El Prohibido Amor de un CEO romance Capítulo 161

Lorelay con una expresión neutral mira al chico quien la tiene contra la pared encerrándola poniendo ambos brazos al lado de ella para que no pudiera escapar.

Como si eso fuera suficiente para poder encerrar a la poderosa chica.

Y ahora la mira fijamente a los ojos en un intento de hacerle notar la excitación que lo invade.

Extendiendo una mano hacia la preciosa carita del joven, Lorelay acaricia su mejilla con suavidad.

El chico cierra los ojos al sentir su caricia.

"Aunque me halagan tus palabras demasiado, eres muy joven para mí y no me gustan los niños que tenga que acabar de criar y enseñar..."

"Me gustan con más experiencia,

de más edad,

más peligrosos..."

"Tú eres apenas un nuevo adulto, un joven que cree que puede seducir a una mujer experimentada."

"Eres muy dulce y se que encontrarás a una chica en esta fiesta que te encuentre irresistible, pero yo no."

Lorelay con calma se agacha un poco para salir de la falsa prisión del joven con el que había bailado solo una pieza.

Solo un baile y se había enamorado de ella.

Las palabras de la bella chica resonaron en la cabeza del joven quien no puede creer que su técnica de seducción que funcionaba tan bien con otras chicas no funcionara con esa mujer tan deseable, tan poderosa, tan superior a todas las demás.

Agachada un poco al ver que el chico no se movía ni pestañeaba, Lorelay casi sale de la infantil jaula que había creado para atraparla.

Pero el joven recupera el sentido.

Jalando con fuerza la mano de la chica, el joven logra retenerla.

"Ninguna chica antes me ha dicho que no."

"Tú como yo sabemos que podriamos usar nuestros conocimientos para que la persona que deseamos nos deseé también."

"Pero yo quiero que me des la oportunidad de amarte,

de adorarte en la cama,

de ser tu novio."

Una sonrisa enorme se dibuja en el rostro de la chica quien decidió darle una lección a ese joven Baek.

Una que agradecería por el resto de su vida.

Por el rabillo del ojo Lorelay vió a Edward, quien se quedo quieto observando la escena que se desarrolla frente a él.

Esperando pacientemente ver algo que resultara una verdadera falta para intervenir.

Por eso Lorelay trama algo para darles una lección a ambos.

Cambiando sus ojos de inocentes y comprensivos con el joven, ahora la actitud y ojos de Lorelay reflejan atracción y lujuria.

Lorelay abraza con fuerza al joven para atraerlo a ella de imprevisto haciendo que el chico jadeara por su acción.

Completamente a su merced, el chico siente como su joven corazoncito late a mil por minuto mientras las manos de Lorelay recorren su pecho.

"Te gusta lo que sientes?"

Susurra Lorelay en el oído del joven provocandole escalofríos.

"Quisieras que me arrodillara frente a ti y te demostrara lo buena que soy con la boca?"

"Quieres comprobar que tan mojada estoy mientras que te acaricio tu cuerpo joven?"

El chico cierra los ojos ante el placer que le dan las manos de Lorelay, las cuales se mueven lentamente por su pecho hasta bajar a su estómago.

Recorriendo lentamente el cuello del joven, las manos de Lorelay alborotan su cabello antes de descender por su espalda apenas definida.

De pronto, Lorelay aprieta con sus manos incipiente trasero del chico.

"mmmmhhhhh..."

Lorelar sonrie al ver al chico cerrar los ojos ante lo que ella le hace.

Volteando a ver a Edward le extiende la mano para que se acerque.

Él comprende perfectamente lo que ella piensa.

Acercandose sin hacer ruido, Edwaed toma la mano de su amada Emily.

Ella jamás dejará de ser Emily para él.

"Abre los ojos ahora."

El joven obedece.

Edward está al lado de ellos, observando todo con una mirada tan dura aterroriza al chico.

El jovencito sabe que lo que a continuación pasara es que ese hombre le dará la paliza de su inexperta vida.

No todos los Baek son expertos en defensa personal y artes marciales.

Solo unos pocos afortunados son considerados por los líderes para pode entrenar.

En este caso, ese joven apenas estaba  comenzando su entrenamiento con su madre, una líder Baek de un poblado vecino.

Los ojos del joven se abren desmesuradamente mientras el corazón le late más rápido debido al miedo.

Le sudaban y un escalofrío le recorre la espina dorsal.

Casi sin saber como retira los brazos de la pared, dejando libre a Lorelay.

"am...umm..."

"Yo..aaaa..."

"humm..."

Trata de decir algo el joven.

"Shhhhhh..."

"No digas nada y aprende de los mayores."

Lorelay pone un dedo en la boca del joven quien trata de hilvanar algunas palabras o frases para excusarse cuando ante sus ojos la escena de seducción más ardiente que jamás había visto dió inicio.

Edward como todo un experto atrajo a Lorelay tomadola por la cintura y besándola ferozmente.

Sus grandes manos acarician su espalda, casi hasta su redondo y bello trasero, un trasero que Edward había besado y penetrado muchas veces antes.

Una mano de él toma la nuca de Lorelay para profundizar más el beso.

Con cuidado Edward recarga a su amada en la pared donde la mano que acaricia su espalda baja hasta su pierna haciendo que se eleve rodeándole la cadera para que la cadera de Edward se acople con ella.

Ambos gimen y jadean mientras cambian de postura para besarse profundamente.

Lorelay enreda sus dedos en el cabello de Edward atrayendolo a ella.

Una de sus manos desciende para abrir dos botones de la camisa de Edward para que ella pueda meter su mano y tocar el pecho duro y musculoso de su amado.

En respuesta a sus acciones, Edward mueve su mano acariciando la suave piel del muslo hasta la cara interna de la perfecta y torneada pierna de Lorelay hasta casi acariciar su ropa interior.

Edward casi la aplasta contra la pared, Lorelay abraza su espalda enterrándole las uñas y recorriéndola la espalda de arriba a abajo.

Ambos gimen, jadean, se roban el aliento y se lo devuelven...

Mueren y renacen...

Sus corazones laten rápido y luego casi se detienen.

"Comprendes ahora que apenas eres un niño tratando de ser un hombre?"

Lorelay interrumpe el beso sin quitar las manos del cuello de Edward para cuestionar al chico girando solo la cabeza hacia él.

El joven tiene la boca completamente abierta y siente la garganta seca debido a la erótica escena.

El bulto en sus pantalones denota que esta muy excitado.

"Consíguete una chica de tu edad y desahógate."

"Pero tú jamás podrás tener a MI MUJER."

"Ella es mía."

"Solo mía y solo yo puedo llenarla."

"Comprendes?"

El chico afirmó con la cabeza de arriba abajo.

Como si apenas hubiera aprendido a caminar dió unos pasos inciertos hacía la fiesta.

Una joven de cabello negro largo con un vestido vaporoso lila pasa frente a él, sonriéndole coquetamente.

Antes de que bailara con Lorelay solo esa pieza donde la encontró terriblemente atractiva y seductora, esa chica se le había acercado mucho, pero él la había ignorado.

Pero ahora, el joven tiene una fuerte necesidad de hacer lo mismo que había visto.

Él quiere experimentar lo que sus ojos presenciaron.

Él quiere oír los gemidos de una chica en su oído.

"Disculpa, no te conozco pero me gustaría enseñarte algo en el castillo."

El chico le habla, ella toma su mano para ir con él al castillo.

Una vez adentro, el chico no tarda en encontrar una puerta abierta donde hay una salita pequeña y cerrar la puerta detrás de ellos.

Una vez más intentó su técnica de acorrarlar a la chica en la pared con ambos brazos a su costado.

La chica respondió agitándose, lo que le dijo que iba por buen camino.

Sin decir nada la besó tomándola fuertemente por su delicada nuca y con la otra mano la abrazó por la cintura para atraer su pelvis hacia la de él.

La chica en sus manos comenzó a gemir en su boca y a restregarse en él, indicándole que también estaba excitada.

Repitiendo casi todos los movimientos, el joven comienza a desvestir a la jovencita...

La besa con impaciencia,

con prisa...

Comiendo sus labios rojos y suaves, robándole su aliento y haciéndola alucinar.

La chica también le quita la ropa para quedar desnudos los dos.

Nadie del personal que trabaja como abejitas ocupadas en el castillo los pudo escuchar cuando la chica le entregó por voluntad propia su virginidad a ese chico.

El primero de su vida.

El primero que le regaló su primer orgasmo.

Orgasmo que la convirtió en mujer.

Orgasmo que le sacudió la vida, sus células y su mente debido al intenso placer que le regaló el chico.

Ambos terminaron completamente felices,

sudorosos,

extenuados

y unidos.

El chico también le entrego su virginidad, aunque jamás se lo dijo en toda su vida.

Desde ese día, el chico persiguió incansablemente a esa joven condesa hasta que fue su esposa adorada años después.

Pero esa es otra historia romántica.

Una historia romántica más que se quedaba en las entrañas del castillo.

Una historia de amor joven más que uniría a una mujer y un hombre en una fiesta.

"Lo que hiciste con ese pobre chico fue inmoral, es como si lo hubieras pervertido."

Edward habla contra los labios de la chica a quien tiene tan bien abrazada en ese rincón privado que se crearon.

"Por favor Edward."

"Me vas a decir que hubiera sido mejor llevármelo a la cama y convertirlo en hombre?"

Cuestiona Lorelay.

"Eso si hubiera sido pervertirlo."

"Además ya debe tener edad suficiente como para haber visto pornografía en internet o haber visto revistas de chicas desnudas."

"No lo defiendas solo porque es hombre como tú."

Lorelay quita sus manos del cuerpo de Edward.

Ella baja su pierna recuperando al instante el control.

"No te habría sabido complacer en la cama, habría sido una terrible decepción para ti."

"Solo yo puedo darte el placer que mereces y anhelas."

Lorelay desliza sus manos fuera del cuerpo de Edward.

Una sonrisa arrogante se dibuja en sus labios al escuchar sus palabras.

"Siempre tan seguro de ti Edward Situ."

"Siempre creyéndote el galán de la novela."

"Siempre tan pretencioso."

"Siempre tan.....mmmmhhhhhh..."

"Sueltam...Edw..."

Edward no escucha ninguna de las palabras que intentan salie de la boca de la chica.

Pero si puede ver su boquita cuando se mueve, provocandolo...

Suplicando que la bese.

No resistiendo su impulso, Edward besa apasionadamente ala chica.

Ella es su alma gemela.

Ella es todo para él.

Además, Edward se mantuvo célibe esos cuatro años, pero pensaba ponerle fin a eso en esa noche.

Edward cree escuchar que ella trata de decirle algo, pero le cierra la boca con sus labios.

Su lengua persigue y atrapa la lengua de Emily.

Sus manos instintivamente la abrazan más fuerte, tanto que en un momento la carga.

Ella rodea el cuerpo de Edward con sus piernas.

Separándose un momento para verla mejor, Edward sigue dándole besos en su boca,

en su suave y delicado cuello blanco, en sus hombros que huelen a un delicado y suave perfume.

Pero Lorelay tiene pensado algo...

Algo que sabe que le dolerá a Edward, poe lo que le sigue la corriente.

"Dios, estoy muy excitado."

"No sabes cuanto te ha extrañado mi cuerpo,."

"Te necesito ahora mismo."

Lorelay no dijo nada, solo se limita a mirarlo con aire inocente.

"Pero que demonios?"

Dániel y James estan sumamente molestos cuando ven que Lorelay es conducida al castillo de la mano de Edward.

Bruce se levanta furioso, pero las abuelas hablan al unisono.

"Se calman por favor?"

La abuela Situ sonriw ampliamente y no por las razones que todos pensarían, sino más bien porque sabía lo que su nieta hará.

"Bruce querido, puedes por favor anunciar que te marchas con mi nieta a tu luna de miel en cinco minutos?"

Bruce y Elizabeth se miran sin comprender, pero obedecen lo que sus mayores les piden.

Ambos se levantan de sus asientos para comunicarle el aviso al presentador de la boda.

"Distinguidos amigos e invitados a esta hermosa y real boda, nos acaban de informar que los recién casados dejaran la fiesta en cuestión de solo cinco minutos."

"Por lo que si quieren comenzar a despedirse de ellos y desearles la máxima felicidad en está, su nueva etapa de vida como esposa y esposo, su momento es ahora."

Los invitados de más edad fueron los primeros en felicitarlos y extenderles algunos consejos sobre el matrimonio.

Algunos de los invitados separaron a los chicos, por lo que Bruce terminó rodeado de hombres Baek y marqueses de mediana edad y algunos jóvenes que le decían que el secreto de la felicidad era decirle que si a todo a su esposa y satisfacerla en la cama las veces que ella lo demandara.

Elizabeth por su parte también se vió rodeada de mujeres Baek que le decían que podía tener contento a su joven esposo si le cocinaba algo delicioso todos los días.

Y si le mostraba interés en sus asuntos y por supuesto, debería tener relaciones sexuales con él por lo menos tres veces a la semana.

Ambos esposos voltearon a verse aguantándose las ganas de reírse de los consejos que le dan sus mayores.

Algunos de ellos llevan años casados, aunque con el tiempo eso no les habían asegurado un matrimonio feliz, solo funcional.

"A donde vamos?"

Lorelay pregunta fingiendo preocupación.

"A mi habitación en el castillo."

Tanto ella como Edward escucharon el anuncio del presentador de la boda.

Ambos pudieron ver desde las enormes ventanas de vidrios de colores como las personas rodeaban a los esposos para hablar con ellos y extenderles algunos regalos más.

"Muy bien tengo tres minutos."

Piensa Lorelay ocultando su siniestra sonrisa.

Edward en cambio piensa que tiene toda la noche para amar a su amada Emily.

O Lorelay.

O como ella decidiera llamarse.

De cualquier modo ella estaría con él a partir de esa noche en su cama y no dormiría en ningún otro lugar más que a su lado.

Una enorme puerta de madera de dos hojas de apariencia medieval se abre ante ellos.

Como por arte de magia la chimenea se enciende para calentar la enorme habitación.

Una cama grande con cuatro balaustros de madera en sus esquinas y telas blancas ondeando en lo alto le dan un aire antiguo y romántico a la habitación.

Habitación que esta alfombrada por completo.

Un antiguo baúl de madera,

un enorme closet de dos puertas de madera y muchas lámparas que asemejan velas se aprecian de las paredes dándole luz cálida a la habitación.

Un conjunto de sillones de color chocolate de tela extremadamente suave con una mesita de centro es todo lo que hay en ese lugar.

Después de admirar todo con sus manos, Lorelay sigue contando mentalmente los segundos desde que escuchó el anuncio.

De pronto siente las expertas manos de Edward que la rodean por detrás y comienzan a subir su vestido.

Recargando su cabeza contra el fuerte y trabajado pecho de Edward, Lorelay ladea su cabeza para buscar los labios seductores y rojos de Edward y besarlos con apremio.

Las callosas y siempre cálidas manos de Edward recorren el suave vientre y la delgada cintura de la chica.

Una mano de Edward sube hasta uno de sus senos dándole un buen apretón que los hizo gemir a ambos.

"Dos minutos..."

Piensa Lorelay.

Volteando a ver a Edward, ell desgarra su camisa.

Esos asombra y enloquece a Edward!

Los delicados labios de ella recorren el pecho duro de Edward mientras que sus uñas recorren de arriba a abajo...

De lado a lado su fuerte y definida espalda, haciendo que Edward jadee ante su tacto.

Los dedos de Edward se enredan en el cabello sedoso de la chica.

Poco a poco ella se fue deslizando hacia abajo para desabrocharle el pantalón sin dejar de verlo.

Besando su bien trabajado abdomen, Lorelay quita el cinturón elegante del pantalón de vestir de Edward.

Poco a poco Lorelay se fue poniendo de rodillas frente a él.

Pero antes de caer de rodillas, ella toma la corbata para taparle los ojos.

Edward se deja hacer todo en manos de ella.

Y se prepara para el placer que ella le brindara.

Lorelay sigue contando...

Casi tres minutos ya, por lo que se da prisa.

Quitandose los zapatos, Lorelay se pone de rodillas ante el hombre que la ha hecho sufrir.

Aunque también la ha hecho gozar muchas veces cuando estaba debajo de él sufriendo de una muerte lenta...

rápida...

lenta....

Tan deliciosa que de solo recordarlo un calor en el interior de la chica sube hasta su cara y pecho para sofocarle sus jadeos.

Desnudo y con los ojos vendados, Edward siente las manos de su amada Emily que lo tocan con verdadera experiencia.

Su miembro esta tan duro que le duele y palpita.

"hhhuuuuuummmmmm..."

Lorelay gime antes de tomar su miembro con sus delicadas y suaves manos para estimularlo.

"mmmmmmmhhhhhh..."

"Dios!"

" Emily..."

Lorelay hace una mueca y pone los ojos en blanco a escuchar ese nombre.

Edward aun sigue estancado en esa época donde ella era una pobre chica indefensa.

"Edward..."

Gime ella dijo antes de levantarse.

"No te muevas, dame un segundo para quitarme el vestido."

Edward asiente jadeante.

Lorelay camina de puntillas a la puerta.

"Tres minutos, quince segundos."

Con cuidado abre la puerta,

le dió un último vistazo al magnífico hombre desnudo que la espera

pacientemente...

Y cierra la puerta en silencio para caminar descalza sin prisa a la fiesta de nuevo.

Cuando sale del castillo, se pone los tacones de nuevo y se recompone su maquillaje, peinado y vestido.

"Eres tan mala con mi pobre nieto."

La abuela Situ ya la espera.

La abuela comenta que ella deja a su nieto "vestido y alborotado."

Aunque en este caso sería más bien "desnudo y excitado."

Lorelay suelta una carcajada tan fuerte que todos pudieron escucharla.

Sin su voz aprendida todos podían reconocerla.

Por lo que todos sonrieron con ella al comprender.

Aunque los hombres borraron su sonrisa rápidamente porque comprendieron con dolor en su entrepierna lo que Lorelay lo hizo a Edward.

Las mujeres se rien porque comprenden lo que hizo.

"Los esposos parten ahora, por favor formen filas a ambos flancos para despedirlos!"

El presentador habla por el micrófono pidiendo la participación de todos los invitados, quienes rápidamente se acomodaron para verlos desfilar, aplaudirles y desearles lo mejor.

"Hermanito, cuñada, los amo, son mi familia y tengo la certeza de que serán inmensamente felices, me encargaré de eso."

Lorelay, la última persona en la fila les da un abrazo fuerte a ambos y un beso en sus mejillas.

Los chicos entraron a un auto antiguo de lujo para partir a su luna de miel en la playa, donde ambos sabían que saldrían poco de la habitación.

O nada.

"Lorelay?"

Edward extrañado por su tardanza se quita lentamente la corbata...

***By Liliana Situ***

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