NADIE COMO TÚ romance Capítulo 47

Valeria no esperaba que Aitor le preguntara eso, sonrojó la cara al momento.

—¿Cómo lo sabes?

—La última vez lo sentí.

Valeria pensó un poco y se acordó de que la última vez fue esa noche cuando casi hicieron el amor.

Valeria tenía la cara totalmente roja y vio que Aitor le estaba mirando como sonriendo por el rabillo de los ojos.

Valeria le entró más vergüenza, pero estaba frustrada de que Aitor se burlara de ella, así que se dio el valor para decir,

—¿Qué pasa? ¿Tienes mucha experiencia? Vale pues cuéntamelo, ¿cuántas veces has hecho el amor?

Aitor no esperaba que Valeria le preguntara, se sorprendió.

Justo el ascensor llegó a la primera planta, Aitor tosió un poco vergonzoso.

—Ya hemos llegado, subamos al coche.

Él salió primero cuando terminó de hablar.

Al principio a Valeria no le importaba la respuesta, pero cuando vio la reacción de Aitor, le entró curiosidad, le siguió con mucha prisa y preguntó:

—Aitor, aún no me has respondido, ¿cuántas veces lo has hecho?

Valeria era cabezota, una vez que quería saber una cosa, no dejaría de preguntar hasta que supiera la respuesta, por eso seguía preguntando en el coche.

—Aitor, dímelo. ¿No me lo quieres decir porque lo has hecho muchas veces? ¿Entonces con la misma mujer? ¿O diferentes mujeres?

Aitor estaba sentado en el coche, de tanto escuchar le dolía hasta la cabeza.

Se había arrepentido de mencionar este tema, le quería tomar el pelo a Valeria, pero finalmente se lo estaba tomando a él. Sobre todo, nunca había sabido que Valeria podría ser tan habladora.

Pero…

Era muy mona.

Vio a Valeria que apoyó su cabeza en su silla de ruedas, preguntando todo el rato con sus ojos brillantes, Aitor no se aguantó y la besó en la frente.

Valeria se asustó un poco por ese beso repentino, cuya cara se puso roja al momento y le entró mucha vergüenza, volvió rápidamente a su sitio.

Aitor no esperaba que tuviera una reacción tan grande, le entró risa.

—Así que con eso puedes estar en silencio.

Valeria le miró ferozmente, pero paró de preguntarle.

Valeria estaba de mal humor por culpa de Vicente, pero ahora Valeria se sentía mejor después de estar con Aitor, se durmió directamente apoyándose en la ventanilla.

Jacobo habló en voz baja cuando vio que Valeria estaba durmiéndose,

—Señor Aitor, tengo resuelto de lo que le pasó a la señora Valeria hace dos años.

Aitor estaba mirando a Valeria dormida, cuando lo escuchó, giró la cabeza y la cara se volvió más fría.

—¿Has encontrado a esa persona?

—Sí, lo he encontrado.

—¿Dónde está ahora?

—Según tu orden, está encerrado, ¿qué quieres hacer con él? ¿Quieres que busquemos a unas personas para castigarlo?

—¿Castigos? —Aitor sacó una cruel sonrisa— Eso es demasiado bueno para él, luego dejamos a Valeri en casa y tú vaya conmigo.

Jacobo se sorprendió.

—Vale.

Cuando el coche llegó al chalet, Valeria se despertó y escuchó a Aitor hablando,

—Valeri, vete a descansar primero, tengo unas cosas que hacer.

Valeria hizo un parón, pero asintió la cabeza igualmente.

—Vale, vuelve lo antes posible.

Bajó del coche y se quedó mirando el coche salir, Valeria empezó a pensar que Aitor saliendo tan tarde, ¿no sería por una mujer?

Pensando en que besaba bastante bien y de cómo lo hizo en la última vez, debería haber tenido muchas mujeres, ¿no?

Raramente, Valeria se sentía mal al pensar en eso.

Cuando se dio cuenta de su cambio de emoción, se sorprendió.

¿Qué le pasaba? ¿No debería no importarle que Aitor tuviera amantes? ¿Pero por qué ahora, parecía que le importaba todo eso?

Valeria acarició su corazón y se dio cuenta de que su sentimiento había cambiado también.

***

En las afueras de la oeste de la ciudad.

En una fábrica abandonada, había un hombre viejo que había mantenido muy bien su estado y estaba atado en una silla, parecía estar casi muerto por la tortura que había sufrido, hasta que la puerta se abrió, levantó la cabeza con mucho esfuerzo.

Cuando vio a esa silla de ruedas acercándose, se quedó perplejo por unos segundos, y reaccionó,

—¡Presidente Aitor! ¡Es usted! No sé en dónde me he equivocado, ¡déjame ir por favor!

Aitor miró al gordo viejo, con tantas arrugas en la piel, ¡empezó a enfadarse!

¡Mierda!

¿Era este viejo asqueroso el que había violado a Valeria?

Cuando pensó en Valeria debajo de su cuerpo, Aitor parecía que iba a explotar, se acercó lentamente y le agarró del cuello.

—Dime —Aitor habló con una voz muy fría—. Hace dos años, ¿violaste a una estudiante en el Hotel Gran Siglo?

«¿Hace dos años?¿Hotel Gran Siglo?»

El viejo lo recordó con mucho miedo y dijo temblando,

—Presidente Aitor, ¡No era yo! ¡Al final no lo podía hacer!

«¿No lo podía hacer?»

Aitor se sorprendió y soltó un poco la mano.

—¿A qué te refieres?

El viejo estaba tan asustado que casi se meó, contó lo que pasó rápidamente.

—Hace dos años, me había recomendado una persona que dijo que había una estudiante virgen. Pero luego, cuando terminé de cenar y quería entrar a la habitación, salieron unos hombres, ¡y me echaron!

—¿Unos hombres?

Aitor entrecerró un poco los ojos.

—¡Sí! Tampoco sabía quiénes eran, solo sabía que necesitaban una mujer, tenían prisa, serían algunos poderosos y crueles. Yo, siendo un abuelo, no me atrevía a molestarles, entonces dejó la chica para ellos.

Aitor le agarró otra vez del cuello fuertemente, miró al viejo fríamente.

—¿Todo lo que has dicho es verdad?

—¡Claro que sí! Enserio que no he tocado a esa chica, ni le he visto la cara.

Aitor soltó la mano porque sabía que ese viejo no se atrevía a mentirle.

—Llevároslo —Aitor dijo fríamente—. Comprueba si lo que ha dicho es verdad, y también, pregúntale quién le ha recomendado Valeria.

—Vale —Jacobo respondió inmediatamente, ordenó a los otros que le llevaran al viejo y dijo en voz baja—. Qué bien, señor Aitor, no es ese viejo asqueroso quien ha violado a la señora Valeria.

Pero Aitor no estaba contento, miró a Jacobo fríamente.

—¿Y es bueno que ella haya sido violada por otros hombres?

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