodo al hablar de eso es porque todavía le duele? Quizás sus heridas no han sanado y ella aún le importa.

—Quizás.

Me sentía triste en ese momento.

—Porque si hubiera superado todo y lo hubiera dejado en el pasado hablaría las cosas con total naturalidad. Con normalidad.

—Tienes razón. Ella fue su primer amor.

Quería vomitar, tenía náuseas. ¿Qué otra cosa quería? No volver a la oficina de Nicky nunca más, eso, no quería verlo. Quería alejarme de él antes de que se hiciera tarde. No quería ilusionarme de un hombre cuyos sentimientos le pertenecían a otra. Cuyas heridas de su corazón aún no sanaban. Quien ya había tenido su gran amor. Pero necesitaba el maldito trabajo, solo por eso me quedaría. Es más, mis tratos con el cambiarán. Intentaré enfocarme en otras cosas e intentaré salir con otras personas. Nicky Chance no.

Miré a Mate, me había dicho que él jamás se había enamorado. Y eso me parecía sexy. Me acerqué a él lentamente.

—¿Mate?

—¿Si?

—Se está haciendo de noche —comenté, mirando a los alrededores cómo se ponía oscuro.

—¿Quieres salir ya? Hay comida en la cabaña, de eso no te preocupes—Mate también se acercó. —Alis...

—Dime...

—No sé si sea bueno decirte esto pero... me gustas. Me gustas mucho.

Miré a Mate con mucho placer, el placer de provocar eso en alguien.

—¿Y qué harás al respecto? —elevé una ceja, quizás estaba siendo un poco seductora, pero ahora no podía negarme a lo que sentía. Mis sentimientos por Nicky tienen que morir, aunque Mate me ayude a matarlos.

Mate se acercó mirando mis labios. Su mano rodeó mi cintura atrayéndome más a él, rozó su nariz con la mía hasta que sus labios chocaron con los míos. Fue un beso suave, lento... elevé mis manos y las enrollé detrás de su cuello, atrayéndolo más a mi. Lo besé con lentitud, no había prisa. Mate besaba muy bien, había que admitirlo.

Sus manos acariciaron mi espalda, pero sus dedos se detuvieron en el cierre de mi brazier. Mate quitó mi brazier lentamente sin despegar sus labios de mi. No sé qué demonios estaba haciendo o qué buscaba con esto, pero tenía esa necesidad de sentirme amada por alguien... y Mate parecía una buena opción. Acaricié el pecho de Mate, lo más sensual que pude.

—Alis, esto me está matando —murmuró entre el beso. Mordió mi labio inferior bastante fuerte. Me separé un poco y le sonreí, me agaché y le chupé el pecho, dejándole un moretón. —¿Estas dejando tu marca?

—Claro, ¿por qué no? ¿O tienes miedo de que alguien lo vea?

Rió.

—Puedes dejarme marcas donde sea, Alicia —me tomó de la cintura y me enganchó hacia él, pero un ruido proveniente de un arbusto nos hizo salir del encantamiento de inmediato.

¿Qué mierdas era eso?

—¿Qué fue eso? —le pregunté, separándome un poco.

—No lo sé, quizás un animal —respondió, queriendo volver a besarme pero lo detuve.

—Me da miedo estar aquí de noche, quizá hay animales salvajes. Deberíamos de volver mejor —le quité mi brazier y me lo puse rápidamente.

—Tranquila, quizás sea algún animal indefenso nada más. Este lugar es muy seguro, ¿por qué crees que mi cabaña está aquí y sin ninguna cerca a los alrededores? Confía en mi, Alis.

—Estoy confiando en ti, Mate —los dos caminamos hacia la salida. En el fondo tenía mucho miedo, era un tanto miedosa. Al salir, tomé mi ropa. No me la pondría mojada porque el pantalón no me entraría. Mate sí se puso su ropa.

—Ven, vamos —me guió, poniendo su mano en mi espalda baja. Pero en eso su celular sonó en una llamada. —Mierda, espérame aquí porque es urgente contestar. No hay mucha señal así que me subiré a una de esas rocas. —señaló una roca a unos metros.

—No me dejes sola aquí, Mate —reproché.

—No tardo —y se fue a la roca dejándome sola y desprotegida. Si hay algo que me enojaba de alguien es que me dejara sola en momentos críticos, que no fuera del todo su prioridad. Es por eso que siempre he sido selectiva con los hombre y mis expectativas son muy altas. Me decepcionan con cualquier actitud que no sea la adecuada, que no sea caballeroso.

Retrocedí un poco porque tenía un tanto de miedo, detrás de mi había un enorme arbusto, un arbusto que se movía y se escuchaban cosas. Cuando me quise girar para ver qué era, alguien me cubrió la boca con su mano y me adentró al lugar.

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