El Prohibido Amor de un CEO romance Capítulo 65

Emily lentamente abrió los ojos y recorrió con gran atención la habitación donde estaba.

Parecía que había soñado que Edward la llamaba y ella que solamente estaba dormitaba, había escuchado su mensaje para poder darse prisa e ir con él a Golden Osmanthus...

Una mano grande y cálida la sobresaltó y entonces ella salió de su ensoñación.

Edward dormía a su lado, llevaba playera blanca y un short de pijama, mientras que ella aún vestía su pijama con la que había llegado, solo se había quitado su gran abrigo.

Emily lo observó y aunque dormía aparentemente tranquilo, fruncía el ceño como si tuviera dolor o tuviera una pesadilla.

Le acarició con delicadeza y amor su frente para poder evitar que siguiera frunciendo el ceño.

Edward suspiró y se relajó, su respiración se volvió más tranquila.

A ella le encantaba verlo dormir, parecía más humano, más vulnerable, lo sentía más cálido y cercano.

Ayer por la noche, la había cargado para llevarla a la cama, ella se dejó guiar sin protestar.

Edward entró rápido al baño a darse una ducha, se aseó y con su pijama se recostó al lado de ella, para buscar refugio en sus brazos.

Emily le acarició el cabello y la espalda como si estuviera consolando a un niño pequeño que estaba muy triste.

"Debe haber tenido un día muy malo para estar así..."

"Aunque aún no se porque no está Shirley ocupando mi lugar..."

"Tal vez ella está indispuesta por el bebé.."

Emily sacaba mil conjeturas a la vez que despacio dejaba la mano de Edward en una almohada para que ella fuera a darse un duchazo y arreglarse para el trabajo.

Un mensaje iluminó su pantalla, ella lo miró y pensó que era muy conveniente lo que decía.

Contestó y rápido se alistó.

"Es bueno tener ropa aquí, pero pronto deberé llevarmela."

"No quiero causarle problemas innecesarios con su prometida."

Pensó Emily mientras se ponía doble ropa y guardaba alguna otra en una bolsa grande de plástico que encontró en la cocina.

Salió al pasillo y esperó en la puerta del departamento a diseñar.

El equipo de tres personas designado de Edward llegó al departamento.

Emily salió con sus materiales de trabajo.

La líder del equipo, una mujer, alta, elegante, cabello largo café que caía sublime detrás de sus hombros, vestida muy profesional con traje sastre de falda a dos piezas la saludó con amabilidad y una sonrisa que contrataba con su actitud fuerte.

"Señorita Emily, soy la líder de este grupo, me llamo Johana y juntas trabajaremos para terminar cuánto antes este proyecto para el señor Situ."

Johana le extendió la mano para saludarla.

Emily la saludó observando su maquillaje impecable.

Envidió un poco su cabello, liso, largo, brillante.

"Señorita Johana es muy simple, solo debemos ceñirnos a las especificaciones del Señor Situ."

"Tengo aquí los nombres de las tiendas de preferencia para comprar muebles y comenzar."

"Si ustedes se encargan desde este día, podría terminar para el martes."

Comentó Emily observando a los chicos detrás de Johana.

Un chico de unos veinte años, fuerte y serio con lentes negros y otro joven de una edad indeterminada que la veían fijamente y parecía que trataba de leerle la mente.

"Nos pondremos a trabajar de inmediato."

"Mark y Ron se encargarán de la logística y acomodo de muebles,."

"Al finalizar el día esperamos poder terminar la habitación del bebé."

"El señor Situ le ha dado prioridad a esa alcoba."

Señaló Johana.

Con un tronido de dedos, Mark y Ron tomaron las medias y diseños aprobados de manos de Emily.

Abrieron el departamento para comenzar a trabajar.

Celular en mano, Johana se despidió de Emily antes de cerrar la puerta.

Edward en ese momento salió del departamento y se dirigió a Emily.

"Porque no me despertaste?"

Preguntó Edward abrazándola por detrás.

Emily agradeció que los chicos no la vieran con él y lo arrastró al departamento.

"Perdona, parecías tan cansado y yo debo irme."

"Debo apurar mi trabajo en la casa estudio del grupo de K-pop."

"Además el equipo que mandaste acaba de llegar para trabajar en la habitación del bebé."

Comentó Emily deshaciendose de su abrazo y sentandolo en el sillón.

Fue a la cocina y comenzó a prepararle un té.

Edward por su parte se estiró y se puso a fumar mucho más relajado que anoche.

"No es bueno que fumes tan temprano, por favor toma tu té."

"Debo irme, que tengas un buen día..."

"Edward antes de irme quisiera que consideraras un plan de pagos para poder liquidarte el costo de la operación de mi padre."

"Por favor."

Rogó Emily en voz baja.

Edward no la miró y ella al ver qué no decía nada, salió del departamento y se fue a trabajar.

Edward pensaba mil cosas y después de terminar su té se alistó para ir al trabajo.

Joseph Situ miraba por la ventana a las flores únicas de su jardín.

La nostalgia, irá, frustración y soledad lo envolvían tan fuerte desde hacía tantos años que poco a poco fue perdiendo la capacidad de amar a otros o mostrar compasión.

Simplemente vivía para poder generar más y más riqueza.

Él quería acumular más y más dinero y propiedades.

Dinero vacío y frío que en un pasado remoto necesitó para poder tener al amor de su vida y que por culpa del dinero lo había perdido.

Detestaba ver a Edward, se parecía tanto a ella, algunas expresiones eran como las de ella y dolía tanto.

En sus infinitas noches en vela, evocaba las palabras de ella y su compañía.

Joseph se  prometió que si él era infeliz, su hijo también lo sería.

Esta vida no era bella, ni hermosa ni existían los finales felices donde las parejas enamoradas se casaban, tenían hijos y vivían una larga y bella vida.

Por eso, aunque la abuela Situ tenía razón en que Joseph menos que nadie debería obligar a Edward a casarse por conveniencia, se decía que era lo mejor para todos.

A Joseph tampoco le había agradado Lucy, pero el negocio que propuso junto con uno de sus tíos fue muy lucrativo.

Y más cuando tanto el tío como Lucy desaparecieron misteriosamente.

Tomando su vaso de fino whiskey, Joseph lo bebió de golpe, lo observó un momento y después lo arrojó por la ventana.

Llamó al ama de llaves y ordenó que podaran las flores, ya no quería verlas nunca más.

Quería matar de una vez y para siempre ese pequeño recuerdo doloroso de una bella niña que le encantaban esas flores.

"Quemenlas todas, no quiero más esas flores en esta casa, que planten arbustos espinosos."

Ordenó Joseph mientras salía a su empresa.

"Leng, seguimos en el compromiso con tu hija, así tenga que ponerle una pistola en la cabeza a ese idiota hijo mío este matrimonio se llevará a cabo este fin de semana."

"No tolerare más indisciplina."

Dijo por el celular al padre de Shirley, ambos señores sonrieron al colgar el teléfono.

Para ellos, tener hijo e hija era de mucha ayuda y beneficio para poder obtener más poder y alianzas.

El amor en los negocios no existe.

Solo existen ganadores y perdedores, ganancias y perdidas.

Y ellos que ya eran viejos, querían solamente ganar a como diera lugar.

"Hija mía, prepararte."

"Este fin de semana te casarás con ese muchachito y espero que puedas amarrarlo lo más rápido posible con un hijo."

"Las acciones de su compañía serán nuestras y después podremos ejercer presión con el bebé para que su abuela nos dé ese título de nobleza."

Padre e hija tenían sus propios planes y está vez, Shirley sería más cuidadosa.

Había mandado pedir una droga que le habían comentado que era buena para que la gente fuera dócil y obedeciera...

Aunque nadie quiso creerle, más que la abuela Situ, Shirley investigó arduamente si Lucy seguía viva o no.

Hoy por la tarde le darían más resultados de esa búsqueda.

Al parecer, alguien con su justa descripción había abierto una pequeña e insignificante compañía en otro lado.

Y de pronto se posicionó entre las mejores gracias a su joven directora ejecutiva.

"Veremos quién es la perra ahora Lucy, me las pagarás por lo de Hassel."

Pensó Shirley mientras salía de su villa para ir a su sesión de Spa.

Emily llegó temprano a la casa del proyecto de K-pop, por lo que pudo recibir al camión con muebles y materiales para la casa.

La puerta trasera del camión se abrió y ella exclamó algo asustada.

"Dániel!"

"Que haces ahí?"

Dániel saltó con suma facilidad y como no había nadie cerca de ellos más que el chófer y dos de sus ayudantes que bajaban con extrema precaución los finos muebles la abrazó para llevarla dentro de la casa.

"Sorprendida?"

Fue lo único que dijo antes de cargarla un poco para poder besarla a su gusto.

Emily quiso protestar pero Dániel la sostenía fuerte, sus besos la relajaba, siempre cuidadoso, con amor, afecto.

La hacía soñar con color rosa, dulces, globos, flores y pasteles de fresas.

"Dios...como quería hacer eso."

Comentó Dániel viéndola a los ojos y sonriéndole.

Tuvieron que separarse porque se escucharon voces del equipo que entraba y se ponían a trabajar.

Para felicidad de Dániel, Cinthia no iría a trabajar nunca más en esa casa.

El repartidor llegó con el desayuno, por lo que Emily reunió a todos para que comieran.

La niña firmó el papel y el repartidor se fue.

"Espero que este arreglo acabe cuando esté lista la casa."

Pensó Emily.

Flora y Ryan observaban el cheque en la mesa.

Era una suma importante de dinero.

"Flora...debemos devolverlo o..."

Preguntó Ryan con indecisión.

"Por ahora dejémoslo en la caja fuerte."

"Debemos revisar que todo vaya bien para la boda."

"Iré por tu mamá al aeropuerto con el chófer, solo vendrá ella?"

Preguntó Flora.

"Si, solo ella."

"Pero no descarto que mi padre tal vez pueda venir."

Comentó Ryan con tristeza.

Su padre no había estado de acuerdo en que Ryan regresara a la ciudad  dejando de lado el prestigioso bufete de abogados por una chica problemática.

Pero su madre se había mostrado más comprensiva y lo había apoyado en todas sus decisiones.

Aunque les había dicho que se casaba con otra chica, seguía siendo de la familia Mu.

Las noticias de lo que Edward les había hecho incluso llegaron al extranjero.

"Le encantaras a mi mamá."

"Ella es muy linda y comprensiva."

Comentó Ryan al ver qué Flora estaba perdida en sus pensamientos.

"Espero caerle bien a mi suegra."

Flora respiró para calmar sus nervios y de repente comenzó a salivar.

"No, no, por favor bebé hoy no."

Pensó la chica, pero fue imposible de soportar.

Flora corrió al baño y vómito el jugo de zanahoria que acababa de tomar.

Ryan la consolaba sin rastro de asco alguno.

Le dió un vaso con agua a su prometida y secó sus lágrimas.

"Ojalá pasara pronto está etapa, no puedo comer casi nada!"

Protestó Flora tranquilizandose.

"Bebé, no tortures tanto a mamá, se bueno con ella."

Rogó amorosamente Ryan agachandose ante el vientre de Flora.

Ella sonrió de felicidad ante ese gesto.

"Bebé...te amamos papá y mamá."

Habló Ryan antes de besar a Flora tiernamente.

Ambos de fundieron en un abrazo amoroso.

Fue uno de los momentos que se grabaron más en la mente de Flora.

Ese momento de felicidad que recordaría con sentimientos mezclados años después.

Los diseños y muebles tomaban forma en la casa del grupo de K-pop y los avances era gigantescos.

Tanto así que se vislumbraba la posibilidad real de terminar el proyecto mucho antes de la llegada de las chicas del grupo para su concierto próximo en esa ciudad.

"Señorita Emily Mu."

Dijo el repartidor cuando llevó la comida de nuevo.

Todos dejaron sus labores para irse a comer.

Algunos salieron a un restaurante a descansar.

Emily y Dániel se sentaron a comer en la comoda mesa del jardín disfrutando de la calidad brisa y la vegetación.

"Emily, mañana se casan tu hermano y Ryan?"

Preguntó Dániel.

"Si Dániel, por cierto podrías ser mi pareja?"

"De verdad quiero que me acompañes en este evento."

Pidió Emily poniendo sus manos en las manos de Dániel.

"Aunque no me hubieras invitado yo hubiera ido de todos modos, Ryan me envió una invitación, mira."

Dániel le enseñó la invitación, Emily sonrió.

Dániel entrelazó su mano con la de ella y Emily sintió un profundo...

Amor?

Era muy pronto para eso.

Cariño?

Tal vez si.

Comprensión y ternura? Definitivamente.

Shirley entró arrogante a la oficina de Edward sin tocar.

Elaine detrás trataba de razonar con ella pero Shirley le gritó que se fuera.

"Que haces aquí Shirley?"

Preguntó Edward molesto poniéndose de pie.

"Querido, solo vine a decirte que este domingo nos casaremos."

"Está vez nadie detendrá nuestra unión, nuestros padres ya lo decidieron y sera lo mejor."

"Esta vez mi siquiera el fantasma de tu Lucy aparecerá en la boda."

"Yo seré la señora Situ y tendré a tus hijos."

Declaró Shirley.

Edward solo registro la palabra "Lucy."

"De que carajos hablas Shirley?"

"Lucy está muerta, su auto estaba en..."

Preguntó Edward poniéndose frente a ella.

"Tonterías!"

"Déjate de estupideces!"

"Se que tú también la haz visto!"

"Ella te abandonó, ella no quiso quedarse contigo más y te hizo creer que le había pasado un accidente."

"Piénsalo!"

"Usa ese cerebro tuyo para otra cosa que no sean negocios y números Edward!"

Gritó Shirley enojada hacia Edward.

"Comprendelo."

"No se te hace raro que tú padre haya ido en búsqueda de los Mu antes de que Lucy desapareciera?"

"No te parece coincidencia que ella desapareció tan fácil si era la más aguerrida en los negocios?"

"Ella no era fácil de intimidar y amedrentar sin embargo no quiso pelear por tu amor."

"Ella se fue con otro, estoy segura."

Una bofetada sonó en la oficina.

Edward no sabía cómo su mano había golpeado a Shirley.

La boca de Shirley comenzó a sangrar de una esquina y ella con su lengua probó el sabor metálico de su sangre.

"Bastardo."

"Pero tendré lo que merezco y con creces."

"Por cierto sabías que tú zorrita Lucy me tendió una trampa para poder vengarse cuando supo que me iba a casar contigo?"

Comentó Shirley sarcástica mientras abria la puerta.

Uno de sus guardaespaldas entró y se puso en medio de Edward y ella.

"Afrontalo, ella te dejó cuando vió que nunca iba a casarse contigo."

"Después de que tú padre obtuvo lo que quiso de ella."

"Ups!"

Dijo Shilrley haciéndose la sorprendida por lo que acababa de decir.

"A qué te refieres con eso?"

"Que obtuvo mi padre  de ella?"

"HABLA!"

Gritó Edward.

"Será mejor que le preguntes a tu padre, porque se que no me creeras si te lo digo...."

"Además fue en mi beneficio que ella desapareciera."

"Pero ahora quiere regresar."

"Tal vez ya se le acabó el dinero del sugar daddy con el que desapareció!"

Con una loca risa, Shirley salió de la oficina de Edward dejándolo frío.

"Esta viva?"

"Lucy está viva?"

"Me dejó por dinero?"

"Tuvo tratos con mi padre?"

Edward comenzó a hiperventilar.

Las últimas palabras de Shirley lo impactaron demasiado!

Su Lucy, pura, intachable, su amiga, confidente, compañera, amiga, amante...

Lo había abandonado por otro por dinero al no poderse casar con él!

Y lo peor!

Su padre había obtenido algo de ella!

La habitación comenzó a darle vueltas a Edward.

Un dolor agudo en su pecho y brazo izquierdo se extendió por su cuerpo.

Un Edward tembloroso y sudando frío se apoyó en la puerta antes de poder abrirla.

Elaine estaba afuera y se espantó cuando vió que la puerta se abrió y la mano de Edward estaba en el suelo.

"Una ambulancia rápido!"

Gritó por teléfono y corrió a atender a  Edward.

"Jefe, jefe!"

"No me espanté!"

"Jefe!"

"Reaccione!"

El equipo de primeros auxilios llegó antes que la ambulancia y trasladaron a Edward lo más pronto posible al hospital.

Su abuela y estaba ahí junto con Elizabeth y Carl.

Todos lo observaron pálido, casi sin pulso.

Las mujeres lloraron.

Carl las abrazaba y una ligera sonrisa malvada pasó rápido por su cara, pero la borró enseguida.

"Vamos, esperemos el informe del doctor adentro."

Comentó Carl ayudando a la abuela.

Edward se debilitaba más y más.

Caía en un estado de inconsciencia profunda de la cual parecía no querer despertar.

Carl fingió una emergencia en la empresa y se retiró sin prisas.

"Es momento, sabes dónde está John."

"Sten y Lía no están ahora."

"Alguien les avisó que Edward se moría y vienen para acá..."

"Que no quede nadie con vida."

Ordenó Carl.

La persona del otro lado de la línea colgó.

Carl subió a su auto, Lucy estaba ahí.

"Shirley fue a verlo, le dijo que le tendí una trampa y que lo abandoné por un sugar Daddy."

"Ahora eres mi Sugar Daddy."

Comentó en broma Lucy.

"Si fallece Edward es bueno."

"Pero nos beneficiaría más cuando se fusionen las empresas de los Leng con las nuestras."

Analizó Carl.

"Será mejor que siga vivo por ahora."

"Cuando se vayan la abuela y Elizabeth entraras disfrazada de enfermera, le hablaras y lo traeras de vuelta."

Ordenó Carl antes de besarla con pasión.

"Hace mucho que no me llevas a una suite..."

Comentó coquetamente Lucy.

Carl sonrió acariciandole su bello y malvado rostro.

"Llévanos al mejor hotel."

El chófer encendió el lujoso Maybach y los ocupantes de la parte trasera del auto se comían a besos, ansiosos de poder tener una buena tarde de pasión.

La abuela miraba el reloj impaciente.

"Ya debería estar aquí."

Pensó.

Tim llegó seguido de Emily.

Emily vió el semblante de la abuela y se preocupó.

"Abuela que sucede?"

"Que pasó?"

Preguntó Emily nerviosa.

"Niña..."

"Edward...sufrió un paro cardíaco!"

"Lo están resucitando ahora."

La voz de la abuela temblaba.

Elizabeth miró a Emily y no supo que hacía ella ahí ni quién era, pero al menos no era Shirley.

"Que?"

"Como puede ser posible?"

"No.."

Balbuceó Emily.

Apenas en la mañana lo había dejado en su departamento, sano y bien!

El corazón de la niña latió con miedo.

Ella y la abuela se abrazaron con tristeza absoluta.

***By Liliana Situ***

Valoro mucho tu opinión.

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