Mi pretendiente es mi EX-MARIDO romance Capítulo 51

Doria volvió a la puerta de la habitación. Justo cuando quería entrar, una voz cálida vino de detrás de ella - ¿Doria?-

Se detuvo en el pomo de la puerta. Pasaron unos segundos antes de que mirara hacia atrás.

Abraham no creyó que fuera realmente ella. Dio un paso adelante y dijo -Doria, ¿qué haces aquí? Pensé que me había equivocado. -

Doria lo saludó tranquilamente como a un viejo amigo - Yo... He venido a cenar con unos amigos. ¿Y tú? -

Aitana salió corriendo como un perro rabioso. Debería haber esperado que Abraham estuviera allí.

-Yo también estoy con amigos. ¿Ya casi has terminado aquí? Si ya casi ha terminado. Nosotros... -

Abraham estaba a mitad de su frase. La puerta de la habitación detrás de él se abrió.

Carmelo vio a Abraham y tardó unos segundos en darse cuenta - Este es Abraham, ¿verdad? -

Abraham retiró la mirada y le asintió amablemente.

Carmelo y Claudia estaban juntos desde la universidad. Se habían visto algunas veces. Pero no tan familiares.

-Oh. ¿Cuántos años hace que no nos vemos? -Carmelo le puso la mano en el hombro. -Qué casualidad encontrarte. Ven. Vamos a sentarnos. -

Doria iba a decir que no por él pero Abraham le sonrió y entró en la habitación con Carmelo.

En la sala, Carmelo les dijo a sus amigos - Vengan a conocerlo todos. Este es mi amigo de la universidad. Era el más guapo de nuestra clase -.

Un grupo de personas se reunió alrededor e hizo un brindis.

De repente. Un hombre miró a Abraham y preguntó con incertidumbre - ¿Es usted Valerio, el hijo del grupo Valerio? -

Abraham asintió levemente con la cabeza - Hola. -

Tan pronto como dijo eso. El asombro centrado en Carmelo comenzó a extenderse alrededor.

Él sólo sabía que la familia de Abraham era rica. Pero no esperaba que fuera un miembro de la familia Valerio....

El hombre que acaba de hablar añadió - El señor Valerio estuvo en el extranjero los últimos años. Sólo le he visto una vez en un evento de lejos. Pensé que me había equivocado. No esperaba que usted fuera amigo de Carmelo. Es realmente el destino. -

Después de decirlo, la forma en que todos miraban a Carmelo cambió. Envidia o celos.

Carmelo era sólo un trabajador de cuello blanco, pero era amigo del hijo del grupo Valerio. Así que era cuestión de tiempo que se convirtiera en alguien importante.

En cambio, Carmelo estaba muy nervioso. Tenía miedo de que Abraham revelara que no se conocían bien.

Abraham se rió y dijo - Nos conocemos desde hace muchos años. -

Por otro lado, Claudia se acercó a Doria y vio Abraham estaba rodeado por los amigos de Carmelo. Ella se preguntó. -¿Qué hace él aquí? -

Doria se frotó la ceja -Me lo encontré en la puerta, Carmelo lo llamó. -

Claudia se sorprendió -Es bueno que Abraham tenga buen carácter. Si fuera otro...-

Claudia no terminó la frase. Pero un nombre vino a la mente de ambos al mismo tiempo. Un escalofrío les recorrió la espalda.

No podían imaginar esa imagen en absoluto.

Claudia murmuró - Crees que a la colega de Carmelo le pasa algo. Primero montó una escena en la puerta y ahora mismo ha venido a decirme cosas inexplicables. Se le estaba cayendo la máscara de perra. -

Doria volvió en su mente y recordó el propósito de su visita de hoy. -Claudia, creo que puede haber algo malo entre ella y Carmelo...-

-Conozco muy bien a Carmelo. No se atrevería a engañar ni aunque le animaran a hacerlo. Por no hablar de que esa mujer es con grandes pechos y sin cerebro. Pero si ella es un poco más inteligente. Podría haber sospechada. -

Doria no supo qué decir durante un rato. Era difícil de creer con una relación duró todos estos años.

En ese momento, Carmelo miró hacia atrás y vio a Claudia y Doria hablando. Las alarmas se dispararon de inmediato. Tras unas palabras con los demás, Carmelo se acercó junto a Abraham. -Hace muchos años que no nos vemos. Por qué no buscamos un lugar para sentarnos. Sólo nosotros cuatro. -

Claudia dijo - ¿Has llamado a tantos amigos y no te importan? -

-Estos amigos siempre están disponibles. Y todos jugamos desde hace tiempo. Si no quieren irse. Que se queden aquí y yo volveré más tarde. -

-No suena bien. -

Dijo Carmelo con indiferencia -¿Qué hay de malo en eso? Somos amigos. No les importa tanto. Abraham, ¿qué te parece? -

Abraham le lanzó una mirada discreta a Doria -Me parece bien. -

-Entonces... -

Doria dijo - Se hace tarde. Yo voy a volver. Vosotros seguid adelante. -

Claudia también dijo - Te acompañaré a casa. Voy a tomar un poco de aire fresco.-

Abraham, naturalmente, no podía quedarse tras la marcha de Doria. Después de asentir a Carmelo, alcanzó a las chicas.

Carmelo apretó inconscientemente el puño cuando las vio alejarse. Se apresuró a caminar junto a ellas.

Fuera de la habitación, Abraham frunció los labios antes de decir -Doria, ¿estás enfadada conmigo?-

Doria se congeló antes de darse cuenta a qué se refería -No. Es que... me siento incómoda.-

No quiso ver más la cara de hipocresía de Carmelo.

Abraham le miró la barriga poco visible -Él aún no lo sabe. -

Doria sonrió y negó suavemente con la cabeza.

Pronto Carmelo vino tras ella. Agarró el brazo de Claudia. -No salgas por favor.-

Claudia estaba desconcertada -¿Por qué no puedo...?-

-Doria y Abraham llevaban tanto tiempo sin verse. Deben tener mucho que hablar. ¿Por qué los sigues como la tercera rueda? Estás interrumpiendo su cita. -

-¿De qué estás hablando?

Carmelo habló sin pensar bien - No estoy diciendo tonterías. Siempre se han gustado. -

Claudia frunció el ceño y levantó la voz - ¡Carmelo!-

Abraham se quedó en silencio durante dos segundos. Sus ojos miraban a algún lugar lejano. -Sí. Siempre me ha gustado. -

Doria no esperaba que él respondiera de esa manera. Levantó ligeramente la vista. Pero lo encontró mirando hacia otro lado. Sus ojos eran firmes. Ella, inconscientemente, lo siguió y miró hacia él. Al instante sintió un cosquilleo en el cuero cabelludo.

Hoy no debía venir. Todo estaba mal. Tanta gente reunida. ¿Qué hacían aquí?

No muy lejos, Édgar los miraba con frialdad. No había calidez en sus ojos.

Claudia vio que Doria y Abraham tenían una mirada extraña. Claudia siguió sus ojos y miró hacia atrás. Inmediatamente aspiró una bocanada de aire frío.

¿Cómo podía ocurrir esto con tanta coincidencia?

Después de dos segundos de mirarse fijamente, Édgar retiró su mirada con indiferencia. Como si no los conociera. Se alejó con las piernas largas.

Doria se sintió aliviada al verlo pasar sin una mirada.

Pero no había terminado de relajarse cuando Édgar se detuvo de repente. Giró lentamente la cabeza hacia atrás. Primero miró a Carmelo y a Claudia. Luego se centró en Doria - Llevas mucho tiempo dudando. ¿Todavía no se te ha ocurrido qué decir? -

El corazón de Doria dio un salto. Antes de que ella pudiera decirle que se callara, Édgar volvió a hablar sin ningún tipo de calidez -Grabaste el vídeo, ¿no? Sólo tienes que enseñárselo. -

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