Matrimonio de primera romance Capítulo 86

Yadira no sabía qué gracioso tenía su comentario, pero de todas formas Jaime se reía a carcajadas.

Jaime, alguien tan famoso en el circulo del entretenimiento, Tiene a los paparazzi siguiéndole allá donde va. Yadira en realidad no quería tener un encuentro casual con él por miedo a ser fotografiada.

Pero Jaime tenía buena memoria, e incluso tomó la iniciativa de saludarla las dos últimas veces que la vio.

Si los paparazzi los pillaban en cámara, seguro que volvía a ser titular de las noticias candentes.

Incluso ella había pensado un título para esa noticia.

Por ejemplo, “La Señora Yadira de la familia Domínguez en un encuentro secreto con un famoso de el circulo del entretenimiento” o algo así.

Es espeluznante sólo pensar en ello.

Así que Yadira no le dijo mucho más a Jaime y sonrió muy amablemente -Tengo cosas que hacer, así que me voy primero-

-Adiós- Jaime entendió la situación y su actitud siguió siendo amable.

Esto hizo que Yadira se sintiera un poco incómoda y se marchara a toda prisa.

Jaime se dio la vuelta y observó cómo desaparecía la figura de Yadira antes de volver a caminar hacia delante.

El asistente que estaba detrás de él habló de repente -Señor Jaime, ¿tiene esta mujer algo que ver con el Señor Delfino Domínguez? Creo que la vi con el Señor Delfino en el Club Dorado el otro día-

-¿Es así? No estoy seguro- Jaime se adelantó con la cabeza baja, la sonrisa en su rostro iba desapareciendo hasta quedar en silencio.

Jaime vino aquí hoy, principalmente para preparar su próxima película.

La nueva película que había aceptado era de suspenso y en la película interpretaba a un psiquiatra, por lo que se había empeñado en venir hoy a la clínica de psiquiatría para conocer y sentir el ambiente.

Los dos entraron, enseguida Delfino y Xulio aparecieron en el pasillo detrás de ellos.

Delfino miró hacia donde Jaime y Yadira estaban hablando antes.

Xulio miró a Delfino, queriendo decir algo, pero al final tampoco dijo nada.

Jaime tenía una agenda apretada, así que no se quedó mucho tiempo donde el psiquiatra y salió.

Cuando él acababa de salir, vio a Delfino parado en el pasillo.

Con una expresión de sorpresa-¿Delfino? ¿Qué haces tú también aquí?-

Acabando de decir eso, mostró una expresión de haber entendido -Has venido con Yadira-

Delfino no dijo nada y levantó la mano, haciendo un gesto para que Xulio se fuera.

Cuando Xulio se dio la vuelta para marcharse, el ayudante de Jaime también se fue al entender la situación.

Los dos eran los únicos que quedaban en el pasillo vacío.

La expresión en la cara de Delfino era un poco fría, pero era un poco diferente de la frialdad que tenía para los extraños.

Miró fijamente a Jaime -Jaime, ya te lo dije, ella es Yadira-

-Sé que es Yadira, es un buen nombre- La sonrisa de Jaime no era diferente a la habitual, muy amable.

Delfino guardó silencio por un momento, como si se hubiera decidido de alguna manera, y su tono tranquilo sonó un poco cruel -Yadira sí se parece a Rosa, pero ella no es Rosa-

La expresión amable en la cara de Jaime se desapareció finalmente y sus ojos se abrieron más mientras gritaba -¡Cállate!-

Delfino literalmente se calló y dejó de hablar.

Al cabo de unos instantes, Jaime se calmó y la expresión amable de siempre volvió a su rostro.

-Delfino, de verdad me encontré con Yadira por casualidad- Terminó de decir esto y observó detalladamente a Delfino -Tu sí que estás bastante preocupada por ella-

Delfino entrecerró ligeramente los ojos y su tono fue ligero -Ella es mi esposa-

-¿Por qué engañarías a Yadira usando el nombre de Fidelio?- El tono de la voz de Jaime sonaba como si fuera una pregunta casual, pero pronto estaba riendo de nuevo -Si Fidelio lo supiera, seguramente vendría a por ti por una paga de uso de su nombre...-

Delfino le dirigió una mirada profunda y con un tono grave -Primo, Rosa falleció hace mucho tiempo, es hora de que empieces a salir de tu luto-

Terminando de decir eso y sin molestarse en mirar el repentino cambio de expresión de Jaime, se alejó a grandes pasos.

....

Yadira salía de la clínica psiquiátrica, caminando un poco lento por estar pensando en Delfino.

Sonó la bocina de un coche detrás de ella.

Por qué la gente era tan mandona hoy en día, ella ya estaba en la vereda y aún así hizo sonar la bocina para que le cediera el paso.

Miró hacia atrás con el ceño fruncido y el coche negro estaba estacionado justo detrás de ella, al bajar la ventanilla se veía el apuesto rostro de “Fidelio”.

“Fidelio” la miró con cara de pereza -Entra-

¿Por qué estaba aquí?

Aunque estaba confundida, no dudó en abrir la puerta y subir al coche.

Antes de que pudiera decir algo, Delfino habló directamente -No me hagas preguntas tan poco ingeniosas como “por qué estoy aquí”-

Las palabras no pronunciadas de Yadira fueron bloqueadas de nuevo.

Mejor no decir nada.

Delfino giró la cabeza para mirarla, vio que estaba pensativa y sonrió imperceptiblemente, pero su voz no tenía nada de gracia -¿Qué haces tú aquí?-

Yadira giró la cabeza, con una sonrisa fingida -No quiero responder a las preguntas tan poco ingeniosas-

Xulio que conducía delante, no pudo evitar soltar una carcajada al escuchar la conversación de ellos.

Pero se calló rápidamente al ver que Delfino le echaba una mirada fría por el retrovisor.

Yadira acaba de subir al coche y no se ha dado cuenta de que Xulio conducía -Xulio, ¿Delfino no ha salido hoy?-

Xulio miró en silencio a Delfino que estaba sentado en el asiento trasero y negó con la cabeza -No-

Yadira asintió y ya estaba pensando en lo que iba a cocinar para Delfino cuando volviera al mediodía.

Después de pensarlo, alargó la mano y pinchó a “Fidelio”.

-¿Qué haces?- El rostro de Delfino era inexpresivo mientras giraba la cabeza para mirarla.

Todavía daba miedo que “Fidelio” la mirara así.

Yadira retrocedió un poco -Dime sinceramente, ¿qué le gusta comer a tu primo?-

Yadira llevaba hoy una chaqueta blanca, el pelo recogido en una coleta, su rostro seguía siendo blanco y delicado sin maquillaje y su aspecto era sencillo e inocente, como el de una joven que no ha salido al mundo.

Le miró con unos bonitos y brillantes ojos, esperando que le respondiera.

Delfino levantó la mano y se aflojó la corbata, su voz sonaba un poco más ronca que antes -¿Por qué estás tan preocupado por él?-

-Soy su esposa, si no me preocupo por él, ¿acaso debo preocuparme por ti?- Yadira no pudo evitar fulminarlo con la mirada cuando recordó lo que le había hecho “Fidelio”.

“Fidelio” se mostró inusualmente despreocupado y continuó -Con la salud del primo, no pueden vivir como una pareja normal y puede que ni siquiera herede el Grupo Domínguez...- Ni siquiera le has conocido, así que ¿qué sentido tiene seguir así?-

Yadira no oyó burla en el tono de “Fidelio”, su tono era más bien de curiosidad.

Yadira frunció los labios, era raro estar dispuesta a explicarle con tranquilidad.

-¿Qué sentido tiene?- Yadira lo pensó y dijo seriamente -Probablemente por responsabilidad, aunque fui obligada a casarme con tu primo por mi madre, pero si me resistí con la muerte ese día, seguramente no pudo hacerme nada, desde que me casé con tu primo, tengo que asumir la responsabilidad de ser una esposa y ... -

Yadira hizo una pausa y dijo casi con un suspiro -La gente de Ciudad Mar se ha tomado mucho los asuntos de Delfino como una charla de sobremesa a lo largo de los años, pero él no quería estar así, él también era solo una víctima, era más inocente que nadie-

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