Mi pretendiente es mi EX-MARIDO romance Capítulo 82

El lugar de la cena estaba en un conocido restaurante de especialidades de la zona. Nada más llegar, Doria vio a Raimundo de pie en la puerta esperándola.

Cuando le dirigió la mirada, Raimundo también la vio y la saludó con la mano, -Doria, estoy aquí.-

Doria se acercó, -Lo siento, hay un atasco en la carretera, por eso llego tarde.-

Raimundo rascó la cabeza con timidez, como si aún estuviera un poco avergonzado por lo ocurrido anoche, -No pasa nada, el gerente Édgar y los demás no han llegado todavía. Hace frío afuera, entremos.-

Raimundo llevó a Doria a la habitación privada. Había varios jefes de su empresa en la habitación privada, todos de muy alto nivel. Se lo presentó a Doria uno por uno.

Después de terminar la presentación, el jefe directo de Raimundo sonrió y dijo, -Hace mucho tiempo que escuché a Raimundo mencionar a la señorita Doria, ahora que la veo en persona, veo que realmente es una belleza.- Mientras lo decía, palmeó el hombro de Raimundo, luego habló al oído de Raimundo, -Chaval, tienes mucha suerte.-

Raimundo sonrió tímidamente.

El resto de los jefes también habían oído hablar de Doria, así que comenzaron a elogiar a Raimundo diciendo que era un gran talentoso joven, y que tenía un futuro prometedor.

En esa situación, Doria no podía hacer que esos jefes quedaran mal, sin mencionar que ya lo había dejado claro ayer con Raimundo, por lo que solo les siguió el rollo diciendo, -También creo que es muy majo.-

Tan pronto como terminó de hablar, la habitación privada de repente se quedó en silencio.

El jefe directo de Raimundo caminó rápidamente hacia la puerta, -Gerente Édgar, ya has llegado.-

Doria no sabía qué decir.

Los otros jefes se acercaron para saludarlo uno a uno.

La actitud de Édgar no era indiferente ni muy animado, al final posó su mirada en Doria.

Un jefe dijo, -Gerente Édgar, esta es una habitante de la Calle Puente, Doria Aparicio, también es vecina de Raimundo.-

Édgar solo asintió, luego enseguida pasó por su lado para entrar hacia la habitación privada.

El jefe tosió antes de ir tras él, -Gerente Édgar, siéntese aquí.-

Era obvio que Édgar iba a sentarse en el asiento principal de la mesa redonda. A sus costados estaban los jefes de más alto rango, luego el rango de los jefes descendía conforme los asientos.

Doria se sentó junto a Raimundo.

Durante la cena, al ver que Doria apenas comió, Raimundo no dejó de ponerle comida en su plato, -Doria, prueba esto, es el platillo más famoso de la zona, está riquísimo.-

Doria levantó la cabeza para mostrarle una sonrisa, -Gracias.-

-De nada.- Raimundo le puso otra comida en el plato mientras hablaba, -Esto también está delicioso. Toma.-

Sin saber si era una ilusión o no, Doria sentía que alguien la estaba mirando fijamente con frialdad, lo que la hizo sentirse incómoda.

Pero cuando levantó la cabeza, vio que Édgar estaba hablando de negocios con la persona que estaba a su lado, y su expresión no mostraba nada inusual.

Doria se tocó la nariz. Pensaba que Édgar la estaba observando, cuánta imaginación tenía.

En ese momento, el jefe directo de Raimundo dijo, -Raimundo, no está bien que solo cuides de Doria, que todos estamos prestándote la atención.-

Lo dijo en todo de regaño, pero más bien era una broma.

Raimundo se levantó con una copa de vino, -Lo siento mucho, me tomaré esta copa para disculparme.-

Entonces, inexplicablemente, todos entraron en la fase de brindis.

Doria se estaba quedando dormida de lo aburrida que estaba allí sentada.

En ese momento, alguien abrió la boca y dijo, -Doria, ven, te voy a hacer un brindis.-

Doria volvió a su consciencia. Al ver que la persona que estaba hablando era el hombre de enfrente, estaba a punto de hablar, pero Raimundo dijo, -Director Enrique Navarra, Doria no puede beber. Yo beberé por ella.-

El hombre estaba un poco borracho porque había bebido, así que dijo, -Oye, ¿qué sentido tiene brindar con un hombre como tú? Doria, tampoco te voy a poner difícil, solo es una copa, yo me la acabaré, tú haz como lo que quieras.-

Cuando el hombre levantó la copa de vino, Doria dijo en voz baja, -Lo siento, estoy embarazada y no puedo beber.-

Tan pronto como pronunció sus palabras, el grupo de personas de la cena se miraron entre sí, pero Édgar estaba sentado allí sin ningún cambio en su expresión.

Algunas personas incluso no pudieron evitar susurrar, -¿Se ha quedado embarazada tan pronto? No esperaba que Raimundo fuera tan espabilado.-

Doria volvió a decir, -Brindaré por todos con té en lugar de vino.-

Al ver eso, el resto no supieron qué decir. La habitación privada entró en un silencio inusual.

En ese momento sonó una fría voz masculina, -¿Dicen que los padres del jefe Raimundo son profesores?-

Al escuchar eso, Doria casi echó para fuera el té que había tomado.

Raimundo no sabía por qué de repente ese magnate del mundo de negocios lo había mencionado, así que asintió con la cabeza varias veces, -Sí, pero mis padres están en mi ciudad natal. Allí han trabajado como profesores durante la mayor parte de sus vidas.-

Édgar dijo con indiferencia, -Está muy bien ser profesores, seguro que han cultivado a responsables como el jefe Raimundo, que se entrega y se dedica desinteresadamente.-

Raimundo estaba tan nervioso que no se dio cuenta de lo que insinuaba, sólo entendió que le estaba elogiando y dijo avergonzado, -No, no, qué va, no es para tanto. El gerente Édgar se ha pasado de elogiarme.-

Las comisuras de los labios de Édgar se crisparon y sus dedos movieron suavemente el vaso que había frente a él, -No seas modesto, eres para tanto. ¿Qué opinas la señorita Doria al respecto?-

Doria se quedó sin palabras.

Sabía que ese cabrón la iba a mencionar.

Doria dijo con calma, -Pues Raimundo es joven y excelente, de hecho es mucho mejor que alguna persona que es hipócrita, dominante.-

Después de sus palabras, toda la habitación privada se quedó en silencio nuevamente.

Comparado con el silencio de antes, se podía decir que ahora había un silencio sofocante.

Aunque no mencionó quién era, ¡esas descripciones no eran adecuadas para ese tipo de ocasión!

Cuando todos contenían la respiración y sentían que Édgar estaba a punto de enojarse, este solo se limitó a soltar una risa fría, -Señorita Doria, eres hermosa, pero es una lástima que no sepas decir cosas agradables.-

Doria dijo, -Gracias por su elogio, señor Édgar.-

Todos se quedaron sin habla.

¿Directamente ignoró la última parte de la frase del gerente Édgar? ¡¿Qué tipo de mentalidad se necesitaba para resistir tales palabras agudas?!

Al ver que el ambiente se hacía cada vez más tenso, algún jefe resistió la presión para salir a cambiar de tema y relajar la tensión.

Después de beber durante un buen rato, Doria se fue al baño porque vio que no tenían intención de marcharse aún.

Al ver eso, Raimundo inmediatamente la siguió.

-Doria, es tarde, ¿qué tal si te llevo de regreso primero?-

Doria se dio la vuelta, -¿Puedes irte así sin más?-

Raimundo se rascó la cabeza, -Volveré aquí después de enviarte a casa, no van a terminar hasta muy tarde.-

Doria sonrió y dijo, -No pasa nada, puedo regresar por mi cuenta más tarde, puedes regresar para acompañarlos.-

Como realmente no era fácil salir en esa situación sin despedirse, Raimundo asintió, -Entonces recuerda enviarme un mensaje cuando llegues a casa.-

-Vale.-

-Doria.- la detuvo Raimundo, -Antes en la cena fuiste demasiado atrevida. ¿No tienes miedo de que se enoje?-

Doria dijo con indiferencia, -Incluso si se enojara, como mucho me regañaría con algunas palabras, ¿acaso puede pegarme delante de tanta gente? No tienes que preocuparte por la cooperación. Él siempre ha considerado los intereses antes que nada, y estas pequeñas cosas no afectarán mucho.-

Raimundo se quedó atónito, -¿Cómo lo sabes?-

Doria dijo, -¿No son todos los hombres de negocios así? Vino desde la Ciudad Sur a propósito, esto demuestra la importancia de este proyecto para él.-

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