Amor profundo: insaciable amante romance Capítulo 10

Orlando se detuvo, miró a Vanesa con fiereza y la amenazó sonriendo seriamente.

—Hoy te libras, pero no te perdonaré, Vanesa.

Vanesa vio que Orlando se marchaba furioso, entonces ella cayó al suelo, pálida y asustada,sin saber que le sucedería luego.

Ya en el estudio, Gerardo observaba con frialdad a su único nieto, muy diferente al tratola amable que le daba a Vanesa.

—Abuelo.

Orlando lo saludó y fue detenido por Gerardo cuando se iba a sentar en el sofá.

—¡Quédate de pie!

Orlando frunció el ceño, se quedó de pie descontento y preguntó con impaciencia:

—¿Qué sucede?

—¿Y me preguntas qué sucede? —Gerardo miró decepcionado a Orlando y preguntó con voz seria: *¿Qué ha ocurrido entre tú y Vanesa?*

—¿Qué nos puede pasar? —Orlando resopló respondiendo con indiferencia.

—¿Y Melina? ¿Qué relación tienes con esa chica?

—Solo se trata de una diversión.

A Orlando no le gustaba mencionar a Melina, aunque odiaba la “traición” de Vanesa, por eso no paraba de humillarla aprovechandose de Melina. En realidad, Melina no era nada en comparación con Vanesa, por lo que ella era una simple herramienta para su venganza. Además, Melina era lista y obediente, por eso Orlando la mantenía a su lado.

—Pues es mejor de lo que dices —Gerardo resopló.

Vanesa pensaba que Gerardo no sabía sobre su relación rota con Orlando, pero como líder de la familia Moya, ¿cómo no iba a saber nada al respecto?

Aunque Gerardo estaba satisfecho con Vanesa, no le parecía inadecuado que Orlando le fuera infiel a ella, ya que los hombres nacen para ser "románticos". Siempre y cuando Orlando no se pasara de la raya, Gerardo no iba a intervenir.

No obstante, su intención principal no fue regañar a Orlando, sino avisarle sobre otro asunto.

—Dylan va a volver —Gerardo dijo descontento y Orlando frunció el ceño casi de inmediato.

—¿Dylan? ¿Por qué volvería? ¿Para visitarnos?

Orlando no solía ver a Dylan, pero por la influencia de Gerardo le disgustaba este tío. Además, como Dylan era sobresaliente y había logrado mucho éxito en el extranjero, Orlando siempre lo trataba como un odioso rival, a pesar de que Orlando era el heredero nominal de la familia Moya, y Dylan era un don nadie, ya que su padre era el hermano mayor de Gerardo. Si no fuese porque Dylan estuvo en el extranjero casi todo el tiempo, a lo mejor él pudo haber sido el heredero potencial.

—Me temo que su regreso no es simplemente por nostalgia, tal vez su intención sea desarrollar sus negocios dentro del país.

—Abuelo, ¿pues qué vas a hacer al respecto? —preguntó Orlando con expresión seria.

—Vamos a ver lo que va a hacer Dylan. Compórtate bien, concéntrate un poco más en el trabajo y no me avergüences frente a los demás. De todos modos, Dylan es mi sobrino y tu tío.

—Entendido —Orlando asintió con cautela. Ya que se trataba de la herencia, se lo tomaría en serio.

—Mañana quédate en casa y ayuda a Vanesa a organizar bien el banquete. Es para recibir a Dylan y hay que preparar todo bien para que no haya críticas de haber maltratado a mi único sobrino.

—No te preocupes abuelo, me encargaré de ello. Si no hay nada más que decir, me retiro. Descanse temprano.

—Sea como sea, Vanesa es tu mujer, no te pases demasiado de la raya en algunos aspectos.

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