Matrimonio de primera romance Capítulo 121

Terminado la comida, Yadira fue a la habitación de Fidelio con él.

Después de entrar en la habitación, Yadira cerró la puerta misteriosamente.

Fidelio parecía confundido, -¿Qué estás haciendo? Justo antes, cuando me agarraste para subir, la mirada de mi primo estaba a punto de matarme. Ahora si encima cierras la puerta, es muy posible que luego me eche de aquí.-

-No pasará eso.- Aunque aparentemente Delfino era cruel con Fidelio, estaba dispuesto a dejar que Fidelio se quedara allí con él, lo que demostraba que todavía le agradaba Fidelio.

-Cuando me eche, tienes que ayudarme.- Fidelio se encogió de hombros, y saltó al escritorio para sentarse, -Dime, ¿qué es tan misterioso? ¿Has decidido que quieres divorciarte de él?-

-¡¿Por qué no paras de mencionar el divorcio si solo eres un niño?!- Yadira extendió la mano y le dio un golpe en la cabeza.

Fidelio se tocó la cabeza y gritó exageradamente, -¡Oye, duele!-

Yadira no estaba de humor para bromear con él, -¿La personalidad de tu primo ha sido siempre así?-

Cuando Delfino era “Fidelio”, aunque podía sentir que tenía mal genio, no era tan impasible e irracional como ahora.

Después de restaurar su identidad de Delfino, se volvió cada vez más impredecible, y tenía un fuerte deseo de controlar.

Sabía todas las cosas que ella hacía, pero se quedó callado. Ahora que volvía a ser Delfino parecía que no tenía más escrúpulos y se volvió aún más inescrupuloso.

-Siempre ha sido así, es súper siniestro.- Fidelio encogió el cuello como si hubiera recordado algo terrible y dijo, -De verdad, te aconsejo que te divorcies de él. ¿Qué te parece mi hermano?-

Yadira no sabía si alegrarse o no, -¿Antes no me dijiste que fuera tu novia?-

-No creo que te guste. Pero el caballero de mi hermano es más adecuado para ti. Seguro que te trata mejor que Delfino. ¡Delfino es demasiado feroz!-

Fidelio hizo una mueca deliberadamente mientras lo decía.

Yadira no pudo evitar burlarse de él, -¿Sabes cuántas mujeres en el país quieren casarse con tu hermano? Incluso si tu hermano está dispuesto a casarse conmigo, tampoco me lo merezco, porque entonces soy una mujer divorciada.-

-Eres muy buena, ¿por qué no ibas a merecértelo?- dijo Fidelio casualmente, pero su tono era sincero.

Yadira se sorprendió por un momento, ¿qué tan buena era?

Al ver que Yadira dejó de hablar, Fidelio también se sintió un poco avergonzado. Se rascó la cabeza y explicó, -¿No me había escapado antes para vivir en tu casa? El día que fuiste pensé que le pedirías a alguien que me diera una paliza, no esperaba que me hicieras comida...-

Ella no supo qué decir.

Yadira decidió romper su ilusión, -No le pedí a alguien que te diera una paliza porque dijiste que te llamas Fidelio.-

-Incluso si no soy Fidelio, no dejarás que la gente me golpee.-

-¿Cómo lo sabes?-

-A ti qué te importa cómo lo sé.- Fidelio la empujó hacia la puerta, -Sal, yo voy a hacer mis deberes, las mujeres de verdad sois problemáticas.-

Sonó un golpe.

La puerta se cerró a su espalda.

Yadira volvió la cabeza y no pudo evitar sonreír.

¡Solo era un niño que no sabía nada!

De vuelta a su habitación, Delfino estaba leyendo algunos documentos en la cama, y cuando la oyó empujar la puerta para entrar, ni siquiera levantó la cabeza.

¿Se iba a la cama tan temprano esa noche?

Yadira tampoco le habló y fue directamente al baño.

Cuando salió, Delfino ya no tenía documentos en las manos, estaba apoyado en la cabecera de la cama y mirando fijamente a Yadira.

Yadira miró el pijama que la tapaba completamente y ​​caminó lentamente hacia la cama, luego levantó la colcha y se acostó.

Tan pronto como cerró los ojos, sintió que el aura fría de Delfino se acercaba de repente.

Abrió los ojos bruscamente y vio a Delfino inclinándose, como si estuviera a punto de besarla.

Cuando Yadira estaba embobada aún, los labios de Delfino ya estaban bajando y luego todo su cuerpo se puso encima.

El aura fría que era muy único de su cuerpo envolvió a Yadira con fuerza, haciendo que Yadira sintiera dificultad a la hora de respirar, y se quedó estupefacta.

Delfino la besó en el cuello y dijo con voz apagada, -Ese día estabas aprendiendo muy seriamente en el Club Dorado. Venga, vamos a repasarlo hoy.-

Cuando Yadira recordó lo que sucedió ese día en el Club Dorado, el rubor le subió al rostro y se puso muy roja, quiso liberarse, pero fue en vano.

Como estaba ansiosa, directamente maldijo, -¡Qué mierda voy a repasar!-

-No puedes decir palabrotas en la cama.- Delfino estaba jadeando y le dio un pico en los labios. -Pero luego puedes gritar más fuerte.-

Yadira sabía que ese día llegará tarde o temprano.

Sin embargo, todavía lo rechazaba en su interior.

Después de escucharle decir eso, ella se quedó tan rígida como una piedra.

Delfino sintió su reacción, su respiración se hundió levemente, como si fuera a enfadarse.

Pero él simplemente dijo en voz baja, -Está bien si no quieres hacerlo, pero tienes que ayudarme.-

Él estaba al mando, así que no le quedaba otra.

Delfino ya estaba cediendo por su parte, por lo que Yadira no se atrevió a decir nada más.

...

Al día siguiente.

Cuando Yadira bajó las escaleras, solo Fidelio estaba durmiendo sentado en el sofá del salón y no había rastro de Delfino.

Yadira se acercó y le dio una palmada en el hombro a Fidelio, -¿No dormiste anoche?-

-No me fui a la cama hasta las tres de la madrugada. Cogí demasiado trabajo.- dijo Fidelio abriendo los ojos, luego volvió a cerrarlos y se recostó en el sofá para dormir.

-¿Dónde está tu primo?-

-No lo sé, se habrá ido ya...-

Yadira exhaló un suspiro de alivio cuando escuchó sus palabras.

Mejor que Delfino no estuviera allí.

Después de comer, se fue al Grupo Jimenez.

Tan pronto como llegó a la empresa, le dijeron que fuera a una reunión.

Originalmente era una reunión de altos cargos de la empresa, pero Henrico le nombró específicamente que fuera allí también, así que tuvo que seguirles.

Como Yadira había supuesto, los productos del Grupo Jimenez habían sido rechazados por los consumidores, las ventas se habían caído en picado y ya hubo socios que quisieron desinvertir.

De repente, alguien propuso, -Ahora en día, a la gente le encanta seguir la moda. Si le pedimos a las celebridades que promocionen los productos, definitivamente podremos salvar esta situación.-

-¿A quién podemos buscar?-

-Por ejemplo, Jaime Lobo. Es el actor más joven nominado por todos los premios de mejor actor en la industria del cine y la televisión. Tiene una gran cantidad de fans. Si puede ser el embajador de nuestros productos, ¡definitivamente podremos salir de la situación actual!-

Yadira levantó bruscamente la cabeza para mirar a la persona que lo propuso, luego frunció los labios burlonamente.

¡Pedirle a Jaime que fuera el embajador de los productos del Grupo Jimenez era todo un disparate!

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