El Prohibido Amor de un CEO romance Capítulo 167

Tan rápido y feroz como comenzó el beso, las ardientes caricias y el deseo intenso, así acabó.

Lo último que Lorelay recordó mientras la sala desaparecía de su visión, fue la varonil cara de Edward.

"shhhhhh..."

Lorelay escuchó el susurro.

Al momento siguiente ella intenta abrir los ojos mientras un asistente le toca el hombro e intenta hacerla reaccionar.

"Señorita Lorelay, se encuentra bien"

"Señorita?"

El chico se ve preocupado por la bella chica.

"Lorelay!"

"Lorelay!"

Gritan entre asustados y aliviados Dániel y Johana al verla sentada apaciblemente en esa silla con ambos brazos puestos a los lados como si estuviera apreciando la obra de arte.

"Que pasó?"

"Alguien te hizo daño?"

"Te sientes bien, Lorelay que pasó?"

"Porque estabas aquí sola y dormida?"

"Te desmayaste?"

Las preguntas bombardean a una aturdida Lorelay quien solo recuerda los besos apremiantes de Edward.

"Debemos llevarla a casa, Johana."

"Ordena el auto, de prisa."

Dániel carga en brazos a Lorelay, Johana coloca el saco de Dániel sobre ella para taparle la cara y que nadie pueda sacarle fotos.

Sin embargo los últimos asistentes pudieron ver la escena del caballero Dániel cargando a la representante de Aurora en brazos.

Cuando llegaron a Golden Osmanthus, Dániel carga de nuevo a Lorelay quien sigue adormilada.

Esta vez el chico pudo ver un leve tinte rojizo en su mano, como si algo la hubiera picado a la chica.

"Johana, prepara la tina con esencias para que despierte."

"Lorelay esta semi inconsciente."

"Debi revisar las cámaras de seguridad de la casa de subastas."

"Se debió haber grabado lo que le ocurrió a Lorelay."

Sumergida en un sueño pesado, Lorelay comienza a soñar el mismo sueño que Edward ha estado soñando.

En la visión se puede ver a ella misma, embarazada de seis meses junto con su pequeña Emily.

Esa sería la inminente culminación de una vida de sinsabores,

disgustos,

amenazas,

amor,

traición y pasión, pero su vida al lado de Edward al final de cuentas.

Lorelay pudo vislumbrar que sus hijos estarían a salvo de su maldición.

Ellos no tendrian ninguna atadura de otras épocas ni de otras vidas.

Ellos sean almas nuevas, jóvenes y libres de todo mal.

"Johana."

"Edward estuvo conmigo."

"Él estuvo conmigo."

Lorelay repite estas palabras como un mantra mientras que Johana le ayuda a sumergirse en la cálida y agradable tina para librarse de aquel estado de inconsciencia inducida en la que se encuentra.

"Cuando estes recuperada hablaremos."

Pide Johana a su amiga.

"Lo importante ahora es que puedas despertar por completo."

Sumergida hasta la boca, Lorelay empieza a sentirse mejor.

Pero la sensación de las manos, las caricias y los besos de Edward se hicieron más fuertes, más presentes.

Y la necesidad por ellos se hizo más urgente.

Leves toquidos se escucharon en la puerta y eso sorprendió a Johana quien deja por un momento a Lorelay para abrir la puerta con una pistola en la mano.

"Abre niña, se que estás adentro con Lorelay."

La abuela Situ estaba detrás de la puerta.

Tim y Teresse también entran.

"Abuela Situ!"

"Que sorpresa!"

"Cuando llegaron?"

Cuestiona Johana.

Los tres pasaron a la sala del departamento de Golden Osmanthus donde la abuela rápidamente lo escaneó por completo.

"Donde está ella?"

Johana señala el baño.

La abuela camina hacia donde le indicó la chica.

Johana prepara una infusión para los tres.

Tim junto con Teresse se sientan en los sillones a esperar a la abuela Situ y Lorelay.

"Edward..."

Lorelay repite el nombre de su amado y suspira cuando la abuela se acerca a ella.

La abuela toca la frente de la chica, después examina la mano que esta a un lado de la tina.

Comprendiendo, la abuela toma un pequeño frasquito que le dió a oler a la chica.

Lorelay de pronto sintió como si hubiera estallado un globo cerca de su cara y cerro los ojos por el sonido.

Cuando los volvió a abrir otra vez era ella.

"Abuela!"

"Cuando llegaste?"

"Que hago aquí?"

"Como es que llegue aquí?"

La niña cuestiona asombrada.

La abuela se rie un poco antes de negar con la cabeza.

"Mientras tu perfeccionas infusiones y extractos de muerte,

sueros de la verdad,

regeneradores y potenciadores de tu fuerza."

"Edward hace infusiones de amor."

"Creo que ustedes dos son una contradicción y los dos son el uno para el otro."

Exclama fascinada la abuela.

"Termina el baño, reúnete con nosotros en la sala."

"Tim y Teresse te esperan también."

Lorelay parpadea varias veces para comprender que es lo que le dijo la abuela.

Ella solo escuchó que tenían compañía.

El sonido en los oídos de Lorelay poco a poco desapareció pero no el sentimiento de amor, el deseo y la belleza de su pequeña hija.

Cambiada a ropa informal, Lorelay aparece en la sala más tranquila y feliz al ver tan recuperada a Teresse.

"Antes que nada lo primero."

Toma la palabra la matriarca Situ.

"Esta niña trabajará como tu asistente y secretaria."

"Tuve una plática bastante..."

"Como podríamos describirlo Teresse..."

"Animada?"

"Intensa?"

"Con Tommy, su aún esposo."

La abuela señala a Teresse mientras habla.

"Y como está dispuesto a todo para que su mujercita no exija el divorcio después de todas las tonterías y abusos que cometió contra ella, Tommy accedió amablemente a que ella sea tu asistente."

"Tim será tu asistente personal en la empresa y fuera de la empresa."

Tim asiente ante las palabras de la abuela Situ.

"Aunque eres muy capaz, no debemos descuidarnos con Jens ni con su padre ni con ningún Laersen."

"Aparentan ser realeza, aparentan ser buenas personas y aliados."

"Nada más alejado de la realidad."

"Pero eso ya lo sabes no es así mi niña?"

Lorelay asiente mirando a todos.

Una amplia sonrisa se dibuja en el rostro al ver que Teresse está recuperada y feliz.

Tim también luce muy bien, mucho más joven que antes...

"Lo segundo es que jamas pensé que fueras la compradora de Golden Osmanthus, pero me da gusto saber que este departamentobquedó en la familia."

"Este fue el primer departamento que Edward se compró cuando tuvo oportunidad lo sabías?"

La abuela hace una pausa para beber la humeante infusión que Johana les preparó.

Lorelay se sorprende al saber que ella ahora posee algo que Edward compro hace mucho tiempo.

Ella compró los dos departamentos para vengarse de Edward.

Ella quería restregarle en su cara que era mas rica que él.

Y que ahora los podía decorar como ella quisiera.

Cuando Lorelay los adquirio destruyó todo lo que había dentro.

Destruyó, la cama donde tantas noches Edward tuvo sexo con ella, pero conservó el sillón donde él sentaba a fumar puros.

Algo dentro del interior de la chica le impidió deshacerse del mueble.

"No abuela, no lo sabía."

"Solo los compré porque aquí fue donde..."

"Él y yo pasamos mas tiempo."

Declara Lorelay sonrojada.

"Niños, siempre es incomodo hablar con los mayores de sexo, verdad?"

"Sea amor o sea tortura, las relaciones de un hombre y una mujer siempre son difíciles de explicar ante los demás."

Indica la abuela Situ.

"Nos quedaremos un día después de la boda de Johana y Dániel."

"Bruce les mandará un regalo el día de su boda."

"Tu hermano está encantado con su luna de miel y Elizabeth tambien."

"Ella es la más feliz, aunque le ha sido difícil esconderle el embarazo a tu hermano."

"Sobre todo por los mareos y nauseas matinales, pero lo está haciendo bien con las infusiones que le enviamos la abuela Freda y yo."

Lorelay sonríe al imaginar la expresión de loca felicidad que tendrá cuando se entere que su bella esposa esta embaraza de sus gemelos.

Aunque Lorelay sabe que Bruce también volvería más paranoico para proteger el embarazo de su esposa.

"Me encantaría estar ahí cuando mi cuñada le diga a mi hermano que será papá de gemelos."

"Inmortalizaré en una obra su expresión."

"Será muy cómica."

Lorelay hace reír a todos en la sala.

"No sabes el gusto que me da al verte fuera del hospital."

"Lamento lo que Carl te hizo."

Si, Teresse también lo sentía.

"Pero la relación con Tommy ha mejorado?"

Cuestiona Lorelay a la chica.

Teresse fue dada de alta del hospital unos días atras.

Ella no quiso ir a la casa del mafioso que Tommy reclamó como suya, por lo que él chico la puso en venta.

Después de mostrarle varias casas, Teresse se decidió por una casa espaciosa e iluminada.

Nadie sabe que ella pidio dormir en una habitación separada de Tommy.

Teresse aún está dolida por el comportamiento brutal de Tommy.

Ella aún tiene pesadillas en medio de la noche en las cuales Tommy es su principal verdugo.

Pesadillas donde Tommy de nuevo la encadena.

Pero en otras pesadillas, Tommy porta un látigo para azotar a la chica de pies a cabeza haciendo que se desangre en el suelo.

O la golpeavba con una vara larga y flexible.

Algunas veces le cortaba los dedos con una sierra para inutilizarla y otras la encerraba en una jaula como la que tenían en la casa de ese mafioso.

"Teresse?"

La chica se quedó perdida en sus recuerdos.

Parpadeando de nuevo para regresar a la normalidad habla suavemente.

"Todo está bien con Tommy."

"Solo que me aburro demasiado y supe que necesitabas una secretaria."

Responde la chica.

"Muy bien, comenzaran hoy mismo."

"Tengo que ir a la empresa para resolver algunos asuntos asi que me cambiaré para irnos."

Declara Lorelay animadamente.

"Abuela, Edward también está aquí?"

Cuestiona la chica.

"Si mi nieta."

"La abuela Freda también."

"Ella llegará a dormir contigo pues aún no tengo una residencia donde invitar a pasar a mi amiga la noche."

La abuela se levanta para dejar su taza en la cocina.

Su caminar ahora es más ágil.

"Mi abuela?"

"Pensé que no podía salir de Dinamarca."

"Ahora puede viajar?"

Cuestiona intrigada y confundida Lorelay.

La abuela salió de la cocina comiendo una galleta de nuez antes de acercarse a su nieta para tomarle su mano.

"Que ella misma te lo explique."

"Estamos ansiosas por ver el resultado del entrenamiento!"

"Pero a juzgar por lo que encontré hoy aquí."

La abuela mira el piquete en la mano de Lorelay.

"Va muy bien el entrenamiento de Freda."

"Solo nos quedaremos para la boda, no pensabas que nos la perderíamos o si Johana?"

Johana emocionada responde.

"Claro que no!"

"Ustedes son invitados de honor!"

"Dániel y yo pensábamos traerlos en jet privado un día antes, pero se nos adelantaron."

La abuela Situ camina a la salida.

"Todo solucionado."

"Me quedaré en la casa de Edward."

"Estoy ansiosa por ver su casa por dentro, ese nieto mío jamás me permitió visitarla antes."

La abuela suspira nostálgica.

"Lorelay, espero que hayas comenzado tu búsqueda de los títulos de propiedad."

"Edward también participará por lo que espero mucho más de ti."

La chica asiente.

"Si abuela, ya comencé a buscar, pero eres muy buena escondiendo cosas."

"Me llevará un poco más de tiempo."

Aunque no demasiado, espera Lorelay.

"Así debe de ser mi nieta."

"Así debe de ser."

Enfatiza la abuela.

"Cualquier cosa que valga la pena cuesta trabajo y se aprecia más."

"Me voy ahora."

"Thomas me espera en el auto."

"Por cierto mi niña, como estuvo la subasta?"

"Algo interesante sucedió?"

Cuestiona la abuela a su amada nieta.

"Edward superó con creces a Jens."

Declara Lorelay confirmando su sospecha.

"Lo humilló con su oferta, pero fue muy costosa."

"Abuela, yo podría haberle dado el diamante si me lo hubiera pedido."

Responde Lorelay al recordar la cifra astronómica que pago Edward por el diamante rojo en forma de corazón.

"De verdad?"

Inquiere la abuela.

"Hasta donde yo recuerdo le tenías prohibido comprar cualquiera de tus obras."

"Incluso si mandaba a un representante."

Ah es verdad...

"Y por la cantidad no te preocupes, la familia Situ no irá a la quiebra por ese dinero bien gastado."

Al despedirse la abuela da un beso a su nieta y un abrazo maternal dejándola con una sensación de amor infinito.

"No tardaré chicos, me cambiaré rápido e iremos a la empresa."

Indica Lorelay dándose prisa.

"Tim, tú me ayudarás a buscar, tu conoces mejor que nadie a la abuela."

Lorelay corre a su habitación para cambiarse por un conjunto ejecutivo y tacones medianos.

Ella se colocó sus pupilentes y se peinó.

"La abuela me contó todo."

"Ese Edward Situ si que ha mejorado."

Exclama Dániel saliendo de su departamento en el momento en que Johana entra para reunirse con él.

"Lo se, Dániel."

Responde Lorelay.

"Por favor terminen los últimos detalles para la boda."

"Revisa las cifras de invitados, la logística, el día se acerca y estoy más nerviosa que ustedes."

Dániel tranquiliza a Lorelay.

"Todo está bien, solo faltan unos cuantos detalles, pero nada importante."

"N te preocupes por nada."

"Tal vez nos veas tranquilos, pero..."

Dániel toman a su prometida para abrazarla por detrás y recargar su cabeza en su hombro.

"La verdad es que consumimos en cantidades industriales infusiones para tranquilizar nuestra ansiedad."

"Aunque estamos felices, también estamos muy nerviosos."

"Demasiado nerviosos podríamos decir."

Y el chico no bromea.

Por la noche y por la mañana los dos toman infusiones para relajarse, calmar sus nervios y su ansiedad por la boda.

"De acuerdo, entonces descansen."

"Iré a la empresa para trabajar en lo demás."

"Dániel iré personalmente a supervisar las obras."

"Este día será tu día libre."

Dániel extiende sus pulgares hacia arriba junto con Johana.

Los dos observaron cuando las tres personas entran al ascensor para descender al estacionamiento subterráneo para tomar un auto.

"Quieres ver una película Johana?"

Cuestiona Dániel.

"Ayer estrenaron una nueva y pensé que podríamos..."

"mmmhhhh..."

"Verla..." "Olvídalo..."

"mmmhhhhhhh..."

"Esto es más interesante."

Gime Dániel.

"Cállate y hazme el amor."

"No sabes las ganas que tenía de quitarte ese smoking, quemarlo en una hoguera y lavarte a conciencia después de que todas esas mujeres te tocaron y se tomaron fotos contigo."

Exclama posesivamente Johana.

"Soy totalmente tuyo ahora."

"Así que quitame la ropa."

Dániel extiende las manos como si fuera un niño enorme.

Johana lo despoja de toda su ropa, ella se quitó el vestido y sentándolo en el sillón se sube a su regazo para tomar el control.

"Lento y excitante..."

"Lento y mmmmhhh..."

"Si así..."

"aahhhh..."

Las palabras sobran, los gemidos las reemplazan.

Gemidos atraviesan los oídos de los excitados amantes mientras el fuego comienza a envolverlos.

Recostando a Johana en el sillón, Dániel toma las riendas.

"No soporto más."

"Harás que termine pronto, por eso así puedo..."

Gime Dániel con voz temblorosa tratando de tranquilizarse.

"Cállate y besame."

"Solo...si..."

"Así...sigue así.."

La habitación se llena de calor, jadeos, sudor y sexo durante toda la tarde.

Una sesión de sexo liberadora y deliciosa que los dejó exhaustos a los dos en la cama, soñando con su vida casados y sus futuros hijos.

Lorelay pasó toda la tarde enseñando a Teresse sus funciones, presentándola a vicepresidencia y a los demás directores.

De igual forma hizo con Tim, quien será el encargado de su correspondencia, sus encargos, sus misiones y otras cosas personales.

Lo inevitable llegó y la tentación de ver a Edward en su oficina terminó por llevarla a abrir la puerta y entrar sin permiso.

Pero Edward no estaba ahí, solo flota su presencia por todo el lugar, su loción.

"No está."

"Donde estará?"

Se cuestiona la chica.

Justo cuando se dirige a la puerta ella escucha ruidos en la habitación privada.

Temiendo que otra vez alguien hubiera entrado sin permiso, Lorelay camina sin hacer ruido quitándose los tacones para atrapar al intruso.

En cuanto entra, un desorden en el piso, como si hubieran sacado toda la ropa y algunas cosas esta esparcido por todos lados.

"Pero que demonios?"

"Quien está haciendo esto?"

Reclama Lorelay aventando la puerta para golpear a la persona que tal vez estaría detrás de ella.

Pero no había nadie dentro.

"Sal!"

"No puedes esconderte aquí dentro."

Exige Lorelay.

"No me escondo, estaba buscando algo aquí dentro, pero creo que si me excedí."

La voz de Edward se escucha por algún lado.

"Por cierto mi amor."

"No sabes como te he extrañado."

Las manos de Edward rodearon a la chica para atraerla hacia su cuerpo sonriendo de la misma forma malvada que siempre lo ha hecho en su presencia.

"Lo que me hiciste en la fiesta me dejó muy mal."

"pero te perdono porque se que lo tenía merecido."

Exclama Lorelay.

"Tu abuela es una verdadera molestia sabías?"

"Desde la madrugada me tiene despierto hasta la media noche."

Se queja Edward con Lorelay.

La chica permanece embelesada mirando los ojos de su amado.

Ella cree ver un ligero cambio en él y en su esencia.

Ahora su aura es más centrada, más tranquila, irradia más paz.

"Como fuiste capaz de entrar a la subasta?"

Cuestiona intrigada Lorelay.

"Sabía que eras tú cuando escuché tu voz."

"Pero era distinta."

"Tu también aprendiste eso con mi abuela?"

Acariciando a su amado, Lorelay cuestiona de nuevo.

"Tienes razón mi amor."

"Tal vez no soy tan bueno como tú pero mejoraré."

Lorelay quiso alejarse un poco, pero lo único que logró fue que Edward la abrazara más cerca, más fuerte, más ardientemente.

"Esto me trae tantos recuerdos.."

"Tú en mi brazos, luchando por alejarme..."

"Pero nada tan hermoso como el beso que te di."

"Y que te daré ahora."

La mano de Edward toma con poderosa delicadeza la parte posterior de la cabeza de la chica para profundizar el beso apasionado como el que compartieron en la casa de subastas.

Al igual que en la mañana, la temperatura del cuerpo de ambos sube aceleradamente.

Los cuerpos se frotan uno contra el otro, se desean, se anhelan, suspiran por el toque sensual y excitante del ser amado.

Edward no viste un traje sastre impecable, sino unos jeans oscuros y una camisa de manga larga del mismo color.

La ropa lo hace lucir más marcado, más pálido, más guapo, más peligroso.

Sin palabras los dos permiten que sus labios hablen por ellos.

Sus manos discutien sus puntos de vista.

Sus cuerpos gritan desesperadamente por el toque.

"Porque gastaste tanto dinero en esa pieza?"

"Para que la quieres tu?"

"mmmhhhh..."

"Respóndeme."

"Edward..."

"mmmhhhh..."

"Porque pude, porque quise, porque te amo, porque quiero."

Declara Edward contra los labios dela bella chica.

"hhhuuummmm..."

"Sabes delicioso..."

Cuatro años sin el toque de su alma gemela pasan factura a ambos.

Sus cuerpos reaccionan ante cualquier pequeño roce o caricia.

"Me deseas tanto como yo a ti."

"Te he soñado y extrañado tanto estos años..."

Murmura de forma ardiente Edward en el oído de la chica haciéndola jadear.

"Pero ahora puedo recuperar el tiempo perdido."

"Comenzando en este preciso momento."

Edward le quita despacio el saco a Lorelay sin despegar sus ojos de ella.

Sus ojos le dicen tantas cosas en un lenguaje silencioso, per muy poderoso.

"Se que tu ya viste también mi sueño."

"Ese es nuestro destino y nuestra vida."

Asevera Edward.

"Seremos felices de ahora en adelante y me pasaré toda la vida reparando cualquier daño que te haya hecho antes."

Lorelay siente un hueco en su estómago por las palabras de su amado, pues las encontró demasiado sinceras, verdaderas y románticas.

"Antes fuiste mía, después te perdí..."

"Ahora que estas aquí no te dejaré escapar nunca mas."

"Tu eres mía para siempre."

"Y yo soy tuyo por la eternidad."

***By Liliana Situ***

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