El Prohibido Amor de un CEO romance Capítulo 163

El saco de James yace en las manos de la abuela Situ mientras Edward se quita el chaleco de vestir que viste.

Ninguno de los dos aparta la mirada del oponente.

"Deberías sentirte agradecido porque no soy tan fuerte como lo es Lorelay."

"De lo contrario encontrarías tu muerte hoy, Edward."

Declara James colocandose frente a Edward.

Un segundo después James esquiva el puño cerrado de Edward que iba dirigido a su mandíbula.

Alejandose un poco comenzaron a prepararse para pelear en serio.

Ambos se doblaron las mangas de las camisas de vestir hasta los codos para después tronarse los dedos y apretabar los puños.

"Tu también deberías estar agradecido porque se que eres primo de Lorelay."

"Y por tal motivo no puedo pasarte."

"Pero si fuera lo contrario, te juro que te mataría sin pensarlo."

Asevera Edward con una sonrisa malévola delineada en su boca.

"Pero por ahora tengo la oportunidad de sacar mi furia contra ti."

Edward habla mientras se quita la corbata para aventarla al suelo.

"Apuesto mil a mi nieto."

Susurra la abuela Situ hacía la abuela Freda.

"Tienes una apuesta Aline, se que mi nieto no me decepcionara."

Responde con firmeza la abuela Freda.

Mientras que se escuchan gritos de felicidad,

la música electrónica a alto volúmen, risas,

gente pasándola bien en la fiesta....

Los dos magníficos hombres se miran estudiándose antes de comenzar su batalla.

"Lorelay, tengo miedo por James..."

Maggie se muerde las uñas preocupada.

"Edward es muy poderoso."

"Pude ver como era Edward hace un par de años atrás."

Maggie conoció lo fuerte y bastardo que era Edward en ese entonces.

"Confío en la fuerza de James, pero no puedo dejar de estar preocupada por él."

Maggie declara después de suspirar pues a ella no le gusta separarse de su amado.

Mucho menos dejarlo para que pelee contra Edward quien podía llegar a ser muy peligroso.

Además James aun tiene secuelas del bombazo en la oficina de la empresa de diseño.

"No temas, se que estará bien, solo será un duelo amistoso, no dudes en eso."

Lorelay consuela a su amiga mientras toma las manos de su amiga.

Ellas ya tienen tantos años de conocerse.

Casi desde que eran una niñas inocentes persiguiendo sueños y chicos.

"Lo sé, pero no puedo evitar preocuparme por él."

"Además me siento sola sin James."

"No estoy acostumbrada a estar sin él mucho tiempo."

"No se como soportaré una semana sin él."

Maggie se queja con Lorelay mientras ambas caminan hacia el avión privado que está lista para despegar tan pronto tomen asiento."

"No se como pudiste soportar estar sin Edward tanto tiempo, Lorelay."

"Aunque también no se como pudiste pasar tanto tiempo bajo su yugo."

Maggie siempre admiró a su amiga por soportar a Edward en su etapa de super bastardo imbécil.

"Lorelay, en verdad eres la más fuerte de todas."

"Te admiro muchísimo."

Por única respuesta Lorelay le sonrió de forma triste.

"Vamos, ya estamos retrasados."

"Tenemos que llegar a la empresa lo antes posible, hay cosas que hacer."

Dániel detrás de las chicas las cuida como si fuera el guardaespaldas de las bellezas.

Si Dániel antes era imponente ahora es intimidante.

Gracias a los entrenamientos constantes desde que se convirtió en guardián de Lorelay, tanto Dániel como Johana se volvieron más musculosos,

más fuertes,

más veloces,

más rápidos,

ymás fieros.

"Hasta pronto Dinamarca, volveré a pisar tus tierras en una semana."

Lorelay sentada junto con Maggie en el avión observa al avión despegar en esa hermosa y estrellada noche.

Ella se pregunta que estaría pasando con su primo y Edward quienes se quedaron atrás.

Pero ella está tranquila porque sabe que su abuela le hará de su conocimiento lo que ocurra.

El avión en el aire se fue haciendo mas y mas pequeño mientras que en tierra alguien más prepara su avión privado para ir detrás de ese avión en específico.

Sangre brota de la boca de James quien solo sonríe con malicia cuando saborea el sabor metálico en su boca.

Edward por su parte sangra de la ceja, esta agitado y respira trabajosamente.

Edward no entiende porque solo ha podido conectarle dos o tres golpes en todo el tiempo que ha estado peleando contra James.

Él ha utilizado todos su métodos, técnicas y movimientos contra su oponente pero James se mueve más rápido, lo esquiva, lo golpea cuando menos lo espera.

"Bien Edward, bien."

"Si antes no estaba enojado y solo estaba fanfarroneando ahora si te golpearé con todo lo que tengo."

"Y creeme..."

James amenaza en voz baja antes de tronarse el cuello con las manos y estirar los nudillos.

"Disfrutaré mucho derribandote al suelo y golpeandote tanto como quiero."

"Y lo haré en nombre de mi prima."

"Para vengarla un poco de todo el sufrimiento que le hiciste pasar hace años."

"Bastardo idiota."

Edward, en silencio, estudia los movimientos de James.

Patadas,

golpes al estómago, puñetazos a las costillas,

patadas a los riñones...

Todos los golpes son certeros, concisos y mortales.

"uuuhhhhhh..."

Edward se arrodilla en el pasto con la mano en el pecho, pues James le dió un golpe doble y certero con las palmas abiertas.

De pronto, Edward puede ver a lo lejos una figura conocida que se acerca con cautela.

Paul se queda mirando la acción desde un rincón del jardín privado pues la abuela Situ le ordenó a Thomas que trajera a Carolina para que disfrutara del evento en persona.

Las abuelas saben que Carolina detesta mucho a Edward por todo lo que le había hecho a su amiga en el pasado.

Ella lo escuchó de labios de Bruce y algunas veces de la propia Lorelay por lo que las abuelas querían que ella estuviera presente.

Paul no puede, aunque quiera, intervenir.

Él esta atado por una cuerda invisible a Carolina y ella lo tiene firmemente amarrado que Paul no podrá hacer nada más sin el permiso de ella por el resto de su vida.

Edward supo que no puede dejarse vencer.

Él debe ser más rápido y fuerte que James.

"Ella no te merece Edward."

"Ella merece un hombre mejor, uno que no sea un bastardo como tú."

James trata de distraer a Edward.

"Un hombre que se parezca a Dániel."

"Un hombre que no la haya hecho llorar, que no la haya lastimado."

"Un hombre como ese Jens."

Todo lo que dice James es para hacerlo enojar y que pelee de.forma erratica.

Edward concentra toda su furia debido a que se quedo sin sexo ardiente.

Y sin su amada Lorelay.

Además, Edward no puede evitar dejar que su resentimiento y celos por James tomen el control de su cuerpo.

Su abuela muchas veces cuidaba más de James que de é, su propio nieto.

"Y tu no mereces ser su primo."

"Lorelay jamás encontrará en toda su vida alguien mejor que yo."

Declara de forma posesiva y arrogante Edward

"Soy el único que pude tenerla."

"Soy el único que la ama."

"Ella y yo somos almas gemelas."

"Estamos destinados a estar juntos esta vez, eso puedo sentirlo y tu eres nadie para juzgarme."

Edward contraataca.

"Tu también fuiste un bastardo maldito antes de conocer a tu prometida."

"No me digas que siempre fuiste un hombre honorable!"

Ninguno de los dos vuelve a hablar porque los puños golpean los cuerpos que se movían ágilmente.

Edward impulsado por la testosterona, adrenalina y coraje más golpea con un derechazo a James en la boca del estómago logrando que se doble y aleje un momento para recuperar el aliento.

Edward aprovecha la oportunidad para tomar su cara y darle un rodillazo.

La mano de James lo impide.

James toma la pierna de Edward para derribarlo al suelo.

"aaaaahhhhhh..."

"mmmmmhhhhh..."

Ruidos sordos salen de las bocas de los combatientes ante la mirada inquisidora de las abuelas, Thomas, Paul y Carolina, quien sonrie y bebe su jugo.

"Levántate!'

"VAMOS!"

"Levántate James porque no me gusta patearte en el suelo!"

"Estabas presumiendo que eras tan bueno..."

James cierra la arrogante boca de Edward cuando le da varios golpes rápidos en su pecho, en su espalda y en la cara.

"SUFICIENTE!"

Ordena la abuela Situ poniéndose de pie haciendo que los combatientes se detengan.

Los dos jadean por aire.

"Fue suficiente."

"No quiero que se maten en verdad, solo quería ver que tan fuerte son los dos y estoy satisfecha."

Asevera la abuela Situ.

"Estamos."

Confirma la abuela Freda.

James se deja caer al suelo estirando las piernas y los brazos.

Edward se agacha doblando sus rodillas tratando de recuperar su aliento.

"Eres bueno Edward."

"En verdad me duele todo el cuerpo cabrón!"

"Si te esfuerzas, serás tan bueno como ella."

"Además tienes una ventaja sobre ella, pero eso no es suficiente."

James habla de forma agotada desde el suelo poniendo su antebrazo sobre sus ojos.

Ladeando la cabeza, James resopla y tose un poco de sangre.

La abuela Situ se acerca a su nieto para hablar con él.

"Edward, necesito que te quedes a entrenar con Freda."

"James también seguirá entrenando, pues a pesar que es muy bueno, aún le falta técnica."

"Si quieres a Lorelay como creo que la quieres, harás esto por ella."

"Además debo decirte algo importante."

Edward se levanta despacio para intentar ponerse erguido, pero de inmediato una punzada de dolor agudo le hizo doblarse hacia su costado derecho.

"Ella regresará en una semana para evaluarte."

"Le di una tarea muy importante para mantenerla activa."

La abuela Situ habla con gran fortaleza.

"Esa tarea los mantendrá ocupados a los dos compitiendo como iguales, por eso debes entrenar."

Edward cansado de todo, se pone de cuclillas para descansar un poco.

Paul se acerca a su amigo para ayudarlo a levantarse.

"Como están aquí los dos y aman a mujeres fuertes, los dos entrenaran."

Ordena la abuela Freda.

"Paul, se que eres bueno pero has descuidado mucho tus habilidades, por lo que también te quedarás con Edward."

"Carolina, tu también te quedarás porque aún debes recuperarte por completo."

Ordena la abuela Situ.

"No hay nada más que decir."

"Pueden retirarse."

Las abuelas caminan con su típica presencia magnífica y poderosa, como las matriarcas sabias de las familias más influyentes de toda Europa y Dinamarca, dejando atrás a los chicos quienes se recuperan.

"Puedo decirte que peleaste bien amigo..."

"Pero James tiene un poco más de nivel que tú."

"Odio decirte esto, pero la verdad es que James te supera."

Paul charla con Edward.

"Gracias idiota por levantarme el ánimo."

"Solo ayúdame a levantarme, necesito ir a mi habitación."

Ordena Edward.

Thomas ayuda a levantarse a James quien se lamenta un poco de su espalda y piernas, pero lo que más le duele es su costado derecho, donde Edward le dió varios golpes con el puño.

De esa forma, James pudo medir que Edward tiene mucha fuerza, pero todavía le falta mucho entrenamiento para desarrollarla y encausarla de manera eficiente.

"Diste buena batalla Edward Situ."

"Estoy ansiosa por pelear contigo y patearte el trasero."

Carolina camina al lado de los dos hombres, pues Edward le pasó el brazo por el hombro a Paul para poder caminar hacia el castillo.

Además, Edward necesitará apoyo para subir las escaleras hacia su habitación.

Aventando la puerta de madera de la habitación, Paul entra con Edward para dejarlo caer sobre la cama.

Paul ayuda a Edward a quitarse la camisa...

Él puede ver algunos moretones en el pecho y estomago marcados de su amigo, por lo que aparta los ojos y se mantiene en silencio.

"Gracias Paul, retirate."

La abuela Freda despacha a Paul cuando entra en la habitación seguida de Tim quien carga muchas bolsas e infusiones.

"Se que mi hija ya estuvo en contacto contigo, pudiste ver algo de tu vida pasada."

Habla la abuela Freda con Edward.

Tim deja las cosas en una mesa de madera antes de retirarse en silencio dejando a la abuela Freda con Edward quien solo tiene puesto el pantalón de vestir roto, los zapatos manchados de sangre, tierra y pasto y los calcetines de vestir mojados.

"Pero aún te falta ver otras cosas."

"Aún te falta entrenar mente y cuerpo para tener la conexión que se merecen mi nieta y tu."

"Y si, ella siempre será Emily."

"En tu corazón y mente ella siempre llevara ese nombre."

"Lorelay fue el nombre que su madre le puso, el nombre por el que yo conocí a mi nieta."

"Un nombre que tal vez ahora no lo encuentres tan dulce como Emily, pero lo harás con el tiempo."

La abuela Freda se acerca a Edward con seguridad y examina sus heridas.son tocarlo.

Ella evalúa que debe administrarle.

"Lo que te daré será fuerte, pero confío en que tu cuerpo lo resistirá."

"Mii nieta lo resistió así que tú también lo harás."

La abuela prepara las infusiones mientras Edward se levanta con dificultad para caminar al baño para cambiarse por un pantalón de pijama más cómodo.

Edward camina de regreso tomándose su tiempo.

La abuela le extiende una botella que contiene líquido morado para que lo beba en su totalidad.

Edward no lo piensa mucho y se lo bebe todo de un golpe.

"Descansa mi nieto, no te preocupes."

"Mi nieta te ama y mucho."

"Leila, su madre tambien te ama."

"Así como yo te amo y tu abuela te ama."

Después de depositar un beso en la frente de Edward, la abuela sale de la habitación dejándolo para que descanse.

Pronto el mismo sueño hermoso de la niña que rie persiguiendo un perrito aparece en la mente de Edward.

Entonces, él puede ver a la pequeña.

Es Emily pequeña.

Hermosa, los mismos ojos vivaces de Emily, su misma sonrisa, su hermoso cabello café claro.

Pero tiene su nariz, tiene su tez, tiene su carácter fuerte, eso lo puede sentir.

La pequeña se detiene en la puerta justo cuando una pequeña bolita borrosa de pelitos dorados sale disparada por la puerta.

La nena lo observa detenidamente un segundo y después se lanza a sus brazos exclamando feliz.

"Papi, papi regresaste, volviste!"

"Mami te extrañó mucho."

"Yo también, el bebé en su panza también!"

"Papi, me trajiste un regalo?"

Una felicidad increíble lo inunda.

El abrazo y toque de las pequeñas manitas de ese pequeño ángel quien lo mira sonriendo hace que Edward se sienta en el paraíso.

Una puerta se abre para revelar a su amada de pie en la puerta.

Con una sonrisa que le ilumina toda su carita, esa carita que tanto ama Edward, Emily camina hasta él.

"Al fin..."

Un momento después los tres estan fusionados en un abrazo fuerte, compacto, amoroso mientras que su energía los rodea, los une y los hace uno

"Al fin..."

Susurra Edward en su sueño hermoso hundiendose profundo dentro del sueño.

Disfrutando lo más posible de esa bella visión.

"Iré directo a la empresa, tengo que recoger unos documentos allá."

"Quiero ver mi oficina terminada."

"Dániel, Johana, Maggie, regresen a casa a descansar."

Pide Lorelay.

El avión ya había aterrizado y como se acercaba más la primera hora de la mañana, Lorelay decidió comenzar de una vez con la búsqueda de las escrituras que la volverán la dueña indiscutible de toda empresa Situ en el mundo.

"Ni lo sueñes Lorelay."

"Johana y Maggie irán a Golden Osmanthus y a la casa estudio respectivamente."

"Yo me quedaré contigo."

"Tengo ropa para cambiarme y pediré que te traigan ropa a la empresa para que puedas cambiarte."

Dániel saca su celular después de declarar sus palabras.

Él habla con uno de sus asistentes para que organice todo.

"Además tengo que hablar contigo de algo muy importante en privado."

Todas las chicas miran confusas a Dániel mientras caminan para salir del aeropuerto.

Los autos ya los esperan, por lo que todos se separan.

"Te amo, regresaré a casa por la tarde, descansa mi amor."

Dániel se despide de su amada Johana.

"Yo también te amo Dániel, no trabajes demasiado."

Ella también se despedia de él.

Los autos de lujo se dirigen a sus destinos.

Lorelay entra a la empresa la cual es custodiada las veinticuatro horas del día.

Los guardias de seguridad saludan a ambos cuando entran.

Cuando llegan al piso de su oficina y la Edward, Lorelay abre la puerta de la oficina de su amado para sentirse cerca de él.

Ella aspira el aroma de su colonia.

Entrando a su habitación privada, Lorelay verifica que todo este en su lugar.

Ella sale al pasillo, donde Dániel la espera pacientemente.

"Dijo que mi oficina estaría al lado, pero nunca pude verla por mí misma, así que..."

Cuando abren la puerta, todo esta limpio e intacto.

"Los amantes etéreos" la pintura majestuosa de Lorelay está colgada en la pared.

La bella chica aun siente esa conexión tan fuerte con la pintura.

"Daniel siéntate, déjame cambiarme de ropa rápidamente y podremos hablar."

Lorelay indica mientras camina a su habitación privada, una que es igual a la Edward.

Ella se cambió rápidamente a un conjunto ejecutivo negro de falda y saco con una blusa blanca elegante y vaporosa.

Sus tacones negros con blanco de tacon mediano le ayudan bastante a verse presentable pero comoda a la vez.

Sentándose frente a su amigo en el sillón de su sala privada en su oficina, Lorelay presta toda su atención al chico.

"Como sabes, cuando anunciaste que los pintores Aurora y James irían a la empresa de diseño tuvimos una respuesta enorme por parte de la gente."

"Es hora de darles otra exclusiva..."

Dániel golpea suavemente con su puño el brazo del sillón para darse valor a decirle a la chica que tanto quiere lo que tenía en mente.

"Quiero anunciar mi boda, pero será vendida para recabar fondos para reconstruir el edificio de la empresa de diseño."

"Con la publicidad subirán las ventas de los cuadros de Aurora."

"Y creo que tienes varias obras ya terminadas, muy oscuras, por cierto que se venderán bien."

"De esa forma pondremos el nombre de Aurora y el mi empresa "Fast corp." en boca de todos, pero necesito tu aprobación."

Lorelay lo escucha con una expresión seria en su rostro.

pero el corazón de la chica brinca de felicidad cuando escucha que su guardián se quiere casar con Johana y hacer participes a todo el mundo de su enlace, tal como lo hacían las familias reales y las celebridades.

"Me parece que será una conmoción en la ciudad y en el mundo entero, Dániel!"

"Justo lo que necesitamos para volver de nuevo más fuertes que nunca!"

La voz de Lorelay está llena de emoción!

"Además todo el mundo ama las bodas!"

"Es el fin más esperado para las parejas que se aman."

"El felices para siempre de su historia!"

Lorelay se levanta para abrazarlo porque está demasiado feliz.

Ella ya se imagina en su mente el vestido de novias que le confeccionará a Johana.

Espectacular, costoso, hermoso, digno de ella.

Más los accesorios, joyas, velo, ramo, fiesta, lugar de la recepción...

Pero al estar abrazados los dos en esa oficina no notaron que alguien había estado vigilándolos desde hacía unos minutos atrás.

Y ese intruso les tomó varias fotos con el celular desde una rendija de la puerta.

***By Liliana Situ***

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