Mi primera vez (COMPLETA) romance Capítulo 7

Llegué a una sala en donde habían varias puertas.

Administración, contabilidad, marketing, logística, diseño... secretaría.

¡Perfecto! Lo que buscaba.

Toqué a la puerta tres veces de manera suave. No obtuve respuestas, quizá debía de golpear más fuerte. Repetí los toques, esta vez más fuerte.

—Adelante—dijeron del otro lado de la puerta.

Eché un último vistazo a mi cuerpo, cerciorándome que al menos la ropa mojada que llevaba fuera bien. Me adentré. Abrí la puerta, dejando el espacio justo para sacar mi cabeza.

—¿Kyle Lee?—pregunté con un poco de inseguridad.

—Así es, si no me equivoco tu eres Alicia Matten—colocó su cabeza a un la laptop de su escritorio.

—Exacto, soy yo—sonreí.

—Perfecto, por favor pasa y siéntate cómoda.

Me debatí en entrar, tenía pena de que me viera en estas fachas siendo mi primer día lo primero que pensaría de mí es que seguro soy una de esas chicas inmaduras.

Estoy perdida, pero aún así entré.

Kyle siguió tecleando en su computadora sin darse cuenta aún que yo estaba mojada, tomé asiento, junté mis manos como un niño cuando recibe instrucciones de su madre.

—Bien, cuéntame —ahora sí elevó la vista—¿Qué paso contigo, Alicia ?—Me escaneóde los pies a la cabeza.

Definitivamente, sabía que daría una mala impresión. Justo cuando me sentía animada.

—Lo sé, pero estaba lloviendo, ni siquiera traía parabrisas—entrelacé mis dedos de los nervios—si quieres puedo regresarme a casa, sé que así no me darán el trabajo—sugerí levantándome.

—¡No! Para nada, toma asiento nuevamente, esas cosas pasan a menudo, créeme que a mi también me han pasado un sinnúmero de cosas. Con decirte que una vez tenía que recepcionar a unos socios de la empresa y un coche que me pasó a un lado derrapó lodo encima de mi camisa, ese día me volví loca literalmente—ella sonreía dándome confianza.

—Las cosas que nos sucenden a las mujeres ¿no? —sonreí, sintiéndome más relajada.

Realmente Kyle se notaba que era una mujer alegre, me caía bien desde entrada, al menos ya noo estaba tan perdida.

Punto para Alicia .

—Espera, buscaré en el sistema con quien te tocará la entrevista de las instrucciones—Kyle acomodaba sus lentes para seguir buscando en su computadora.

Retorcí un poco las puntas de mi camisa, ésta no ayudaba para nada en secarse. Lo peor de todo es mi brazier rosa, al menos hubiera elegido un blanco, no sé, algo que no fuera vistoso.

—Listo, te tocará con Philips Morgan, en la sala número cuatro. Si quieres mientras te toca puedes ir a un cuarto que está por acá al fondo del pasillo, creo que ahí hay un ventilador viejo, puedes poner tu camisa para que se seque un poco y luego yo te llevaré a esa sala, porque lo más probable es que puedes perderte.

Estaba oscuro, con mis manos tocaba el borde de la pared intentando encontrar algún boton de encendido.

¡Lo encontré!

Era una sala pequeña, habían muchos documentos viejos, parecían un poco obsoletos, un escritorio empolvado.

Qué extraño que en una empresa moderna existan estas cosas.

En una esquina de la sala había un ventilador en desuso, lo enchufé. Quite mi camisa de manera delicada, no quería llenarla de polvo. Quedándome en brazier y con mi falda, esta al ser negra no se notaba lo húmeda que estaba.

El reloj corría y ya habían pasado alrededor de quince minutos.

—Creo que es tiempo suficiente, ya se encuentra bastante seca, de todos modos el calor de mi cuerpo la terminará por secar—metía mi brazo en una manga para luego meter el otro en la otra manga y empezar a abotonarme.

La puerta empezó a abrirse.

Elevé mi vista, al ritmo en que la puerta se abría.

¡No puede ser! Era el mismísimo Nicky Chance. Enseguida noté sus ojos cómo habían apuntado hacia mi escote, al mismo tiempo observé mi escote, hacían verse mis senos voluminosos.

—Lo siento, Lo siento—se llevó una mano a sus ojos—no sabía que había alguien acá.

Inmediatamente abotoné mi camisa.

—Creo que se toca siempre antes de entrar a algún lugar ¿no?—no importaba que él fuera el dueño de la empresa, tenía que enseñarle unas cuantas cosas.

—Lo sé, pero acá por lo general siempre vengo solo a esta sala, venía por unos documentos—¿Puedo quitar mis manos de mis ojos?

—Lo puedes hacer—ya me encontraba totalmente vestida—¿documentos llenos de polvo?—irónicamente le pregunté

—Asi es, en ocasiones necesitas tus viejas ideas para formar una nueva estrategia—sino con un tono presumiendo—oye, tu eres la chica que venía en el asensor ahora que recuerdo.

—Si, ¿por qué?—lo confronté, pues yo era de las chicas que no se dejaba de nadie.

—¿Ya tuviste tu entrevista?—él acomodaba su elegante esmoquin.

—En eso estoy, en unos minutos tengo la cita—asentí.

—Suerte con eso entonces—se adentró por completo a la habitación para revisar sus documentos.

Por la sala se impregnaba el riquísimo olor a su perfume, un perfume más dulce que la misma miel.

—¡Gracias!—Salí en busca de Kyle

—¿Estás lista?—preguntó Kyle un tanto animada.

—Creo que sí, ¿tu que dices?—me di una pequeña vuelta para que ella revisara si la camisa estaba bien.

—Yo veo que vas muy hermosa—me dio un pequeño giro.

—Respira profundo, estas cosas son clave a la hora de impresionar a tu reclutador. No te preocupes, Philips es un tipo tranquilo, pero no le pongas mucha atención, él quiere hacerse notar con las personas que recién entran, mínimo te hablará de todos los años de experiencia que tiene, jactándose de eso, pero no le des mucha atención, a lo que le tienes que poner más atención es a las cosas que te tocarán hacer—ella me daba pequeñas indicaciones tomándome de las manos.

Kyle regresó a su escritorio para dejar ciertas cosas lista, apagando su laptop.

Empezamos a caminar juntas a la sala cuatro, pero antes de cruzar la puerta de su oficina su teléfono de planta empezó a sonar una y otra vez.

—Espera un momento, solo contesto la llamada—regresó apurada.

Kyle hablaba por el teléfono asintiendo, quizá le estaban dando ciertas instrucciones, era lo más probable. Dirigió su mirada hacia mi, seguía asintiendo.

Levanté mis brazos como de ¿Qué pasaba? Ella siguió viéndome haciéndome seña que esperara.

Colgó

—¿Qué ha pasado?—me acerqué a ella.

—Tu entrevista se canceló, Alicia —me miraba fijamente.

—Pero... ¿por qué o qué?—golpee el piso con mi tacón, estaba enojada.

Después de salir de mi casa sufriendo un sinnúmero de situaciones embarazosas y ahora me pasa esto. No es justo, sabía que mi suerte no cambiaría del todo.

—Oye, quédate tranquila. No es nada malo—sonrió hacia un lado.

—¿Por qué sonríes?—fruncí el ceño.

—La llamada era del señor Chance—aplaudió.

—¿Y... eso que tiene?—me tomó desorientada.

—El dijo que te pasara directo a su oficina. Él será quien te hará la entrevista.

—¿Qué?—por poco salto de alegria, pero no le demostraría eso a Kyle

—Vamos, acompáñame, te llevaré con el—entramos al ascensor.

—No te pongas nerviosa con el, solo se tu misma, a él le gusta ese tipo de cosas, es muy inteligente y se da cuenta cuando una persona intenta mentir o está fingiendo algo que no es—hablaba a medida que el ascensor subía.

El asensor se detuvo en el último piso iluminándose un botón en verde.

—Bien, acá llega mi trabajo, ahora el resto es tuyo—se despidió cerrando la puerta del ascensor.

Había una puerta con unas letras en doradas impregnadas en la madera.

Nicky Chance-Director general

La puerta tenía un pequeño timbre al lado, lo presioné un poco insegura.

—Puedes pasar—se escuchaba en una bocina arriba de la puerta.

Abrí la puerta y ahí estaba. En una sala enorme, adornaba con delicadeza con mueblería fina, alfombras de un tipo de material costoso. Su escritorio... su escritorio era totalmente negro azabache, imponía su poder, debajo de su escritorio estaba una especie de pelaje de animal, si mi vista no falla podría decir que es un oso pardo.

En una esquina estaba un mueble de color marrón intenso con algunos tipos de licores. Detrás de él se encontraba un retrato del tamaño de la pared, era de su rostro entre la oscuridad brillando solo la parte de sus ojos, nariz y boca. Era un retrato que en la posición que estuviera sus ojos siempre me seguían. Era elegancia pura.

—Siéntate por favor—extendió su mano, en la cual le brillaba en la muñeca un reloj adiamantado.

No sé, pero este sujeto me ponía un poco nerviosa, los consejos de Kyle creo que no servirían.

—Con que te llamas Alicia Matten —revisó mis documentos asintiendo.

—Así es, estoy por terminar de mi carrera.

—Como sabrás, hoy en día las empresas como la mía buscamos personas con un alto grado de experiencia y tu... aun no has terminado tu carrera—él rascaba su barba.

—Si me trajiste acá para hacerme sentir mal, lo hubieras dicho desde antes—estaba por levantarme de ese asiento.

—Tranquila, no he dicho nada con eso. Lo que quiero decirte es que también le damos la oportunidad a personas como tu, que ya casi culminas. Creemos que hay personas con potencial para desarrollar nuestra empresa. Mi empresa no es una empresa que nos basamos en años de experiencia, nos basamos en la capacidad productiva de un empleado a cierto tiempo, por lo que creemos en la tu propia capacidad—él se acomodaba en su silla.

—¿Eso significa...?—me crucé de brazos.

—Solo te explico un poco de nuestras políticas—esta vez su mirada me fulminó e inmediatamente le respondí con la misma intensidad en la mirada, podía sentir como me quemaba.

—Lo siento por lo de ahora en el ascensor—aparté mi mirada con pena.

—Al menos fuiste sincera, ¿crees que no me doy cuenta que en mi empresa no le caigo bien a todos?—Nicky acomodaba su corbata.

—¿Entonces por qué no los despide?—levanté mis brazos.

—Se llama estrategia, Alicia , el hecho de que no me quieran no les quita lo bueno que puedan ser en su puesto.

Ahora su mirada se dirigió a mi pecho. Al ver su mirada me tapé con la mano disimuladamente.

Señaló...

—¿Qué ocurre?—volteé mis manos.

—Solo es un poco gracioso—sonrió un poco.

—¿A qué te refieres con gracioso?—fruncí el ceño.

—Me refiero a el color de tu brazier, por lo general las mujeres de acá siempre tratan de combinar su brazier con la camisa o con su falda.

—O sea que te estás burlando—esta vez sí me levantaría.

—¡No! Para nada, es bueno también que seas diferente a ellas—estiró su cuello.

—Creo que esa es una desventaja de ser Virgen creo, el no saber combinar ese tipo de cosas—crucé una pierna encima de la otra.

Cuando Nicky escuchó la palabra "Virgen" puedo jurar haber visto que se mordió un poco su labio inferior.

Siguió revisando mis documentos casi tirándolos de golpe encima de su escritorio.

—Lo siento mucho, Alicia .

Perfecto, sé lo que venía a decirme. Que no le interesó mi currículum, que en otra ocasión quizá tenga mejor suerte y ese tipo de cosas que te dicen en una empresa para no decirte dierectamente que no clasificaste para esa vacante.

—Sí, muchas gracias por la oportunidad—me levanté del asiento.

—No he terminado—elevó su tono—te digo lo siento mucho porque a partir de hoy tendrás que soportar a un ogro de jefe. Bienvenida a mi empresa.

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