Amor profundo: insaciable amante romance Capítulo 13

Las sonrisas de esas señoritas que habían felicitado a Vanesa se volvieron sutiles y muchas fingieron hablar con otros, mientras estaban atentas al buen espectáculo, mirando de reojo a Vanesa.

Vanesa se dio cuenta del cambio de actitud, pero no mostró ningún disgusto en su rostro.

Poca gente sabía que Melina era su media-hermana porque el origen de esta era humilde y su modo de ser siempre había sido prudente y modesta, Vanesa se sentía afortunada por esto.

—Lo siento, les tengo que dejar señoritas.

—No pasa nada, debe haber muchas cosas pendientes en el banquete, no se preocupe por nosotras.

—Con permiso —Vanesa se despidió con una elegante sonrisa y se dirigió hacia Orlando.

—Orlando.

Vanesa se acercó a Orlando, como si no hubiera visto a Melina, que estaba en sus brazos.

—Gracias por llevarte a Melina, nunca ha participado en un banquete así, porque siempre ha vivido en el campo. Seguramente está muy nerviosa —dijo Vanesa con una amable sonrisa.

Después de escuchar eso, esas señoritas que querían conocer a Melina se dispersaron decentemente.

Melina miró a Vanesa con fiereza, pero fingió estar agraviada como si Vanesa la hubiera maltratado y se alejó intencionalmente de Orlando.

—Vanesa.

«¡Vaya, qué mujer más hipócrita!»

Vanesa se burló de Melina por dentro y le dijo a Orlando:

—El abuelo nos está esperando, por mucho que eches de menos a tu pequeña amante, tienes que saludar primero al abuelo.

Orlando quería avergonzar a Vanesa, pero no había nada de tristeza en su rostro.

Su elegante sonrisa irritaba mucho a Orlando.

—¿Me amenazas con el abuelo? ¡Vanesa, qué astuta eres!

—Si funciona, ¿por qué no lo hago? —Vanesa sonrió aún más.

Ya que Orlando la quería dejar mal, ella podría hacerle lo mismo.

—¡No creas que me puedes amenazar siempre con el abuelo!

—Pues veremos.

A Vanesa no le importaba la amenaza de Orlando y éste estaba cada vez estaba más furioso al ver su sonrisa. Cuando Orlando estaba a punto de marcharse, Vanesa le dijo:

—El abuelo dijo que vayamos juntos y que tengas cuidado con tu comportamiento.

Por muy descontento que estuviera Orlando, tuvo que ir a buscar a su abuelo abrazando a Vanesa y mostrando una falsa sonrisa.

—Abuelo.

Gerardo se giró y miro fulminantemente a Orlando para advertirle. Al verlo, la gente, que estaba charlando con Gerardo, buscó excusas para irse.

—¡Maldita sea! No has hecho nada para la organización de la cena, incluso te has presentando con otra mujer. Orlando, ¿has tomado mis palabras en serio o no?

—Claro, abuelo, le tengo mucho respeto a usted —Orlando frunció el ceño con impaciencia y cambió de tema.

—¿Y Dylan? ¿Aún no ha llegado?

Hablando del rey de Roma, por la puerta se asoma. Justo en ese momento, Dylan apareció con un traje negro, era tan hermoso y alto que atrajo la atención de todos a primera vista como si hubiera una luz divina enfocado en él.

Parecía que ya estaba acostumbrado a ser el foco de atención, y se dirigió elegante a Gerardo sonriendo tranquilamente.

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