Matrimonio de primera romance Capítulo 207

Saliendo de la habitación, Yadira descubrió que Jaime se había quedado solo en el pasillo.

Cuando Jaime oyó la sonida de puerta, se dio la vuelta, llamándola como siempre, -Yadira.-

-Lo siento, Sr. Jaime. Llámeme Yadira Jimenez.- Yadira dijo con tanto la expresión como el tono indiferentes.

Ella no podía hacer igual que Jaime quien fingió estar tranquilo.

Después de todo, aunque Jaime no fuera el primo de Delfino, seguía siendo el ídolo que le había gustado ella durante ocho años.

Y el súper estrella de cine amable y afable que trabajaba mucho hasta hoy.

Nadie estipuló que Jaime tuviera que ser una buena persona.

Sin embargo, no importaba qué razones tuviera ni Yadira no podía entender lo que hacía.

Incluso si hubiera un gran conflicto entre Jaime y Delfino, él no debería echarle la culpa a ella, quien no hizo nada malo.

La expresión de Jaime cambió sutilmente, lo que parecía amarga e impotente.

-Siento por este asunto.- Jaime dejó de sonreír y la expresión de su rostro se volvió gradualmente seria.

-No acepto tus disculpas.- ella respondió. No había ninguna sinceridad en su disculpa, ni siquiera sentía que hubiera hecho algo malo.

Parecía que a Jaime no le importaba si ella aceptaba sus disculpas o no, simplemente asintió, -Vale.-

-Aunque no sé lo que pasó entre tú y Delfino, sé que en el corazón de Delfino, eres una persona muy importante. Él lo sabía desde el momento en que lo peleaste, pero no lo dijo para darte una oportunidad.-

Después de calmarse, las cosas que antes no conoció bien, iba a entender con facilidad.

Yadira inclinó la cabeza y dijo con un tono serio, -Te envidio mucho.-

Porque Delfino lo trató tan bien que Yadira realmente lo envidiaba.

Sus palabras parecían haber tocado el punto vulnerable de Jaime que preguntó con una aura diferente, -¿Me envidias?-

Antes de que Yadira pudiera decir algo, una figura alta y erguida se precipitó de repente por la puerta del salón y luego se le acercó.

-¿Delfino?-

Yadira miró sorprendida al hombre alto que estaba frente a ella, -¿Por qué estás aquí?-

Cuando él entró corriendo, ella pensó que era un guardaespaldas.

Delfino no había dormido en toda la noche. A pesar del rostro demacrado, el aura no disminuyó nada.

No respondió inmediatamente a la pregunta de Yadira, sino que la miró de arriba abajo, mostrando calmante, luego se volvió a mirar a Jaime.

Jaime sonrió y dijo, -Llegas muy rápido.-

Sus palabras parecía significar que era él quien había informado a Delfino para que viniera aquí.

Yadira sintió claramente que Delfino se ponía rígida.

Yadira dio un pequeño paso adelante, extendiendo su mano para estrechar la de Delfino.

Cuando estaba a medio camino su mano, Delfino se le aferró como si tuviera los ojos en la espalda.

Las palmas de sus manos estaban tan secas y cálidas que la hicieron sentir muy segura mientras la abrazaba con fuerza.

Yadira bajó la mirada con una mente complicada.

Jaime contempló la escena y dijo con una sonrisa de desprecio en sus ojos, -Estáis tan enamorados y de confienza que estoy demaciado celoso. En cuanto a si los demás piensan lo mismo que yo, no lo garantizo.-

Delfino se puso enfadado y dijo, -Jaime, ¿crees que realmente no puedo pelearte?-

-Por supuesto que lo puedes. Pero necesitas darle a Yadira un nombre legal en este matrimonio, de lo contrario, siempre será una amante.- después de que Jaime terminara, giró la cabeza para mirar a Yadira, -Yadira va a hacerse guionista en el futuro. Me temo que se desechará como amante.-

Las palabras de Jaime golpeó el corazón de Delfino directamente, como una espada afilada.

Antes, fue él quien había conseguido que Yadira dejara su trabajo y entrara en el Grupo Dominguez para que se dedicara a algo que le gustara.

Pero ahora, también fue él quien obligó indirectamente a Yadira a no atreverse a salir de forma corriente.

Delfino se puso tan enfadado que las venas de la frente estallaron, -¡Cállate!-

La sonrisa de Jaime se intensificó.

-¡Jaime!-

Llegó la voz de Perla.

Yadira se dio la vuelta y vio a Perla saltando como una pájara y lanzándose a los brazos de Jaime.

Jaime mantuvo a Perla con firmeza y preguntó con un tono suave, -¿Estás bien?-

-Sí.- Perla asintió la cabeza, tanto con el rostro lleno de dulzura como con sus ojos tímidos, -Realmente has venido a verme, no estoy soñando, ¿no?-

-Claro que no.- Jaime le tocó la cara con la expresión más suave.

Yadira contempló la escena conmocionada, girando inconscientemente la cabeza para mirar a Delfino.

Delfino estaba tranquilo y no había sorpresa en sus expresiones.

Jaime sintió la mirada de Yadira, levantó la vista y le sonrió, pero sus palabras iban dirigidas a Delfino, -Aunque creo que Yadira también se parece a Rosa, Perla es más parecida. En el pasado, a Rosa le gustabas mucho, sabiendo que te casaste con una mujer que se parece tanto a ella, debe estar muy feliz.-

Yadira sería una tonta si no entendió la provocación tan obvia.

-No creas que todo el mundo es igual que tú, que te limites a encontrar un sustituto porque no obteber lo que quieras.- Yadira dijo con despreocupación, -Tu amor por Rosa es soso, usando la mano que la había tocado para la otra mujer, lo que debe parecerle repugnante, ¿no?-

Jaime se puso enfadado y dijo con rabia, -¡Yadira!-

-No me llames. Me das asco.- a Yadira le asqueó mucho con mirar a Jaime una vez más.

En realidad, cuanto lo más perfecto e impecable parecía, más podrido estaba por dentro.

Delfino no dijo nada y se marchó con Yadira.

De vuelta al coche, Yadira todavía le molestó mucho y quería sacudirse la mano de Delfino.

Sin embargo, la mano de Delfino era tan pegajosa como un caramelo de piel de vaca que no había forma de quitársela.

Yadira respiró profundamente y dijo molesta, -Suelta la mano.-

Delfino respondió con rostro inexpresivo, -No.-

Yadira bajó la cabeza y le mordió con fuerza la mano.

Pero olvidó que Delfino era tan resistente que no necesitaba la anestesia al sacarle la bala y no dar la menor importancia por este dolor.

Yadira se cansó después un rato y cuando vio que Delfino seguía sin soltarse, no tuvo más remedio que rendirse.

Delfino la atrajo hacia sus brazos y preguntó, -¿Te ha aliviado un poco?-

Yadira se congeló y respondió, -No.-

-Entonces mórdeme la mano de nuevo.- la voz de Delfino seguía siendo insípida, pero le pasó la mano por los labios.

Yadira torció la cabeza y dijo, -Es demasiado dura.-

Las manos del hombre eran cubiertas de huesos.

Delfino, -¿No has mordido algo más duro?-

Yadira quedó en silencio.

Después de decir, Delfino se quedó helado por un momento. Estaba completamente acostumbrado aburlarse de Yadira, así que lo dijo de pasada.

La cara de Yadira enrojeció. Después de echar una mirada a Xulio que estaba conduciendo frente a ella, empezó a palear a Delfino.

Delfino no se defendió, permitiéndole con paciencia.

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