El Prohibido Amor de un CEO romance Capítulo 162

"Te vas tan pronto?"

La voz de la abuela Freda se filtra a través de la música electrónica mientras que su nieta se termina su trago de una sola vez.

"Como la sabes abuela?"

Lorelay cuestiona a su abuela, quien pareció que se materializo a su lado.

"No insultes nuestra inteligencia mi niña."

"Aún te faltan mínimo como cuarenta años de experiencia para que nos sorprendas..."

La abuela Situ también aparece del otro lado de Lorelay con un vaso de whisky en la mano y un puro en la otra.

La abuela Situ se estuvo conteniendo fumar su puro pues su nieta Elizabeth esta embarazada.

Y ella no quiere que nada en el mundo dañe a sus nietos, sus gemelos.

Los niños que ella amara como no pudo hacer con Edward debido a su estúpido padre.

Cada vez que la abuela Situ piensa en Joseph sonrie al recordar que al fin esta muerto, aunque tardó demasiado en morir.

"Aunque debo decirte que más que sorprenderme con la jugada sucia contra mi nieto, me diste la satisfacción que tanto quería."

Responde la abuela Situ.

"Casi estoy imaginando lo furioso que estará cuando se de cuenta que tu no estás."

"Bajará listo para matar a todo el mundo y entonces si que me reiré un poco de él."

"Y mucho."

Ambas abuelas se rien fuertemente, pues ellas también le hicieron uno que otro sucio truco a sus esposos cuando eran jóvenes.

Algunos de ellos consistieron en fingir la típica jaqueca femenina para evitar tener sexo con ellos.

Además de estafarlos uno que otra vez.

Y hacer que ellos hicieran cosas por ellas que no querían.

Una vez la abuela Freda le dijo a su esposo que su medico le pidió que tuviera abstinencia sexual por dos meses, pues le practicarán estudios médicos bastante complicados.

Y en vez de sufrir, la abuela disfrutó de los placeres sexuales que le ofreció uno de sus antiguos amantes.

Todos los días la abuela se escabullia con el pretexto de visitar a su madre.

Quien dijo que solo ellos pueden tener dos mujeres y volver con su abnegada esposa que los esperaba con la cena caliente en las mesas todas las noches?

Pero obviamente esto no se lo había contado a nadie, era solo para el disfrute personal de la abuela al recordarlo...

Lo más excitante que había hecho antes de que su esposo falleciera.

"Vete ya, les diremos a tus guardianes que te vas, pero ya sabes que te seguirán todos."

"Por tal motivo trajimos los autos."

"El avión ya esta casi listo para que despegue."

Indica la abuela Situ.

"Anda, recuerda que también Edward participará en la búsqueda de las escrituras de las empresa."

"Te dare una ventaja a ti mi niña, por que se que eres la más indicada para esto."

La abuela Situ da una calada a su puro para después soltar el humo haciendo dos donas perfectas en el aire.

"Separé las escrituras en dos lugares distintos."

"Una escritura es de la empresa matriz donde antes trabajabas."

La abuela Situ sacude la ceniza de su puro en el cenicero antes de seguir hablando.

"La otra es una escritura universal."

"Esa escritura aún está a mi nombre pero eso se arregla con mi firma."

"Esa escritura en particular engloba no solo las empresas Situ a nivel nacional e internacional."

"Sino que tambien engloba las escrituras del castillo, de mis villas aqui, en la ciudad y en otros lados del mundo."

"Por ser la más valiosa, es la primera escritura que quiero que encuentres antes que Edward."

"Pero ahora que sabes eso, no te diré donde la puse."

"Tu corazón e inspiración te guiarán a encontrarla."

Lorelay besa la mejilla derecha de la abuela después de que termino sus palabras.

Ella acepta el reto.

Ella encontrara primero esas escrituras!

De esa forma ella derrotará a Edward.

Y cuando Lorelay sea dueña de todo, hará que Edward se vista con un traje de mayordomo sexi para que la atienda tal como él una vez la obligó a hacerlo.

Por fin se vengara de Edward de mil formas humillantes y crueles!

Justo como ella quería.

Lorelay sabe que le que más les duele a los hombres y en especial al suyo es que les quiten todo en lo que ha han invertido su tiempo, dinero y esfuerzo.

"CEO Lorelay Baek."

Suena tan bien en la mente de Lorelay!

"Lo haré abuela!"

"Encontraré esas escrituras!"

"Debo irme ya, pero regresaré pronto."

"En menos de una semana volveré."

Declara la niña con seguridad.

Ambas abuelas reciben un beso de su nieta, quien en ese momento se comporta como una adolescente a la que se le permitió llegar más tarde debido a que fue a una fiesta con sus amigos.

Como si estuvieran esperando la orden de su protegida aparecieron Dániel y Johana junto con Maggie.

James no los acompañaría pues ganó una apuesta.

El chico se despide de su prometida susurrandole cosas al oído que los hace reir a los dos.

"Las amo, volveré en una semana."

Se despide Lorelay.

Los guardianes también se despidieron de las abuelas respetuosamente con besos y abrazos.

Por último se despidieron de James.

"Me quedaré para golpear a Edward Situ."

"Dániel y yo lo echamos a la suerte y gane yo."

James se frota las manos pues ya quiere pelear contra Edward en los entrenamientos.

Pero también quiere detenerlo antes de que trate de alcanzar a Lorelay en el aeropuerto.

"Maldito suertudo!"

"La próxima semana me quedaré yo y para entonces disfrutaré patear y golpear la cara arrogante de ese bastardo arrogante."

Dániel habla mientras estampa uno de sus puños contra su mano.

Después truena cada uno de sus nudillos mostrando su hostilidad y ganas de patear a su antiguo rival de amores.

Pero más que nada, Dániel quiere sacar esa furia contenida dentro de Él.

Una furia que crecio sin medida cuando escuchaba llorar a Lorelay por las madrugadas en su cama, pues las pesadillas la aterrorizaban.

Pesadillas donde la estrella principal de la tortura y dolor incesante era Edward.

"Quisieras Dániel."

"Para cuando regreses ya habré acabado con Edward."

Asevera James moviendo su cuello de lado a lado haciendo que también truene ante la mirada inquisidora de todos.

"Suficiente, si alguien lo romperá bien sere yo."

"Primo encárgate de entrenarlo bien para que sea un digno oponente para mí."

"Es lo único que te pido."

Con esa simple oración, Lorelay logra controlar a esos hombres quienes parecen tan ansiosos de salir a la caza del raro ejemplar homo sapiens llamado "Edward-bastardo-situ."

"De acuerdo prima, pero tendrás que convencerme..."

Lorelay se acerco a su primo para darle un beso en la mejilla y un abrazo.

"Tramposa."

"Esta bien, haré lo que tu digas."

Resopla James derrotado.

Maggie se rie tapándose la boca.

"Por eso te quiero tanto primo, por eso te adoro."

Otro beso deposita en la mejilla la chica agradeciendole.

James da un beso en la boca a su amada Maggie pues todos se preparan para subir a los autos que ya los esperan

Cuando pasa a su lado, Dániel estrella su hombro con el de James deteniendolo.

"Hiciste trampa y algún día lo demostraré."

Recrimina Dániel.

"Pudrete Dániel."

"Algún día tendrás tu oportunidad de moler a golpea a Edward."

"Por ahora, Edward es mío."

Asevera con firmeza cruel James.

A pesar de la intensa y profunda amistad que une a los dos hombres, aun encuentran formas de retarse, burlarse, hacerse bromas pesadas y ahora joderse.

"Lo dejare inconsciente y nada podrás hacer contra él."

Declara James.

"No podrás con él, ya lo verás."

Asevera Dániel.

"Niños ya basta."

Johana intervino porque ambos están hablando más fuerte.

"Si señora."

Dijeron los dia.

Dániel abraza a su prometida por la cintura para caminar hacia el sur.

Pero como Johana está usando tacones altos, camina más lento que el chico, por lo que Dániel la carga en brazos para que subieran al auto de prisa.

"Me encanta cuando haces esto."

Agradece Johana besando la mejilla de su prometido.

"Me encanta mucho más a mí."

Lorelay no presta atención a nada ni a nadie.

Ella mira el castillo,en específico hacía la ventana donde antes vió que la niebla se apreciaba.

Aunque ahora esa niebla toma el contorno de una figura femenina que sale por la puerta del castillo.

"Mamá, volveré en una semana."

"Cuídalo por mi."

Ruega en su mente Lorelay.

Aunque ella no lo quisiera aceptar.

Aunque lo escondiera tan bien en el fondo de ser y se mantuviera increíblemente fría ante Edward.

Lorelay seguía amandolos con pasión y locura.

Y ese amor es furioso, candente, devastador impulsivo y loco.

Del amor al odio y viceversa solo hay un paso.

Haber dejado desnudo y con los ojos vendados a Edward en esa habitación fue glorioso pero a la vez ella no quería irse.

Haberlo dejado parado ahí, glorioso, con el cuerpo tan definido, delicioso, duro, musculoso...

Un cuerpo tan varonil que le dió tanto placer.

Un cuerpo masculino delicioso que la chica recorrió con sus dedos y sus uñas trazando surcos que a veces derramaban sangre debido a las intenso de sus orgasmos.

Ella tambien deseo en ese momento estar debajo de Edward,

encima de Edward.

Morir de placer y renacer de nuevo mientras él estaba dentro de ella, compenetrandose en todos los sentidos, explotando juntos de placer.

Pero eso hubiera sido dejarlo ganar.

Todo lo que ella hizo antes, toda sus planes de venganza hubieran sido en vano.

Por tal motivo es que Lorelay mantiene la cabeza fría y todas sus acciones estan dedicadas a recordarle que no le dejaría a Edward ganarse su perdón de forma tan sencilla.

"Quería que se quedara para continuar preparandola."

Se queja amargamente la abuela Freda.

"Estos niños de verdad."

"Mi nieto ya debe estar volando rumbo a su luna de miel y mi nieta se va a tu cacería de títulos de propiedad."

La abuela Freda deja escapar todas sus quejas.

Ella había planeado disfrutar unos días con su amada nieta en su casa y enseñarle algunas infusiones complicadas.

Además, Lorelay aún está lastimada de su costado izquierdo y débil, por lo que debería quedarse a reposar para sanar.

Su ella sufriera todavía de algunas molestias, la abuela Freda la habría obligado a quedarse con ella en su villa un par de días más.

"Vamos Freda, sabes que ella volverá más pronto de lo que te imaginas."

"Además tu tienes que entrenar a mi tonto nieto."

"Quién por cierto bajará en cualquier segundo hecho una furia y las dos tendremos que contener a ese león suelto."

"Aunque creo que Leila ya tuvo alguna intervención con él, no será fácil controlarlo."

"James estás listo?"

Cuestiona la abuela Situ.

James hace calentamientos y estirando los brazos antes de responder.

"Estoy listo abuela."

En la mesa donde antes habían estado todo el grupo de amigos de Lorelay, ahora solo quedan Paul y Carolina, quienes están bailando en pista.

Cuando regresaron a la mesa se dieron cuenta que todos se habían marchado.

"Ni se te ocurra."

Amenaza Carolina a Paul antes de darle un gran trago a su refresco sabor piña.

Debido a la medicación que debe tomar, Carolina no puede tomar alcohol.

"No se me ocurra que?"

Pregunta Paul a su lado.

Él le comodándole el cabello a un lado para darle un beso en su hombro, el cual ya tenían su color normal.

"Cuando tu amigo baje no quiero que te entrometas en nada de lo que pase."

"Por eso desde ahora te lo advierto Paul."

"Ni se te ocurra hacer ni decir nada a menos que..."

Carolina se volteó a verlo con una mirada dura.

"A menos que, que?"

Pregunta Paul con miedo.

"A menos que quieras poner tu amistad con él por encima de nuestra relación."

"Si haces eso daré por terminado lo nuestro."

Paul se siente acorralado contra la pared!

"Pero mi amor..."

"Él es mi amigo."

"Nos conocemos desde hace mucho tiempo."

"es casi como mi hermano."

"Edward es..."

Carolina toma su vaso y se levanta para ir a sentarse a otra mesa.

Paul se levanta para detener a la chica que se marcha.

"Sueltame, ya decidiste por los dos, ahora vete."

"Quiero ir a bailar con algunos condes y marqueses que están por ahí..."

"mmmmmmhhhhh..."

"Paul bastardo déjame..."

"Suelt...ame..."

"oooouuuccchhh!"

De tanto que intentó separarse del beso que Paul le daba, Carolina terminó lastimándose la espalda.

Por lo que agarra con fuerza la camisa a Paul, tratando de soportar su dolor.

"Carolina, sabes que te amo, siempre lo haré, no me alejaré de ti a menos que me mates, me maten o me muera."

"Pero Edward es mi amigo."

"Él es como Bruce para ti, por eso debo ayudarlo si puedo."

La chica se sienta de nuevo en la silla acolchada y elegante para dejar que el dolor pase.

"Tengo que tomar más infusión, no me había dolido mi cuerpo hasta ahora."

Piensa la chica sintiendo alivio al instante que se sentó.

"Se que te puede parecer intransigente y despiadado de mi parte que te impida ayudar a tu amigo, tu hermano de juergas, tu socio, todo..."

"Pero él tiene que aprender una lección dura."

"Tal y como le hizo a Lorelay aprender cuando ella estaba a su merced."

Responde Carolina.

"Él tiene que estar aquí y no puedes ayudarlo a encontrar a Lorelay hasta que ella se lo permita, de acuerdo?"

"Este asunto es entre ellos dos."

Paul no esta acostumbrado a que le digan lo que tiene que hacer.

Pero su amada Carolina es la que le está dictando las normas, por lo que Paul tuvo que doblar las manos ante ella y doblegar sus ganas de ayudar a Edward en ese asunto.

"Solo si prometes que estará bien, no quiero que nada malo le pase, no diré nada."

Indica Paul.

"Porque no estaría bien Edward?"

"Acaso tiene cinco años?"

"No me hagas reir Paul."

"Edward se puede cuidar muy bien solo."

"Además se quedará aquí con su familia y la familia de Lorelay, así que no te preocupes por él."

Paul se rasca la parte trasera de su cabeza pues no está muy convencido.

Toma un poco de vino mientras espera a que Edward salga del castillo.

Mientras que todos lo esperan abajo, Edward yace acostado boca arriba en la cama, desnudo, furioso, excitado y solo.

Cuando no escuchó que Lorelay hacia ruido se quitó la venda para descubrir que la chica se había ido dejándolo parado ahí como un tonto.

Por un momento la furia que sintió fue tan grande que quería salir y arrastrarla de vuelta a su habitación para hacerla gemir hasta dejarla desmayada.

Pero ese era el antiguo Edward.

Si bien Edward si esta furioso porque quiere hacerle el amor a la chica, tal como lo hacía antes...

Edward también siente que fue su culpa que ella lo abandonara.

Aún puede recordar las lágrimas en los ojos de Emily cuando sin piedad la violó tantas veces al estar enloquecido por los celos que sintió al ver el video amañado de ella con su primo Carl.

Había visto que le había corrido algunas gotas de sangre de su interior, porque la estaba penetrando con demasiada fuerza.

Por eso cuando descubrió que Lorelay estaba con él en esa habitación decidió romper algunos vasos contra la pared,

darle algunos puñetazos a la pared de su habitación

y acostarse desnudo mordiendo su furia interna.

Cuando se sintió cansado de tenerse lastima, decidió vestirse de nuevo y salir a enfrentarla.

Si bien no le gritaría para que todo el mundo se enterara de lo que había hecho, si la besaría de forma tan posesiva que sus labios de la chica quedarían adoloridos por unas horas.

"Donde está?"

Fue lo primero que preguntó Edward cuando bajó por la escalera del castillo y encontró a su abuela feliz riendo con la abuela Freda y James.

Los tres bebían y fumaban alegremente.

"Quien?"

"Tu hermana?"

"Ya se fue a su luna de miel y no la despediste ni a su esposo."

La abuela Situ expulsa el humo de su puro haciendo tres donas y una pequeña.

Las contempla por unos segundo antes de voltear a ver a su nieto.

Apenas podían aguantarse la risa los tres al ver Edward, por lo que comenzaron a reírse sin motivo aparente.

"Espero que se sigan riendo a costa mía, ahora si me disculpan, debo encontrarla."

James se levantó de su asiento dispuesto a enfrentarse a Edward.

"Ella no esta aquí, se ha ido."

Declara la abuela Freda.

La cara de complaciencia y felicidad inundan el rostro de James mientras que la expresión de Edward fue de completo asombro.

"Bueno, creo que esta vez ella gana."

"Lo dejaré pasar porque se lo debo, pero no podrán detenerme."

"Me iré de aquí para ir tras ella esta noche."

La abuela Freda se levanta de su asiento para colocarse frente a al tonto chico.

"Ella no te dejara ir."

"Sabes perfectamente bien de quien hablo."

Declara la abuela.

"Además si quieres irte tendrás que derrotarme, pero primero derrota a James."

"Lo entrené yo misma, aún esta en proceso de pulirse, pero casi tiene el mismo nivel que Bruce y Lorelay."

Asevera la abuela Freda.

Edward no quiere perder tiempo peleando o hablando con sus mayores.

Edward besa el dorso de la abuela antes de caminar alrededor de ella para alejarse.

"De acuerdo."

"James, primero tu."

"Aún no termino mi delicioso coctel."

Indica la abuela.

Molesto porque quieren retenerlo, la furia de Edward se concentra en sus puños.

Edward no bajó hecho una furia rompiendo todo a su paso porque sabe que le hizo cosas terribles a Lorelay.

Además, ella le había dicho que no se iba a ganar su perdón tan fácilmente y aun quería vengarse de él.

Pero lo que ella le acaba de hacer aún le duele dentro de sus pantalones.

"Con gusto abuela Freda."

"Situ, no sabes lo bien que se siente que te den permiso de romperte la cara y que nadie se meta."

Asegura James sonriendo de forma despiadada.

"Ja, quisieras James!"

"Tu serás el que estará en el suelo en menos de solo un minuto."

Ambos se preparan para pelear en el jardín privado, lejos de las miradas chismosas de los invitados a la boda.

"Esto será rápido y después podré irme a bailar con las abuelas."

"No eres digno de ella."

"Nunca lo fuiste."

Asevera James quien se quita el saco y se arremanga su elegante camisa.

"Cállate, hablas como una mujer!"

"Solo déjame noquearte para ir tras ella."

Un puño certero lanzado con toda fuerza se dirige a la cara de uno de los hombres...

***By Liliana Situ***

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