El Prohibido Amor de un CEO romance Capítulo 186

Sentado en el sillón frente al enorme  ventanal, la ciudad se aprecia completamente desierta y dormida.

Son más de las dos de la mañana.

Un hombre sostiene un vaso con un líquido ámbar en una mano y en los dedos de la otra mano sostiene un puro sin encender.

Aunque la idea de encenderlo coquetea con él, trata de resistir su impulso.

La idea de darle una profunda calada a su fino habano es demasiado tentadora pues hace tantos años que ya que no fuma.

Pasaron tantos años dolorosos en los cuales hubiera sido más sencillo haber tirado todo por la borda y haberse dejado llevar por su miseria.

Sin embargo, el hombre se demostró y le demostró a ella, a su amada, a su dueña, que podía ser un hombre mejor.

Él se demostró que podía dejar a un lado a ese bastardo hijo de puta, insensible, insensato y sin corazón que una vez fue para dar paso a un hombre nuevo.

Un hombre que es completamente maduro en su forma de pensar, con una mentalidad tranquila y estable.

Un hombre del que su amada estuviera orgullosa.

Un hombre del que su adorada chica pudiera presumir.

Un hombre que su amada pudiera mirar a los ojos sin miedo, como antes lo hacía.

Un hombre que represente todo lo que ella ha anhelado.

La mano del hombre mueve el líquido ámbar en su vaso recordando ese suceso hace ya casi cinco insoportables años.

La vida pasa demasiado rápido.

Una silueta femenina descansa tranquilamente en la enorme cama de esa habitación.

Duerme sin que le preocupe nada, el hombre voltea su cabeza para escuchar mejor la respiración pausada, sin prisa, armoniosa y perfumada de la bella chica.

Él le miente diciéndole que ella es su otra mitad, su alma gemela...

Pero no es verdad.

Esa descripción no se ajusta para nada a lo que él siente por ella.

Ella representa su vida entera.

Su alma entera.

Ella es todo.

Ella le da la vida que tanto necesita.

Sin ella, él no sería nada.

Absolutamente nada.

Sin ella solo sería un envase vacío y sin ningún propósito.

Solo un cadáver viviente fingiendo ser un exitoso hombre de negocios como tantos que hay en el mundo hasta que encuentran a la mujer deseada, soñada y amada.

La única.

La mujer que les infunde ese soplo de vida, esa chispa que enciende de nuevo sus corazones, sus pensamientos ardientes, sus almas.

Ella es todo su mundo y lo será en esta vida, en la que sigue si se lo permite la magia y en la eternidad.

Ahora entiende a la perfección el sentimiento tan profundo en la pintura de "Los amantes Etéreos."

Esa pintura del cual él se encaprichó antes, pero en ese tiempo no hubiera realmente comprendido su sublime y magnífico significado.

Blanco y negro,

bueno y malo,

luz y oscuridad,

maldad y bondad,

día y noche.

Todo eso enlazado, girando furiosamente para encontrarse, luchando desesperadamente por tocarse.

Desatando todas las fuerzas del amor, buenas,

malas,

devastadoras,

arrolladoras.

Todas esas fuerzas  que te llevan al borde de la muerte en un éxtasis y te reviven en una agonía perfecta.

Así había sido su relación con ella hasta ahora.

Una relación tortuosa y tóxica, que lo  torturó más que ella, aunque no lo creyera.

Desde ese maldito día en que se adueñó con violencia de algo puro que debía de haber sido entregado por voluntad, su alma estuvo encadenada a la de ella sin remedio alguno.

Cada día que pasaba lejos de ella en ese entonces era una tortura porque la amaba más de lo creía y la odiaba  sin querer.

Pensar ahora que ella estuvo presente desde niño en su vida cuando sus madres se conocieron y eran amigas.

Incluso Bruce estaba también ahí.

Pero siempre fue solo ella.

Ella, siempre ella.

Un auto ilumina débilmente la vía principal lanzando un destello que llega sin querer a los ojos del pensativo hombre para sacarlo de sus cavilaciones y recuerdos.

Recuerdos que están a punto de cambiar.

Bebiendo de golpe el líquido ámbar  como si se tratara de una bebida alcohólica, el hombre deja su vaso en su mesita.

Deja el puro sin encender a un lado del vaso.

El hombre cierra los ojos mientras su cabeza reposa en el mullido asiento mientras piensa que sus memorias, palabras y las acciones malditas están a punto de borrarse.

Su celular se ilumina por lo que mira la notificación en la pantalla.

"Todo listo, suerte."

Es lo que se lee en un mensaje.

El hombre deja también el celular en la mesita para prepararse.

Esta vez será diferente, eso lo sabe, pero una angustia incierta lo recorre.

Una lágrima desciende por su mejilla al recordar algunas cosas, pues debido a su estado alcohólico en esa fatídica madrugada solo tiene recuerdos difuminados.

Lo que recuerda es el llanto desconsolado de la niña,

su desesperación,

sus gritos de dolor,

de tristeza,

de angustia.

Sus delicadas manos tratando de evitar, de contener su avance.

La ropa mojada,

el miedo en sus ojos

y sus suplicas desechadas.

Suplicas que así como entraron en sus oidos, así salieron.

"Maldito bastardo."

Se dice a si mismo cuando se mira al espejo.

Lleva el mismo traje que usó ese día.

Un traje que debió tirar, pero que guardó en el fondo de su armario sin que saber bien porque.

Inhala y exhala calmándose para caminar hacia la bella durmiente en la cama.

Ella es aún más tentadora que antes.

Mucho más encantadora y hermosa, más mujer, más independiente, mucho más apetecible.

La vió florecer y la flor tiene un aroma único como ella, poderoso, subyugante, hechizante, abrasador, ardiente, imposible de olvidar.

Deteniéndose frente a la cama, el hombre retira lentamente la sábana y la frazada para poder hacer lo que tiene que hacer.

"Tengo miedo."

Susurra  Elizabeth durante una pesadilla tan real que su esposo, Bruce se despertó para consolarla justo en el momento en que ella susurró esas palabras.

La chica echó a llorar angustiosamente después.

"Mi amor, no llores, solo es un sueño."

"Nena, mi reina, no llores."

"Todo esta bien, yo estoy aquí contigo."

Bruce acaricia la espalda de su esposa mientras la escucha llorar y lamentarse tristemente, por lo que la rodea con sus brazos para acercarla a su cuerpo.

Controlando un poco su llanto Elizabeth despierta por completo para abrazar fuerte a su esposo en la cama.

Cerrando los ojos tratando de alejar la horrible pesadilla.

"Que soñaste mi amor?"

Cuestiona Bruce.

"Un monstruo de fuego."

"Un monstruo aterrador al cual solo podía verle los ojos que eran demasiado rojos."

"Bruce, tuve mucho miedo y lo dije fuerte para que me escuchara esa bestia."

"Fue aterrador."

Responde la chica aún temblando.

"No tengas miedo, nada malo te pasara a mi lado."

"Siempre estaré aquí contigo mi amor."

"Mi vida entera es tuya y te defenderé de todo, incluso de tus pesadillas."

Como si fuera una niña pequeña, Elizabeth se agazapa contra su fuerte esposo gozando de la seguridad incuestionable que le proporciona en sus sueños y en la vida real.

Bruce se siente bien al proteger lo que mas ama, su esposa amada.

Y sus pequeños en su vientre.

Nadie será capaz de lastimarlos mientras él viva.

Ellos no son los únicos despiertos a esa hora, pues en otro país, Dániel y Johana disfrutan de paisajes maravillosos en Noruega.

Todo parece sacado de un cuento de hadas con esos paisajes,

las ciudades,

las auroras boreales con sus intrincados patrones de colores.

Las hermosas casitas con techos de pasto,

sus aguas cristalinas,

su gente amable,

su forma de hablar gaélico,

sus costumbres.

Todo es una maravilla.

"Estoy en el paraíso contigo mi amor!"

Exclama feliz Johana abrazando fuertemente a Dániel quien siente lo mismo en su memorable de luna de miel.

Después de haber dejado con un sentimiento de culpa e impotencia Dubai debido a lo que estaba pasando con Lorelay, Jens Laersen y ese tal Larry.

Pero después Dániel y Johana se enteraron por Tommy que todo acabo bien.

Además se enteraron que Elizabeth está embarazada de gemelos.

También les informaron que las abuelas usaron el elixir del olvido en Jens y su hermana Aneka.

Ahora ellos son los únicos duque y duquesa de la casa Laersen.

Y que ese ducado esta bajo el mandato de las familias Baek-Situ.

Más relajados por las maravillosas noticias la pareja disfrutó su estancia en la Toscana Italiana, donde probaron vinos de inmejorable calidad, siendo el mejor de todos por historia y tradición el vino Barsetti.

Comieron mucho queso en esa ciudad, pan recién hecho, caminaron poco en las calles, no porque no se ofreciera mucho para ver, pero les parecía más disfrutable su estancia dentro de su habitación donde se amaron con desenfreno y lujuria.

Luna de miel, eso es en verdad no?

Probar las mieles del cuerpo del ser amado.

Probarlas y no saciarse de ellas.

Ni siquiera después de terminar exhaustos, sudorosos y muertos de hambre por no haber comido nada en todo el día.

Mikonos, Grecia les pareció una ciudad blanca, hermosa, muy cosmopolita, llena de turistas, gente hermosa y amable.

Su mar hermoso, azul y su gastronomía inmejorable, pero de nueva cuenta, recordarin más su habitación, los muebles, las esquinas, la suavidad de la alfombra en la que dieron rienda suelta a sus pasiones gritando a todo pulmón que se aman.

Porque se aman en exceso.

Su inmenso amor los consume por dentro.

Y lo expresan de mejor manera cuando se devoran con desesperación, angustia y desenfreno.

Antes de dejar Grecia para viajar a Noruega dónde estan ahora, Johana se sintió terriblemente mal una madrugada en específico.

La horrible sensación de nausea la despertó sobresaltada, por lo que  corrió lo más silenciosamente posible al baño para devolver lo poco que pudo comer ese día en un restaurante elegante y costoso.

El gerente del restaurante los recibió con una reverencia, pues en esa ciudad, Aurora es muy reconocida junto con su celebre esposo, por lo que la cena estuvo llena de delicadezas y exquisiteces difíciles de recordar y más de pronunciar perfectamente, pero ahora todo estaba fuera de su estómago.

Un pensamiento rápido cruzo la mente de la chica.

Ella recordó que desde Dubai se había olvidado de su periodo...

No sería una tragedia ni motivo de miedo que estuviera embarazada,  más bien seria una alegría inmensa, por lo que en ese momento llamó a la recepción donde preguntó si podían comprarle una prueba de embarazo para ella y guardar el secreto.

La encargada de llevar tres pruebas de embrazo en una bolsa negra estaba feliz de poder conocer a la artista plástica en persona.

La chica planeaba pedirle su autógrafo, cosa que hizo Johana con una sonrisa.

Incluso se tomó una selfie con la chica, pero le recordó que debía guardar el secreto.

No quería emocionar por nada a su esposo y darle después una decepción, pues tal vez no sabía a ciencia cierta si estaba embarazada.

La chica accedió felizmente a guardar el secreto después que Johana le regalará un boceto inédito dibujado y firmado sobre una servilleta de tela.

Esa madrugada, a escondidas de su esposo, Johana se realizó las tres pruebas.

Y cuando las tres pruebas arrojaron un resultado positivo su mundo se iluminó con estrellitas y ositos.

Esas dos rayitas de color rosa cambiaron su vida para siempre!

Esa mañana, cuando Dániel despertó no encontró a su esposa a su lado, por lo que algo perdido, se levantó para encontrarla contando algo en su celular.

Pero cuando él se acercó dejó de contar para abrazarlo con una sonrisa de oreja a oreja.

"Celebramos algo mi amor?"

Cuestiona Dániel adormilado.

"Si, que te amo demasiado?"

"Que hemos vivido un viaje de amor inigualable y que nada podría ser mejor que estar a tu lado."

"Celebramos que eres mi vida, lo mejor que me ha pasado en toda mi vida."

Dániel sonrie al escuchar las palabras amorosas de su esposa.

Él  la besa mientras el día comienza.

En el otro lado del mundo, Elizabeth vuelve a conciliar el sueño abrigada por el cuerpo de su esposo.

Mientras tanto, el hombre dentro de una habitación especial cierra las persianas.

La habitación sigue siendo enorme, pero ya está helada ni es oscura como le parecía antes.

Ahora le parece hermosa y cálida porque el amor flota en el ambiente, erradicando el rencor, la venganza, el odio y la maldad pura.

Los labios del hombre besan delicadamente la carita de la mujer dormida.

Lentamente ella despierta debido a las suaves caricias sobre su cuerpo.

Caricias que le parecen un sueño.

Un bello sueño que se siente demasiado realista.

El chaleco del traje del hombre se queda en el suelo mientras la camisa blanca del hombre tiene algunos botones abiertos revelando su esculpido y fornido torso y estómago marcado y duro.

La infusión que bebió previamente como si fuera licor está surtiendo efecto, por lo que el hombre se siente con más fuerza, más vigoroso, más fuerte.

Todo por y para ella.

"hhhhuuummmmm..."

La chica gime en su sueño, despertando el libido del hombre quien deja la ternura de lado para pasear su lengua por su cuello delicioso y los sensibles lóbulos de sus delicados oídos.

Toda ella se apetecible y hermosa.

Una melodia conocida suena a la distancia en su mente, recordándole que ella es su perdición y su adicción.

Una adicción que no quiere superar nunca.

Ella abre los ojos al sentir las caricias sobre su cuerpo, despertando también sus ansias.

Cuando su mirada se ajusta a la ligera  iluminacion puede ver la habitación,

"Donde estamos?"

Cuestiona ella.

"sshhhh mi amor."

"Estamos donde tenemos que estar."

"Donde todo comenzó, donde por primera vez fuiste mía."

Lorelay rueda sus ojos a su alrededor  sintiendo que regresó en el tiempo, justo a ese momento terrible donde ella sucumbió ante un Edward enloquecido por la ira, rabia y frustración.

Pero ahora es otro Edward el que esta con ella.

Un Edward completamente enloquecido de amor y deseo por ella.

Edward recuerda las palabras que le dijo la  abuela  Freda previamente...

"Tienes una oportunidad que dura solo   veinte minutos, tu sabrás si los aprovechas o no."

Y pretende aprovechar muy bien su oportunidad y su tiempo para satisfacer a su bella amante.

Lorelay puede ver que esta vestida solamente con una prenda delicada en tono purpura que hace que su piel blanca resalte.

Una prenda que no ella no recordaba haber vestido cuando ambos subieron a su habitación en casa de Edward.

Es más, ella recordaba haberse quedado dormida con él a su lado esa noche después de haber reido y celebrado con su familia en la villa de Edward.

"Este día, borraré ese fatídico recuerdo."

"Aunque no puedo viajar en el tiempo y cambiar ese momento si puedo hacer que se convierta ahora en un acto de amor."

Declara Edward.

"Uno que ambos recordaremos ahora como el más feliz de nuestras vidas a partir de ahora."

Y ya no hubo más palabras, solo amor.

Una mano de Edward bajó lentamente la prenda ínfima de la chica para dejar al descubierto los delicados senos de la chica.

Besó su costado izquierdo herido que con mucho cuidado, casi adorando ese punto para después darse un festín con todo su cuerpo.

Lorelay se dejó amar por Edward.

Ella dejó llevar por las caricias ardientes y sus besos entregados.

Una lágrima de felicidad recorre su mejilla.

Otra se desliza hasta llegar a la boca de Edward donde la salinidad junto con la dulzura de Lorelay se mezcló en esa madrugada.

Madrugada en la que ambos hicieron el amor, primero despacio, sin prisas.

Pero después las brasas de su pasión los consumió por completo mientras que las embestidas por parte de Edward fueron un tanto violentas, excitantes, fusionando las almas y cuerpos de ambos amantes.

Una furiosa llama los envuelve girando vertiginosamente, quemandolos por completo.

Las manos enlazadas, los jadeos, los gemidos, los gritos excitantes fueron el sonido que más predomino.

"Te amo, Lorelay, te amo y te amaré por siempre."

"Te adorare como la musa que eres para mí."

"Eres mi amor, mi adicción, mi fortuna y mi perdición."

"Tu eres mi vida, mi deseo, mi todo."

"Tu lo eres todo y quiero darte todo de mi."

Gime Edward mientras se mueve dulcemente dentro de ella, mientras la felicidad, el placer, las perfectas sensaciones eróticas se entrelazan como sus almas.

"Más, más..."

"Si....sigue...."

"Edward..."

Lorelay gime mientras abraza con fuerza el cuerpo fuerte de su amado mientras sus gritos de placer rebotan en su pecho.

Las uñas de la chica trazan patrones asimétricos en la espalda y costados de Edward enviando ráfagas de dolor y placer al cuerpo de su amante.

Cuando Edward llena el canal húmedo y palpitante con su semilla blanca ambos se besan con locura desquiciante, demostrándose que solo ellos importan y demasiado.

Hasta las cinco de la mañana los amantes dejaron de amarse.

Edward se cercioró en dejar satisfecha y saciada a su bella mujer.

Primer punto en el plan de Edward ejecutado.

Su amada cayo rendida en un sueño profundo lista para lo que le espera en unas cuantas horas más.

"Ese niño tonto resultó ser un romántico."

Declara con burla la abuela Situ.

"Esta es su naturaleza Aline, siempre fue así, pero ese lado estaba muy escondido debido a su crianza y sus malas experiencias previas."

Asevera la abuela Freda.

"Además que su padre le hizo daño, al igual que esa odiosa mujer que lo engañó en su juventud."

Defiende la abuela Freda a su nieto.

"Espero que salga todo bien entre ellos."

"Anoche no dormí bien por pensar en ellos dos."

Se queja la abuela Situ.

"Esa fue tu culpa por haber bebido demasiado elixir de juventud, ya te dije que no debes de abusar, Aline."

Regaña la abuela Freda a su amiga.

"Freda no me sermonees, déjame estar en paz y esperar las noticias de mis nietos."

"Siempre tan amorosa Aline."

Ambas abuelas miran ansiosas el reporte de noticias en la televisión cuando aparece lo que esperan.

Los reporteros se agolpan en una habitación conocida donde, de nuevo, el famoso CEO Edward Situ pasó una noche de pasión con una señorita.

"Este día quiero informar a todo el mundo que hace algunos años aquí, en esta misma habitación ultrajé de la peor manera a una jovencita inocente."

"En ese acto de barbarie de parte mía, ella fue atrapada por mi brutalidad..."

"Pero esta noche revindique ese acto de la mejor forma con mi amada Lorelay, la actual dueña y señora de empresas Situ y de mi corazón."

"Este acto de amor, borra esa brutalidad de mi parte."

"Emily Mu, donde quiera que estés lo siento demasiado..."

"Jamás volveré a ser ese bastardo que destruyó por completo tu vida y la de tu familia por una terrible equivocación."

"También quiero informar que esa señorita está bien y es feliz ahora."

"Lorelay, la CEO de empresas Situ es mi novia oficial desde hace mucho tiempo, pero ahora ustedes son testigos de un feliz suceso."

"Esperamos pronto ser felices padres!"

***By Liliana Situ***

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