El Prohibido Amor de un CEO romance Capítulo 187

No hubo otra noticia más importante ese día que la nota del corazón, del espectáculo e incluso del mundo de los negocios que las declaraciones del CEO Edward Situ declarando su amor por Lorelay, la actual CEO de Empresas Situ.

Nadie podía creer que el antes duro, frío y calculador hombre de negocios Edward Situ diera semejantes declaraciones aludiendo a un evento de pasado que lo involucraba.

Incluso había pedido disculpas por ello!

Los reporteros preguntaban mil cosas cuando Edward y Lorelay salían de ese hotel con las manos enlazadas.

Ellos dos pasaron la madrugada borrando un recuerdo doloroso para reescribirlo como uno amoroso, donde la violencia había sido sustituida por el deseo y la esperanza.

"Son una pareja tan romántica!"

"Ustedes nos inspiran tanto amor!"

"Lorelay tienes tanta suerte al tener un novio tan guapo y amoroso como Edward!"

Las mujeres que se reunieron a las puertas del hotel les gritaban frases como esas cuando los vieron salir.

Algunas de esas frases llegaron a oídos de Lorelay.

Algunas mujeres incluso fantasearon con la idea de que ellas eran las elegidas por algún CEO millonario, poderoso y guapo para amarlas.

A ellas no les importaba que algunas veces ese CEO fuera distante o demasiado mandon sincera igual de romántico que Edward con Lorelay.

Lo que esas chicas no sabían era todo lo que Lorelay padeció y atravesó hace tantos años para llegar a este momento.

La pareja de enamorados  desapareció dentro del auto donde Thomas los espera para llevarlos a la villa de Edward donde toda la familia los aguarda para celebrar de nuevo.

"Estás seguro que esto era necesario Edward?"

Cuestiona Lorelay.

"Absolutamente."

Responde Edward en el acto.

"Cuando desapareciste, todos los años rentaba esa habitación en la fecha exacta de ese fatídico día que te perdí."

"Estando solo en esa habitación vacía me recordaba lo hijo de puta que fuí contigo."

"Estando solo en esa habitación fría, pensaba todo lo que cambiaría si te encontrara con vida."

"Sin importar que estuvieras casada, con hijos o que no me quisieras ver nunca más."

Edward abraza más a su bella chica.

"Y da la casualidad que ayer fue el día preciso cuando, hace tantos años atrás, fui el peor bastardo del mundo al obligar a una linda e inocente chica a pagar un precio muy elevado por algo que ella ni siquiera había hecho."

Lorelay esta profundamente conmovida por las palabras de Edward, pues ese día marcó un antes y después en su vida.

Cuando ella estuvo separada de Edward en Dinamarca con su abuela Freda después de que Dániel y Johana la rescataran, esa fecha en específico, Lorelay se encerraba en su habitación a llorar todo lo que no se permitia llorar en otras fechas, como el día de de la boda falsa.

Pero ahora Lorelay se permitía expresar libremente su amor por Edward besándolo lenta sentada a horcajadas sobre Edward.

El auto llegó rápido a la villa, la familia los felicitó pues estaban en todos los canales de noticias y en todas los programas de chismes.

David se acerca con expresión seria a Edward para estrechar su mano.

Mirandolo fijamente ese apretón de manos borra todo mal recuerdo de ese día hace años.

"Ven acá mi nieto, dime que usaste el elixir."

Llama la abuela Freda a Edward.

"Si abuela, lo hice en el tiempo que especificaste."

Responde Edward.

"Muy bien."

"Ahora solo queda esperar."

"Pero si lo hiciste conforme a mis indicaciones ella pronto estará embarazada por fin!"

La abuela abraza fuerte a Edward.

Tanto que Edward mismo se sorprende por la fuerza de la abuela a su edad...

La abuela Freda acaricia la mejilla de su nieto mientras lo mira con amor, porque se siente orgullosa de él.

Edward ahora es un mejor hombre.

Bruce abraza fuertemente a su cuñado, dándole un golpe juguetonamente en el hombro le demuestra afecto masculino.

Elizabeth felicita a su hermano ante la mirada atenta de Bruce.

Lorelay aleja a Bruce para que los hermanos se abracen en paz.

Carolina felicita a Lorelay mientras Paul felicita a Edward, aunque la verdad es que le está preguntando si siguen con el plan para proponérselo a Lorelay.

"Por supuesto."

"Todo el mundo cooperará Paul."

Responde Edward.

"Cuando te volviste tan cursi y suave Edward?"

Pregunta Paul, pues ambos saben que ninguno de los dos en el pasado fue romántico con sus mujeres.

Con ninguna.

Ni siquiera con Lucy tenía ideas románticas pues le iba a proponer matrimonio en un restaurante vacío, con ellos dos como únicos comensales.

"Creo que cambié en el momento que ella regresó a mi."

"Aunque  podría preguntarte lo mismo Paul."

Contraataca Edward.

"Tu nunca habías estado atado a ninguna mujer..."

"Y ninguna mujer antes podía darte ordenes."

Edward de burla abiertamente de Paul.

"Y si ella cometía ese error te encargabas de señalarle que ella era un accesorio o un pasatiempo para ti."

Paul mira a Carolina riendo y charlando feliz con Lorelay.

"Edward, nuestras mujeres serán nuestra perdición!"

"Casi puedo verme con un mandil rosa en la cocina preparando panquecitos para los niños, jugo de naranja para mi amada Carolina y atendiendo el hogar."

Edward y Paul rien por esa frase.

Edward se imaginó a Paul usando lápiz labial rojo en su horrorosa boca y usando sandalias de peluche rosado.

Eso fue lo mas cómico que jamás haya imaginado!

"Pasemos al comedor ya!"

Pide la abuela Situ quien sigue hablando con Lorelay acerca del título que aun falta por encontrar.

Además de preguntarle como se siente y otras cosas privadas.

Las pequeñas Elise y Elisbeth correteaban por todas partes,

Sus alegres risas contagian a todos de felicidad.

La comida se lleva a cabo con tranquilidad.

"Iré muy pronto a verlos Ryan, recuerda que Lía te entrenará al igual que Flora."

"Pongan todo su esfuerzo!"

Se despide efusivamente Lorelay de su cuñado y hermana.

"Lo haremos Lorelay, lo haremos!"

Todos se despiden de la familia Niam-Mu cuando la camioneta manejada por Ryan parte para su villa.

Un auto con guardaespaldas de Edward escolta en todo momento a la familia al aeropuerto.

"Son tan lindas la nenas!"

"Ya quiero tener a mis bebés conmigo!"

"Estoy ansioso también por verlos caminar ya!"

Bruce y Elizabeth exclaman soñadoramente mientras piensas en sus futuros hijos.

Maggie y James regresaron a la casa estudio para atender a los clientes  para después descansar.

Las abuelas junto con Tim fueron a verificar los avances de la reconstrucción en la villa Situ.

Bruce y Elizabeth fueron al centro comercial para ver mobiliario para los bebés, algo que no emociona a Bruce, pero que volvió loca de emoción a Elizabeth.

Lorelay al sentirse cansada pide a Teresse que se encargue de sus pendientes, sin embargo Edward dijo que ira a la empresa para tener todo bajo control, pues es lo que siempre ha hecho.

Además necesita hablar con su vicepresidente.

Una llamada en el celular de Edward junto con miles de notificaciones lo devuelve a su antigua vida como CEO, por lo que deja a su amada Lorelay descansando en su habitación compartida para que siga recuperándose.

"Se ven tan felices juntos!"

Dániel y Johana se enteran también de las noticias románticas de Edward y Lorelay.

Los dos sonrieron cuando pudieron constatar que Lorelay esta mejor y Edward está muy cambiado.

"Tienes que probar estos bocadillos de pescado Dániel, son absolutamente deliciosos!"

Grita extasiada Johana después de ver las noticias.

"Ya probé demasiadas cosas!"

"No puedo probar nada más!"

Se queja Dániel sintiéndose satisfecho.

"Vamos mi amor, no siempre estaremos en Japón!"

Suplica amorosamente Johana.

La ciudad de Tokio acoge a los recién casados dentro de su estilo  cosmopolita y alta tecnología.

Los recién casados quedaron fascinados con la tecnología de los baños, de los hoteles, de los anuncios y escaparates.

Además sus edificios son tan modernos y eficientes!

"En verdad que esta ciudad es maravillosa Dániel!"

"Como me gustaría vivir aquí!"

Johana exclama como niña pequeña antes de tomarse una selfie más.

Los dos rien mientras caminan por todos lados.

"En verdad te gustaría vivir aquí Johana?"

Cuestiona Dániel

"Si!"

"Estaría tan fascinada todos los días!"

"Hay algunas casas de estilo antiguo en las afueras de Osaka o tal vez en Kyoto."

"Todo Japón me tiene embelesada pro su cultura, la limpieza de sus calles, de sus ciudades, todo me encanta!"

Dániel mira la cara feliz de su esposa mientras habla, llevándolo cuesta arriba de una colina para mirar el espectacular monte Fuji.

Los árboles de cerezo florecen hermosamente.

Las canaletas de desague de las calles  lejos del ajetreo de las ciudades son hogar de peces Koi de mil colores.

La gente japonesa respetuosa.

Todo emociona a Johana quien se enamora más de esa ciudad.

"Podemos irnos ya al hotel?"

"Estoy muerto!"

Se queja Dániel en verdad cansado.

"De acuerdo."

"Pero prométeme que regresaremos pronto."

"No me canso de caminar por las calles de Tokyo!"

Exclama Johana.

"Lo prometo mi amor, pero ahora quiero darme un baño relajante en esa tina tan moderna y sería maravilloso si me acompañas."

Declara lujuriosa mente Dániel.

"Sera un honor esposo mío."

El ascensor les parece lento para subir mientras se besan con pasión.

La tarjeta electrónica no coincide con la ranura porque ninguno de los dos deja de besarse.

Cuando por fin entran a su habitación, las prendas vuelan fuera de sus cuerpos.

Desnudos, los dos entran a la enorme tina que parece siempre lista para usarse.

Fue bueno que programaran en el sonido ambiente desde música típica de Japón para dejarse envolver por la cultura tradicional.

Esa música acompaña a los amantes mientras sus cuerpos se contorsionan, flexionan y se entregan por completo, sin recato ni prisas.

Sudando juntos en la cálida tina, jadeando y con mil sensaciones deliciosas recorriendolos desde los pies a la cabeza, los dos adoran hacerse el amor.

"Te amo...."

"Te aaammmoooo!"

Gimen mientras el orgasmo comiemza pequeño, pero después los arrasa con tal fuerza que el corazón casi está a punto de detenerseles.

El cansancio quedó en el olvido, sustituido por el delicioso agotamiento del orgasmo compartido con el ser amado.

Descansando en su cama Johana habla de bebes con Dániel.

"Mi amor, alguna vez te gustaría tener hijos?"

Cuestiona en un susurró Johana.

"Por supuesto que quiero tener bebés mi amor!"

"Nunca tuve hermanos, por lo que me gustaría que tuviéramos un par de hijos."

"Tal vez tres pequeños."

Declara Dániel con los ojos cerrados.

"Pero tu estarías de acuerdo Johana?"

Cuestiona el chico a su amada.

"Claro que sí."

"También anhelo tener un par de preciosos bebés!"

"Te gustaría que fuera primero una niña o un niño?"

Cuestiona la chica con ilusión.

"No importa eso, lo que importa es que nazca sano."

"Si es niña, será una hermosa versión pequeña tuya."

"Si es niño le enseñaré muchas cosas."

"A nuestros niños les enseñaremos a ser felices y cuidar de nuestros negocios."

"Además, serán entrenados, no podemos dejarlos sin protección."

Declara severo Dániel.

"Estoy totalmente de acuerdo contigo Dániel, totalmente de acuerdo."

Susurra Johana luchando por no ceder al sueño, pero Morfeo los reclamó.

Johana sueña con su vientre redondo por su embarazo mientras Dániel besa su estómago con amor.

Dániel sueña que varios guerreros luchan contra él en una guerra antigua en la cual no tuvo la posibilidad de defender a su amada Johana y su hija recién nacida.

Ese sueño causó una sensación de molestia en Dániel cuando despertó sobresaltado de la cama pues el sueño fue muy real.

Su esposa seguía durmiendo cuando Dániel salió al balcón de la habitación para tranquilizarse, pues el sueño le había pareció tan vívido que casi sentía su angustia y tristeza al ver a su esposa e hija en el suelo.

Muertas.

Daniel suspira  porque sabe que es un sueño al fin y al cabo, pero se promete firmemente que siempre protegerá a su esposa sin importar lo que pase en el futuro.

En la ciudad, el edificio de la empresa de diseño esta casi listo para volver a ser inaugurado, por lo que solo se esperan que Johana regrese de su luna de miel para que junto con James lo inauguren.

La selección y contratación de nuevo personal fue realizado con extremo cuidado.

Se reforzaron las medidas de seguridad así como se colocaron más extintores para evitar que un nuevo siniestro derribara el edificio.

Edward, Teresse y Tommy inspeccionaron el edificio y personal a detalle.

Puede que el cuerpo de Tommy esté en ese momento caminando junto con ellos, pero la verdad es que su mente está concentrada en su bebé y en cunitas,

ropita,

cochecitos para bebés,

ositos de peluche,

biberones,

frazadas con dibujos de animalitos y mil cosas más.

Pero lo que mas lo derrite son todas las cositas tiernas y rosa para nenas.

Mientras ellos siguen inspeccionando el edificio completo, Carolina cuestiona a Paul.

"Estas seguro que tenemos que hacer esto?"

Bruce asiente antes de pedir.

"Carolina, dame gusto por favor, solo quiero verte, podrías complacerme?"

Ruega Paul con las palmas juntas.

"No tienes idea de lo molesta que estoy por esto..."

Declara con cara de pocos amigos Carolina.

"No veo porque si estás hermosísima!"

Los dos están en una tienda de vestidos de novia en la cual Carolina se prueba el vestido que Paul encargó especialmente para ella.

Pero a Carolina el vestido le parece demasiado elegante y cursi.

"Si llega a presentarse alguna situación no podré moverme con esta tela tan frágil y blanca Paul."

Se queja Carolina amargamente.

"Situación?"

"Cual situación?"

"No habrá ninguna situación el día de nuestra boda, todo estará bajo control y asegurado por mis hombres y los tuyos."

"Así que concéntrate en la hermosa tela del vestido."

Paul habla mientras se acerca por detrás a Carolina acariciando sus curvas.

Paul admira los senos de su bella prometida que se muestran tan suculentos dentro de esa envoltura de tela blanca satinada con encajes.

"Eres un delicioso postre envuelto en esta primorosa cobertura para mi disfrute personal."

Carolina se siente tan rara al estar despojada de su habitual ropa especial adherida a su cuerpo donde ella guarda sus armas y cuchillos.

Las manos de Paul la acarician provocandole deliciosos escalofríos que la excitan.

"Aquí no podemos hacer nada Paul."

Gime Carolina.

"Podemos hacer lo que queramos."

"Nadie se atrevera a detenernos o prohibirnos algo."

Los dos desaparecen dentro de un probador de ropa, riendo y besandose.

Las vendedoras miran para otro lado y suben el volúmen de la música de la tienda.

Jadeos,

gemidos,

miradas llenas de lujuria y

gotas de sudor cayendo encienden la pasión de Paul como una erupción volcánica que quema todo a su paso.

El orgasmo volcánico golpea a Carolina quien se muerde la lengua para no gritar de placer cuando ambos llegan juntos al erótico climax.

Satisfechos y felices por el rato de placer, Paul logra convencer a su amada para que use ese vestido el día de su boda.

Aunque la boda no será una enorme fiesta pues Carolina no quiere nada ostentoso.

Ellos ya presenciaron tres bodas en el ultimo año, por lo que la suya debe ser diferente y única.

"Vamos Paul, es hora de entrenar."

Ordena Carolina arrastrando a Paul.

"Está bien, pero por ningún motivo combatiré contra ti."

Declara Paul.

"Cobarde."

"Si me ganas arriba del ring de boxeo haré lo que pidas esta noche..."

Susurra de forma sensual Carolina en el oído de Paul.

"huuumm!"

"De pronto tengo ganas de vencerte mi amor!"

Responde Paul.

"Si yo gano harás lo que yo diga, aceptas el trato Paul?"

Cuestiona la chica decidida.

"Acepto."

Ninguno de los dos se dejaran ganar.

Los dos llegaron a un empate satisfactorio.

Un empate que involucra juguetes sexuales y manos esposadas a la cama.

"Descansaste bien mi amor?"

Cuestiona Edward a Lorelay al verla despierta cuando regresa con ella a la villa.

"Creo que he dormido más que nunca!"

Lorelay habla mientras estira sus brazos mientras se incorpora de la cama un poco.

"Algún problema en la empresa Edward?"

Cuestiona la chica frotando sus ojos.

"Ningún problema mi amor."

"Todo está bien aunque tal vez se presenten ligeras pérdidas debido a que algunos países enfrentan crisis, pero nada que no podamos controlar."

Consuela Edward a Lorelay.

"El edificio de Diseño Integral está casi terminado."

"Solo esperaremos a que regrese Johana para que ella y James lo inauguren."

"Johana seguirá detrás de las obras de arte?"

Cuestiona Edward mientras acaricia la carita de la niña.

"Ella es parte de mi anonimato."

"Mis diseños y obras de arte estan protegidas si ella me representa como artista."

"Además Johana pinta maravillosamente, Dániel también lo hace."

"Así que me parece bien este arreglo a mi."

Indica Lorelay con una gran sonrisa en el rostro.

"Lo que consideres mejor mi amada."

"Me permites invitarte a cenar?"

Ruega Edward.

"A donde iremos?"

Lorelay pregunta.

"Iremos a un lugar nuevo que te gustará, de eso estoy seguro, pero antes iremos a un lugar que tengo ganas de visitar."

Después que Lorelay se vistiera para la ocasión la pareja entró en un hermoso auto oscuro último modelo el cual los esperaba en la entrada para salir de la villa.

"Que hacemos aquí?"

Cuestiona Lorelay.

"Quisiera saber porque compraste mi departamento."

"Golden Osmanthus originalmente era mío."

Cuestiona Edward mientras suben en el ascensor hacia el departamento que tiene tantos recuerdos pasados de ellos.

"Digamos que la nostalgia me hizo adquirirlo, pero también fue por un acto de poder sobre ti."

Asevera Lorelay.

"Quitarte algo que era tuyo, que atesorabas, pero que ahora yo poseía me parecía buena venganza."

La puerta del departamento se abre, Edward mira todo muy diferente pero de pronto su vista se fija en su viejo sillón donde él se sentaba a fumar sus habanos o beber solo después de un duro día de trabajo.

"Lo conservaste Lorelay..."

"Junto con las flores del balcón."

Y

Susurra Edward.

"Un día de furia Joseph Situ encargó a una de sus empleadas que se deshiciera de las flores que amaba tu madre, pero ella me las vendió a precio de ganga."

Lorelay acaricia las delicadas flores mientras habla.

"Estas flores han sido mis compañeras cuando regrese de Dinamarca."

"Con este sillón te recordaba muchas noches Edward."

Edward abraza con amor y delicadeza a Lorelay por detrás mientras mira las flores.

"En este momento estoy contigo mi amada Lorelay."

"Y no hay forma que me aparte de tu lado nunca más."

"Enmedaré lo que por soberbia y furia hice mal."

Lorelay se da la vuelta para verlo a los ojos.

"Admito que estuvo genial el inicio de esta madrugada..."

"Me gusta como enmiendas las cosas entre nosotros Edward."

Susurra Lorelay contra los labios de Edward.

"Y pienso seguir enmendándolas mientras tu cuerpo se arquea contra al mío mientras estamos sentados en este sillón."

"Nuestro sillón especial."

Oh sí, enmendar las cosas es tan placentero y lujurioso!

***By Liliana Situ***

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