Mi primera vez (COMPLETA) romance Capítulo 23

La noche caía lentamente, pero lastimosamente no estaba a como a mi siempre me gustaba, con luna incandescente y con muchas estrellas, tampoco podría hacer mi agua de Luna y eso me frustraba un poco, también me preocupaba que mi familia ya que no podían regresar.

—Oye, Alis,—Nicky me pasó la mano frente a mis ojos—¿te encuentras bien?—frunció el ceño—veo como que estás un poco ida.

—Sí—respondí saliendo del hechizo—lo qué pasa es que estoy pensando en mi familia, yo siempre soy así, un poco exagerada.

—Pero quiero que estés tranquila—acunó mis manos con las suyas, ese calorcito se sintió bastante bien—yo estaré aquí todo el tiempo y cuando necesites algo solo dímelo—había sonado un poco cursi, pero me había gustado. No sé qué le estaba ocurriendo a Nicky últimamente, pero se estaba comportando como todo un caballero después del incidente de la laguna.

—Muchas gracias—asentí sonriéndole—tenemos que servir la cena.—tomé las cazuelas, mientras que él se acercaba con los platos.

—Veremos qué tal nos ha quedado todo este banquete—se le notaba un tanto animado

—Por favor, Nicky, qué exagerado eres con decir "Banquete" solo es comida normal, no es para tanto—abaniqué con mi mano.

—Alis, ¿por qué siempre me llevas la contraria? Siempre que yo intento decir algo, tú buscas la forma de corromperlo—me fulminó con su mirada.

—Lo siento—carcajeé—pero es que así soy yo, siempre tiendo a llevarle la contraria a todos—oprimí su nariz con mi dedo índice dirigiendome al comedor con los platos. Él se sentó frente a mi.

—¿Sabes que he pensado?—empezó a comer—me gustaría comprar una cabaña así rústica en medio del campo, me serviría mucho para enfocarme en los negocios, si quieres hasta te podría invitar—arqueó una ceja.

—Quizás... pero veremos—tomé los cubiertos y me dispuse a comer.

El tiempo pasaba, Nicky y yo hablábamos de cosas normales, después de todo muy al fondo parecía un sujeto sencillo, pero claro, nadie podía ver que el gran Nicky Chance era así, sería un blanco fácil para los medios de publicidad y para sus socios, pero lo comprendo supongo que la vida en los negocios hay que mostrarse así.

—Oye, Nicky—mi vista se dirigió hacia su rostro, quería leer su lenguaje corporal.

—¿Si, Alis?—su mirada estaba hacia el plato ya casi terminado.

—¿Alguna vez te has enamorado?—por poco se atraganta con el tenedor cuando escuchó eso.

—¿A qué se debe tu pregunta?—me miró a los ojos, se le notaba lo incómodo que la estaba pasando cuando le pregunté eso. Yo era bien analizadora.

—No sé, surgió de manera esporádica, pero vamos, respóndeme—fruncí el ceño, quería saber qué había detrás del corazón de Nicky Chance.

—Bueno—le dio un trago a su refresco—a decir verdad nunca me he enamorado y tampoco sé qué significa sentir eso por una mujer, ¿querías la verdad? Ya la tienes—puso sus labios en una sola línea.

—¿Ah si?—asentí—pues pensé que el hombre que tenía frente a mi ya había entregado su corazón anteriormente—seguí comiendo.

—No, pero quizás el amor esté próximo a tocar las puertas de mi corazón ¿no crees?—su mirada quería trasmitirme algo más, lo podía sentir. ¡Maldita sea! Siempre que Nicky me miraba así sentía un hormigueo acá debajo, si fuera similar a una de sus conquistas anteriores juraría que hace rato hubiera tirado al suelo estos platos y ocuparía de cama este comedor, pero no, Alicia , tenemos que comportarnos a tal altura, recuerda con la fantasía que tenemos.

—Pues si te refieres a Veronica, mucha suerte—puse mis labios en una sola línea achicando mis ojos, muy al fondo sabía que había sido sarcasmo de mi parte—se ve que hacen una bonita pareja.

—¿Veronica?—bufó—ella no representa nada en mi vida, Alis, tú que eres una chica lista y que has pasado conmigo últimamente ¿no te has dado cuenta de eso?

—Pues... un poco, pero igual es algo que no le pongo mucha atención, peor ahora que lo dices de esa forma, entonces ¿por qué estás con ella?—quería tener una respuesta lógica y creíble.

—No puedo decirte—quedó sin expresiones.

—Nicky, mírame—sentencié—cuando te pregunte algo por favor dime la verdad aunque sea algo que mis oídos no están capacitados para escuchar, créeme que ganarías mucho con eso.

—Bueno, ya que insistes—encogió los hombros —si estoy con ella es solo por sexo, verás desde que la conozco entre nosotros solo ha habido eso, pero no estoy enamorado. ¿Satisfecha?

—Claro, ¿no? Siempre es lo mismo con ustedes los hombres, sexo y más sexo—me levanté de la mesa y no sabía por qué estaba actuando como una chica celosa por alguien que jamás se fijaría en mi y a parte de eso solo le gustaba el sexo.

—Pero, Alis, ¿por qué te vas?—se puso de pie para seguirme.

—Por favor quédate a terminar tu cena, Nicky,—me giré sobre mis talones tratando de detenerlo, pero al instante la energía se había ido, quedándonos así en una gran oscuridad.

¡Perfecto, nada podía estar peor!

—¿Dónde dejaste las velas?—extendí mis manos tratando de no chocar con objetos, pero el objeto que había tocado era el cuerpo de Nicky.

—Recuerda que te dije que guardáramos las velas. Pues viste que tenía razón, por algo dicen que hombre prevenido vale por dos—tomó mi mano llevándome donde las tenía, tampoco sé por qué mierdas le daba mi mano, como que muchas atribuciones le estaba permitiendo a mi jefe "el señor adicto"

De inmediato encendió un cerillo, había una caja llena de velas, Nicky y yo empezando a colocar velas por un lado y por otro de la casa.

—Quedan unas cuantas, Nicky, ¿donde más pondremos?—sujetaba la caja de fósforos y la caja de velas.

—Guarda unas cuantas para la habitación—terminaba de encender la última.

La lluvia seguía más fuerte, los relámpagos eran más seguidos y cada vez que escuchaba un estruendo de esos hacía qué mi cuerpo empezara a temblar. De inmediato después de los estruendos se escuchó un caballo relinchar.

—¿Qué crees?—nos quedamos viendo el uno al otro de manera sospechosa—¿crees qué pasa algo con los caballos?

—Pues no sé, dices que habías dejado bien asegurada la puerta ¿no es así?—Nicky se acercaba a la ventana tratando de ver algo.

—No se ve nada—limpiaba el vidrio empañado de la ventana—tendré que ir a ver qué pasa, Alis.

—¿Estás loco?—lo tomé de su mano—si es alguien que anda por ahí no me gustaría que te pase algo, tu vida vale más que un caballo—nos miramos a nuestros ojos, con la ayuda de los relámpagos podía ver su brillo, el también se preocupaba por mi.—además esta lloviendo fuerte.

—Aún así iré, Alis, ¿acaso no escuchas eso? No puedo estar tranquilo, hagamos algo—se tomó el mentón ideando algo—yo iré adelante y tú detrás ¿ok? Pero buscaremos algo antes de ir ahí—me tomó de los hombro—¿acá hay alguna bodega donde tu padre guarda herramientas?

—Sí, ven, sígueme—me dirigí a la vieja bodega, ahí habían todo tipo de herramientas.

Empezó a rebuscar entre las cosas y me lanzó una pala y él tomó unas tijeras de podar.

—¿Qué se supone que haremos con esto?—quise saber, porque si su pensado era defendernos estábamos mal, yo era bastante miedosa y menos como para reaccionar si miráramos a alguien.

—Tú solo sígueme—salimos bajo la lluvia dirigiéndonos al establo.

Nicky iba adelante y yo atrás, tan solo habíamos caminado unos metros y ya estábamos empapados de la fuerte lluvia que estaba cayendo, poco a poco íbamos llegando al lugar y miramos que una de las puertas estaba abierta y Fugaz no estaba.

—¿Crees que se lo robaron?—me sentía preocupada por mi caballo.

—Eso lo sabremos porque mira—señaló al suelo y las pisadas de Fugaz se dirigían hacia atrás del establo.

Caminamos sigilosamente, los relámpagos nos ayudaban con tener mejor visión y ahí estaba Fugaz frente a nosotros, afortunadamente solo se había salido. En ese instante respiré aliviada. Nicky lo tomó, no sé cómo pero siempre se dejaba tocar por él como si al tal se habían conocido desde hace años, nos dirigimos al establo y antes de encerrar a Fugaz, Nicky se había resbalado cayendo en estiércol de caballo.

—¡Maldita mala suerte!—su cuerpo estaba lleno de estiércol—lo que me faltaba—negó con su cabeza—y por favor no te rías, Alis,—me señaló con su dedo índice, pero ya había sido demasiado tarde, mi estómago me empezaba a doler de lo mucho que me reí en ese momento.

—¿Qué? ¿Piensa despedirme, el señor?—le lancé un beso al aire sin darme cuenta.

Estábamos en la sala, antes de entrar Nicky se había quitado su ropa, estaba solo con su ropa interior empapada.

—Será que te bañes primero tu—le cedí el paso al baño—por favor pasa rápido que después dejarás apestado por acá—sonreí.

Entramos a mi cuarto, encendí las velas mientras él se bañaba.

—Oye, Nicky, lo siento que la noche se haya tornado así—colocaba la última vela en la mesa de noche que tenía—se que solo en situaciones un poco incómoda te he puesto.

—No te preocupes por eso—escuchaba la ducha—al final de todo me la he pasado bien—elevaba su tono para que lo pudiese escuchar.

A los minutos salió envuelto en su toalla.

—Qué romántico se ve la habitación con esas velas ¿no crees?—asentía observando todo el cuarto a detalle.

—Pues si tú lo dices—entré al baño—para cuando salga te vistes ¿ok?

—Oye, pero ya no hay más ropa de tu abuelo, tendré que dormir en toalla.

—No hay problema—abrí el chorro—yo tengo ropa holgada que te puede quedar, busca en unas gavetas que están por ahí.

—¿Alis?—preguntó desde el otro lado.

—¿Qué pasó?—puse atención.

—Tienes muy bonitos calzones—reía.

—¡Nicky! Deja ese gavetero ahí, te dije que buscaras ropa para ti, no que husmearas mi calzones—que descuidada fui.

NICKY CHANCE

Alis salía del baño envuelta en su toalla, pero afortunadamente por alguna razón se le cayó al momento de elegir su pijama.

—¡Mierdas!—enseguida tomó la toalla—no me quedes viendo así—gruñó.

Pero ya había sido tarde, pude ver esa silueta, en sus nalgas tenía pequeñas estrías que la hacían ver sexy, era un adorno extra, pues a mi de cierta forma me excitaba, tenía una cintura pronunciada. Lástima que sólo la pude ver de espalda, pero había sido suficiente para ver lo bastante hermosa que era.

—No te preocupes, no he visto nada—mentí.—gracias por prestarme tu ropa, me quedó mejor que la de tu abuelo.—sonreí modelándole—que tengas buenas noches, Alis—bajé las escaleras dirigiendome al cuarto del abuelo.

—Buenas noches, Nicky, que descanses—cerró su habitación.

Llegué a la habitación del abuelo y enseguida me despojé de mi ropa, pues tenía la costumbre de dormir desnudo.

De pronto sentí que alguien había llegado a mi cama buscando calor, al inicio creí que era algún sueño, pero no, esto era algo más real.

—¿Alis?—pregunté con la intención de obtener alguna respuesta—¿eres tu?

—Sí, tonto, soy yo—se aferraba a mi cuerpo.

—¿Qué haces acá?—me extrañé.

—Solo me dio miedo estar durmiendo allá arriba y sola en medio de la tormenta, pero si quieres me voy—hizo el amago de levantarse—quédate—le tomé el brazo.

—Gracias —siguió acurrucándose—un momento... ¿estás desnudo?—por poco pega un salto al techo cuando le dije que si.—¿por qué desde un inicio no me dijiste eso?

—Pues yo no lo vi nada malo, ni que estuviéramos haciendo algo, Alis,—me cobijé por completo—¿satisfecha?

—Claro, así ya cambia todo—volvió a aferrarse a mi cuerpo—no me gustaría que tu amiguito me de un susto como el que me dio en la laguna—esa noche dormimos de cucharita.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Mi primera vez (COMPLETA)