Matrimonio de primera romance Capítulo 145

Delfino escuchó sus palabras y la soltó.

Dio un paso atrás y la miró, -Pero se merecen morir.-

-Hiciste todo lo posible para obligar a mi abuelo a regresar al país, ¿también quieres matar a mi abuelo?- Yadira sintió frialdad en su interior.

Presuntuosamente pensó que Delfino le consideraba importante, pero las palabras de Delfino negaron su idea.

-No.- dijo Delfino con indiferencia, -Por supuesto que no le haré nada a tu abuelo. Él no estuvo involucrado en ese caso. Solo fue sobornado por la familia Dominguez.-

-Entonces, ¿qué quieres hacer obligándolo a regresar?-

Yadira no podía entender a Delfino, pero comprendió vagamente una cosa.

La madre de Delfino murió siendo humillada por esas personas en ese entonces, y era muy probable que el padre de Sergio se enteró del asunto porque él también estuvo involucrado en eso por alguna casualidad.

El mundo nunca se había clasificado simplemente por el bien o el mal. Por lo que Yadira no sabía cómo evaluar las acciones de Delfino.

Sin embargo, todavía sentía un poco de pena por él.

Con una madre tan maravillosa, si su madre todavía estuviera viva, Delfino definitivamente no sería como ahora.

Seguramente sería el hombre de las portadas de revistas financieras que todos los hombres admiraban y todas las mujeres se enloquecían por verlo.

No obstante, debido a su madre, todo lo que hizo en la primera mitad de su vida fue solo para encontrar al delincuente que estaba detrás del caso de secuestro.

Viviendo bajo el odio y la culpa, no importaba cuán noble fuera su estatus, no importaba cuán poderoso fuera, no era feliz.

-¿Sabes por qué la gente de la familia Dominguez hicieron que se fuera al extranjero? Porque estando en el país, hacía sentir inseguridad a algunas personas.- Delfino hizo una pausa y continuó, -Pero una vez que regrese al país, algunas personas empezarán a actuar.-

A Delfino se le ocurrió algo y sonrió.

Pero su sonrisa no parecía honesta, más bien era fría y despiadada.

No era la sonrisa de Delfino lo que ponía los pelos de punta a Yadira, sino sus palabras.

-¿Con “algunas personas” te refieres a la gente de la familia Dominguez?-

Yadira sintió que debió haberle malinterpretado.

Sin embargo, la sonrisa que se hacía más grande de Delfino le confirmó que las palabras de Delfino iban en serio.

Yadira de repente se acordó en lo que había hecho Perla en ese entonces y, aunque estaba impactada, ya no lo dudaba.

...

Al día siguiente.

Yadira se despertó y sacó su móvil para navegar por Internet como de costumbre, entonces descubrió que todas las principales plataformas y páginas web habían publicado la noticia del regreso de Evelio al país.

Había noticias financieras y de entretenimiento.

Estalló un alboroto entre la gente por un tiempo.

Hacía quince años, Evelio también era considerado una celebridad en la Ciudad Mar. Tenía una muy buena relación con mucha gente. Muchas personas que eran más poderosas y ricas que él también estaban dispuesto a entablar amistad con él.

Sin embargo, justo cuando el Grupo Jimenez estaba en auge, Evelio de repente se fue al extranjero.

Y habían pasado quince años desde que se fue. Por lo que no era de extrañar que llamó la atención de los medios ahora que había vuelto de repente.

Pero era un poco exagerado que tantos medios se peleaban por publicar noticias de él.

Delfino a su lado también se despertó.

Anoche durmió abrazando a Yadira. Pero antes cuando Yadira se despertó, retiró su mano y se movió hacia el borde de la cama. Por eso ahora mismo no había nada en sus brazos.

Delfino mostró insatisfacción y volvió a abrazar a Yadira. Con la barbilla apoyada en la parte superior de su cabello, echó un vistazo a su móvil casualmente y susurró, -Yo ordené que hicieran eso, ¿qué opinas?-

Había una pizca de orgullo en su tono, como un niño que había hecho algo que creía que era genial y estaba pidiendo elogios.

Yadira no sabía qué expresión poner al respecto, -¿Qué quieres hacer dejando que los medios informaran sobre el regreso de mi abuelo?-

No era tan inteligente como Delfino, por eso a veces no podía seguir el ritmo de sus pensamientos.

-No es nada, solo quiero informar del regreso de Evelio a todos los que deberían saberlo.-

Después de que Delfino terminó de hablar, de repente le quitó el teléfono y la tomó de la mano para meterse en la colcha, luego con una voz ronca dijo, -Podemos hacer algo más importante.-

Yadira notó la extrañeza en su voz, pero ya era demasiado tarde.

Delfino la obligó a tocar con sus manos esa parte suya. La temperatura abrasadora hizo que su mano sintiera ganas de escapar.

-¡Quiero levantarme e ir a trabajar a la empresa!- El rostro de Yadira se sonrojó de repente.

Por la noche con las luces apagadas podían hacer lo que querían.

Pero ahora ya era de día y la habitación estaba iluminada, no era tan caradura como Delfino.

-Bueno, entonces tenemos que darnos prisa, o llegaremos tarde.-

-No es eso... Mmm…-

...

Los hechos habían demostrado que una criatura como los hombres, aunque por lo general parecían tranquilos y autosuficientes, todos eran igual de descarados en la cama.

Después de que los dos terminaron, ya era casi la hora de ir al trabajo.

Era una experiencia rara que los dos se levantasen y se asearan juntos.

Yadira estaba sentada frente al espejo del tocador maquillándose, por su lado, Delfino no paraba de mirarla con interés.

Ella no pudo evitar insistirle, -Puedes irte primero si ya has terminado.-

Delfino frunció los labios, y en su voz baja se pudo notar una gentileza inusual, -Te ves bastante bien sin maquillaje.-

La elogió muy en serio.

Yadira giró la cabeza para mirarle, -Cuando me viste por primera vez, dijiste que era demasiado fea.-

-Realmente eras fea.- dijo Delfino sin rodeos.

Yadira se quedó sin habla. De repente sintió que Delfino tuvo mucha suerte de que se casara con él, porque con una boca tan hiriente, era probable que nadie lo soportase.

-Pero...- Volvió a decir Delfino, -Te besé a pesar de que eras muy fea. Si fuese ese Severo, ¿podría hacerlo?-

Yadira le replicó, -Eso es porque tú tienes gustos raros.-

-No importa lo raro que sean mis gustos, tampoco es que pueda besar a cualquier mujer fea.- El tono de Delfino sonaba bastante creído.

No obstante, Yadira se conmovió por sus palabras.

El hombre indiferente también era increíble diciendo cosas tiernas.

...

Cuando los dos bajaron juntos las escaleras, Fidelio estaba de pie en medio del salón con su mochila en la espalda, mirándolos seriamente.

Él negó con la cabeza y dijo, -De verdad que vosotros dos os estáis pasando últimamente. Primero fue Yadira quien se levantaba tarde, ¿y ahora sois los dos quien os levantáis tarde?-

Yadira sonrió con la conciencia culpable y no dijo nada.

Delfino miró a Fidelio con frialdad. Luego rápidamente se dio la vuelta y se dirigió hacia fuera mientras decía, -El tiempo se está volviendo cada vez más frío, por eso todos quieren quedarse en la cama. Esto es normal.-

Yadira fue a la empresa y descubrió que hoy ni Henrico ni Perla vinieron a trabajar.

Al mediodía, Yadira recibió una llamada de Salia.

-Yadira, tu abuelo está de vuelta en casa, vuelve a casa para comer al mediodía.-

Yadira accedió directamente, -Está bien.-

Ella no tenía ninguna impresión de Evelio. En su memoria, Evelio era una persona amable, comparada con otras personas de la familia Jimenez, Evelio la trataba bastante bien.

Pero en ese momento, Evelio estaba muy liado con su trabajo, además estaban Perla y su hermano, así que no le prestó mucha atención a Yadira.

Cuando guardó su teléfono y salió por la puerta del Grupo Jimenez, vio a Delfino.

Estaba apoyado contra el coche, lucía alto y esbelto.

-¿Por qué estás aquí?- Yadira se acercó al trote.

-¿Alguien de la familia Jimenez te llamó y te pidió que fueras a casa a comer?-

-Sí.-

-Iré contigo.- Dicho eso, Delfino abrió la puerta y la empujó dentro del auto.

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