Mi pretendiente es mi EX-MARIDO romance Capítulo 127

A Doria se le desapareció un poco la sonrisa en las comisuras de la boca. Asintió con la cabeza levemente.

Claudia no pudo evitar decir palabrotas en su corazón. Le preguntó en voz baja, -¿Se lo has dado?

-Sí, pero fue abandonado por Aitana.

Claudia dio un suspiro. -Olvídalo ya que lo ha hecho. De todos modos, has conseguido el pago de diseño. Es asunto de ellos cómo lidiar con eso.

A pesar de lo cual, Claudia sabía también que cada obra era única y, al mismo tiempo, el trabajo mental con esfuerzo minucioso de los diseñadores. Sería imposible ser indiferente al ver que se abandonaron delante las cosas diseñadas por sí mismos.

Doria le aconsejó, -Volvemos.

Tan pronto como terminó de decirlo, Claudia vio a Édgar salir del hotel, sin expresión en su rostro. Con frialdad, caminó hacia el Rolls-Royce estacionado al costado de la calle.

No las miró todo el tiempo.

Vicente, que estaba siguiéndolo, le dio a Doria una mirada vacilante. No sabía si debería llamarla para que estuviesen juntos. Simplemente le saludó asintiendo con la cabeza y se fue rápidamente.

Claudia dijo, -¿Ese tipo está loco? Obviamente fue él que no se siente satisfecho con lo que ya se ha obtenido y es insaciable para lograr más. ¿Cómo puede ser tan razonable? Lo he juzgado mal. Puf.

Doria sonrió levemente, -Vamos.

***

Después de regresar a la Mansión Estrellada, cuando Doria estaba a punto de subir arriba, el sirviente le preguntó desde un lado en voz baja, -Señora, ¿ha peleado con el señor otra vez? He visto que tenía tan mal la tez cuando vino de vuelta. Parece estar muy enojado.

-No pasa nada. Es normal.

La persuadió unas palabras más antes de irse.

Al llegar a la habitación, Doria sacó la maleta del armario, metió la ropa a toda prisa y lo tiró todo saliendo.

Tan pronto como se marchaba de la habitación, vio que Édgar estaba apoyando en el marco de la puerta con las manos en los bolsillos de sus pantalones, mirándola sin expresión, -¿A dónde vas?

Doria le contestó, -Dado que Gerente Édgar se va a casar, ya no tengo ninguna razón para vivir aquí desde luego.

Doria se burló de repente de ella, -Lo tomas en serio una sola frase que dijo ella, pero no te importa todo lo que te dije. Doria, es solamente tu excusa.

-Tómalo como así si te da gusto pensar de esta manera.

Doria no quería perder tiempo hablando con él. Arrastró la maleta hacia adelante.

Cuando acudió a las escaleras, se detuvo.

Había estado impulsiva.

A poca distancia, Édgar no se movía sino la miraba con toda comodidad.

Doria se había quedado con una ira inexplicable al principio, como si estuviese luchando con él en silencio. Pensó por un momento, bajó las escaleras y ordenó, -Esmeralda, ¿puedes ayudarme a bajar las cosas?

Justo cuando Esmeralda iba a decir que sí, vio a Édgar aparecer en la parte superior de las escaleras con una cara fría.

A Esmeralda se le ocurrió una idea. Se sujetó la cintura con una mano, -Ay, señora. Me duele la espalda otra vez estos dos días y no puedo levantar cosas pesadas.

Luego, huyó rápidamente sin vacilación.

Doria no sabía que decir.

“Olvídalo. Lo abandono todo.” ella pensó.

Se dio la vuelta con un paso que iba a partir. La voz de Édgar llegó desde atrás, -Piensa bien las consecuencias antes de irte.

Al oírlo, Doria se detuvo ciertamente.

Édgar bajó las escaleras lentamente y se sentó en el sofá.

Doria lo miró, -¿Me estás amenazando?

-Tómalo como así si te da gusto pensar de esta manera.

Doria se quedó callada.

“Está como una cabra ese tipo.” ella creía.

Doria frunció los labios, tratando de razonar con él, -Gerente Édgar, la Señorita Briana no debería saber la relación entre tú y yo, ni que vivmos juntos actualmente. Si lo supiese...

Édgar levantó los párpados, -Si ella lo supiese, ¿qué pasaría?

Doria fue interrumpida por él, y por un momento se olvidó de lo que iba a decir.

Édgar volvió a decirle, -Doria, creo que lo que debes explicarme es por qué estuviste allí esta noche, en lugar de acudir a mí a interrogar con quién voy a casarme.

“¿Quién lo interrogó?” ella se enojó.

Evidentemente fue él que se liaba con dos mujeres.

Doria respiró hondamente, - Gerente Édgar, no fue mi intención aparecer allí hoy. La Señorita Briana es mi cliente. Solo fui a entregarle cosas. Hubo un accidente en la subasta más tarde, así que fui a buscar el presidente Valerio para darle una explicación.

-¿Y la escuchó?

-No.

-¿Sirvió tu explicación?

-Tampoco.

Édgar la miró con ojos fríos. -Entonces, dime qué querías hacer allí.

Doria dijo después de unos minutos de silencio, -Gerente Édgar, hay un problema con mi obra. Como diseñadora, debería ser responsable en vez de no explicarlo porque la explicación era inútil.

-No vi ninguna responsabilidad que has asumido por esto, sino Abraham se enfrentó a su padre por ti.

No fue muy serio el tono de Édgar, como si estuviese feliz de verlo.

Doria ya no dijo nada. También sabía que Abraham estaba definitivamente bajo una tremenda presión cuando trataba de dar una aclaración por ella contra todo el mundo esa noche.

Édgar continuó, -Doria, ¿crees que después de casarte con la familia Santángel, la familia Valerio, al ver que Abraham estaba desesperado por ti, ¿lo continuará tomando como nada con conocimientos de tu existencia y te dará rienda suelta?

Doria no lo entendió por un tiempo, -¿Qué quieres decir?

-Quiero decir que ahora tu enemigo no solo es la familia Santángel, sino también la familia Valerio. Una vez que salgas de esta puerta, la consecuencia que tendrás no tiene nada que ver conmigo.

Doria guardó silencio durante unos segundos antes de reír, -Sí. Después de todo, no te da interés en este tipo de cosas.

Édgar se humedeció los labios finos y la miraba fijamente.

Siempre desdeñaba dar explicación cualquiera. Malentendiese lo que malentendiese los demás como quisiesen.

Fue solo porque de repente quería desenterrar el corazón de esa mujer que no distinguía lo bueno de lo malo para ver si realmente no tenía conciencia moral en absoluto.

Édgar le dijo, -Si no me preocupo por ti, ¿crees que puedes quedarte aquí y hablar conmigo todavía?

Doria le sonrió superficialmente, sin querer perder más tiempo para hablar con él, diciendo, -De cualquier forma, ya que gerente Édgar y la señorita Briana tenéis un contrato matrimonial, deberías encontrar un momento adecuado para hablar claramente con ella. Para un matrimonio, lo más importante es la honestidad y la responsabilidad.

Édgar le dio una mirada, -¿Quieres decir que no fui honesto contigo antes, ni cumplí con mis responsabilidades?

Doria se calló.

“Lo admite él mismo.” ella pensaba.

-Solo pienso que no deberías ocultarle nada dado que os vais a casar. De lo contrario ...

-Doria, ¿estás celosa?

Doria, -¿Qué?

Édgar se levantó y se la dirigió paso a paso, -Lo que has dicho esta noche ha sido Briana o el casamiento. ¿Acaso no significa que estás celosa?

Doria no pudo evitar retroceder y se sonrojó, -¡Qué va! ¡Solo creo que es vergonzoso que hagas esto!

Doria no sabía qué había tocado después de retirarse. Estaba a punto de caerse. En pánico, se agarró la camisa frente de su pecho a toda prisa.

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