Mi pretendiente es mi EX-MARIDO romance Capítulo 52

Claudia siempre sintió que las palabras de Édgar iban dirigidas a ella. También miró a Doria -Doria, ¿qué pasa? -

La mente de Doria estaba hecha un lío - Nada. Yo...-

Édgar resopló. Retiró los ojos y se alejó.

Doria quería morir con ese idiota. Dos o tres palabras de él llevaron las cosas al límite. ¡Y giró la cabeza y dejó el lío en paz!

Claudia tampoco era estúpida. Combinado con las palabras de Édgar, el inexplicable comportamiento de Carmelo y el recordatorio de Doria hace un rato...

Se calmó rápidamente - Doria. Enséñame el vídeo -.

El primero en asustarse fue Carmelo, que no tenía ni idea de que Doria había grabado una prueba tan crucial. Se apresuró a tenderle los brazos a Claudia. -Cariño, volvamos... -

Claudia lo sacudió -¡No me toques! -

Miró a Carmelo y se rió - Mira qué nervioso estás. Supongo que tampoco tengo que ver el vídeo. Lo vas a decir tú mismo. O voy a sacar a la amante y te voy a enfrentar cara a cara? -

-Bebé. No es lo que piensas. No hay nada entre ella y yo. Yo sólo...-

-¿No eres capaz de controlar tu polla? Carmelo, eres una verdadera pieza de basura. Lo estás haciendo delante de mí. -

-Déjame explicarte... -

Claudia tomó aire. Dijo con voz fría. -O te vas de aquí ahora mismo. O voy a entrar y voy a hacer que todo el mundo se entere de esta mierda que habéis estado haciendo. Y puedes olvidarte del trabajo. -

Carmelo apretó los dientes y tomó una decisión rápida.

Doria habló en voz baja después de que él se fuera - Claudia... -

Claudia los miró y sonrió de mala gana - No te preocupes. Estoy bien. Es bueno saber lo que es ahora. Si no... -

Doria sabía lo que intentaba decir. Todo este tiempo Claudia estaba deseando casarse.

Claudia dijo - Me voy a casa entonces. Abraham, puedes llevar a Doria a casa. -

-De acuerdo.-

Doria la hizo retroceder. -Me quedaré contigo. -

-No. -Claudia se rió. -Es sólo una traición. No es para tanto. Deberías irte a casa y descansar un poco. Puedo ocuparme yo misma. -

Dijo y saludó con la mano mientras se alejaba.

Doria pudo ver que sus ojos estaban rojos.

Abraham la tranquilizó - No te preocupes. Ella se recuperará. -

Doria asintió. Pero no sabía qué decir.

Ella fue testigo del amor de Claudia y Carmelo. Pero nunca pensó que terminaría así.

El móvil de Abraham sonó de repente. Era Aitana llamando. Podría ser que no le encontrara en ningún sitio.

Abraham frunció el ceño. Colgó rápidamente.

Doria se retractó de sus pensamientos y dijo - No hace falta que me lleves. Volveré por mi cuenta.-

-Doria... -

Doria sonrió - Yo iré primero. -

Abraham estaba a punto de ir tras ella cuando el teléfono volvió a sonar. Sólo dudó un segundo, Doria ya estaba en el ascensor.

Vicente estaba de pie en el patio del restaurante. Saludó a Doria en cuanto la vio

- Doria...-

-¿Dónde está el gerente Édgar? -

Vicente retrocedió un paso sin dejar rastro al sentir el enfado de ella. - El gerente Édgar te está esperando en el coche. -

Doria se dirigió hacia el Rolls-Royce más llamativo sin mirar atrás.

Édgar miraba sus papeles. Ni siquiera cuando se abrió la puerta del coche movió los ojos.

Doria lo miró fijamente durante unos segundos. Se agachó y se sentó dentro. Cerró la puerta del coche con un gran ruido.

Édgar frunció ligeramente el ceño. La miró con desagrado.

-Sé que el gerente Édgar siempre ha hecho las cosas a su manera, sin tener en cuenta los sentimientos de los demás. Pero ¿no estás siendo un poco entrometido? -

El hombre cerró lentamente la carpeta que tenía delante. ¿Has venido a interrogarme? -

Doria rió fríamente - No me atrevería a interrogarte. Es que no creo que el gerente Édgar deba ir por ahí sin conocer a nadie...-

A Édgar no le interesaba escuchar más. La interrumpió - Creí que ofrecías una explicación por "no haber comido durante dos días y no haberte lavado el pelo durante una semana". -

Doria-... -

Casi lo olvido.

Al instante perdió parte de su impulso. Ella comenzó a difuminar el enfoque y hablar sin sentido - -Es porque no he comido en dos días. Por eso he salido a comer un poco. -

Édgar resopló - Doria, ¿de verdad crees que soy estúpido? -

Doria se quedó en silencio - Me mudaré mañana. -

-Ahora. -

-Pero es tan tarde... -

-¿Afecta a tu cita con Abraham? -

El tonto sonó agresivo.

Doria habló desafiante -Sí.-

La temperatura en el interior del Rolls-Royce se enfrió al instante, y Vicente tembló incluso estando a diez metros de distancia.

Doria no notó ninguna diferencia. Puede que se deba a su alta temperatura de embarazada.

Preguntó sin temer su juicio. -¿Puedo irme ya? Estoy esperando mi cita. -

Dijo Édgar con frialdad - ¿lo admites? -

-¿Admitir qué?-

-Que te divorciaste de mí para estar con Abraham. -

Doria se quedó callada un rato y luego dijo. -No puedo evitar que lo pienses. -

Mientras el ambiente en el coche se hacía cada vez más intenso. Briana salió del restaurante. Al ver que el coche de Édgar estaba aquí y su ayudante esperaba junto a él.

Vicente asintió ligeramente al verla - Señorita Briana. -

Briana miró el Rolls-Royce negro - ¿Edgar también está aquí? -

-Sí.-

- Necesito verlo. -

Briana acababa de dar un paso cuando fue detenida por Vicente. -El gerente Édgar y... señora Doria están hablando. -

-¿Doria? -Briana enarcó las cejas. Enseguida se dio cuenta de a quién se refería. -Están divorciados, ¿no? -

Vicente no podía explicarle los desconcertantes pensamientos del gerente Édgar ni su inescrutable personalidad. Estaba pensando en cómo responder cuando se abrió la puerta del Rolls-Royce.

Briana miró la espalda de Doria. Sus labios se fruncieron ligeramente. Los dedos se tensaron inconscientemente y se cerraron lentamente en puños.

Estaban divorciados. ¿Por qué Doria seguía queriendo molestarlo?

Podría ser...

Briana recordó la escena cuando la vio en el hospital. Sus ojos se oscurecieron un poco.

Si realmente estaba embarazada después del matrimonio. Y era el hijo de Édgar el que llevaba. Podía imaginar lo inteligente que podía ser esa mujer.

Fue capaz de forzar el matrimonio con el embarazo hace tres años. No había ninguna garantía de que tres años más tarde hiciera demandas más escandalosas.

- Señorita Briana, por favor espere un momento. Voy a decirle al Gerente Édgar... -

-No hace falta. -Briana sonrió. -No es muy importante. Acabo de recordar que me he dejado algo arriba. Voy a volver a buscarlo. -

Vicente se quedó un poco desconcertado pero no hizo más preguntas. Sólo dijo -Está bien, adiós señorita Briana. -

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