Mi primera vez (COMPLETA) romance Capítulo 55

Cuando Nicky y yo nos reconciliamos todo pasó tan rápido que ni siquiera me di cuenta del tiempo. Ese día en el hospital no queríamos estar más separados. Nicky me había dicho que había comprado una granja en Tennessee para que los dos pudiéramos vivir allí. Me había tomado por sorpresa porque no creí que alguien como Nicky le gustara un lugar como ese. La granja estaba cerca de la laguna, a solo unos metros. Cuando le conté a mis padres que había vuelto con Nicky se pusieron muy emocionados, ellos sabían que en el fondo lo quería nada más que a él.

Mate fue a prision, aún no sabemos cuantos años le darán porque están recopilando más evidencia sobre sus fraudes y actos socios. Pensé que Mate acusaría también a Nicky pero para mis sorpresa no lo hizo. Lo bueno era que Nicky se decidió salir de ese negocio, solo quedó con la empresa pero por ahora su padre es quien está a cargo. Me gustaba que Nicky estuviera más suelto y más desestresado. Se veía con más brillo aún.

—¿Irás a la cena con Nicky? —Kyle y yo salíamos de una tienda. Ella llevaba a su bebé de meses en el cochecito.

—Claro, se me hace un poco tarde para eso.

—Te veré mañana entonces —me sonríe pícara.

—¿Por qué me sonríes así?

—Por nada.

Parecía que ella sabía algo pero no me quería decir qué. En eso Nicky me envió un mensaje con la dirección del lugar, decía que me estaba esperando.

—Me tengo que ir, Nicky me está esperando. Te veo mañana.

Me despedí de ella, elevé mi mano para tomar un taxi y me monté. Habían pasado dos meses desde mi reconciliación con el, me sentía bastante feliz. Sentía que todo se acomodaba al fin, decidí perdonar, sí, porque Nicky pareció sincero, era cierto que al inicio había sido una apuesta y todo pero él demostró su arrepentimiento y lo bueno es que no fue nada que ver con otras mujeres. Tenía la libertad de decir que Nicky era solo mío y que no estaba atado a nadie más.

Cuando llegué al restaurante salí del coche, avancé adentro y busqué la mesa de Nicky. Estaba al fondo, en cuanto me vio se puso de pie y caminó hacia mi encuentro.

—Alis —me abrazó, hasta parecía que no me había visto en días, cuando en realidad lo había visto hace unas horas. También le devolví el abrazo.

—Nicky, ¿qué pasa? —me separé y le pregunté sonriendo— ¿por qué actúas así?

Los dos nos dirigimos a la mesa y nos sentamos. Nicky frente a mi.

—¿Por qué lo preguntas? ¿No puedo ser atento con mi novia?

Novia. Esa palabra se escuchaba tan bien saliendo de sus labios.

—Claro que puedes. Solo que si lo haces en exceso me parece muy raro —achiqué los ojos en su dirección. Mi gesto lo hizo reír. En eso llegó el mesero y nos puso los menús frente a cada uno. —¿Qué vas a pedir?

—Solo tráiganos una champaña —le dijo Nicky, entregando el menú.

—¿Qué celebramos? —lo miré con desdén. Este chico se portaba raro.

—¿Por qué crees que celebramos algo? Yo quiero consentirte, Alis —se levantó de su silla y se sentó en una que estaba cerquita de mi— Te amo, gatita —Nicky me tomó la mano y la besó. Rodé los ojos por el tonto apodo que me había puesto.

—No me digas así —lo empujé de broma. Ahora me decía gatita de cariño solo porque me ponía loca cuando veía a un gatito. —¿Te gustaría que yo te dijera gatito acaso? —le pinché la nariz.

—¿Por qué no? Puedes decirme como quieras —me besó la mejilla— Te amo, te amo.

Reí un poco porque me hacía cosquillas con su barba creciente.

—Ya, estas loquito —entrelacé mi mano con la suya.

—Loquito por ti.

Besé a Nicky en los labios suavemente, se sentía tan especial el momento. En eso, el mesero llegó con la botella de champán y dos copas. Nicky la abrió y vertió un poco en su copa y luego en la mía. Tomé la mía en el momento en que él tomó la suya.

—Por nosotros —brindó.

—Por nosotros —sonreí mientras chocaba mi copa con la de el.

—Ahora sí, Alis, hay algo que te quiero preguntar —se notaba un poco nervioso.

—¿Qué cosa?

Nicky tomó una cajita del bolsillo de su saco. En ese momento me quedé estática por pensar en lo que era. Ya me había pasado con Mate así que no tengo por qué entrar en estado de alarma.

—Alicia Matten, te amo y quiero pasar el resto de mi vida contigo. Solo soy tuyo, mi corazón solo te pertenece a ti. Mis ojos no ven a nadie más que no sea a ti. Te pertenezco en cuerpo y alma —Nicky abrió la cajita, había un anillo hermoso con un diamante pequeño. El anillo era sencillo, no extravagante. Y a mi me encantaban las cosas sencillas. —Ahora te pregunto, Alis... —me miró. Yo quería llorar—... ¿quieres casarte conmigo?

Sonreí entre lágrimas porque Nicky me había tomado por sorpresa. Se sentía tan especial que el hombre que amas te haga esa pregunta. Y el hombre que yo amaba era Nicky Chance. Él no me estaba dando un anillo de promesa sino un anillo de compromiso. Se quería casar conmigo.

—Nicky... claro que me quiero casar contigo —asentí.

Nicky sonrió, también lo miré un poco nostálgico. Sacó el anillo y tomó mi mano, poniendo el anillo en mi dedo anular. Cuando me lo puso me besó la mano y luego me besó a mi.

—Me haces tan feliz —susurró. Todos en el restaurante nos aplaudieron, al parecer habían estado viendo todo el espectáculo. Abracé a Nicky porque me hacía feliz.

—Te amo, Nicky.

—Te amo mucho más, Alis.

UN MES DESPUÉS

LA BODA

—¡Alis!

Volteé a ver a Graciella quien venía con Patricio. Esta venía con un hermoso vestido largo color lila. En cuanto llegó me abrazó.

—Graciella, sí pudiste venir.

—Por supuesto, no me perdería la boda por nada del mundo.

Estábamos a unos minutos de empezar con la ceremonia. Habíamos decidido hacerla en la granja de mis papás. No exactamente en la granja sino en uno de los espacios vacíos del terreno. Era enorme, estaba plano y el césped estaba verdecito. Todo era perfecto. Mi familia me había ayudado a organizar todo, el padre estaba en el altar junto con Nicky. Había venido el padre de Nicky también, Kyle estaba por ahí con su bebé. El bautizo será en un mes. Me sentía tan nerviosa.

—Felicidades, Alicia —me había dicho Patricio.

—Gracias. ¿Qué hay de Myers? —a pesar de todo Myers había sido mi vecino por algunos años y me caía bien.

—Myers te mandó muchas felicitaciones pero no pudo venir. Encontró a una chica hace un mes que lo tiene como loco, casi ni lo vemos en el departamento. Parece que esta vez sí es en serio.

—Pues entonces espero que siente cabeza al fin y sea feliz.

—Así es. Bueno, iremos a nuestros lugares —Graciella me dio un apretón en el brazo para luego pasarme de lado con Patricio. Papá llegó después, el abuelo estaba sentado en primera fila.

—Estas hermosa —me halagó.

—Gracias.

Él se había recuperado por completo y estaba más que feliz porque ahora seríamos vecinos. Claro, para los asuntos de la universidad Nicky y yo viajaríamos los viernes a New York y nos volveríamos los domingos ya que me había pasado a recibir clases solo los sábados.

—¿Vamos? Está por comenzar.

Papá me tomó del brazo. En cuanto todos estaban en sus lugares la música empezó a sonar. Hice mi caminata hacia el altar en donde me esperaba el amor de mi vida. Nicky estaba sonriendo. Incluso miré que se limpió una lágrima. Se veía feliz. Cuando llegué lo tomé de la mano.

—Estas hermosa —me había susurrado.

—Tú también —respondí guiñándole un ojo.

El padre empezó a hablar, en todo ese momento yo solo podía pensar en Nicky, en todo lo que habíamos pasado juntos. En la primera vez que lo vi, en todas las peleas absurdas que habíamos tenido. En las miradas que nos dábamos de vez en cuando, en los acercamientos peligrosos que teníamos. En la veces que me celaba. Todas esas cosas me habían hecho enamorarme profundamente de él. Sentía que era muy afortunada por haber encontrado el amor, ya que muchas personas viven sin poder encontrarlo. O mueren sin antes hacerlo. Y por eso quería disfrutar cada momento con el.

—Alicia Matten, ¿aceptas a Nicky Chance como tu legítimo esposo, para amarlo y respetarlo, hasta que la muerte los separe?

Miré a Nicky y sonreí.

—Acepto.

—Nicky Chance, ¿aceptas a Alicia Matten como tu legítima esposa, para amarla y respetarla, hasta que la muerte los separe?

Nicky me miró y sonrió.

—Sí, acepto.

—Entonces los declaro marido y mujer. Nicky, puedes besar a tu esposa.

Nicky se acercó a mi, echó mi velo para atrás, acarició mi cara con sus manos y me besó. Al fin éramos marido y mujer. Nicky era mi esposo... esa palabra se escuchaba un poco raro. ¿Quien iba a pensar que mi jefe terminaría siendo mi esposo? Ese chico que parecía inalcanzable.

Las vueltas que da la vida.

Todos nos aplaudieron y nos felicitaron.

HORAS MÁS TARDE

LA PRIMERA VEZ

Esa misma noche, luego de la celebración, Nicky y yo nos dirigimos a la que sería nuestra casa. La granja. Teníamos mucho que hacer y cosas qué comprar. Pero este sería un mejor ambiente para nosotros, se sentía más paz aquí, solo nosotros. Con nuestros animales. Nicky me llevó cargando hasta la habitación. Habían velas y algunas rosas en el cuarto.

—Nicky, está hermoso —lo besé.

—Te mereces eso y más. Me siento tan feliz de poder estar contigo aquí, Alis, ahora eres mía hasta la muerte.

—Y tu eres solo mío —lo tomé de la corbata y lo atraje hacia mi.

—¿Confías en mi verdad? Jamás te faltaría.

—Yo confío en ti, Nicky, me has demostrado que por mas mujeres hermosas que te pasen en frente a ti no te afectan. He notado que cuando amas a una persona solo te quedas con esa persona. Tengo tanta suerte de que seas así. Me siento libre porque no tengo la necesitada de estarte cuidando o estar al pendiente de lo que hagas o a donde vayas. Tengo la certeza de que me amas y que jamás me fallarías. Confío en ti. —lo besé— Aunque eso no significa que me darán celos siempre —le mordí el labio.

—Y a mi me gusta que me celes, me parece sexy —Nicky se subió encima de mi. Al fin pasaría, lo que habíamos esperado ambos todo este tiempo.

—Ganaste al fin —lo molesté.

—No digas eso —me quitó el vestido poco a poco hasta quedar desnuda. Ayudé a quitarle su ropa hasta que quedó desnudo. —Al fin serás mía por completo.

Nicky me besó los labios, el cuello, me besó los pechos. Me acarició todo, se portó tan romántico pero a la vez tan salvaje. Al fin nos conocíamos nuestros cuerpos, así sin ropa. Desde hace mucho que le tenía ganas y ahora al fin pasaría. Nicky introdujo su pene en mi vagina poco a poco, al principio me dolió y quise que parara pero Nicky no lo hizo sino que siguió introduciéndolo. Joder, dolía mucho. Pero tenía que aguantar.

—Shhh tranquila —susurró.

Mientras Nicky me penetraba una y otra vez sentía que el dolor se iba para después instalarse el placer. Se sentía mucho mejor ahora. Entre tantos besos y caricias, entre metidas y sacadas, lamidas, rasguños etc, Nicky Chance había tomado mi virginidad por completo. E incluso se vino dentro de mi.

Cuando terminamos, nos quedamos un rato acostados. Nicky me acariciaba todo el cuerpo. Agradecí que no fuera de esos hombres que no son atentos o amorosos con sus novias cuando terminan de hacer el amor, he escuchado casos de chicas que la mayoría de sus novios son otros cuando terminan. Y eso se debe de sentir mal. Pero Nicky no fue así, él incluso se portó mejor conmigo. Me preguntaba si me sentía bien, me acariciaba y quería estar cerquita de mi sintiendo mi calor.

—Te amo, Alis.

—Te amo, Nicky.

Esa misma noche salimos a la laguna, nos quitamos la ropa de nuevo y nos metimos a nadar.

—Gracias por hacerme el hombre más feliz de esta tierra, gatita —Nicky nadó hacia mi. Había una enorme luna brillante encima de nosotros.

—El sentimiento es mutuo —lo atraje hacia mi y lo abracé —Me haces muy feliz —le di besitos por toda la cara. Sin duda esta era la felicidad.

—¿Estarás conmigo siempre? —me inquirió, parecía un niño chiquito ahora, con miedo de que me fuera de su lado. Me daba ternura. Asentí besándolo.

—Siempre, mi amor.

Y así, en medio de la laguna, Nicky me volvió a hacer suya de nuevo. Y pensar que todo empezó por un contrato, dos hombres peleándose por tener algo mío. Algo que desde el inicio era el ganador. Agradecí por esperarlo a él y solo a él. Ahora era suya, completamente suya.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Mi primera vez (COMPLETA)