Mi pretendiente es mi EX-MARIDO romance Capítulo 50

Hizo una pausa repentina. Las caras de ella y de Carmelo cambiaron sutilmente al mismo tiempo.

Carmelo se sorprendió aún más. Era imposible que Doria conociera a Alana. ¿Pero cómo sabía ella que su apellido era Berganza?

Cuando se encontró de nuevo con los ojos de Doria, Carmelo vio una advertencia en ellos.

Reaccionó rápidamente. Le dijo a Alana - Te piden que vengas a charlar. Tengo que estar con mi novia. -

-No es gran cosa tener novia. -Alana retiró la vista. De mala gana se fue.

Carmelo se dirigió a Claudia -No te enfades, cariño. Ella es así. Le gusta bromear. Pero la culpa es mía. No te presenté claramente. -

Claudia apartó la mano con un manotazo - No estoy enfadada. Está bien, está bien. Ve a estar con tus amigos. No te preocupes por mí. -

-No se merecen mi compañía. Estoy contigo, por supuesto. -Carmelo susurró algo al oído de Claudia y tiró de ella hacia fuera. Claudia dio unos pasos y se volvió. -Doria, espérame. Enseguida vuelvo. -

-De acuerdo.-

Poco después de que se fueran, Alana reapareció junto a Doria, con dos vasos de vino en la mano -Uy. Lo siento mucho. Tomaré una para mí. -

Dijo Doria - Yo no bebo. -

Alana retiró torpemente la mano - Me enteré por Carmelo que eres diseñadora de joyas. Seguro que eres muy buena. ¿Cuándo me diseñarás una a mí también? Te ayudaré a promocionarlo entre mis amigos y a presentarles tu negocio. -

Doria sonrió - Claro. Un modelo personalizado comienza con 200,000 euros. Si lo necesitas. Puedes pagar el depósito ahora. -

Al oír esto, el rostro de Alana se ensombreció-¿Doscientos mil?-

No es que sea una diseñadora famosa. Ella pensó que sólo serían 10,000 o 20,000 euros como máximo. ¡Pero fueron 200,000!

Doria sonaba muy amable - Y eso es sólo la cuota de diseño. Sin contar los materiales de joyería. -

Alana sostuvo su vaso pero su actitud obviamente no era tan buena como antes. Dijo perfunctoriamente - Déjeme pensarlo. -

Estaba a punto de marcharse cuando la voz de Doria llegó por detrás de ella - Alana, esta es una forma muy barata de romper las relaciones de los demás. -

Doria terminó su frase y la ignoró. Se fue enseguida.

Se dirigió a la puerta. Justo a tiempo para encontrarse con Carmelo que regresaba con Claudia.

Claudia fue obviamente engatusada. Preguntó - Doria, ¿a dónde vas? -

-Voy al baño. -

-Iré contigo. -

En cuanto Claudia lo dijo. Carmelo se puso visiblemente nervioso. Se apresuró a decir - Te dije que te llevaría a conocer a mis amigos y colegas. Ellos no te han conocido... -

Claudia lo miró con extrañeza - Iré al baño con Doria y luego volveré para conocerlos. ¿Cuál es la diferencia?-

Los nervios de Carmelo estaban tensos en ese momento. Cuando ella le preguntó, no encontró nada que decir.

Doria miró a Carmelo como si estuviera luchando en su corazón. Sus labios estaban fríamente enganchados. Cuando la engañaba no tenía miedo. Ahora, cuando veía que lo iban a pillar, por fin sabía que tenía miedo.

Doria lo ignoró pero miró a Claudia. -Voy a ir yo sola. Vuelvo en un momento. -

-Está bien. -Claudia la amonestó. -El camino hacia el baño está un poco resbaladizo. Ten cuidado entonces.-

-De acuerdo.-

Cuando Doria se fue, Carmelo acercó a Claudia y se quejó -Querida. Te preocupas más por ella que por mí. -

Claudia se enfadó - Eres un hombre maduro y por qué debería preocuparme por ti. Sin contar que Doria está embarazada... -

Claudia se detuvo a mitad de la frase.

Pero Carmelo la escuchó. Le disparó numerosas preguntas. - ¿Está embarazada? ¿Pero no está divorciada? Y además. ¿Quién es su marido? Deben haber estado casados durante tres años. No lo he visto ni una vez. -

Claudia lo empujó - Vamos. No hagas tantas preguntas. Haz lo que tengas que hacer. -

Carmelo miró la espalda de Doria y se sumió en sus propios pensamientos.

Si realmente era un matrimonio, por qué lo mantenía en secreto. A menos que...

Doria salió del baño, se lavó las manos y estaba a punto de salir. Vio a una conocida justo delante de ella.

Aitana la vio y su odio iba a explotar ahora mismo -¡Qué haces aquí!-

-¿Es esta tu casa? -

Doria se arrepintió de sus palabras, porque podría ser que la familia Santángel fuera la dueña del lugar.

Menos mal que Aitana no hizo ninguna mueca. En cambio, la miró con odio- ¿Estás aquí con Abraham? ¡Qué desvergonzada eres! Si no fuera por ti. ¡Abraham y yo ya estaríamos comprometidos! -

Doria la miró tranquilamente y le dijo - Qué me importa a mí. El matrimonio en tu familia es siempre una decisión de los padres. ¿Por quién me tomas? -

Aitana se congeló antes de darse cuenta de que Doria se estaba burlando de ella. Su rostro se tornó agrio. Quiso golpearla. Pero no supo qué hacer y retiró la mano - Doria te lo advierto. Si todavía sigues a Abraham a donde quiera que vaya. La próxima vez que me veas, no seré yo. -

Aitana solía ser impulsiva. Pero no era una tonta. Era obvio para ella durante este tiempo que la gente que quería hacer el matrimonio. No era la única.

Su tío parecía querer que se casara con Abraham incluso más que ella.

Doria, -Oh.-

No le importaba en absoluto con quién se casara Aitana. Era sólo que... Si era Abraham. Se sentía realmente mal por él.

Aitana vio que era indiferente y se cabreó. - Ya verás, Doria. Primero te casaste con mi primo demandando tus trucos. Y ahora intentas seducir a Abraham. ¡Tendrás lo que te mereces! -

Doria sonrió con indiferencia - ¿Y qué pasará con la gente como tú? Puedes negar lo que has hecho, Aitana. Pero espero que no olvides la palabra 'retribución' que realmente has dicho. -

La cara de Aitana cambió ligeramente. Antes de que tuviera tiempo de replicar, Doria se había ido.

Briana pasó junto a Doria en el pasillo. Le echó un vistazo a su vientre en secreto.

Doria llevaba ropa holgada desde que estaba embarazada. Y sólo tenía tres meses. Estaba delgada. Básicamente, nadie podía ver nada.

Pero cuanto más era el caso. Más sospechaba la gente.

Briana se acercó a Aitana. Preguntó -Aitana, ¿con quién estabas hablando? -

Aitana dijo con odio - ¡Una desvergonzada! -

-Relájate. No hace falta que te enfades por gente que no conoces. ¿No vas a ver a Abraham? -

Aitana se dio cuenta de que había venido a ver a Abraham.

Abraham la había estado evitando últimamente. Ella no podía encontrarlo.

Hoy, gracias a Briana, le dijo que Abraham estaba aquí para hablar de negocios con alguien. Ella se apresuró a venir.

No esperaba encontrarse con la perra Doria.

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