Matrimonio de primera romance Capítulo 144

Tan pronto como Noela se fue, vino Delfino.

Conducía ese Bentley de edición limitada que se decía que valía unos millones, y cuando se detuvo en la puerta del centro comercial, llamó la atención de la gente.

Yadira rápidamente abrió la puerta para subirse al auto, y lo instó, -Venga, vámonos.-

Delfino no arrancó el auto de inmediato. En cambio, se inclinó lentamente hacia adelante para ayudarla a abrocharse el cinturón de seguridad, y luego le preguntó en una postura íntima con una mano apoyándose en su asiento y la otra sosteniendo la puerta del auto, -No tienes buena cara. ¿Qué película viste con Noela?-

Yadira se echó un poco para atrás por costumbre y dijo, -Una película de fantasía.-

-¿La trama es trágica?-

-No…-

-Entonces, ¿por qué tienes tan mala cara?- dijo Delfino, y extendió la mano para tocar su rostro.

Yadira se encogió a un lado subconscientemente, y la mano de Delfino se quedó rígidamente en el aire.

No había vergüenza en su rostro, pero inexplicablemente, se podía sentir una fuerza de opresión que se emitía de su ser, lo que hizo que Yadira se sintiera muy incómoda.

La tensión que había estado sintiendo en los últimos días hizo que perdiera completamente el control en ese momento.

Yadira se vino abajo, -¿La muerte del padre de Sergio tiene algo que ver contigo?-

Delfino levantó la mirada, sus ojos oscuros eran tan profundos como un remolino sin fondo, y su voz era profunda y fría, -¿Qué más has supuesto?-

-¿Lo estás admitiendo?- Yadira lo miró con incredulidad, con la voz temblorosa.

Realmente no conocía de nada a Delfino.

Aunque no tuvo una buena vida desde que era niña, no podía aceptar tan fácilmente ese tipo de cosas como matar a alguien como si nada.

Los dos secuestradores que la secuestraron la última vez eran fugitivos, y estaban condenados a pena de muerte cuando los atrapara la policía, por eso Yadira no se alteró mucho con lo que hizo Delfino.

Pero esa vez, Delfino había sido demasiado veloz para ordenar a alguien que se deshiciera del padre de Sergio, por eso Yadira solo se sentía asustada.

-Se merece morir.- Delfino frunció los labios, sonriendo con una crueldad, -Esa gente se merece morir, Federico Ibáñez no será el último.-

El padre de Sergio se llamaba Federico Ibáñez.

-Eres muy inteligente, puedes encontrar al asesino y entregárselo a la policía...- Yadira tenía un poco de miedo a ese Delfino, pero aun así se armó de valor para persuadirlo.

La sonrisa en los labios de Delfino se hizo más profunda y su hermoso rostro se volvió más extraño en la penumbra, -¿Soy inteligente? Pero han pasado quince años y no he encontrado aún al asesino, así que solo puedo encontrar a todos los que tengan relación y deshacerme de ellos.-

Yadira apretó las manos involuntariamente.

Delfino se acercó un poco a ella, le besó ligeramente la cara, luego se inclinó hacia su oído y le susurró, -Si no estás de acuerdo con lo que hice, puedes delatarme a la policía.-

Todo el cuerpo de Yadira estaba tenso, mordiéndose el labio no dijo nada ni se movió, solo levantó la cabeza para mirar a Delfino.

Aunque no estaba de acuerdo con lo que hacía Delfino, sabía muy bien que no acudiría a la policía.

Delfino ya estaba paranoico con el asunto de su madre.

Incluso si acudía a la policía y la policía arrestaba a Delfino, estaba segura de que aun en la cárcel, Delfino conseguiría la forma de matar a los involucrados en el caso.

Delfino tenía esa capacidad.

De repente, el rostro de Delfino se ensombreció y su voz se apagó, -Estamos aún en el auto, no me mires así.-

Le gustaban mucho los ojos de Yadira, eran brillantes y atractivos.

Yadira volvió apresuradamente a su consciencia y se giró para mirar hacia otro lado.

...

Al regresar a la villa, Delfino llevó a Yadira a la habitación y la presionó directamente contra la puerta para besarla.

Yadira no estaba de humor para hacer el amor con él en ese momento, pero no podía evitarlo.

Encontró la oportunidad y dijo, -Mi papá se fue al extranjero hace unos días y es posible que regrese en estos días.-

Los movimientos de Delfino se detuvieron, pero no soltó a Yadira, -¿Qué está haciendo en el extranjero?-

-Lo preguntas a sabiendas.- Yadira exhaló un suspiro de alivio y dijo, -Mi abuelo va a volver.-

-¿Por qué me cuentas esto?- Delfino bajó la cabeza y la besó en los labios, -No pienses en estas cosas en este momento.-

-Es porque todas estas cosas están bajo tu control hace mucho tiempo, así que incluso si no te lo hubiera dicho, habrías recibido la noticia hace mucho tiempo, ¿verdad?-

Yadira no rechazó su beso, pero tampoco le devolvió el beso.

Delfino la soltó sin ganas, -Si lo sabes, ¿por qué me dices estas cosas deliberadamente para disgustarme?-

Yadira no pensaba que estuviera mal que Delfino buscara el verdadero asesino, solo pensaba que su método no era el correcto.

Era demasiado lúgubre y sus métodos eran demasiado crueles.

Sin embargo, no sabía cómo comunicarse con Delfino.

Delfino no le hacía caso en absoluto y tampoco aceptaba su opinión.

Al rato, Yadira escuchó su propia voz sonar, -Defino, si quieres encontrar al verdadero asesino que te secuestró a ti ya tu madre en ese entonces, yo te puedo ayudar.-

-¿Ayudarme?- La voz de Delfino era casi inaudible.

Su madre era una talentosa mujer de familia erudita. Cuando era joven, fue la mujer de los sueños de todos los jóvenes talentos de la Ciudad Mar. Ella era competente y hermosa. Su padre Horacio, como sucesor de la familia Dominguez, naturalmente también era una persona magnífica.

Y no era casualidad que su hijo, Delfino, fuera tan inteligente y sobresaliente.

Después de que mataron a su madre, le tomó mucho tiempo salir de esa tristeza y convertirse gradualmente en una persona normal.

Pero el adolescente pareció madurar de la noche a la mañana. Era tranquilo, pero con un temperamento lúgubre. Tuvo que ir muchas veces a la comisaría, y un joven policía le dijo tranquilamente la verdad, -No creo que sea tan simple el caso de vuestro secuestro, pero ahora todo el mundo quiere calmar las cosas para evitar más problemas.-

Delfino sabía mejor que nadie que era la familia Dominguez quienes querían calmar las cosas para evitar más problemas.

La familia Dominguez no permitirá que se exponga la humillación de su madre, por lo que no investigará más a fondo.

Desde entonces, había estado investigando el caso.

Tanto su padre biológico como su hermana gemela no le creyeron, todos pensaron que estaba traumatizado por el gran impacto que había recibido presenciando lo que le sucedió a su madre.

En ese momento, Yadira estaba de pie frente a él, diciendo con una expresión seria en su rostro que quería ayudarlo.

La voz de Delfino era más profunda de lo habitual, -¿Crees en que hay otros delincuentes detrás del caso de mi madre?-

-No sé los detalles del caso, pero te creo, eres muy inteligente, y si crees que hay otros delincuentes detrás de eso, entonces debe haberlos.-

Los ojos de Yadira eran muy firmes, y sus ojos claros y brillantes estaban llenos de confianza hacia él.

Delfino la miró fijamente durante unos segundos y de repente la abrazó con fuerza.

No dijo nada, pero Yadira sintió inexplicablemente la soledad y el resentimiento que tenía por no ser comprendido por nadie.

Yadira extendió la mano y le dio suaves palmadas en la espalda, -Pero tienes que prometerme que no puedes... matar a la gente como si nada.-

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