El Prohibido Amor de un CEO romance Capítulo 166

"Tengo cincuenta mil del embajador ruso."

"Gracias, muchas gracias."

"Alguien ofrece más?"

"Me veo obligado a informarles que esta pieza única de arte fue creada por al artista Aurora en un solo día."

"Como pueden observar los trazos y las pinceladas corresponden a su era oscura que tanto gusta entre muchos coleccionistas."

"Sesenta mil del Jeque Ahmed"

"Gracias su alteza."

"Alguien ofrece más?"

"A la una, a las dos, a las tres!"

"Vendida al Jeque Amhed!"

"Felicitaciones alteza!"

El director de la subasta se detiene un segundo cuando uno de sus asistentes sube para susurrarle algo al oído.

El director se sorprende por lo que acaba de escuchar.

"Esto es inaudito."

"Jamás había pasado esto en todas las veces que habíamos hecho subastas en esta prestigiosa casa."

Exclama el hombre de mediana edad.

"La artista en persona entregará la obra de arte."

"No solo eso señor Amhed, también tendrá una obra de arte del joven pintor consagrado James!"

Exclama fascinado el director.

"OOOOHHH!"

La sala se maravilla al escuchar las palabras del director.

No solo el jeque Ahmed conocerá en persona a la artista, la gran pintora, escultora, diseñadora y empresaria Aurora en persona.

Sino también tendrá una obra de arte única de James por el mismo precio!

Todas las selectas personas que tienen la fortuna de estar sentadas en esa hermosa sala con sillas divinas siendo atendidos por edecanes y escorts refinados quienes sirven champaña, vino, bocadillos selectos, postres y diferentes confites delicados sienten envidia por el jeque petrolero.

En la sala no solo hay empresarios legales, si no también ilegales, pues nunca se cuestionan las actividades de los millonarios que acuden a las subastas.

Solo se aceptan los empresarios con suficiente dinero en sus cuentas bancarias para pujar por las obras de arte que se estan subastando.

"Este acto lo hace la artista en vista de que el señor Amhed ha comprado con anterioridad cinco obras inéditas invaluables."

"Señor Amhed, no me queda más que decirle a nombre de la sala que todos sentimos un poco de envidia por este trato especial hacia usted."

El jeque asiente llevándose la mano al pecho después de levantarse para dar las gracias por el honor.

"Muy bien, prosigamos."

Pide el director.

"Toca el turno de esta pintura que representa algo que vivimos de cerca todos en la ciudad y ciudades vecinas."

El director señala la pintura abstracta.

"Guerra", como la artista ha titulado está obra, nos muestra una visión cruda, dura, siniestra, amarga y fría de la guerra en la vida diaria."

"Comenzaremos con diez mil..."

En un palco arriba de la sala de subastas en esa prestigiosa casa de subastas, Lorelay,  Dániel y Johana obsevan como se desarrolla la subasta.

"En serio voy a entregarle a ese árabe la pintura en su casa?"

Pregunta Johana desconcertada con la decisión de último minuto de Lorelay.

"Si Johana."

"Quiero que los dos vayan a Dubai de vacaciones, por eso podrán entregársela en persona."

"Además, nos hará bien tener amistad con los más selectos jeques."

"El señor Amhed, está entre los tres multimillonarios a nivel mundial."

"Así que nos interesa, comprendes?"

Johana ataviada con un vestido entallado, con escote decorado con pedrería, espalda baja y vuelos de encaje blanco más los tacones negros de terciopelo, la hacen lucir elegante y hermosa.

Lorelay lleva un vestido rojo oscuro con la cintura entallada, corte largo y el escote en forma de corazón enmarca divinamente sus encantos.

Los tacones altísimos de color rojo fuego la hacen ver más alta y sus piernas se aprecian más blancas.

Dániel como siempre, vestido de smoking negro, cabello impecablemente peinado y loción varonil, luce divinamente apuesto.

Todos llevan algún dije, joya o distintivo de plata con el símbolo Baek.

"Vinieron todos los invitados e incluso logró colarse uno que otro entrometido y mafioso."

"El duque Laersen está sentado en una de las últimas filas y no ha pujado por ninguna obra."

"Y en la fila de en medio, a la derecha esta el jefe de la mafia china."

"No sé cómo pudo entrar el representante de la mafia americana."

"Incluso varios empresarios rusos nuevos, algunos empresarios checos y un empresario noruego están en la subasta de este día."

Dániel indica mientras mira junto con Lorelay las imágenes del circuito cerrado a través de la tablet.

"No creo que Jens ofrezca dinero por ninguna obra."

"Me sorprende que este aquí."

Responde Lorelay.

"Oh dios mío!"

"Miren la última oferta por "Guerra."

Lorelay observa la cifra final en el tablero arriba del director de la subasta.

En números azules neón se aprecia la alucinante suma de noventa mil por ese cuadro.

"A la una, a las dos, a las tres!"

"Vendido el cuadro "Guerra" al señor Igor Struitksov!"

Las personas voltean a ver al empresario ruso quien encontró fascinante el empleo de colores en la obra, por lo cual pujó por ella hasta conseguirla.

Y esta muy feliz por haberla comprado.

"El siguiente artículo es un broche de plata creado por la artista con el característico símbolo que acompaña todas sus obras."

Explica el director.

"Es el símbolo que distingue a Aurora de todas las demás artistas, pero esta pieza, como podrán apreciar tiene incrustados diamantes."

"Puede ser usada por hombres y mujeres."

"Comenzaré la subasta de este pequeño artículo en veinte mil."

"Tengo veinte mil?"

Una paleta se alza al fondo de la sala.

"Gracias señor."

"Tenemos veinte mil."

"Alguien ofrece veinticinco mil?"

Cuestiona el director.

La misma paleta del fondo se levanta.

"Gracias señor, tenemos veinte cinco mil del mismo caballero."

"Alguien ofrece treinta mil?"

Una paleta de las filas delanteras del lado derecho se levanta.

El director agradece.

"Solo dos artículos más y habrá terminado todo."

Lorelay habla si quitar la vista de la subasta.

"Siempre me pongo muy nerviosa cuando se hacen las subastas y estoy presente, no puedo evitarlo."

"Es como ver a mis bebés irse a la mejor casa posible."

"No importa si las pinté cuando sentía odio, rencor o dolor."

"Todas tienen una parte de mí."

Lorelay se frota las manos de forma inquieta.

Dániel toma sus manos para tranquilizarla.

"Siempre han salido bien las subastas Lorelay, no te preocupes."

"Relájate y disfruta de la subasta, ya casi termina todo."

Las cálidas manos de Dániel le infunden tranquilidad a la chica quien agradece tener a esos guardianes tan amorosos con ella.

Pero pronto cambiaría todo.

Los preparativos para la gran boda ya casi estan listos.

Las subastas previas se realizaron sin problemas, dando como resultado mucho dinero recaudado para las reparaciones y reconstrucciones en la ciudad.

Además de una enorme fuente de empleos.

Una revista afamada se acercó a Johana y Dániel para ofrecerles una cantidad significativa por la exclusiva de la boda.

Y los futuros esposos vendieron las fotos del enlace.

El tras bambalinas iba a ser transmitido en vivo solo a las personas que pagaran por el.

Un hotel de lujo salió victorioso al ser la sede de la enorme fiesta de la boda.

Un patrocinador anónimo alquiló una sala decorada exclusivamente con arte de Aurora y James del museo para se realizara el enlace matrimonial.

Las obras de reconstrucción en el terreno incendiado donde antes se erigia la empresa de diseño marchaban en tiempo y forma.

Dos turnos de trabajadores de la construcción, ingenieros y arquitectos trabajaban incansablemente para terminar nuevo edificio.

Cuando un turno de trabajadores terminaba su turno Seles ofrecía infusiones vigorizantes para que su cuerpo se recuperara de su duro trabajo.

Todo por cortesía de la hermosa Lorelay.

Dániel supervisaba la reconstrucción de ese edificio y la reconstrucción de la villa Situ, la cual sería mejorada.

Está vez, la villa de la abuela Situ sería más amplia, hermosa y moderna.

Dániel incluso supervisaba las obras de reparación de la cárcel que había explotado junto con las afectaciones a las edificaciones aledañas, calles y casas de la zona.

Por si fuera poco, Dániel también estaba construyendo una casa especial de la cual Johana no tiene ni idea.

Y que el chico espera fuera del agrado de su amada.

En esa casa, Dániel espera criar a sus hijos y pasar el resto de su vida lado de su adorada esposa.

"Ah, por fin el último artículo."

Señala Lorelay atrayendo las manos de Dániel hacia ella antes de depositar un beso en el dorso como recompensa por haberla tranquilizado.

Los tres se acercan a la enorme ventana para observar la subasta del último artículo.

"Esta caja hexagonal de madera fina grabada y decorada con láminas de oro blanco tiene incrustaciones de pequeños diamantes."

"La pieza es asombrosa, pues proviene de una sola pieza, sin cortes ni ensamblajes."

Explica el director de la subasta los pormenores de la caja.

"Dentro de esta hermosa caja, como pueden ver, se encuentra una joya invaluable en forma de corazón confeccionada a partir de un diamante rojo."

"El corazón tallado con tanto esmero representa el amor, la belleza dentro de cada uno de nosotros y la vida misma."

"Por esta pequeña caja la suma fijada para comenzar la última subasta de esta tarde, será cien mil."

Muchas paletas se alzan de inmediato pues todos quieren el raro diamante rojo en forma de corazón.

Aunque todos poseyeran varios diamantes de otros colores, la talla en forma de corazón es exquisita.

"Gracias señor."

"Tenemos doscientos mil?"

Muchas paletas se levantaron.

"Muchas gracias!"

"Alguien da trescientos mil?"

Cuestiona el director.

"Ofrezco seiscientos mil."

Todas las personas en la sala voltean a ver a la persona que habló.

"Gracias señor."

"Tenemos seiscientos mil del caballero."

"Alguien ofrece más?"

Cuestiona de nuevo el director.

"Ofrezco ochocientos mil."

Un hombre misterioso habla desde un rincón.

"OOOHHH!"

Las exclamaciones de sincera sorpresa suenan en toda la sala mientras que tratan de ver quien es la persona que oferta por ese corazón.

"Gracias señor, tenemos ochocientos mil."

"Ochocientos mil a la una..."

Comienza la cuenta regresiva el director para declarar comprador al misterioso hombre.

"Novecientos mil."

Un hombre diferente ofrece esa enorme cantidad de dinero por la pieza!

Parece que una guerra de pujas comienza!

"Quien es la persona que está pujando?"

Ni Lorelay ni Dániel y mucho menos Johana logran ver con claridad a la persona que habló.

"Novecientos noventa mil"

Ofrece el comprador original.

Todos se miran y susurran respecto a las sumas estratosféricas de dinero ofrecidas.

"Novecientos noventa y nueve mil."

Ofrece la masculina voz que le resulta familiar a Lorelay.

"Un millón quinientos mil."

Ofrece el hombre recostándose en su silla antes de tomar un delicado canapé de caviar de una de las charolas de plata que porta una bella edecan.

"Muchas gracias señor, alguien ofrece más?"

Inquiere el nervioso director.

Un silencio sepulcral se hace presente mientras todos tratan de ver quien es el acaudalado misterioso.

"Un millón quinientos mil a la una."

"A a las dos..."

El otro hombre habla de nuevo.

"Un millón quinientos cincuenta mil."

"Wow!"

"Me encantan las guerras en las subastas!"

"Quien creen que gane?"

Dániel se está divertido tratando de enfocar mejor la cámara del circuito cerrado para ver al misterioso comprador.

Si embargo al ángulo no se permite que se pueda enfocar más que la cabeza del hombre que lleva un sombrero extraño.

"Muchas gracias duque Laersen, tenemos un millón quinientos cincuenta mil."

"Alguien ofrece más?"

Todos, incluido el director miran al hombre quien lleva puesta una especie de máscara negra para proteger su identidad.

El cubrebocas que usa tiene un símbolo curioso...

"Dos millones."

El hombre tarda en responder.

Todos incluidos el director quedan asombrados al ver como había elevado la apuesta tan alto mientras se mantiene tan tranquilo.

"Muchas gracias señor!"

La voz del director tembló por la suma de dinero.

"Tenemos dos millones!"

"Excelencia, ofertará más?"

Jens no tiene tanto dinero, por lo que se retira molesto de la puja.

Había planeado comprar ese diamante y entregárselo como regalo a Lorelay para maravillarla como una especie de regalo de disculpa.

Aun no estaba muy feliz por como se conducía ella, pues no solo mantiene muy cerca a ese tal Dániel, quien se supone que solo es un "amigo" suyo.

Además, a Jens no le gusta que ella este tan cerca de su primo James y mucho menos de Edward.

En suma, a Jens no le gusta que la chica este cerca de ningún otro hombre, pues cree que esa no es la forma correcta de conducirse de una mujer respetable.

Por eso cuando habían ido al restaurante con ella se sintió sumamente humillado y menospreciado por ese vulgar escort.

Un maldito y despreciable Escort más joven que le había robado toda la atención de su próxima conquista.

Cuando Jens se calmó y vió los números casi en rojo de varias de sus empresas se dió cuenta que tenía que hacer un esfuerzo por conquistar a esa...

Libertina mujer.

Por eso pagó por colarse a última hora a esa subasta, una de las últimas de esa semana y la cual era la mejor pues había visto anunciado el artículo en el catálogo que elaboró la casa de subastas.

Pero ahora, ese idiota de máscara negra le había robado el valioso regalo.

"Muy bien, tenemos dos millones para el señor...Arhus."

"Estoy en lo cierto?"

El hombre asiente ante la pregunta y el director.

"Vendida la cajita y el diamante al señor Arhus!"

"Señor felicitaciones por ser uno de los pocos humanos en poseer un diamante rojo y una joya tan rara como esa!"

Exclama totalmente encantado el director.

"Agradecemos su amable y excelente asistencia a todos!"

"Por favor tengan una tarde esplendida."

"Sus compras serán enviadas a sus domicilios."

Todos se levantan para marcharse.

Lorelay desciende la escalera lo más rápido posible para averiguar quien carajos es Arhus y porque tiene el apellido o nombre de una región de Dinamarca.

Ella tiene una corazonada con respecto am hombre.

Pero, podría ser cierta o tal vez ella estaba imaginado todo?

"Señorita Lorelay, usted está aquí."

"La artista Aurora también está aquí?"

Detrás de ella aparecieron Dániel y Johana quienes cambiaron rápidamente sus expresiones de preocupación y ansiedad al ver que Lorelay salió de la habitación sin decirles ni una sola palabra a ninguno de los dos.

Por lo que les tomó un segundo bajar corriendo detrás de ella para toparse con el mar de personas ilustres.

Todos los rodearon para felicitarlos por su boda, asegurando que asistirían al célebre y famoso enlace.

El jeque Amhed se acerca a la pareja para felicitarlos en persona.

Como si fueran ídolos, el jeque se tomó muchas selfies con ellos.

Johana firma autografos, ropa, cuadros, copias fieles de sus obras que algunos llevan impresas en sus chequeras o billeteras.

Dániel esta muy ocupado tomándose fotos con las empresarias, hijas y acompañantes de los empresarios.

Ninguna mujer dejaría pasar la oportunidad de convivir, aunque fuera unos segundos, con el guapísimo de Dániel.

Y más si esta vestido con smoking que lo hace parecer un muñequito delicioso listo para degustar y usar de muchas formas.

las mujeres se imaginan que el smoking del apuesto chico es una elegante envoltura para descubrir el magnífico regalo dentro.

Lorelay trata de ubicar al hombre misterioso, pero Jens se le adelanta y la toma del codo, haciendo que ella voltee a verlo.

"Señorita Lorelay, lamento no haber podido comprado esa caja con la joya."

"Esta tarde recibirá un regalo especial mío a modo de disculpa por mi comportamiento el otro día en el restaurante."

Lorelay lucha por soltarse de su agarre.

Sin hacerle caso a ninguna de sus palabras, ella sigue buscando al hombre que vió vestido de negro.

"Ahí está!"

Exclama la hermosa chica a quien no le importó llevar tacones altos pues echó a correr liberándose del agarre de Jens.

El duque se quedó con la palabra en la boca observando a la chica correr hacia un costado de la sala para alcanzar a ese hombre que se mueve como una sombra.

"Maldición, que mujer tan grosera e insufrible!"

"Dejarme hablando solo!"

Jens refunfuña la osadía de esa maldita mujer.

"Alteza, disculpe que lo moleste, pero si no le incomoda, podría tomarme una selfie con su ilustre persona?"

Una chica rusa se presenta ante el duque con una sonrisa en su bella carita juvenil.

Jens accede a tomarse la foto y firmar un autógrafo.

Incluso le dió un beso casto en la mejilla a la hermosa joven ruborizada.

"Perdona jovencita, pero no tengo planes para esta tarde."

"Te gustaría comer conmigo en el mejor restaurante de esta ciudad?"

La joven casi brinca de la emoción cuando escucha la invitación por lo que acepta desesperadamente.

Ambos salen del lugar bajo la mirada inquisidora del padre, el embajador Ruso en esa ciudad.

Ellos fueron escoltados por un sequito de guardaespaldas de ambos.

Jens no se iba a quedar a perseguir a Lorelay.

Él enviaría el estúpido regalo y seguiría insistiendo para enamorar a Lorelay o engañarla para que se casara con él.

O tal vez podría forzarla de alguna forma para obligarla a qué se casara con él.

Pero por el momento, Jens tiene una bella compañía de la cual disfrutaría en todos los sentidos.

"Odio su toque, me da asco sentir sus manos en mi."

Piensa Lorelay mientras se limpia las manos con una toallita desinfectante.

Entonces ella divisa al hombre subir a la primera planta, donde solo pueden entrar cierto grupo selecto de invitados.

Ella obviamente pudo pasar sin quitar la mirada del hombre quien está a solo unos metros más adelante.

Lorelay camina mas rápido para darle alcance.

"Porque tratará de huir?"

Se pregunta Lorelay mientras avanza hacía él, pero para su sorpresa se topa con una pared con un hermoso cuadro exhibido.

Ella voltea a todas partes buscándolo.

Una mano le tapa la boca mientras otra la sostiene por la cintura.

Sin poder arriesgarse a hacer un escándalo en ese lugar o demostrar su fuerza oculta, Lorelay se deja cargar y hacer pues tiene un objetivo y para eso tiene que hablar con el hombre misterioso.

Ella no esta asustada, pues sabe defenderse perfectamente bien.

Increíblemente, el toque del hombre de alguna manera le resulta familiar a pesar de tener guantes negros en sus manos.

Una puerta secreta se abre ante el toque del pie del hombre para que ambos entren a una pequeña habitación escondida.

Sin perder tiempo, el hombre volteó

A a Lorelay para verla mientras que ella siente un pequeño pinchazo en su mano.

Sin prisas y casi con ceremonia el hombre se quita los guantes y la curiosa máscara ante ella.

Los ojos del hombre muestran su fuego y pasión.

"Sabía que eras tú."

El beso que ambos comparten esta demasiado cargado de urgencia, nostalgia, desenfreno, desesperación, ansiedad y deseo.

Ambos se dejan consumir por lo que sienten, profundizando el beso, pegando sus cuerpos, cediendo a la hoguera que los abrasa y al hambre que los consume.

Las manos de ambos se aferran al cuerpo y a cara del fogoso amante.

Los dos exhalan jadeos y respiraciones agitadas.

Los dos se comen los gemidos del otro, la danza caliente que elaboran sus lenguas es sensual y excitante.

Muy pronto los corazones de ambos laten al mismo ritmo.

Las manos dibujan con apremio el contorno del cuerpo del ser amado.

La excitación y el deseo ardiente crece más y mas en ese pequeño cuarto secreto!

***By Liliana Situ***

Valoro mucho tu opinión y voto!

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: El Prohibido Amor de un CEO