NADIE COMO TÚ romance Capítulo 121

Al día siguiente, Aitor se fue al Grupo Lustre luego de llevar a su esposa al trabajo.

Después de la reunión de la mañana, Aitor se quedó solo en la oficina. Hoy tenía una agenda no tan llena. Se reclinó en su silla y leyó el informe.

De pronto escuchó a Jacobo gritarle a alguien afuera:

—¡No puedes entrar!

Los gritos interrumpieron los pensamientos de Aitor y se sentó con la espalda recta.

La puerta se abrió con fuerza, era Noelia.

Jacobo la siguió y dijo:

—¡Señor Aitor, ha entrado a fuerzas sin tener cita previa!

Aitor frunció el ceño, luego le dijo a Jacobo que saliera.

Era extraño que la Noelia de hoy llevara un abrigo largo que le tapaba todo el cuerpo, por lo general, trataba de demostrarse todo lo posible.

Noelia se arregló el cabello desordenado, luego dijo con cara de inocente:

—Lo siento, presidente Aitor, vine sin permiso. Es que tenía muchas ganas de verle. Le echo de menos.

Aitor frunció el ceño y dijo:

—¿No te lo dejé claro anoche?

Le ordenó:

—Fuera, no tengo tiempo para perder contigo.

Noelia se mordió el labio inferior, sin intención de irse. Dio un paso adelante e hizo algo que sorprendió mucho a Aitor.

Rápidamente se quitó su abrigo largo, revelando su cuerpo desnudo y delicado.

Aitor no pudo evitar enfriar su rostro cuando vio esto, y mostró una expresión aterradora.

Los que conocían a Aitor sabrían que estaba enojado de verdad, por eso estaba tan callado.

Pero Noelia pensó que había tenido éxito con su seducción, hasta corrió hacia él para abrazarlo.

—Presidente Aitor, ¡sé que le agrado! No preguntaré sobre su relación con esa mujer, ¡pero también quiero convertirme en su mujer! De verdad... ¡Ah!

Antes de que Noelia pudiera terminar sus palabras, Aitor la apartó.

—Ponte la ropa y lárgate.

Los ojos y el tono de Aitor eran fríos y indolentes, sin una pizca de temperatura.

Noelia no estaba dispuesta a rendirse ahora, se movió coquetamente delante de Aitor, con el fin de seducirlo con su cuerpo.

—Presidente Aitor, estoy dispuesta a hacer cualquier cosa por usted, no me rechace más,por favor.

El rostro de Aitor se enfrió aún más, y perdió el último rastro de paciencia.

Marcó el número de Jacobo y susurró,:

—Dile a la seguridad que suba a echar a esta mujer loca.

El rostro de Noelia se puso completamente pálido.

Noelia estaba a punto de venirse abajo, llorando dijo:

—Presidente Aitor, ¿por qué Valeria puede ser su amante pero yo no? ¿No soy mejor que esa mujer fea?

Cuando escuchó el nombre de Valeria en sus palabras, su expresión cambió y su tono se volvió más frío:

—¿Cómo sabes su nombre? ¿La estás investigando?

—¿Qué tiene para que me ponga a investigarla? —explicó Noelia—. Me encontré con su colega anoche y me lo contaron.

Noelia prosiguió diciendo:

—Esa Valeria ni es guapa ni nada. Seguro que está con usted porque le interesa su dinero y su fama. Presidente Aitor, he de decirle que he visto a muchas mujeres como ella. No sé cómo de buena es en la cama, ¡pero sin duda trama alguna maquinación con usted! No se deje engañar.

Aitor miró a Noelia con indiferencia, luego dijo con frialdad:

—No quiero escuchar el nombre de Valeria salir por tu boca sucia de nuevo, si te atreves a decir algo más, te prometo que morirás aquí mismo.

Las palabras de Aitor fueron tan serias que Noelia se quedó sin aliento en el acto. No esperaba que Valeria tuviera tanto peso para Aitor.

Como Noelia tenía buena actuación de llorar, sus lágrimas cayeron sin aviso.

—Presidente Aitor, lo dije por su bien. Nunca ha habido un hombre como usted que me ha tratado como una mujer de verdad. Los otros solo son gente que quiere sacarme provecho.

Con eso, lloró aún más tristemente.

Aitor no se vio afectado en absoluto, a excepción de Valeria, las lágrimas de otras mujeres no eran capaces de alterar su estado de ánimo.

Noelia dijo llorando:

—Si me prohíbe mencionar a Valeria, no la mencionaré más, pero no se enoje, ni me ignore.

Aitor no sintió ninguna alteración en su rostro. En ese momento se abrió la puerta de la oficina y entró Jacobo con los guardias de seguridad. Su expresión cambió al ver tal escena.

Aunque Noelia era de mente abierta en su comportamiento, después de todo, era una celebridad, no iba a dejar que cualquier persona viera su cuerpo desnudo, de modo que apresuradamente se vistió. Al ver que los guardias de seguridad venían a atraparla, se levantó rápidamente por su cuenta, se secó las lágrimas, luego apretando los dientes, se fue de la oficina de Aitor actuando como una orgullosa.

Fuera de la puerta de la oficina, la cara de Noelia se puso muy fea y feroz.

«¡Maldita Valeria, no te dejaré en paz! Valeria, ni siquiera se te puede considerar guapa, ¿qué derecho tienes de quitarme a este hombre?».

La dignidad de Noelia se había visto gravemente dañada por el rechazo directo de Aitor.

En este momento, Valeria estaba escribiendo noticias en la oficina de la revista.

La editora jefa Ariana le pidió a Valeria que escribiera personalmente este reportaje, ella dijo que solo las personas que estaban en la escena podían escribir los momentos más realistas e impactantes.

«El presidente el Grupo Lustre y la diosa Noelia cenaron juntos a la luz de las velas. Noelia ha expresado públicamente su admiración por Aitor muchas veces, pero Aitor lleva un anillo de bodas en su mano derecha...».

Valeria no podía seguir escribiendo porque sintió un dolor en el corazón.

De hecho, Valeria se arrepintió de aceptar esta tarea. ¡Porque descubrió que desde que asumió esta tarea, se había vuelto sospechosa y celosa!

Sintió un dolor de espalda repentinamente. Después de hacer el amor tantos días seguidos, estaba un poco cansada. Para prevenir los ataques nocturnos de Aitor, tenía que comer alimentos nutritivos en la comida, solo así tendría suficiente energía.

Luego, pensando que esta también era una buena oportunidad para ganar más éxito, se convenció de seguir redactando, después de todo no podía desperdiciar el sacrificio que había hecho su esposo.

Valeria recuperó el ánimo.

Estaba satisfecha con las fotos que había tomado Darío. En las fotos, Aitor y Noelia estaban sentados uno frente al otro, el ambiente era agradable, romántico y elegante, lo que sumaba puntos a esa noticia bomba.

Valeria intentó narrar los hechos, pero era inevitable que le agregara cosas inventadas, de lo contrario este artículo no sería interesante y los lectores se quejarían.

«¡Ja, Ja!».

Mientras redactaba, Valeria sintió que tenía la oportunidad de vengarse de su marido.

«Aitor, lo siento.» Como últimamente iba de triunfante intimidándola todas las noches, ahora le iba a castigar un poco. Cuando escribía concentrada, sonó su teléfono.

Ella miró hacia abajo y frunció el ceño. Era un número desconocido.

«¿Quién puede ser?»

—Hola, soy Valeria de la revista Brisa.

Al otro lado de la línea, Noelia le dijo que quería quedar con ella a solas.

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