Héroe Retrasado romance Capítulo 9

Era de noche. Era hora de dormir, pero Lin Yuzhen no podía cerrar los ojos. Estaba muy nerviosa. Aunque sentía que definitivamente había más gente buena que mala en el mundo, apenas conocía a Jiang Ning. Además, la información que tenían decía que Jiang Ning sufría de alguna enfermedad mental, ¿qué iba a hacer si de repente se descontrolaba?

Jiang Ning estaba acostado en el suelo y podía sentir la ansiedad en la respiración de Lin Yuzhen.

—No tienes que esconder unas tijeras debajo de tu almohada -dijo de repente-. No te preocupes y duerme. Buenas noches.

Jiang Ning fue el primero en cerrar los ojos. El corazón de Lin Yuzhen estalló y sacó su mano de debajo de la almohada. Se mordió suavemente el labio. ¿Cómo supo Jiang Ning que tenía unas tijeras ahí escondidas? «No me lastimará».

Por alguna razón, Lin Yuzhen estaba cada vez más segura de esto. Así que se relajó, cerró los ojos y se quedó dormida. La noche pasó sin contratiempos. Lin Yuzhen despertó a la mañana siguiente y había descansado bastante bien. Jiang Ning ya estaba desayunando cuando ella salió de la habitación. Era Sumei quién tenía los ojos rojos. Se notaba que no había dormido bien.

-Rápido, ven y come, mamá se despertó muy temprano para preparar el desayuno.

Jiang Ning realmente agarró confianza. Cuando Sumei vio que Lin Yuzhen iba hacia el baño, la siguió.

-Anoche, ¿quiso...?

-No pasó nada, mamá. -Lin Yuzhen se sonrojó-. Durmió en el suelo, no me tocó.

Después de decir eso, Lin Yuzhen se descubrió pensando en otro sentido. ¿Debería felicitar a Jiang Ning por ser tan caballeroso o acaso ella no era lo suficientemente encantadora? Era imposible, había sido la chica bonita desde joven. Si quemara todas las cartas de amor que había recibido, podría cocinar una olla llena de avena con ese fuego. Sumei se sintió aliviada de escuchar esto.

Esperaba en secreto un buen momento para separar a Lin Yuzhen y a Jiang Ning, para que pudieran vivir vidas separadas.

—Vamos, te llevaré al trabajo.

Cuando terminó con el desayuno, Jiang Ning quiso llevar a Lin Yuzhen al trabajo.

-No hay necesidad, iré yo sola. -Lin Yuzhen le aconsejó-: Mejor quédate en casa, afuera es peligroso.

¿Y si Lin Feng atacaba en secreto a Jiang Ning?

-No te preocupes, no se atrevería.

Jiang Ning frunció el ceño cuando vio a Lin Yuzhen sacar su motoneta. Con que una motoneta. Era la nieta de los Lin, pero su estilo de vida era muy austero.

-Entonces, gracias.

Lin Yuzhen se sintió mal por rechazarlo, así que dejó que Jiang Ning manejara la motoneta mientras ella iba a sus espaldas. Al menos de esta manera no tenía que soportar el aire frío en la cara. De alguna forma este sentimiento era un poco diferente.

En la entrada principal de las oficinas del Grupo Lin había más de cien empleados parados esperando a recibir a Lin Yuzhen. Se notaba el enojo y el desagrado en la cara de todos. Recibieron el aviso cerca de la 1 o 2 de la madrugada una noche antes de que tuvieran que presentarse en la oficina una hora más temprano para recibir a Lin Yuzhen. ¿Por qué lo tenían que hacer de esta manera? En especial después de que habían escuchado algunos rumores sobre que Lin Yuzhen se acostaba con el infame director Huang y se lo restregaba al Grupo Lin. Sin importar que la compañía pudiera enfrentar pérdidas severas, hasta decidió obstinadamente que no ¡ría al trabajo porque no quería.

Hasta el director Lin Qiang, su tío, le tuvo que rogar para que volviera al trabajo. ¡Esto era demasiado! ¿Cómo podía alguien ser así? El enojo de los empleados iba de aquí a la luna. Lin Qiang se paró al frente y sintió su molestia. Era el justo el efecto que quería. No podía creer que Lin Yuzhen aún pudiera quedarse en el Grupo Lin después de ofender a sus colegas. Una vez que hubiera firmado el contrato, definitivamente se iría en silencio.

-¿Le llamaste al director Huang? -preguntó Lin Qiang.

-Sí. Cuando dije que Lin Yuzhen estaría aquí, dijo que vendría personalmente.

Lin Feng estaba lleno de envidia. Cuando fue a firmar el contrato, no tenía derecho ni si quiera de ver al director Huang. Pero ahora que Lin Yuzhen era quien los representaba, el director Huang iba a hacer una visita a la compañía. Con que esta zorra tenía sus trucos. Esto estaba aún mejor, iba a hacer que toda la compañía supiera la verdad sobre Lin Yuzhen.

Jiang Ning estaba manejando la motoneta y como pasajero, Lin Yuzhen no tenía dónde poner las manos así que solo podía agarrarse suavemente de la ropa de Jiang Ning.

-No esperaba esto.

Desde lejos, Jiang Ning se dio cuenta de que Lin Qiang había traído a un gran grupo de empleados para que se pararan en la entrada junto a él, y puso una expresión de desagrado en su rostro. Este Lin Qiang de verdad no sabía lo que le convenía.

Lin Yuzhen se bajó y de inmediato se sorprendió por lo que veía. ¿No se suponía que sólo la esperaría Lin Qiang? ¿Qué hacía toda la empresa ahí afuera? De pronto se sintió claustrofobia.

-¡Bienvenida, señorita Lin!

Lin Feng lanzó una mirada a su secretaria y ella exclamó esto. Enseguida, todos los empleados repitieron al unísono. Lin Yuzhen pudo percibir claramente que sus voces estaban llenas de enojo, odio y desagrado e inclusive desdén. Claro, después de haber estado parado en el frío por un rato, cualquiera se molestaría. No esperaba que Lin Qiang organizara tanta cosa.

—¿Estás contenta, Yuzhen?

Lin Qiang era todo sonrisas, pero sus palabras le sonaban falsas. Era como si Lin Yuzhen fuera quien lo hubiese obligado a hacer todo esto y que no tuvieron otra opción más que obedecer. Su cara se empezó a sonrojar y se sintió atrapada pero no sabía cómo expresarlo. No tenía sentido explicarlo, ¿o sí? La mirada en los ojos de los empleados era como si estuvieran a punto de asesinarla.

-Supongo que estoy bastante contenta.

Por otro lado, Jiang Ning asintió la cabeza y volteó a ver a Lin Qiang y tranquilamente dijo:

—Lo hiciste muy bien. —Estas palabras hicieron que Lin Qiang empezara a sacar flamas por los ojos. ¿Qué quería decir Jiang Ning con eso? Como si estuviera felicitando a un perro. Quería decir algo más, pero Jiang Ning lo ignoró y trajo a Lin Yuzhen a la oficina.

-¿Quién se cree que es? ¡De verdad cree que es la gran cosa!

—Es tan arrogante, con razón Lin Yuzhen también es así de arrogante. ¿No es él el yerno adoptado?

-He escuchado que era un vagabundo y que tiene una enfermedad mental. Esa Lin Yuzhen tiene tremendo gusto en hombres.

Todos los empleados empezaron a susurrar entre ellos. Y se enfurecieron aún más. Al principio no creían que Lin Yuzhen en realidad fuera así, ya que muchos de ellos habían trabajado con ella. Pero ahora que el inútil de su esposo era igual de arrogante y hasta se atrevió a burlarse de Lin Qiang, de seguro Lin Yuzhen era aún más irrazonable, ¿no? Pareciera que fingía todo el tiempo. ¡Qué hipócrita!

Lin Yuzhen empezó a llorar. No era sorda. Las voces no eran muy altas, pero aun así llegaron a sus oídos. Sintió que esto no era justo, porque ella no había hecho ninguna de esas cosas.

—No te preocupes por lo que otros piensan —dijo amablemente Jiang Ning—. Las personas que no son tan buenas como tú son las que intentarán destruirte, ¿entendido?

Lin Yuzhen volteó a ver a Jiang Ning asombrada, luego sonrió. Lin Qiang le había acomodado una nueva oficina. Tenía todo el espacio para ella misma, era más grande y lujosa que su oficina anterior. Esto hizo que los empleados se molestaran más. Lin Yuzhen quería rechazar la oficina nueva, pero Jiang Ning abrió la puerta y se fue sin cuidado. Para él, era una lástima que su esposa tuviera que hacer uso de una oficina como esa.

-Papá, creo que todos en la compañía odian a Lin Yuzhen. -Lin Feng se regocijó de pensarlo—. ¡Y a ese lunático!

Lin Qiang se rio fríamente. Conocía muchas maneras de lidiar con personas como él. Se trataba tan sólo de Lin Yuzhen, ni siquiera tenía que pensarlo mucho.

—¿Ya llegó el director Huang?

-Debería estar llegando pronto -asintió Lin Qiang.

—Después vamos a exponer quién es en realidad Lin Yuzhen. ¿Crees que el loco de Jiang Ning enloquezca y mate a golpes al director Huang cuando se entere de que su esposa ya fue tocada por él?

Había un dejo de alegría en las caras de padre e hijo.

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